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Obstetricia y neonatología bovina: III. Evolución uterina y fetal durante la gestación

Publicado: 7 de junio de 2018
Por: Dr. Bruno Rutter
PROGESTACIÓN:
Es el período de la gestación comprendido entre el descenso de la mórula al útero y el anidamiento (nidación) o fijación de las envolturas fetales a la pared del útero.
La mórula, unida al ápice del cuerno uterino, se nutre por difusión del isotrofo o leche uterina: líquido mucoso, denso y viscoso, secretado por las glándulas del endometrio y compuesto de proteínas, carbohidratos, mucopolisacáridos y glucógeno.
Al séptimo u octavo día, ente los espacios intercelulares de la mórula se acumulan líquido que después, en un polo, forma una cavidad blastocele y el embrión en este estadio es denominado blastocisto. Al decimo día la mayor parte de los blastocistos son todavía esféricos, con un diámetro de 2,8 mm, mientras que una parte menor son alargados y miden 2 mm de diámetro por 4,5 mm de largo. El blastocisto se expande, la zona pelúcida se abre y es capaz de aprovechar el metabolismo aeróbico y de consumir glucosa, elemento indispensable para el normal desarrollo. Este período es el más crítico para la vida del embrión y depende mucho del equilibrio hormonal endócrino de la madre; de la integridad de la mucosa uterina; de la ausencia de gérmenes, incluso banales, que con su replicación pueden substraer oxígeno al ambiente, justo cuando el embrión tiene más necesidad de él y de la disponibilidad de leche uterina y de glucosa en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades del embrión.
Entre el día 14 y el 18 el flujo sanguíneo del cuerno uterino aumenta dos o tres veces y vuelve a ser normal en el día 19. Esto se debe a la producción de PgE2 por parte del blastocisto. El flujo sanguíneo del cuerno no grávido permanece invariable.
Con el desarrollo sucesivo, el blastocisto se expande rápidamente. El estrato de células periféricas, grandes y aplanadas (trofoectodermo) formarán las envolturas fetales, mientras que el grupo de células centrales pequeñas y en posición excéntrica (masa celular interna) formará el embrión. La diferenciación de las células periféricas de las centrales no deriva de una constitución particular citoplasmática preexistente en el óvulo, sino de diferencias micros ambientales en el interior de la mórula.
El blastocisto permanece libre en la luz uterina hasta el anidamiento (nidación o implantación), que es un proceso gradual y lento que comienza en el día 15 y está completo en el día 40. En realidad hacia duodécimo día el blastocito ya deja de moverse y conserva una posición fija mantenida por el alargamiento y por débiles adherencias a la pared del útero.
El trofoblasto o membrana del blastocito, después del día 12 el trofoblasto produce interferón τ, que tiene acción lúteotrófica con un mecanismo local de anulación de la acción luteolítica de las PGs inhibiendo la producción de estas. En esta situación el cuerpo lúteo persiste (cuerpo lúteo de gestación) y esta es la primer señal de gestación. La tasa sanguínea de progesterona permanece elevada y se mantiene en los valores máximos del diestro (de 5 a 10 ng/ml) durante toda la gestación. La progesterona estimula al endometrio para la producción de leche uterina para la nutrición del embrión.
El trofoblasto presenta la expansión más rápida entre el día 16 y el 20 y en este período el flujo sanguíneo del cuerno uterina gestante aumenta dos o tres veces, mientras que el cuerno no grávido el flujo sanguíneo permanece constante. Esto demuestra que el conceptus es ya activo y ejerce una acción local entre el cuerno gestante y el ovario ipsilateral, pero no sobre el cuerno no grávido.
En los líquidos del blastocisto todavía libre en el útero, hay presencia de estrógenos (0,4 ng/ml en 40 días) y en esta fase de la gestación se observa edema y crecimiento de las glándulas uterinas por parte de las carúnculas y del endometrio. La biosíntesis de los estrógenos por parte del conceptus es tal que estimula la producción de PgF2α por parte del endometrio.
