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Oportunidades y desafìos en alojamiento y manejo de terneras lecheras para la próxima década

Publicado: 8 de septiembre de 2013
Por: Marina A. G. von Keyserlingk y Daniel M. Weary. Animal Welfare Program, University of British Columbia
Introducción
El cuidado de las terneras es posiblemente el trabajo más difícil en la granja lechera, en parte porque las terneras alimentadas con leche son los animales más propensos a ponerse enfermos. Los nuevos métodos de cría de terneras que se están desarrollando pueden beneficiar tanto a los productores como a sus terneras, proporcionando el potencial para mejoras generalizadas en el cuidado de terneras durante la próxima década. Prevemos que, en los próximos años, los productores empezarán a suministrar más leche a las terneras lecheras de la que actualmente se les da; utilizando, cada vez más, sistemas de suministro de ahorro de trabajo que facilitan un comportamiento más natural de beber leche. Estos sistemas de alimentación mejorados facilitarán el avance hacia el alojamiento en grupo de las terneras antes del destete, ahorrando tiempo y dinero a los productores. No obstante, los cambios en los sistemas de alimentación y alojamiento plantean nuevos desafíos para los productores y sus terneras y requieren mucha innovación e investigación. En esta presentación vamos a describir cómo los nuevos métodos de suministro de leche promueven un crecimiento rápido y un comportamiento más natural en la ternera. Los nuevos sistemas de alimentación permiten alojar a las terneras en grupos, pero el alojamiento en grupos puede dar lugar a una mayor competencia y un mayor riesgo de transmisión de enfermedades. Por tanto, también hablaremos sobre los retos que plantea el uso de los nuevos métodos de alimentación y cómo reducir estos problemas.

Alimentación de las Terneras
Los métodos de alimentación de las terneras en la producción de leche moderna difieren notablemente de aquéllos encontrados en la naturaleza (von Keyserlingk and Weary, 2007), pero saber más sobre el comportamiento natural de las parejas vaca-cría puede ayudarnos a desarrollar formas mejores de alimentación de terneras (von Keyserlingk et al., 2009; Khan et al., 2011). En muchas granjas lecheras, las terneras son separadas de sus madres a las 24h de haber nacido y después son alimentadas con leche en cubos o tetinas hasta que cumplen entre 4 y 12 semanas de edad. Se considera la temprana separación de la vaca y la ternera para permitir una mejor supervisión del calostro, la ingesta de leche y comida sólida y ayudar a prevenir la transmisión de enfermedades. La separación temprana también reduce la respuesta de angustia tanto de la vaca como de la ternera. Por ejemplo, Flower y Weary (2001) examinaron algunos de los efectos de la edad de separación en el comportamiento de vacas y terneras y descubrieron que las vacas y terneras que fueron separadas (14 días frente a 1 día) tenían niveles más altos de actividad y mugían más a menudo. Sin embargo, las terneras separadas a los 14 días ganaron 16,5 kg durante este periodo, frente a sólo 4.5 kg de aquéllas que fueron separadas antes, y estas terneras mantuvieron esta ventaja de peso incluso después de separarlas de la madre. El mayor crecimiento de las terneras mantenidas con la vaca puede deberse, por  lo menos en parte, a mayores ingestas de leche – la diferencia entre las terneras alimentadas por la vaca frente a las alimentadas por personas muestra la oportunidad que tenemos para mejorar ganancias con una
mejor gestión de la alimentación de terneras lecheras.
En los esquemas de manejo convencionales, normalmente se suministra a las terneras un 10% de su peso corporal en leche (~4 kg / día), son vulnerables a las enfermedades, a menudo no consiguen ganar un peso adecuado y, a veces, tienen altos niveles de mortalidad. Hemos probado los efectos de alimentar ad libitum por amamantadora a las terneras (Appleby et al., 2001; Jasper and Weary, 2002). En cada experimento comparamos la ganancia de peso, la ingesta de leche, la ingesta inicial y el número de días con diarrea de las terneras alimentadas con leche de forma convencional (es decir, dos veces al día por cubo, el 10% de su peso cada día) frente a las alimentadas ad libitum por amamantadora. En nuestro primer experimento, descubrimos que las ganancias de peso durante las 2 semanas después del nacimiento eran menores a 0,4 kg/día para las terneras alimentadas de forma convencional frente a 0,85 kg/día para aquéllas alimentadas por amamantadora; durante las 2 semanas siguientes, las ganancias fueron de 0,58 y 0,79 kg/día respectivamente (Appleby et al., 2001). En un segundo experimento, de nuevo comprobamos que las terneras alimentadas por amamantadora ganaban peso más rápidamente (0,78 frente a 0,48 kg/día desde el nacimiento hasta el destete a los 37 días de edad; Jasper and Weary, 2002). También descubrimos que las terneras mantenían su ventaja en peso corporal después del destete. En ambos experimentos, las diferencias en ganancia de peso probablemente se debieron a que las terneras alimentadas por amamantadora bebían aproximadamente el doble de leche que aquéllas alimentadas de forma convencional. Por ejemplo, las terneras alimentadas ad libitum consumieron de media 8,8 litros de leche al día, frente a los 4,9 litros al día de las terneras alimentadas de forma convencional (Jasper and Weary, 2002). Las terneras con la alimentación limitada según las prácticas convencionales también mostraban comportamientos indicativos de hambre crónica (de Paula Vieira et al. 2008).
