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Si no se mide y/o no se pesa no se puede monitorear el comportamiento del hato de reposición: becerras y vaquillas lecheras

Publicado: 21 de marzo de 2015
Por: Joel H. Velasco Molina. Asesor Técnico de ABS México
Creo que coincidamos, estimadas lectoras y estimados lectores, en que si no se mide y/o pesa algo no podremos  evaluar. No obstante, a pesar que en el  presente se cuenta ahora, en las lecherías, con más cercanía a la asistencia técnica; todavía existen los casos, por incredulidad o negligencia, en el que se antepone la experiencia visual al uso de la regla y de la báscula.
En mi experiencia práctica de los pasados 14 años como asesor de ABS México, en la repùblica mexicana, he percibido avances plausibles en no pocas empresas lecheras de nuestro país, sobre todo en la crianza de becerras predesleche (primeros 60 días). La cifras propuestas en Gold Standars 1, de DairyCalf&HeiferAssociation de EEUU, han sido cubiertas y, a veces, superadas con creces.
Esto es, se ha alcanzado y superado lo que seguidamente aparece, establecido por dicha institución.
Morbilidad de 24 horas de nacida la becerra a 60 días, menos de 25 %
Morbilidad  (neumonía) de 24 horas de nacida la becerra a 60 días, menos de 10 %, y…
Mortalidad de 24 horas de nacida la becerra a 60 días, menos de 5 %
Y en lo tocante al peso corporal se estipula como referencia, que la becerra habrá de doblar su peso de nacimiento, a los 60 días; lo cual igualmente se ha logrado y  a veces superado.
Seguramente la pregunta que se antoja es ¿ Y cómo lo han logrado?. La respuesta rápida y directa que yo tengo es: Midiendo y pesando sistemáticamente eventos de áreas críticas que inciden sobre la sobrevivencia y buen desarrollo de las becerras, a saber:
  • Manejo del parto (midiendo tiempos y movimientos para la intervención oportuna en éste).
  • Cuidados de las becerras recién nacidas (tiempo para la curación del ombligo; medición de tiempo, calidad y cantidad para la primera comida de calostro, etc.).
  • Tiempo de separación de la neonata de su madre.
  • Manejo del calostro (medición de temperatura para enfriamiento inmediato, cuantificación de inmunoglobulinas, medición de las temperaturas de congelación, medición de temperatura al ofrecerse a la becerra, cuantificación bacteriológica, etc.).
  • Medición de la proteína sérica en sangre (inmunoglobulinas) de las becerras, ente las 24 horas y los 2 o 3 días de su primer comida de calostro (para la valoración del programa calostral).
  • Programas de alimentación líquida (pesaje del sustituto de leche con bàscula y no con el tanteòmetro, medición de la temperatura del agua para la mezcla, medición de la cantidad de dieta líquida a suministrar, medición de la temperatura de la leche o el sustituto al alimentarse, tiempos (horarios consistentes) de suministro a las becerras de la leche o del sustituto de leche.
  • Programa de alimentación de la dieta sólida, Concentrado iniciador: medición de la cantidad ofrecida y/o consumida, medición del porcentaje de finos y de humedad, etc.).
  • Medición de la calidad y cantidad de agua suministrada.
  • Medición por 3 dìas consecutivos de la cantidad de concentrado consumido por la becerra, vía de decidir el desleche (destete) de la misma.
  • Medición de la eficiencia alimenticia: kilos de alimento sólido (de la leche o sustituto de leche + el concentrado) necesarios para hacer un kilo de ganancia diaria.
  • Hospedaje de las becerras (espacios de la jaula (cuna), de techumbre, de la separación entre jaulas, espesor de arena del piso de las cunas (jaulas), etc.).
  • Pesaje y medición  de las becerras al nacimiento y al desleche.
  • Determinación de la ganancia diaria  y el incremento porcentual, entre el nacimiento y la suspensión de la dieta líquida; obtenido con el peso de nacimiento (antes de ingerir el calostro) y el peso al destete (desleche).
  • Cálculo diario del porcentaje de morbilidad y mortalidad.
 
¿Y después de suspender la dieta líquida a las becerras, qué?
Otro cambio súbito que experimentan las becerras---aparte del que sufrieron al nacer----es el de la transición (una o 2 semanas predesleche y hasta uno o 2 meses posdesleche); es decir, del paso de la individualidad de su jaula (o cuna) a la comunidad del corral. Las becerras entonces se exponen al estrés que puede ocasionarse por:
  • Cambio de entorno: aprender a sociabilizar (y competir) con otras becerras, a veces de mayor edad.
  • Cambios nutricionales y alimenticios por contener la ración del cambio diferencias en proteína, energía, vitaminas y minerales; y enfrentarse a bebederos y comederos que le son desconocidos.
  • Cambios en su anatomofisiología: término de la inmunidad pasiva obtenida del calostro, y papilas ruminales aún en desarrollo.
  • Cambio de hospedaje (lugar) que le confronta a nuevos patógenos.
Ante tal cuadro de referencia es imperativo que se ejecute el seguimiento, desde la interrupción de la leche o sustituto de leche en las becerras, y hasta el parto de las vaquillas, apegándose a lo  sugerido por DairyCalf&HeiferAssociation (Gold Standars 1, 2 Y 3) en cuanto a morbo-mortalidad y ritmo de crecimiento.
Ahora bien, si hacemos un análisis a fondo de lo que es resultado tanto la morbilidad y la mortalidad, cuanto el ritmo de crecimiento de las becerras y las vaquillas, estaremos en facultad para detectar aquellos factores causales de riesgo que los afectan, para actuar en consecuencia.
Por tanto, siendo reiterativo, habrán de ponerse en conjugación los verbos Pesar y Medir. Consecuentemente resulta ineludible adoptar las prácticas de:
  • Llevar los registros diarios del comportamiento de los animales desde el punto de vista de la morbilidad y mortalidad (ver tabla siguiente)
 
Si no se mide y/o no se pesa no se puede monitorear el comportamiento del hato de reposición: becerras y vaquillas lecheras - Image 1
 
  • Medir, pesar y calificar la condición corporal tras el desleche de las becerras, considerando, al menos: 1) Las becerras de 4 y 6 meses,     2) Las vaquillas que entran en el programa reproductivo (para su primer servicio de inseminación), y 3) Las vaquillas en el preparto o inmediatamente posparto.
  • La frecuencia en que se haga tal práctica es opcional (recomiendo por lo menos cada 3 meses), y no se precisa de que se trabajen (midan y pesen)  todos los animales de las diferentes edades, y los mismos animales; cuando la variación entre los susodichos es mínima en estaturas y pesos, con un muestreo de un 20 %, hecho al azar, es representativo.
Como colofón a mi contribución quiero decirles amigas y amigos lectores, que si nos aferramos a que la experimentada  evaluación visual sustituye el Medir (regla) y el Pesar (báscula), el devenir (llegar a ser) del hato de reposición (becerras y vaquillas) será incierto. 
 
Si no se mide y/o no se pesa no se puede monitorear el comportamiento del hato de reposición: becerras y vaquillas lecheras - Image 2
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Autores:
Joel H. Velasco Molina
ABS Global
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Joel H. Velasco Molina
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Oscar N. Grassi
18 de junio de 2015
CONCRETO Y EXACTO...FELICITACIONES
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