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Contexto para la siembra de pasturas

Publicado: 11 de marzo de 2014
Por: Juan Bologna, Director del Área Pasturas de Barenbrug Palavesich
Debido a la sucesión de períodos de sequía y de excesos hídricos los rendimientos de los cultivos agrícolas fueron severamente afectados y en las zonas más afectadas los productores bajaron la carga global por venta de animales en un contexto de precios desfavorable.  Por eso la situación financiera a nivel de muchas empresas también limita su capacidad para recuperar base forrajera después de este verano. 
Las pasturas son el alimento más rentable frente a la alternativa de incorporar a la dieta animal concentrados y forrajes conservados de altos costos y calidad mediocre.  Frente al aumento progresivo en los gastos de alimentación,  es imprescindible revisar los planes y presupuestos de producción de forraje.
La estrategia operativa para recuperar pasturas dependerá de la situación particular de cada empresa.   
No proyectar el aporte de las pasturas ni planificar cadenas forrajeras para sistemas pastoriles considerando solamente los promedios climáticos.  Los promedios regionales enmascaran la variabilidad estacional e interanual de las lluvias y también de la temperatura y de la radiación. 
No se puede seguir negociando con el clima.  Debemos incluir en nuestros planes forrajeros y protocolos de manejo a la variabilidad en el clima tal como estamos manejando la heterogeneidad de los ambientes disponibles en cada lote. 
Los efectos de pérdida de plantas y reducción en potencial productivo tanto por sequías como por excesos hídricos son de impacto a mediano y largo plazo. 
Cuanto mejor haya sido el manejo de la pastura antes y durante eventos extremos de sequía o excesos prolongados de agua, más rápida será su recuperación.  Por eso es importante prepararse para el riesgo climático.  Debemos definir y aplicar estrategias de manejo a escala del sistema de producción que han probado tener alto impacto tales como la planificación de una base de reservas de alta calidad, selección de lotes de sacrificio, ajustes de carga animal y uso racional de reservas forrajeros y granos.  
El manejo de sistemas pastoriles requiere niveles crecientes de precisión y especialización: ya no basta con presupuestar y ajustar la oferta de pasturas o forrajes con los requerimientos animales, sino que se debe considerar en cada campo la heterogeneidad de suelos e incluir el clima como riesgo y recurso productivo. 
Tendencias
Continuación del proceso de desarrollo pastoril de los nuevos ambientes ganaderos con especies adaptadas.
Consolidación de la alfalfa como la alternativa forrajera más rentable para la producción de pasto en ambientes menos limitantes. Se recuperarán lotes de aptitud agrícola moderada para la producción intensiva de alfalfa y se reinstalaron rotaciones con pasturas base alfalfa con planes de renovación cada cuatro años.
En las zonas afectadas por la sequía la prioridad es recomponer rápidamente la base forrajera.  Disponer de forraje de alta calidad temprano en el otoño, acelerando los tiempos y eficiencias de producción animal permitirá capturar la rentabilidad asociada a buenos precios en todas las categorías y a mejoras en los precios de la leche. Eso explica la demanda sostenida de verdeos invernales con una especialización creciente, eligiendo especies y cultivares por adaptación a ambientes, patrón estacional de la producción, opciones de manejo y objetivos de performance animal.
Las perspectivas de rentabilidad para el negocio ganadero seguirán siendo buenas pero condicionadas a la planificación del modelo de producción y a la toma oportuna e informada de las decisiones que hacen a la estructura de costos del negocio.  
Estamos ante una buena oportunidad de recomposición de recursos forrajeros traccionada por la mejora en los precios relativos de las distintas categorías, la expectativa de incremento en las exportaciones y las perspectivas de un contexto favorable para la lechería.  
En todos los casos se debe tener en cuenta el impacto de los costos de producción. 