Comúnmente se piensa que suministrar menos leche anima a la ingesta de alimentos sólidos. De hecho, hemos descubierto que, en las 5 primeras semanas de vida, suministrar menos leche a las terneras sí incrementa el consumo de pienso de arranque (0,17 frente a 0,09 kg por día), pero esta práctica también limita enormemente las ganancias de peso (Jasper and Weary, 2002; de Paula Vieria et al. 2008). Además, hemos encontrado que las terneras alimentadas con leche ad libitum alcanzaban pronto a las alimentadas convencionalmente en su ingesta de arranque tras el destete; ambos grupos consumieron una media de 1,9 kg por día durante las dos semanas siguientes al destete.
Mejorar el acceso a la leche plantea problemas prácticos, como el de mantener la calidad de la leche a lo largo del día, sobre todo en tiempo caluroso. Un enfoque alternativo al acceso continuo es el de proporcionar una disponibilidad ilimitada de leche, pero sólo durante unas pocas horas al día. Investigaciones anteriores han descubierto que las terneras con acceso ilimitado a la leche pasaban sólo 45 minutos al día bebiéndola, y que las ingestas más largas ocurrían justo después de la entrega de leche fresca (Appleby et al., 2001). En otro estudio, probamos los efectos del acceso limitado a la leche (4 horas/día) frente al acceso continuo (24 horas/ día) en la ingesta de leche, la ganancia de peso y el comportamiento de terneras lecheras (von Keyserlingk et al., 2004). Las terneras consumieron tanta leche en el tratamiento de 4 horas/día como hicieron en el de 24 horas/día. Una ventaja añadida al tratamiento de 4 horas/día, para algunas instalaciones al menos, es que el mismo equipamiento puede usarse también para el suministro de agua a las terneras.
Se requiere mucha investigación y adaptaciones en cada explotación para maximizar los beneficios de estos nuevos métodos de alimentación de terneras. En particular, se sabe poco sobre la mejor forma de destetar a las terneras de rápido crecimiento alimentadas con mucha leche. Las recomendaciones actuales para la edad y los sistemas de destete están pensadas para terneras de crecimiento lento alimentadas convencionalmente, pero nuevos trabajos están mostrando que ir reduciendo paulatinamente las ingestas de leche los días previos al destete puede ayudar (Khan et al., 2007). En un estudio con terneras alimentadas con hasta 12 l/día (Sweeney et al., 2010), comparamos terneras destetadas abruptamente con terneras destetadas gradualmente durante 4, 10, o 22 días. Las terneras destetadas a los 22 días comieron más pienso de arranque, pero también tuvieron las ganancias de peso más bajas antes del destete.
Las terneras destetadas abruptamente comieron menos pienso de arranque, pero tuvieron las mejores ganancias de peso antes del destete. Después del destete, las terneras en los tratamientos de 22 y 10 días comieron más pienso de arranque y tuvieron mejores ganancias de peso que las terneras destetadas más bruscamente. Estos resultados sugieren que destetar durante 10 días es óptimo.
Este tipo de destete gradual se logra fácilmente utilizando alimentadores automáticos de terneras.
 
Alojamiento en grupos
En las últimas décadas, el consenso general entre los expertos en vaquerías en Norte América era que las terneras debían alojarse individualmente, en cuadras o cubículos separados (e.g. Quigley, 1997). Esta práctica se consideró para maximizar el rendimiento y minimizar el riesgo de enfermedad. El alojamiento individual también ayuda a evitar problemas de comportamiento como la competencia y el chupeteo.
