La lecheria Argentina a media luz

El productor tambero debe conocer el mercado en base a sus propios datos y no a los que les da la industria, que obviamente están sesgados pues es con quien debe sentarse después a negociar el precio de la leche. Esta noticia es más de lo mismo, cuando no es el mercado interno sobreofertado, son las retenciones o la falta de gas, todo un conjunto de razones que explican por qué no podemos crecer y tenemos que observar los márgenes de la agricultura, pues compite por la misma superficie productiva (que es inelástica en la situación de inversión actual) y, a veces, resulta cuestionable dónde ponemos nuestras horas de trabajo para, en el balance, obtener resultados similares. El tambo implica un gran esfuerzo de gestión, superior al de otras actividades, y resulta en un producto que hoy tiene un alto valor en el mercado internacional. Y da trabajo. Espero que quien tenga que delinear las políticas macroeconómicas corrija esta crisis de crecimiento antes de que tengamos que importar leche.

Argentina en los últimos años estuvo expuesta a vaivenes económicos, con un horizonte no superior a un año. Gobernantes de turno que sólo miran no más lejos que sus narices y sólo cuidan su imagen y su bolsillo. Lamentablemente la lechería está expuesta a todo esto por tener un producto perecedero. Un país en el cual la inversión ha sido demorada comenzándose a ver la punta de un iceberg cuando más adelante haya más serios problemas que hagan detener completamente las industrias, gracias a que el estado no supo gestionar una política de crecimiento eficaz. Se habla de grandes recaudaciones pero de pocas o nulas políticas que garanticen un futuro promisorio. El productor tambero hace un gran esfuerzo en sostener toda su producción. La tentativa de vender todo y vivir de rentas con los pooles de siembra ha pasado por su cabeza. Es momento de reflexionar y ver qué país queremos cuando se nos da la oportunidad en la urna.

Me parece que la industria invirtió mucho dinero y se olvidó de incentivar la producción, cuando pudo explotar al tambero lo hizo al máximo y hoy se empiezan a ver las consecuencias, no tienen materia prima, si hubiesen pagado siempre el precio que podían pagar hoy no pasaría esto. Están matando a la gallina de los huevos de oro, ojalá se den cuenta a tiempo.

Nunca hubo una política agropecuaria y este es el resultado, no solo con la leche, a la carne le pasó lo mismo, perdimos enormes mercados y grandes oportunidades. Sin política no se pude hacer nada y con los gobiernos no se pude dialogar, esa es mi opinión.

Yo creo que tristemente las políticas de gobierno que hemos tenido y vamos a tener se definen como un sector que tiene y quiere el poder, y otro que desea el asistencialismo como forma de vida por incapacidad, por falta de oportunidades o por facilismo y entre medio quedamos los que queremos producir; que debemos responder de forma inteligente a las demandas del poder y cumplir con las obligaciones hacia los asistidos para no perder nuestras empresas.

Creo que hay que establecer ya mismo una política para salvar nuestra producción lechera, el margen bruto de la lechería debería ser igual o más alto que la agricultura, entendiéndose una hectárea de unidad económica. Debemos aprovechar al máximo el recurso pasto y convertirlo en leche con un valor mucho más alto, este recurso (Pasto) abunda en nuestros suelos con aptitud y produce un producto más valioso y mucho más caro que el pasto. No se puede pensar en importar, debemos ya mismo hacer una política económica del tema. Somos un país netamente agropecuario y no nos debemos salir de ese carril.