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Consumo de agua clorada en becerras lecheras Holstein Friesian y costo de cloración

Publicado: 21 de octubre de 2020
Por: Ramiro González Avalos1,*Blanca Patricia Peña Revuelta1,Norma Rodríguez Dimas1, MelisaConcepción Hermosillo Alba1, José González Avalos2, EdgarJesús Macías Ortíz31Universidad Autónoma Agraria AntonioNarro-Unidad Laguna, Departamento de Ciencias Básicas, carretera a Santa Fe yPeriférico, Torreón, Coahuila, México.2Instituto de Ciencias Agropecuarias,Universidad Autónoma del Estado deHidalgo, Tulancingo, Hidalgo, México.3Consultor
Resumen

El agua es uno de los nutrientes esenciales en ganado lechero. Una herramienta útil para elevar la calidad del agua es la utilización de cloro; este es el desinfectante más comúnmente usado, es económico y efectivo a bajas concentraciones. El objetivo del presente estudio fue evaluar el consumo de agua clorada y costos de cloración, en becerras lecheras Holstein Friesian. Se utilizaron 42 crías recién nacidas, se empleó un diseño experimental completamente al azar con dos tratamientos y 21 repeticiones, fueron asignadas de manera aleatoria a cada tratamiento. Los tratamientos suministrados fueron los siguientes: T1= agua clorada con 5 ppm de cloro, T2= agua sin cloro. Se suministró agua dos veces al día. Las variables que se midieron fueron: consumo de agua y costo de cloración. El análisis estadístico de las variables se realizó mediante un análisis de varianza y la comparación de medias se realizó con la prueba de Tukey. Se empleó el valor de (P≤0.05) para considerar diferencia estadística. Se observó diferencia estadística (P≤0.05) a favor del tratamiento con agua clorada. El consumo promedio fue de 5.22 L/d, con un mínimo de 2.78 y un máximo de 9.07 L/d. Las becerras lecheras consumen cantidades considerables de agua clorada.