Según los análisis de datos reales de establecimientos de referencia, una de las decisiones de mayor impacto sobre el ingreso neto del negocio ganadero es la composición de la dieta de los animales.  Las pasturas son el alimento más barato frente a la alternativa de incorporar a la dieta animal concentrados y forrajes conservados de altos costos y calidad generalmente mediocre.  Frente al aumento progresivo en los gastos de alimentación es imprescindible revisar los planes y presupuestos de producción de forraje.   En lo que se refiere a pasturas el manejo de la implantación y la eficiencia para lograr las poblaciones objetivo en las pasturas son las variables de mayor incidencia sobre los ingresos de los sistemas de base pastoril.  Esas variables determinan la producción de forraje del recurso, su persistencia en el caso de pasturas perennes y reducen los costos de oportunidad de uso de la tierra al permitir un uso intensivo y rentable del recurso.   Sin poblaciones adecuadas de especies y cultivares adaptados la oferta forrajera se reduce.  La pastura más cara es la que no llega a implantarse. 
Se mantiene una demanda tecnológica importante para desarrollar sistemas de producción compatibles con una ganadería rentable y competitiva.
En ese sentido la tendencia más importante en la producción de pasturas ha sido la progresiva especialización.  Esto implica una adecuada planificación a tiempo de la base forrajera, caracterización y evaluación precisa de ambientes, selección de especies y cultivares adaptados por ambiente y sistema de producción.  También se ha adoptado rápidamente un conjunto de buenas prácticas pastoriles.  Se han incorporado cambios en las densidades de siembra y en el manejo de la implantación para alcanzar  las poblaciones objetivo, mejoras en las estrategias de nutrición de las pasturas (fertilización), mayor conocimiento de los umbrales de adaptación de las especies y cultivares a los distintos suelos, climas y manejos del pastoreo.  Hay una mayor preocupación por lograr sistemas flexibles de utilización de pasturas bajo pastoreo (frecuencia, intensidad, descansos estratégicos) y también para obtener reservas de alta calidad.   
En este contexto de precios de la carne y de la leche, se recupera la inversión en la implantación de pasturas en seis  meses de producción de forraje, con la producción obtenida en los primeros dos pastoreos.
Se proyecta el retorno de buenas rentabilidades en sistemas de producción pastoril eficientes y además se prevé una mejora en la competitividad respecto a la agricultura de grano. Eso determinará que se siga avanzando en el desarrollo de pasturas en ambientes netamente ganaderos y además reposicionará las pasturas base alfalfa en zonas con aptitud agrícola con limitantes.
La demanda de pasturas está siendo traccionada por el ajuste definitivo de los sistemas ganaderos con mayor participación del pasto en la cría y particularmente la recría pastoril.  La recría a pasto con suplementación puede transformarse en la fase más rentable y eficiente de la cadena de valor de la carne en Argentina.  Se presenta como una alternativa de agregado de valor para los criadores ante la expectativa de recuperación de las exportaciones y el crecimiento de la demanda de animales de mayor edad y peso. 
Estamos proyectando además un incremento gradual del área de pasturas manejadas para la confección planificada de reservas de alta calidad que amortigüen la variabilidad climática y permita sostener altas cargas por unidad de superficie manteniendo elevada performance individual (GDPV o Lts leche/vaca).
Los nuevos cultivares de alfalfa continúan consolidándose como alternativas estratégicas en todas las cadenas forrajeras.  Por su versatilidad de uso y elevada producción de forraje de alta calidad, en combinación con verdeos y suplementos, permiten sostener altas cargas animales con excelente performance individual.  La alfalfa es la alternativa forrajera de menor costo relativo para producir carne y leche al combinar altas producciones especialmente durante el verano, con el más elevado valor nutritivo y la posibilidad de obtener reservas de alta calidad.  Su alta capacidad de carga permite su inclusión en sistemas mixtos con rotaciones agrícolas, liberando área para los cultivos, intensificando el uso del suelo, diversificando los ingresos y asegurando la sustentabilidad del sistema de producción. 
Están dadas las condiciones para que la siembra de nuevas pasturas y verdeos supere la tasa de recuperación que mostró el año pasado. La tendencia es que se consolide la recomposición de la demanda de alfalfa y se acelere la siembra de pasturas tanto en lotes de mediana aptitud agrícola (base gramíneas perennes) como en suelos de aptitud netamente ganadera.
Autores:
Juan José Bologna
Barenbrug Palaversich
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