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Presencia de Cryptosporidium spp. en terneros de establecimientos lecheros de la provincia de Santa fe (Argentina)

Publicado: 20 de agosto de 2020
Por: AGUIRRE, F.1; RUIZ, M. F.1; ALLASSIA, M.2; BAGATTIN, L.3 & OTERO, J. L.4. 1.- Laboratorio de Análisis Clínicos. Hospital de Salud Animal (HSA). Facultad de Ciencias Veterinarias (UNL) Kreder 2805. (3080) Esperanza, provincia de Santa Fe. 2.- Prácticas Hospitalarias de Grandes Animales, HSA. FCV (UNL).3.- Cátedra de Patología Básica. FCV (UNL).4.- Cátedra de Microbiología de los Alimentos. FCV (UNL). Revista FAVE - Ciencias Veterinarias 13 (1-2) 2014. ISSN 1666-938X
Resumen

Cryptosporidium spp. es un protozoo parásito que afecta comúnmente a bovinos. Los objetivos del presente trabajo fueron estimar la prevalencia de este microorganismo en terneros de crianza artifi cial en establecimientos lecheros de la provincia de Santa Fe; y estudiar la asociación entre la presencia de este parásito con la edad de los animales, con la diarrea y con diferentes condiciones productivas. Se analizaron heces de terneros de edades comprendidas entre 1 y 119 días. Se utilizó el método de concentración de ooquistes de Sheather y se empleó la coloración de Kinyoun. La prevalencia encontrada fue de 19,87 %. Los animales menores de 3 semanas de edad fueron los más afectados. Se detectó una relación estadísticamente signifi cativa entre la presencia del parásito y la diarrea. Las diferentes prácticas agropecuarias y las medidas correctas de higiene e instalaciones acordes parecen no tener impacto en la disminución de la prevalencia de Cryptosporidium spp.

Palabras clave: Cryptosporidium, terneros, diarrea, Santa Fe.

INTRODUCCIÓN
El género Cryptosporidium está conformado por coccidios parásitos obligados cuyas especies afectan a un gran rango de hospedadores incluyendo a mamíferos, aves, peces y anfi bios. Aunque fue descripto por primera vez a principios del siglo XX, recién en 1980 fue considerado como agente primario causante de diarrea en ganado doméstico (Tzipori et al., 1980).
Se han descrito 4 especies con capacidad de producir morbilidad y brotes de enfermedad en el ganado: C. parvum, C. andersoni, C. baileyi y C. meleagridis. La identifi cación específi ca entre ellas requiere muchas veces de criterios moleculares ya que el tamaño y forma de los oocistos es similar, lo que hace difícil, si no imposible, la diferenciación de especies basándose en morfometría a nivel del microoscopio (Fayer, 2004).
Cryptosporidium spp. posee un ciclo de vida monoxeno desarrollándose en la mucosa intestinal, incluyendo una fase de proliferación asexual, con formación de varios estadios intermedios, seguida de una etapa de proliferación sexual que fi naliza con la formación de ooquistes. Dentro del enterocito posee una localización caracterís-tica denominada intracelular extracitoplasmática formando vesículas por debajo de la membrana celular (Fayer, 2004).
Cryptosporidium spp. posee características que lo diferencian de otros coccidios intestinales que afectan comúnmente a rumiantes. En primer lugar, los ooquistes son eliminados en forma esporulada, por lo que ya son infectantes para otros animales y seres humanos. Luego, poseen una alta resistencia ambiental frente a condiciones desfavorables y desinfectantes comunes, lo que les permite mantenerse viables por largos períodos de tiempo. Una vez ingeridos por el hospedador tienen un corto período de prepatencia (3 a 5 días) propagándose rápidamente en la población susceptible (Fayer et al., 1998). Resisten en forma efi caz los tratamientos con antiparasitarios, probablemente debido a su ubicación celular característica (Tzipori & Griffi th, 1998). Pueden realizar un proceso de autoinfección endógena dentro del hospedador, lo que permite la eliminación de grandes cantidades de ooquistes (hasta 108 ooquistes por gramo de materia fecal) (Current, 1985).
Cryptosporidium spp. es ampliamente reconocido como agente patógeno para bovinos, afectando principalmente a terneros jóvenes (Fayer, 2004).