Los nuevos métodos de alimentación de terneras descritos anteriormente funcionan bien para terneras alojadas individualmente, pero también facilitan el alojamiento en grupos. El alojamiento en grupos proporciona más espacio a las terneras y permite interacciones sociales. La investigación y la experiencia práctica muestran que la crianza en grupo de terneras puede resultar considerablemente beneficiosa por el menor trabajo requerido para la limpieza de los corrales y la alimentación. Un estudio en una granja comercial del Estado de Nueva York mostró que las terneras alojadas en grupo requerían una tercera parte del trabajo que se destinaba al cuidado de las terneras alojadas y alimentadas individualmente (de Passillé et al., 2004). Las terneras son animales sociales que necesitan ejercicio; y alojar terneras lecheras en grupos puede proporcionar una serie de ventajas tanto a los productores como a sus terneras.
Una adopción exitosa del alojamiento en grupos significa evitar problemas como el aumento de enfermedades y la competencia. Investigaciones recientes proporcionan algunos conocimientos para minimizar estos riesgos.
Evaluamos el comportamiento y las tasas de crecimiento de las terneras alojadas en parejas frente a las alojadas individualmente (Chua et al., 2002); las terneras ganaron peso constantemente independientemente del tratamiento. Es interesante que, durante la semana del destete (a las 5 semanas de edad aproximadamente), las terneras alojadas en pareja continuaron ganando peso normalmente, pero las terneras alojadas individualmente experimentaron un ligero parón de crecimiento. No hubo diferencias entre los grupos en las cantidades de leche, pienso de arranque o heno consumido, ni en la incidencia de diarreas u otras enfermedades. Apenas fueron observados comportamientos agresivos o chupeteos (menos del 0,2% del tiempo).
En un estudio más reciente, de Paula Vieira et al. (2010) descubrieron que las terneras alojadas en parejas mugían menos durante el destete que las terneras alojadas individualmente. Los resultados de este estudio también ilustraron algunos costes a largo plazo del alojamiento individual de las terneras. Cuando todas las terneras fueron finalmente introducidas en un corral colectivo después del destete, las terneras que habían estado previamente alojadas individualmente tardaron 50 horas de media en empezar a alimentarse, en comparación con las 9 horas que tardaron las terneras criadas en parejas. Estos resultados sugieren que el alojamiento individual puede ocasionar, al menos temporalmente, deficiencias en roles cognitivos o sociales.
Una crianza en grupo exitosa requiere un manejo apropiado, incluyendo el método de alimentación y el tamaño del grupo. Grandes encuestas epidemiológicas realizadas en granjas lecheras de Estados Unidos y Suecia encontraron una mayor mortalidad y enfermedad en las granjas que alojaban a las terneras en grandes grupos (más de 7 u 8) (Losinger and Heinricks, 1997; Svenson et al., 2000). Por tanto, los grupos pequeños son probablemente una mejor alternativa que los grandes.
La inmunidad de las terneras y el diseño y manejo de los sistemas de alojamiento, como su limpieza y ventilación, probablemente afectan a la susceptibilidad a enfermedades más que el alojamiento en grupo per se. Nuestro trabajo muestra que alojar a jóvenes terneras lecheras en pequeños grupos es viable en términos de salud de la ternera, rendimiento y comportamiento. Ahora se requiere una nueva investigación en estrategias de manejo para ayudar a prevenir enfermedades. Por ahora, animamos a los productores a  que consideren mantener un rebaño cerrado (es decir, que no entren nuevos animales en el rebaño), mantener los grupos pequeños y físicamente separados entre sí (es decir, en súper cubículos), y gestionar corrales colectivos según el principio de “todo-dentro-todofuera”. Las terneras en grupos a veces compiten con sus compañeras de corral. En un experimento utilizando un sistema simple de alimentación por amamantadora, encontramos que las terneras alojadas en grupo se quitaban las tetinas de leche unas a otras muchas veces cada día si no había suficientes tetinas (von Keyserlingk et al., 2004). No obstante, dando a cada ternera acceso a su propia tetina se redujeron en gran medida estos sucesos. Este acceso mejorado a las tetinas dio lugar a tiempos de alimentación más largos y mayores ingestas de leche.
 
Otra investigación se ha centrado en cómo pueden gestionarse las estaciones de alimentación computerizadas para reducir la competencia entre las terneras. El aumento de la ración diaria de leche de las terneras de 5 a 8 litros al día redujo a la mitad el número de veces que las terneras iban al alimentador, reduciendo el tiempo de ocupación y los empujones en el alimentador, y mejorando el uso eficiente de este equipamiento (Jensen and Holm, 2003; de Paula Vieira et al. 2008). Nuestra investigación muestra que las terneras jóvenes pueden ser introducidas en un grupo con poco trastorno cuando se les ha enseñado a alimentarse a través de la estación de alimentación computerizada antes de su introducción (O’Driscoll et al., 2006). Aunque las terneras visitaron el alimentador con menos frecuencia el primer día, fueron capaces de compensarlo aumentando la duración y la cantidad consumida en cada comida, y establecieron su patrón de alimentación habitual después de sólo un día.