De hecho, en el lavado uterino al día 16 del ciclo estral de la hembra no gestante, está presente la PgF2α en la cantidad de 27 ng/ml y en el día 19 la cantidad es de 111 ng/ml. En la hembra gestante, sin embargo, la PgF2α tiene una concentración de 482 ng/ml en el día 16 y de 1.188 ng/ml en el día 19. Al mismo tiempo también se produce PgE2 en cantidad igual aproximadamente a la mitad respecto a la PgF2α. De modo que, el bloqueo de la luteólisis al comienzo de la gestación y la transformación del cuerpo lúteo cíclico en gestacional sucede también por una serie de mecanismos relacionados y consecuentes a aquellos implicados para la PgF2α:
  1. La acción luteolítica de la PgF2α sea neutralizada por la PgE2 que tiene acción antagonista (vasodilatadora) respecto a la PgF2α.
  2. Que la PgF2α no sea vertida a la circulación sanguínea, sino que permanezca secuestrada en útero junto con el conceptus.
  3. Que el blastocisto provoque una inversión de corriente y que la PgF2α no pase a la recirculación útero – ovárica, sino que sea descargada a la circulación sanguínea general y degradada en los pulmones antes de llegar a tener contacto con el cuerpo lúteo.
  4. Que el trofoblasto sea capaz de degradar por contacto la PgF2α. La cantidad de PgF2α producida por el endometrio del cuerno uterino no gestante no puede llegar directamente al cuerpo lúteo, situado en el ovario contra lateral, a través de la circulación breve (recirculación) útero-ovárica, sino que acaba en la circulación sanguínea general, donde es degradada.
ANIDAMIENTO
El anidamiento es el proceso de fijación del las envoltura fetales, de origen trofoblastico, a las carúnculas uterinas maternas, que tiene lugar gradualmente entre el día 15 al día 40 de gestación.
El blastocisto después del noveno día tiende a alargarse, se nutre todavía de leche uterina, pero es capaz de aprovechar el metabolismo aerobio.
En el duodécimo día el blastocisto ya no es móvil, sino que está anclado al útero en las rugosidades que se forman en la pared externa de la vesícula embrionaria a la altura de las carúnculas maternas.
Después del día 12 el blastocisto se alarga rápidamente y el día 17 ocupa toda la longitud del cuerno uterino gestante, mientras que el embrión en el interior del blastocisto mide menos de 10 mm de longitud y, junto con los líquidos, se encuentra en la parte más declive del cuerno.
Al vigésimo día la vesícula embrionaria alcanza el cuerpo del útero y tiende a expandirse en el cuerno uterino contra lateral. La vesícula amniótica tiene un diámetro de 5,4 mm y aumenta 2,5 mm al día hasta el día 55.
En el día 30 la vesícula corionica tiene forma de cordón, mide unos 30 cm de largo y contiene 60 ml de líquido. Ocupa todo el cuerno uterino grávido, todavía no distendido, sino levemente tónico con la pared delgada.
La parte terminal del cordón corionico tiende a ocupar parte del cuerpo uterino no grávido.
Las modificaciones que se producen en la pared muscular, mucosa y en la irrigación del útero después de la fecundación y la anidación embrionaria, tiene como fundamento crear un ambiente propicio para la fijación y posterior crecimiento del embrión y posterior feto. Junto con la dilatación paulatina y considerable de los vasos sanguíneos, que aumentan su grosor y flujo con el avance de la gestación, se comprueba el crecimiento de los capilares y el aumento en tamaño y número de las glándulas uterinas de las que al principio se nutre el embrión.
Sobre la parte externa de la vesícula corionica aparecen las placas placentarias y sobre la pared del útero desarrollan los cotiledones. En el centro de la vesícula corionica se encuentra el amnios, constituido por una esfera transparente y tensa, gruesa como una avellana, que contiene el embrión, de poco más de 10 mm de largo.
En el día 35 se forman las vellosidades placentarias, los cotiledones y las carúnculas son bien visibles y las adherencias estables.