Si bien la diarrea neonatal en terneros ha sido defi nida como un síndrome, el cual constituye un claro ejemplo de enfermedad multifactorial, en el que actúan factores relacionados con el animal, con las condiciones ambientales y con la presencia de una gran variedad de microorganismos (virus, bacterias y protozoos), Cryptosporidium spp. constituye uno de los principales agentes etiológicos involucrados (Uga et al., 2000). En la zona de estudio se han realizado trabajos en donde se observó que Cryptosporidium spp. y Rotavirus son los microorganismos más frecuentemente detectados en muestras de terneros diarreicos, causando destrucción y atrofi a de las vellosidades dejando el intestino susceptible a la acción de otros agentes (Trabattoni & Amherdt, 2014).
La mayor importancia de Cryptosporidium spp. radica en su potencial zoonótico, por lo que se lo considera una amenaza para la salud pública (Fayer, 2004). En humanos la criptosporidiosis es una enfermedad emergente en países en vías de desarrollo (Tzipori & Ward, 2002). En personas inmunocompetentes Cryptosporidium spp. produce una gastroenteritis que generalmente es autolimitante. Sin embargo, la infección adquiere mucha importancia en pacientes con inmunodefi ciencias relacionadas con malnutrición, HIV o con tratamiento quimioterápico en los cuales puede producir diarrea crónica con posibles consecuencias fatales (Tzipori & Ward, 2002).
Los bovinos jóvenes eliminan un gran número de ooquistes en las heces, los cuales pueden contaminar alimentos frescos y fuentes de agua (Modini et al., 2010), convirtiendo a los modelos de crianza artifi cial de terneros en peligrosas fuentes de contagio para la población humana.
Aunque se sabe de la alta prevalencia de este microorganismo en granjas lecheras, hay pocos datos científi cos que documenten su relación con distintas prácticas agropecuarias y con las diferentes condiciones de explotación que se encuentran en la zona de estudio.
Para la realización de este trabajo se plantearon los siguientes objetivos:
  • Estudiar la prevalencia de Cryptosporidium spp. en terneros de crianza artifi cial de establecimientos lecheros en la zona central de la de la provincia de Santa Fe.
  • Evaluar la probabilidad de que este agente sea causa de diarrea en dichos animales.
  • Determinar y analizar epidemiológicamente los factores de riesgo asociados a la presencia del parásito en diferentes condiciones productivas.
MATERIALES Y MÉTODOS
El trabajo fue llevado a cabo a lo largo de todo el año 2010. El área en que se desarrolló el estudio correspondió a la zona central de la provincia de Santa Fe, más precisamente a los departamentos Las Colonias y Castellanos. Esta zona forma parte de la cuenca lechera santafecina, la cual se caracteriza por una fuerte heterogeneidad en el sector productivo lácteo primario, en el cual conviven establecimientos tamberos con distintos tipos de instalaciones, tamaño del rodeo, forma y tipo de alimentación del ganado y grado de adopción tecnológica (Castellanos et al., 2009).
Se realizó un muestreo en el cual se seleccionaron 8 establecimientos tamberos, representativos de la población en estudio, considerando las características hetero-géneas del sector productivo primario lechero en esta región. Se confeccionaron planillas epidemiológicas en la cuales se registraron las características de la explotación, poniendo especial énfasis en lo que concierne a la crianza artifi cial de terneros. En estas planillas se registraron los siguientes datos: superfi cie y condiciones del corral de parto, tiempo de permanencia de los terneros con sus madres, método de calostrado, instalaciones de la crianza, cantidad de terneros por superfi cie, condiciones del ambiente, rotación del lugar de crianza, condiciones higiénicas de los utensilios empleados en ella, alimentación de los animales y tratamiento veterinarios.
Para la detección de Cryptosporidium spp., se muestrearon a todos los terneros que se encontraban en ese momento en crianza artifi cial y que todavía recibían dieta láctea. De cada animal se registraron los datos de edad, sexo y estado general.
En total se muestrearon 322 animales raza Holando Argentino, de edades comprendidas entre 1 y 119 días. En el siguiente cuadro se observa la distribución etaria de la población analizada (Cuadro 1).