Conclusión
Las investigaciones actuales sobre terneras lecheras están allanando el camino para los nuevos métodos de manejo y alojamiento de estos animales, que facilitarán el cuidado de las terneras y mejorarán las condiciones de vida de estos jóvenes animales. El cuidado de las terneras es posiblemente el trabajo más difícil en la granja lechera. Para el buen manejador de terneras, la investigación que vamos a describir proporciona oportunidades para mejorar aún más el cuidado de las terneras y reducir el trabajo. Sin embargo, como ocurre con cualquier método nuevo, éstos son adoptados antes y mejor por los cuidadores mejores y más innovadores. Los nuevos métodos requieren nuevas habilidades y poner mucha atención para asegurar que éstos se implementen de la mejor manera posible.

Agradecimientos
Nuestra investigación en la Universidad de British Columbia es fruto de un esfuerzo de grupo y se basa en el trabajo duro de muchos estudiantes, visitantes y personal de investigación, así como en la ayuda de Nelson Dinn y el excelente personal del establo del UBC Dairy Centre. Nuestra investigación está financiada por el Natural Sciences and Engineering Research Council de Canadá, the Dairy Farmers de Canadá, Westgen, Beef Cattle Industry Development Fund, Pfizer Animal Health, BC Dairy Foundation, BC Milk Producers Association, the Dairy Education and Research Association, Alberta Milk, y muchos otros, enumerados en www.landfood.ubc.ca/ animalwelfare.

Referencias
1. Appleby, M.C., D.M. Weary, and B. Chua. 2001. Performance and feeding behaviour of calves on ad libitum milk from artificial  teats. Appl. Anim. Behav. Sci., 74: 191-201.
2. Chua, B., E. Coenen, J. van Delen, and D.M. Weary. 2002. Competition for teats and feeding behaivor by group-housed dairy calves. J. Dairy Sci., 85: 360-364.
3. De Paula Vieira, A., V. Guesdon, A.M., de Passillé, M.A.G. von Keyserlingk, and D.M. Weary. 2008. Behavioural indicators of hunger in dairy calves. Appl. Anim. Behav. Sci. 109:180-189.
4. De Paula Vieira, A., M.A.G. von Keyserlingk, D.M. Weary. 2010. Effects of pair versus single housing on performance and behavior of dairy calves before and after weaning from milk. J. Dairy Sci. 93: 3079-3085.
5. Flower, F.C., and D.M. Weary. 2001. Effects of early separation on the dairy cow and calf: 2. Separation at 1 day and 2 weeks after birth. Appl. Anim. Behav. Sci., 70: 275-284.
6. Jasper, J., and D.M. Weary. 2002. Effects of ad libitum milk intake on dairy calves. J. Dairy Sci., 85: 3054-3058.
7. Jensen, M.B., and L. Holm. 2003. The effect of milk-flow rate and milk allowance on feeding related behaviour in dairy calves fed by computer controlled milk feeders. Appl. Anim. Behav. Sci., 82: 87-100.
8. Khan, M., D.M. Weary and M.A.G. von Keyserlingk. 2011. INVITED REVIEW: Effects of milk ration on solid feed intake, weaning and performance in dairy heifers. J. Dairy Sci. 94:1071–1081.
9. Khan, M.A., H.J. Lee, W.S. Lee, S.B. Kim, K.S. Ki, J.K. Ha, H.G. Lee, and Y.J. Choi. 2007. Pre- and postweaning performance of Holstein female calves fed milk through step-down and conventional methods. J. Dairy Sci., 90:876–885.
10. Losinger, W.C., and A.J. Heinrichs. 1997. Management practices associated with high mortality among preweaned dairy heifers. J. Dairy Res., 64: 1-11.
11. O’Driscoll, K., M.A.G. von Keyserlingk, and D.M. Weary. 2006. Effects of mixing on drinking and competitive behavior of dairy calves. J. Dairy Sci., 89: 229-233.
12. Quigley, J.D. III. 1997. Raising replacement heifers from birth to weaning. Proceedings of the Western Canadian Dairy Seminar Red Deer, Alberta, 1997.
13. Svenson, C., U. Emanuelson, and K. Petterson. 2000. Health status of dairy calves kept in individual pens or in group pens with or without automatic milk feeder. Proceedings of the 10th International congress on Animal Hygiene, Maastricht, 2000.