En el día 40 de gestación, la nidación está terminada. Las vellosidades del corion, constituidas por grupos de capilares, profundizan en las criptas de las carúnculas maternas, formando los placentomas bien visibles. La placenta inicia su actividad con intercambios nutritivos y gaseosos directos entre la madre y el feto y la eliminación de los metabolitos residuales en sentido contrario.
La fase de la nidación o fase embrionaria de la gestación se caracteriza por la diferenciación celular y la organogénesis. En esta fase. El embrión es más sensible a los agentes teratogénicos externos de naturaleza tóxica, medicamentosa, nutricional, etc. Se calcula que la pérdida de embriones es de un 30 %.
Después de la fase embrionaria, que va desde el día 11 al día 40 – 45, momento en que la organogénesis se ha terminado, la sustituye la fase o período fetal de la gestación, que dura hasta el término de la gestación (parto).
Durante la gestación el útero grávido crece formando un saco de pared delgada. Se produce una asimetría entre los cuernos ya evidente en el segundo mes de gestación, esta simetría es cada vez más evidente con el crecimiento del feto y los líquidos fetales .
El incremento que experimenta el útero por el aumento de sus elementos musculares, tejido conectivo intersticial y irrigación sanguínea, equivale a varias veces su peso en estado no gestacional (10 a 12 veces).
A pesar de la hipertrofia de los tejidos la evolución del útero va acompañada de un adelgazamiento de su pared debido a la gran dilatación; en un útero vacío el grosor de la pared es de 4 a 5 mm y pasa a 1,5 a 2,0 mm al final de la gestación; con el parto la pared uterina se contrae inmediatamente a partir de la pérdida del líquidos (alantoideo y amniótico) y este espesor aumenta entre 10 a 20 mm.
Las fibras musculares del útero vacío tienen una longitud de 11 – 150 μ y un ancho de 2 μ. En el 5to. Mes de gestación la longitud es de 700 – 800 μ y su ancho de 5 - 6μ.
Debido al desarrollo uterino durante la gestación y a partir del final de la primera mitad de la preñez, el útero se adosa a la pared abdominal inferior y crece hacia el diafragma. El cuerno grávido se hace tan largo que es imposible alcanzar por palpación rectal su extremidad anterior. El otro cuerno, crece también en tamaño, aun cuando es considerablemente más pequeño que el cuerno grávido, y solo participa en la placentación.
En general el cuerno gestante derecho se ubica preferentemente en el espacio derecho de la cavidad abdominal; en la gestación izquierda o en la gestación doble una parte del útero se ubica hacia la parte inferior izquierda del abdomen por debajo del rumen.
En las gestaciones dobles, los fetos pueden ubicarse en los dos cuernos, aún cuando también en uno solo.
En la hembra bovina, la fijación del cuerno gestante en estado avanzado de preñez es desfavorable pues solo se fija en la curvatura menor, dejando la mayor parte del útero en libertad de movimiento; esta sería una de las causas de la torsión uterina.
UBICACIÓN Y CRECIMIENTO DEL FETO EN SU VIDA UTERINA
En el período embrionario y inicio del período fetal debido a su tamaño el embrión – feto queda fijo en un lugar del útero, el posterior crecimiento del mismo, las membranas y líquidos que van desarrollándose, el cuerno empieza a extenderse. Solo cuando el feto ha alcanzado cierto tamaño, su eje longitudinal es casi paralelo a la dirección longitudinal del cuerno gestante. Ocupa una posición inferior o levemente lateral, ubicando su espalda sobre la curvatura mayor; su columna vertebral está en cifosis con concavidad hacia dorsal de la madre, la cabeza y los miembros en máxima flexión. Esta posición fetal para algunos autores es debido a la fuerza de gravedad, que hace que partes más pesadas se ubiquen hacia abajo.
Hacia la mitad de la gestación ya el feto no puede cambiar su presentación cefálica o de nalgas, que conservará hasta el parto.
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ENVOLTURAS FETALES
La placenta (del latín: torta plana) está constituida por tres membranas, del exterior al interior son: corion (del griego: pequeño intestino), alantoides (del griego: salchicha o chorizo) y el amnios.