Se extrajo de cada animal una única muestra de materia fecal directamente del recto, mediante estimulación digital del refl ejo de defecación. La misma se analizó macroscópicamente anotando su consistencia, color y la presencia de moco o sangre. De acuerdo a la consistencia se clasifi có a la materia fecal en: “sólida”, “pastosa”, “semilíquida” y “líquida”. En este estudio se consideró “diarrea” a la materia fecal de consistencia “líquida”. Luego, las muestras de heces se colocaron en bolsas estériles para su remisión al laboratorio. Llegadas al mismo se acondicionaron en envases recolectores plásticos que contenían una solución de formol al 4% para su almacenamiento.
El procesamiento consistió en la concentración de ooquistes por el método de Sheather (García, 2007), utilizando 2 gramos de materia fecal por muestra. Con el sedimento obtenido se prepararon extendidos que se colorearon con el método Kinyoun (Henriksen & Pohlenz, 1981) y se examinaron en microscopio óptico en 1000 aumentos para detectar la presencia de ooquistes de Cryptosporidium spp. La identificación de los mismos se efectuó teniendo en cuenta su tamaño, coloración y características morfológicas (Fayer, 2007). Fueron observados como mínimo 50 campos antes de considerar una muestra como negativa. En los animales positivos se realizó una estimación semicuantitativa de la carga parasitaria evaluando el número promedio de ooquistes en 20 campos de 1000 aumentos elegidos al azar de acuerdo al criterio usado por Castro-Hermida (2002) considerando: “negativo” (0 ooquistes); “baja carga” ( 1 ooquistes); “carga media” (2-5 ooquistes); “alta carga” (6-10 ooquistes) y “muy alta carga” (>10 ooquistes).
Los datos recolectados fueron ordenados, tabulados, analizados y comparados con la información existente. El análisis estadístico se realizó con un programa informático con el cual se estimó la tasa de aislamiento y el Riesgo Relativo. Las diferencias entre proporciones fueron calculadas utilizando Chi cuadrado (X2) como estadístico de prueba. El valor de adoptado fue 0.01 para otorgar mayor confi anza en la determinación de la signifi cación.
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RESULTADOS
Los resultados muestran que el 19.87 % (n=64) del total de animales (n=322) eliminaron ooquistes de Cryptosporidium spp. El 85,7% (n=54) de los positivos se encontraron entre los animales menores de 3 semanas de edad.
La mayor prevalencia (73,81%) fue encontrada en la segunda semana de vida (Fig. 1). Además, en este grupo etario se observó la mayor carga parasitaria. El 62.29% de los animales positivos tuvieron “alta carga” de ooquistes en la materia fecal.
En la primera y tercera semana de edad la prevalencia encontrada fue de 17,65% y 43,59%, respectivamente. El ternero más joven en el que se encontraron ooquistes tenía 4 días de vida.
Cuando se comparó la prevalencia entre los terneros con edades menores o iguales a 21 días con respecto a los mayores a 21 días, se encontró una asociación altamente significativa entre la edad del animal y la eliminación de parásitos en sus heces (Riesgo Relativo 3.61(p<0.01), IC(99%)= (2,63; 4,95).
Al analizar la consistencia de la materia fecal se observó que el 9,63 % eran de consistencia líquida (diarrea). Se comparó la relación entre la presencia de ooquistes en las heces y la ocurrencia de diarrea encontrando un riesgo relativo signifi cativo en la población total (RR: 5,27) (p<0.01), IC(99%)= (3,12; 8,89). Lo mismo ocurrió en los animales menores de 3 semanas (RR: 5,88) (p<0.01), IC(99%)= (1,27; 27,28) (Figs. 2 y 3). Sin embargo, no se halló un riesgo relativo signifi cativo para los animales mayores a 21 días (p>0.01)(Fig. 4), lo cual implica que la asociación encontrada en la población total se debe exclusivamente a los animales más jóvenes, menores de 3 semanas.
Se encontraron casos de animales con diarrea que no eliminaban ooquistes de Cryptosporididium spp. en su materia fecal, lo cual implica que existen otros factores etiológicos implicados. El estudio de la presencia de otros agentes patógenos que pudieran estar relacionados con la diarrea, estuvo fuera de los objetivos de este ensayo.
Del mismo modo hubo animales con cargas medias y altas que no presentaron diarrea al momento del muestreo, lo cual implica que existen otros factores, además de la presencia del parásito, asociados a la enfermedad.
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No se encontró relación entre la presencia de ooquistes, y el color, la presencia de moco o de sangre en la materia fecal, demostrando que estas alteraciones no son una característica distintiva de esta enfermedad.