14. Sweeney, B.C., Rushen, J., Weary, D.M., de Passillé, A.M. 2010. Duration of weaning, starter intake and weight gain of dairy calves fed large amounts of milk. J. Dairy Sci., 93: 148-152.
15. Thomas, T. J., D. M. Weary, and M. C. Appleby. 2001. Newborn and 5-week-old calves vocalize in response to milk deprivation. Appl. Anim. Behav. Sci., 74: 165-173.
16. von Keyserlingk, M.A.G., L. Brusius, and D.M. Weary. 2004. Competition for teats and feeding behaviour by group-housed dairy calves. J. Dairy Sci., 87: 4190-4194.
17. von Keyserlingk, M.A.G., F. Wolf, M. Hotzel, and D.M. Weary. 2006. Effects of continuous versus periodic milk availability on behaviour and performance of dairy calves. J. Dairy Sci., 89: 2126-2131.
18. von Keyserlingk, M. A. G., and D. M. Weary. 2007. Maternal behaviour in cattle: A review. Horm. Behav. 52:106–113.
19. von Keyserlingk, M.A.G., J. Rushen, A.M. de Passillé, and D.M. Weary 2009. Improving dairy cattle welfare: Key concepts and the role of science. J. Dairy Sci., 92: 4101-4111
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Servelio Hernandez
CALF SOLUTION
13 de septiembre de 2013
muy interesante,hoy en dia la propuesta en la produccion lechera es maximizar confort/bienestar animal y buenos comportamientos(vocalizacion, intermamado,tiempo de echado) es sumamente dificil igualar el bienestar de la ternera junto a su madre en una explotacion intensiva especializada por los parametros de produccion/reproduccion que ese reemplazo sera sometido, pero es nuestra obligacion ser creativos e investigar las mejores practicas de manejo que emulen el comportamiento natural de alimentacion, sin duda el levante colectivo es el futuro, por bajo costo y simplicidad laboral, lo que personalmente creo falto mencionar y otras documentaciones lo hacen es que si en el tropico, con tipos(no sistemas) de crianza que tenemos no priorizamos(ser imperativos en tiempo,calidad y cantidad) el manejo del calostro no podemos todavia dar ese paso de crianza colectiva, eso hablando en general, sabemos que atravez de mesoamerica hay explotaciones ejemplares que tienen ya que dar ese paso casi obligatorio.Mi pequena recomendaciones es que los productores que esten disenando su instalacion para reemplazos lecheros tomen en cuenta religiosamente el area de vida por animal en raza y edad(ver gold standar USA espanol) y que su instalacion sea lo mas flexible posible para convertirlo en varios sistemas de crianza lactante ejm: paneles moviles, cercos armables, divisiones modulares, drenaje compartidos, espacio de comedero ajustable,tomas altos y bajos de electricidad, areas de almacenamiento de calostro etc. le invito leer a Helena Hepola Doctoral dissertation “Rearing strategies of young dairy calves in relation to production, behaviour and welfare” April 18th 2008, University of Helsinki, Faculty of Agriculture and Forestry, Department of Animal Science. saludos Serve Hernandez calfmanager centroamerica
Anghilante, Ricardo Santiago
9 de septiembre de 2013
Interesante investigación. Me parece que luego debemos llevarlo a la práctica en el establecimiento ganadero, manteniendo la simplicidad para que cualquier persona pueda ejecutar la técnica. Esta es la categoría clave para cualquier productor lechero porque estos animales serán las próximas vacas en ordeñe de su establecimiento. Nosotros tenemos buenos resultados criando de manera individual y alcanzando pesos muy interesantes a los 15-18 meses de edad. Saludos. Ricardo Anghilante
Ricardo Eirea Dengra
9 de septiembre de 2013
Fuimos criadores de terneros, nuestro método era el de corrales individuales, basado en sustituto lácteo liquido producto de un pequeño sistema de ultrafiltracion de suero, extracción de proteína, algunos agregados enriquecedores del sustituto y "antibiótico". Un galpón con 150 boxes y 2 corrales 1/2 techo para la terminación posterior antes de enviarlos a la pradera. Muy posiblemente este nuevo método de cría, de mejores resultados el tema esta en que el equipamiento permita circulación continua del sustituto en frió y mediante algún sistema electrónico, conectado a un control de nivel abastezca el sistema de tetinas. También estoy de acuerdo que el sistema debe de contar con una tetina para cada ternera. Muy interesante la investigación Saludos Ricardo Eirea
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