Palabras clave: becerra, cloro, consumo de agua, desarrollo, reemplazo

INTRODUCCIÓN
El agua es esencial en los procesos bioquímicos en el organismo, juega un papel fundamental en la regulación de la temperatura del cuerpo y la presión osmótica (Davis y Drackley, 1998). Las becerras reciben agua al consumir leche, otros alimentos y del agua potable. La leche o el sustituto de leche no constituyen agua extra. Por consiguiente, la alimentación no deberá ser interpretada como fuente de suficiente consumo de agua. El agua también se obtiene de la oxidación de los tejidos de alimentos y del cuerpo. El requerimiento de agua de los animales se ve afectada por diversos factores, incluyendo temperatura del ambiente y la edad; con los animales jóvenes se requiere más agua por unidad de tamaño del cuerpo que animales maduros (Maynard et al., 1979).
Aunque se recomienda ofrecer inmediatamente después del nacimiento, los productores esperan en promedio 17 días para ofrecer agua potable a las becerras recién nacidas (Wickramasinghe et al., 2019). Un consumo inadecuado de este nutriente y/o de agua con limitada calidad puede afectar el crecimiento y el desarrollo de los animales, así como también reducir la producción de leche y ocasionar efectos adversos en la salud (Adams y Sharpe, 1995; Looper y Waldner, 2002; Beede, 2005). Por otra parte una pérdida de agua corporal del 20% puede ser fatal (NRC, 2001). El agua que los animales consumen proviene del agua de bebida, el agua contenida en el alimento y el agua producida por el cuerpo (metabolismo de los nutrientes), particularmente por los lípidos. De manera similar las pérdidas de agua están estimadas por el agua depositada en la leche producida y el agua eliminada a través de la orina, heces y varios tipos de evaporación (Murphy, 1992).
La calidad del agua implica los siguientes factores: propiedades organolépticas, olor y sabor (NRC, 2001), propiedades fisicoquímicas: pH, sólidos totales disueltos, oxígeno total disuelto y dureza (Socha et al., 2003), la presencia de compuestos tóxicos: metales pesados, minerales tóxicos, organofosfatos e hidrocarbonos (Beede, 2005), presencia o exceso de minerales compuestos: nitratos, sulfatos, sodio, potasio, calcio, magnesio y fierro (Adams y Sharpe, 1995; Socha et al., 2003; Pérez y Fernández, 2004) carga biológica y microbiológica: protozoarios, helmintos patógenos, coliformes totales y fecales, algas (LeJeune et al., 2001). Excesos en las concentraciones de alguno de estos compuestos pueden afectar la aceptabilidad del agua, la salud y fisiología del animal (Olson et al., 1996).
El agua destinada para consumo animal idealmente debe ser libre de microorganismos patógenos (Schaffter et al., 2004). Sin embargo, la presencia de estos en aguas superficiales es común por la contaminación fecal. La sobrevivencia de los microorganismos patógenos depende de sus características fisiológicas y características del medio ambiente tales como viabilidad de nutrientes, energía, luz, temperatura, pH, presencia de predatores y antagonistas (Gerba y Bitton, 1994). La eliminación natural de estos microorganismos en aguas superficiales ocurre por procesos como absorción, dispersión y filtración (Van Loosdrecht et al., 1989). Una gran variedad de patógenos microbianos comúnmente son transmitidos en los recipientes de agua de bebida, debido a la contaminación por animales y heces (Olson et al., 1996; LeJeune et al., 2001).
Los factores típicamente considerados en la evaluación de la calidad del agua incluyen olor y sabor, propiedades físicas y químicas, presencia de compuestos tóxicos, concentración de macro y micro minerales, además de la contaminación microbiana (Beede, 2006). Considerando que los impactos negativos de este tipo de agua, son mayores en animales jóvenes, es pertinente proveer al productor de metodologías que incrementen la calidad del agua. Al respecto, se han desarrollado diferentes tecnologías para corregir la concentración de los componentes no deseados en agua. Se destacan filtros de carbón activado, radiación ultravioleta, ozonización, destilación, intercambio catiónico-aniónico, filtros mecánicos, filtros oxidantes, osmosis inversa y cloración entre otros. Sin embargo, ninguno de los sistemas existentes elimina totalmente la concentración de los componentes no deseados en el agua (Beede, 2005). El suministro de agua de calidad adecuada, con características fisicoquímicas y microbiológicas idóneas es esencial para la salud óptima del ganado y por consiguiente, indispensable para optimizar la producción (McDonald et al., 2002). Una herramienta útil para elevar la calidad del agua es la utilización de cloro; este es el desinfectante más comúnmente usado, es económico y efectivo a bajas concentraciones (LeJeune et al., 2001). Con base a lo anteriormente expuesto el objetivo del presente trabajo fue evaluar el consumo y el costo de cloración del agua.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó, del 05 de agosto al 10 de octubre del 2018, en un establo del municipio de Francisco I. Madero en el Estado de Coahuila; éste se encuentra localizado en la región semi-desértica del norte de México a una altitud de 1100 msnm, entre los paralelos 26° 17’ y 26° 38’ de latitud norte y los meridianos 103° 18’ y 103° 10’ de longitud oeste (INEGI 2009).
Para observar el consumo de agua clorada se seleccionaron 42 becerras de manera aleatoria, las cuales fueron separadas de la madre al nacimiento y alojadas individualmente en jaulas de madera previamente lavadas y desinfectadas. Los tratamientos quedaron como sigue: A: agua con 5 ppm de cloro, B: agua sin cloro. En ambos tratamientos, se les proporcionó durante tres días calostro y a partir del cuarto día de edad fueron alimentadas con un sustituto lácteo (Cuadro 1), hasta el día 45 de vida; para el tratamiento A el sustituto fue reconstituido utilizando agua clorada. Se les ofreció alimento (Cuadro 2) y agua a libre acceso a partir del cuarto día de vida; se suministraron dos tomas durante el día: 8 de la mañana y 3 de la tarde, para medir el consumo se utilizó una jarra graduada de plástico de 5 L (Dimoba ®). Cada tratamiento constó de 21 repeticiones considerando cada becerra como una unidad experimental.
Consumo de agua clorada en becerras lecheras Holstein Friesian y costo de cloración - Image 1
El análisis estadístico para estimar el consumo de agua se realizó mediante un análisis de varianza y la comparación de medias se realizó mediante la prueba de Tukey. Se empleó el valor de P ≤ 0.05 para considerar diferencia estadística. Los análisis se ejecutaron utilizando el paquete estadístico de Olivares-Sáenz (2012).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En relación a los resultados obtenidos en el consumo de agua en las becerras Holstein (Cuadro 3), se observa una diferencia P ≤ 0.05 a favor de las becerras que consumieron agua clorada.
Consumo de agua clorada en becerras lecheras Holstein Friesian y costo de cloración - Image 2
Tanto en el promedio del consumo total, como en el consumo promedio, se observa esta diferencia. Ventura (2006), observa un incremento en el consumo de agua tratada con osmosis inversa vs agua de pozo, este tratamiento se realiza para mejorar la calidad del agua. Generalmente las aguas que se suministran en ganadería, además de no estar libres de agentes infectantes, como bacterias, suelen contener sólidos en suspensión, dureza elevada y pH no adecuados, por lo que antes de aplicar los desinfectantes resulta imprescindible condicionar el agua. Estos pre-tratamientos suelen ser: filtración, floculación, osmosis inversa, descalcificación, regulación del pH (Llena, 2011).
Respecto al consumo diario de agua (figura1) se observa un mayor consumo en el tratamiento de agua clorada, el cual persiste a lo largo del experimento. Adams y Sharpe (1995), observaron consumos de agua en crías de un mes de vida de 4.92 a 7.57 litros y en animales de dos meses, consumos de 5.67 a 9.08 L. Huuskonen et al. (2011), reportan consumos promedio menor a 2 L en becerros entre 20 y 62 días de vida, en un estudio donde suministraron agua fría vs tibia.
Cabe señalar que en el presente experimento se midió el consumo del agua hasta el día 45 de vida, que es cuando se realizó el destete. Quigley (2001), observó consumos de agua entre 0 y 11 L con un consumo medio diario de 2.5 L. en becerros. En un estudio donde se utilizó saborizantes en el agua, Thomas et al. (2007), observaron consumos de agua que oscilan desde 0.92 a 1.09 L en el consumo medio de agua. Existe un gran número de factores que afectan al consumo de agua, los dos más importantes son la temperatura ambiente y el consumo del concentrado iniciador. El consumo del iniciador normalmente se ve afectado por la disponibilidad de agua y viceversa.
En un estudio desarrollado por Willms et al. (1994), reportaron un decremento del 20% en la ganancia de peso en becerros de sobreaño quienes consumieron agua estancada durante un periodo de 70 días. De la misma manera, Willms et al. (2002) reportaron un 23 % (P<0.045) más de ganancia de peso en vaquillas Hereford consumiendo agua limpia en relación a las vaquillas que tenían acceso directo a la charca y alcanzaron un 20 % (P<0.076) más de peso, que aquellas vaquillas que tenían acceso al bebedero contaminado con heces y orina.
Las temperaturas máximas y mínimas diarias tienen un efecto significativo sobre el consumo del agua; observamos las temperaturas ambientales máximas y mínimas diarias registradas (figura 1). La temperatura máxima osciló entre los 22 y los 37ºC, y la mínima entre 11 y 23ºC. Por lo tanto, los animales estuvieron varios días en un rango neutral de temperatura, aunque podemos considerar que en la mayoría del tiempo que duró el experimento se encontraron en una situación de estrés por calor.
Consumo de agua clorada en becerras lecheras Holstein Friesian y costo de cloración - Image 3
 