El componente principal de la placenta es el alantocorion, de hecho, el alantocorion fetal se adhiere a las carúnculas del endometrio: en la placenta alantocorial se hallan tres estratos embrionales fetales: el endotelio que reviste los vasos sanguíneos alantoideos, el tejido conectivo mesodérmico corioalantoideo y el epitelio del corion, que deriva del trofoblasto.
En la mucosa uterina se pueden considerar tres estratos, ellos son: el endotelio de los vasos, en tejido conectivo colindante y el epitelio de revestimiento.
La placenta bovina es epitelio corial y, como el nombre lo indica, el corion fetal está en contacto con el epitelio uterino. Durante el último tercio de la gestación se inicia la perdida de células epiteliales en las criptas de las carúnculas y por lo tanto se habla de placenta parcialmente decidua (deciduus = caduco), terminando como una placenta sindesmo-corial.
El alantocorion fetal forma, en los puntos de contacto con las carúnculas maternas, zonas especializadas recubiertas de vellosidades, cada una de las cuales se llaman cotiledón.
Las vellosidades coriales se introducen dentro de las criptas de las carúnculas; y el conjunto de la carúncula materna y el cotiledón fetal forman el así llamado placentoma.
Las porciones de alantocorion en contacto con las carúnculas presentan fenómenos de hiperplasia (aumento de la proliferación celular) y de hipertrofia (aumento del volumen celular, que conduce a la formación del cotiledón. Algunos de los cotiledones que se forman por encima del dorso del feto son corioamnióticos, pero están vascularizados por vasos sanguíneos alantoideos.
La placenta bovina se clasifica macroscopicamente como cotiledonaria.
Aproximadamente 7 días después del parto, las criptas en el interior de cada carúncula se necrosan como consecuencia de la hisquemia, y las pocas células epiteliales son eliminadas.
Los placentomas están conectados por una parte con la pared uterina y por otra con el corion.
La conexión con la pared uterina se produce por medio del pedúnculo de las carúnculas. De 2 – 3 cm de largo, liso, desprovisto de fibras musculares, de estructura y consistencia conectiva, revestido de mucosa uterina desprovista de glándulas. La propia mucosa, con una acentuada proliferación, forma la parte dilatada de la carúncula, conectada al pedúnculo, formando el complejo placenta materna. En el área de inserción del pedúnculo se forma una ensenada de la carúncula llamada fosa de la carúncula. En el pedúnculo encontramos vasos aferentes y eferentes, con origen y destino en las arterias y venas uterinas.
La conexión de los placentomas con las envolturas fetales se produce por medio del alantocorion. Este se presenta delgado, provisto de vasos, con cotiledones que al final de la gestación envuelven la parte dilatada de las carúnculas completamente como una cofia, de este modo solo el área de inserción del pedúnculo permanece libre. El área marginal del cotiledón, por el cual el delgado alantocorion pasa a otro cotiledón contiguo, rodea como un cáliz la inserción del pedúnculo de la carúncula.
El desarrollo de los placentomas es diferente según el lugar. Por regla general, los más desarrollados se encuentran a la altura del área media del cuerno gestante. En las áreas próximas a la punta de los cuernos, como también en la cercanía del cuerpo del útero estos son pequeños. Lo mismo ocurre en el cuerno no gestante. Los placentomas más desarrollados, al final de la gestación, pesan unos 300 gr y miden 14 x 6 x 4,5 cm. El peso de la placenta al final de la gestación es de aproximadamente 7 Kg.
FISIOLOGÍA DE LA PLACENTA
Es el órgano que asegura los cambios nutritivos y gaseosos entre la madre y el feto. Desempeña funciones digestivas, respiratorias, de absorción, de excreción, metabólicas y endocrinas. Es un órgano vivo suplementario y transitorio extra fetal que funciona también como glándula de secreción interna y participa, junto con el cuerpo lúteo, en el mantenimiento de la gestación.