En todos los establecimientos se encontró al menos un caso de Cryptosporidium spp. Las prevalencias encontradas en dichos establecimientos variaron entre el 5.56% y el 27.27%. En todos los establecimientos se encontró la misma distribución de la enfermedad, en donde el grupo más afectado fue el de animales menores a 3 semanas, decayendo a medida que los mismos crecen.
En el siguiente cuadro se observa la proporción de muestras diarreicas en cada establecimiento (Cuadro 2).
En todos los establecimientos el corral preparto se encontraba en buenas condiciones, presentando una cobertura de pasto en una parte del potrero y el resto tierra seca. No se encontró sobrepoblación de animales.
En todos los casos se realizaba una separación precoz del ternero de la madre, la mayor parte a las 12 horas y en algunos casos dentro de los dos días.
En cuanto a las instalaciones básicamente se encontraron sistemas individuales en estaca y jaula.
Con respecto a las condiciones del lugar de crianza, en dos de los establecimientos existían defi ciencias en el ambiente encontrando básicamente barro y hacinamiento. Solamente en tres de los lugares muestreados se realizaba una rotación efi ciente del sitio que ocupaban los terneros.
Con respecto a la higiene de los materiales y utensilios usados (baldes, mamaderas, tachos, jarras) en todos los establecimientos era adecuada. Solamente en uno de ellos se utilizaba un desinfectante (agua lavandina al momento de lavar los baldes de suministro de alimento).
Se evaluó la probabilidad que exista relación entre la presencia del parásito y el uso del sistema jaula o estaca, respectivamente, no encontrando diferencias signifi cativas entre ambos sistemas (p>0.01).
Se relacionó la estación del año y la prevalencia de hallazgos de ooquistes. No se encontró relación (p>0.01).
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Se comparó la presencia del parásito en las crianzas en malas condiciones sanitarias por la presencia de barro y hacinamiento, con aquellas que presentaban condiciones aceptables. Las malas condiciones no se tradujeron en mayor prevalencia de la enfermedad con respecto a los establecimientos con condiciones aceptables. Tampoco se encontró relación entre la falta de rotación adecuada de la crianza y una mayor cantidad de animales parasitados con Cryptosporidium spp. (p>0.01).

DISCUSIÓN
Los Resultados muestran una prevalencia de Cryptosporidium spp. de 19,87% en terneros criados en sistemas artifi ciales. Estos datos no difi eren de los observados en otros trabajos realizados en zonas lecheras de Argentina. Se han registrado prevalencias del 17% en la provincia de Buenos Aires (Del Coco et al., 2008) y del 19.35% en Córdoba (Tiranti et al., 2011). Cabe aclarar que en estos trabajos se usó el método de concentración de ooquistes de sedimentación en centrífuga formol/éter de Telemann (Bukhari & Smith, 1995) a diferencia del presente estudio en donde se utilizó la técnica de fl otación en sacarosa de Sheather (García, 2007). Si bien las propiedades de las pruebas pueden variar, ambas técnicas poseen un umbral de detección entre los 4.000 y 10.000 ooquistes por gramo de materia fecal (Weber et al., 1991). Esto las hace relativamente insensibles para detectar animales portadores sanos con bajas cargas parasitarias.
En otros países se han utilizado técnicas de separación inmunomagnéticas (IMS) combinadas con técnicas de reconocimiento del ácido nucleico (PCR) aumentando enormemente la sensibilidad de detección, por lo que dichos estudios nos son comparables (Wesbster et al., 1996).
A pesar de ello, las prevalencias halladas demuestran la amplia diseminación que tiene este parásito en las diferentes cuencas lecheras de Argentina.
Se encontró que la edad del animal es un factor determinante para la presencia de Cryptosporidium spp. en los terneros. Los animales más jóvenes ( 21 días) tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad con la mayor tasa de aislamientos en la segunda semana de vida.
En otros estudios (Del Coco et al., 2008; Tiranti et al., 2011) también se encontraron las prevalencia más altas en los animales más jóvenes, con la diferencia de que en esos trabajos la tasa más alta de infección fue en la primera semana de vida. Una razón puede ser que los establecimientos muestreados en dichos trabajos tuvieron una mayor carga ambiental en el lugar de parición, lo que produciría un contacto a más temprana edad con el parásito. En contraste, la mayor parte de los establecimientos muestreados en el presente estudio presentaron condiciones aceptables en lo que respecta al espacio y estado del piso en el corral preparto. También la práctica de separación rápida del ternero de su madre pudo haber infl uido en este resultado.