Función nutritiva:
Las substancias nutritivas pueden atravesar la placenta por:
Difusión simple: compuestos de bajo peso molecular, paso muy rápido sin consumo de energía. De este modo se difunden agua, electrolitos (Na, Cl, K), la urea, el ácido úrico, la creatina, el oxígeno, el CO2 y algunos fármacos administrados a la hembra como por ejemplo algunos antibióticos.
Difusión facilitada: la substancia atraviesa la placenta, uniéndose a un transportador, de ese modo forma un complejo transportador que , sin consumo de energía, permite el paso bastante rápido de substancias como la glucosa, los aminoácidos y ácidos grasos necesarios para el feto.
Transporte activo: esta modalidad permite el tránsito de compuestos que son divididos en los constituyentes sencillos y, después de haber atravesado la membrana placentaria, son nuevamente sintetizados. Las proteínas, los fosfolípidos y las grasas neutras; todos estos atraviesan la barrera placentaria con consumo de energía.
Estos intercambios están en relación con los flujos hemodinámicos en el placentoma y, en consecuencia, están unidos a la situación hemodinámica materna (cardiocirculatoria y hemodinámica), a la eficiencia cardíaca fetal y a las contracciones de la musculatura uterina.
Los intercambios gaseosos (O2 – CO2) están ligados a los caracteres cualitativos de la membrana de intercambio (superficie – espesor), a la velocidad de circulación de la sangre en la placenta, a las tensiones de O2 – CO2 presentes en sangre materna y a la fetal, pero sobre todo, a las características y a la calidad de la hemoglobina fetal. Hay que destacar que la sangre fetal tiene menos afinidad por el CO2 que la sangre materna, favoreciendo de este modo el paso de CO2 del feto a la madre.
Función endocrina:
Lactógeno placentario (LP):
La producción de LP es de competencia trofoblástica y es importante para el mantenimiento de la gestación.
La secreción se produce en los cotiledones, en la zona de contacto con las carúnculas maternas y en gran parte es vertida al torrente circulatorio materno. El papel del LP incluye muchas funciones:
  • Preparación de la glándula mamaria para la lactación.
  • Doble efecto con la relación a la insulina, con estimulación de su producción y secreción después de la incorporación de carbohidratos, mientras que en caso de ayuno presenta una acción antiinsulínica, con aumento de la resistencia periférica, de la movilización de las grasas y de la glucogenolisis.
  • Efecto inmunosupresor.
Esteroides
Para evaluar la función endócrina de la placenta en la producción esteroidea hace falta considerar las cuotas de participación respectivas del feto, del cuerpo lúteo, de la propia placenta y las etapas fundamentales de la producción esteroidea en los que respecta a cada una de las hormonas. Tales actividades placentarias están estrechamente integradas con los fetales, tanto que se ha acuñado el término de “unidad fetoplacentaria”.
La placenta es capaz, a nivel trofoblástico, de producir progesterona en cantidad por la conversión del colesterol circulante y de la pregnenolona. Sin embargo, no posee las cadenas enzimáticas para su reconversión en andrógenos (como ocurre en el testículo), corticosteriodes (como ocurre en las suprarrenales) y no forma localmente pregnadiol, esteriode que representa el compuesto más importante del catabolismo de la progesterona en el hígado.
La placenta no es capaz de sintetizar cortisol ni corticosteriodes, mientras que parece capaz de producir una pequeña cantidad de androstenediona y la testosterona que, de todos modos, es capaz de producir por conversión de la dehidroepiandrosterona sulfato (DHEA-S) sintetizada por la suprarrenal, alcanza la placenta, y previa liberación del sulfato por parte de la sulfatasa placentaria, es transformada por la actividad enzimática de la 3?-ol-deshidrogenasa en andrógenos, los cuales son finalmente aromatizados en estrógenos. De forma que la mayor parte de la androstenediona y de la testosterona sufren aromatización en estrógeno (estradiol y estrona).
Prolactina
Su concentración en la sangre materna aumenta al final de la gestación y es máxima durante el parto. (170 ng/ml), después, al cabo de una semana, decrece para estancarse en valores de 100ng/ml.
Relaxina
Es un polipéptido producido por la placenta al final de la gestación y determina el inicio del parto con relajamiento de los ligamentos del cinturón pelviano y de los intervertebrales de la cola, así como el acortamiento y la relajación de la cérvix.
Función protectora
La placenta constituye una barrera de protección para el feto ante los gérmenes que pueden circular por la sangre materna. Los virus tienen, en relación con sus pequeñas dimensiones, la posibilidad de superar el filtro placentario en cada período de la gestación y sus daños están en relación, sobre todo, al llamado calendario embriogénico, pudiendo causar daños irreversibles o la muerte embrio fetal.
Proteínas específicas de la placenta
La placenta de la hembra bovina produce diferentes proteínas durante todo el período de la gestación. La más conocida es la PSPB (Pregnancy Specific Protein B), una segunda es la PSP60 (Pregnancy Serum Protein 60) y una tercera poco conocida es la PAG (Pregnancy Associted Glycoprotein)
Excepto algunas diferencias bioquímicas, estas tres proteínas son muy similares. Representan un marcador en el suero, indicador específico de la presencia del embrión en el útero. Son muy estables a partir del día 27 después de la inseminación artificial, en particular la PSP60 presenta una concentración plasmática creciente durante la gestación y, sobre todo, en las últimas dos semanas precedentes al parto.
Por lo tanto, estas proteínas séricas son potentes instrumentos de análisis para el diagnóstico de gestación. El diagnóstico sérico de gestación, a 30 días, mediante el nivel de dichas proteínas específicas a sustituido los diagnósticos de no gestación, que determinan la progesterona plasmática, o en la leche, a 24 días, como consecuencia de mayor fiabilidad.
Extracto del libro "Obstetricia y neonatología bovina" del Dr. Bruno Rutter. 
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Rutter Bruno
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Rodolfo Murray
11 de septiembre de 2019
Muy bueno , Justo en el día del maestro a un gran maestro y profesor, felicitaciones Bruno por tu aporte.
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Gonzalo Poodts
30 de mayo de 2019
Muy bueno lo tuyo Bruno, muy claro y didáctico. Ponderable en esta época que cualquiera tenga acceso a esta información, sumamente importante, no solo para refrescar conocimientos profesionales, sino también para todo aquel que desee entender porque es tan importante cuidar o valorizar la importancia del correcto manejo de los vientres desde el servicio (IA, IATF o SN), potencialmente estantes (hasta la confirmación diagnóstica, durante la misma y 60 días pos fecundación) a fin de evitar pérdidas embrionarias. Felicitaciones y gracias nuevamente
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Rutter Bruno
29 de mayo de 2019
Gracias por el comentario
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Carlos  Mario Contreras Rabelo
17 de abril de 2019
excelente participación, nos actualiza .
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Jodie Lee Hall
21 de junio de 2020
Buenos días, estoy buscando cursos online de obstetricia bovina. ¿Usted hace alguno o sabría recomendarme uno en concreto? Muy agradecida, Jodie.
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Juan Carlos Calvachi Castellanos
31 de octubre de 2019
Saludo Doctor desde Ecuador muy bien
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Armando Solano Villa
2 de junio de 2019
Excelente artículo. Son pocos los escritos que ponen en conocimiento de los ganaderos esta importante informaciòn, sobre todo en esta era de muerte embrionaria, entre otras causas, por mal manejo del inicio de la gestaciòn debido al estrès calórico. Como no soy veterinario considero de vital importancia ilustrarnos sobre la formación del cordòn omblilical y sus funciones fisiològicas. Gracias.
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luis alfonso gelvez villamizar
31 de mayo de 2019
Muy interesante el artículo y muy completo muchas gracias por la información y el contacto
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Raul Revilla
29 de mayo de 2019
Es una información muy importante, me ayuda a mejorar mis actividades, Dr. Rutter Bruno, Gracias, Felicitaciones para Usted.
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Ricardo Omar Arrieta
20 de mayo de 2019
Como ha sido siempre estimado Dr. sus clases magistrales, llevando claridad, conocimientos y sencillez, un abrazo
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