Se pudo demostrar el alto potencial que tienen los terneros jóvenes de contaminar el ambiente y el riesgo de la llegada de ooquistes de Cryptosporidium spp. a recursos hídricos, hecho ya descripto (Modini et al., 2010).
Se encontró que este parásito podría ser agente etiológico de diarrea solamente en terneros menores a 3 semanas de edad. Esto corrobora los resultados obtenidos en otros trabajos (Del Coco et al., 2008; Tiranti et al., 2011).
Como fue descrito (Fayer et al, 1998) Cryptosporidium spp. es uno de los agentes etiológicos responsables del “síndrome diarrea neonatal del ternero”, el cual se produce por el efecto conjunto de varios factores (infecciosos y no infecciosos) que se complementan desarrollando la enfermedad. Si bien en este estudio no se consideraron otros agentes, se encontró una alta probabilidad de que este parásito aumente el riesgo de que los terneros enfermen de diarrea, ocasionando con ello pérdidas productivas y económicas al sistema.
CONCLUSIONES
Se puede concluir que la presencia de Cryptosporidium spp. está estrechamente relacionada con la edad del animal, afectando en forma mayoritaria a terneros menores de 3 semanas.
Se puede concluir también que existe una alta relación entre la presencia del parásito y la presentación de cuadros diarreicos en los animales menores a 3 semanas, no existiendo esta relación en los animales mayores a esa edad.
Las características macroscópicas de la diarrea no es un criterio de utilidad para sospechar esta parasitosis, ya que no se encontraron asociaciones entre la presencia de ooquistes y el color materia fecal, ni la presencia de moco o sangre.
Las diferentes prácticas agropecuarias y las medidas correctas de higiene e instalaciones acordes parecen no tener impacto en la disminución de la prevalencia de Cryptosporidium spp.. De todas maneras, el número de establecimientos muestreados es escaso por lo que estos resultados deben ser tomados como preliminares. No se encontró relación con el sistema de crianza, estaca o jaula, respectivamente, ni con la estación del año.
Esto conduce a la necesidad de realizar otros estudios en la zona abarcando mayor número de establecimientos con condiciones productivas comparables para lograr una estimación más precisa y así poder identifi car condiciones puntuales que sean de importancia para la prevención y control de esta parasitosis.

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Temas relacionados:
Autores:
José Luis Otero
Universidad Nacional del Litoral
Martín Allassia
Universidad Nacional del Litoral
F. Aguirre
Universidad Nacional del Litoral
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Rodrigo Ruiz, PhD
Cargill
12 de octubre de 2020
Estimados autores, les dejo la siguiente referencia que seguro encontrarán de interés: Vélez J, Lange MK, Zieger P, Yoon I, Failing K, Bauer C (2019) Long-term use of yeast fermentation products in comparison to halofuginone for the control of cryptosporidiosis in neonatal calves. Veterinary Parasitology 269:57-64 doi:10.1016/j.vetpar.2019.04.008 Saludos a Sta Fé! Buena semana! PD: es de acceso libre, cualquier problema me avisan.
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Umberto Francesa
11 de septiembre de 2020
Aquí en los EEUU la prevalencia es alta, sobre todo en los ranchos comerciales que producen gran cantidad de nacimientos diarios. Este protozoario es encontrado en todas partes alrededor de los becerros: jaulas y la cama, son los lugares donde es mas difícil la desinfección. Aun así, muertes son raras, siempre y cuando los animales continúan bebiendo leche y agua. En los casos donde se observe deshidratación, electrolitos son necesarios. Antibióticos y coccidiostatos son inefectivos. En general, el curso es de 3-4 días y el animal se recupera rápidamente, dejando un alojamiento sumamente contaminado. La incidencia puede ser controlada, pero nunca eliminada.
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wilmer fernando arteaga ocampo
2 de septiembre de 2020
Interesante tema estudiado,ya que las enfermedades de los terneros de pocos dias de nacidos lo enfocamos a causas de bacterias y virus principalmente,esto nos da otra perspectiva para llegar a un dignostico y tratamiento diferente.gracias
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Leo Castillo Martínez
1 de septiembre de 2020
Buena información. Me hizo recordar mis días de estudiante de MVZ allá por los años 91 - 97. Gracias. DLB
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