Waldner y Looper (2007), estimaron los requerimientos de agua de becerras en desarrollo con aproximadamente 90 kg de peso, a temperatura de 4.4, 15.5 y 26.6 °C sus requerimientos fueron de 7.57, 9.08 y 12.49 L respectivamente.
Actualmente, el cloro se aplica tanto en potabilización como depuración e incluye funciones adicionales a la desinfección, como son el control de sabor y olor, la prevención del crecimiento de algas en la infraestructura hidráulica, el mantenimiento de filtros, la remoción de hierro y manganeso, la destrucción del ácido sulfhídrico, la remoción de color por ciertos colorantes orgánicos y el mantenimiento de sistemas de distribución de agua (para controlar el limo). Se dispone de nuevos y eficientes sistemas para el manejo, control y análisis de la cloración y por ello es el método de desinfección más utilizado a nivel mundial (Huebner, 1996).
 
Consumo de agua clorada en becerras lecheras Holstein Friesian y costo de cloración - Image 4
 
La cloración del agua potable ha sido reconocida como una de las medidas de salud pública más eficaces de la historia. Lo anterior también contribuye a su bajo costo, confiabilidad, eficiencia, pero sobre todo, el efecto residual que guarda después de ser aplicado y que le permite continuar desinfectando aún después de que el agua haya salido de la planta de tratamiento; característica, que ningún otro método común de desinfección posee (CONAGUA, 2007).

CONCLUSIONES
Respecto a los resultados obtenidos en el presente experimento, se concluye que el suministro de agua clorada a las becerras lecheras, favorece un mayor consumo de la misma. El costo de clorar el agua resulta económico. Bajo las condiciones de esta evaluación, se permite sugerir que las diferencias observadas en los parámetros de consumo, fue debido a la diferencia existente en los componentes, puede que el agua tenga mayor palatabilidad que el agua sin cloro. El elegir una tecnología que pueda incrementar el consumo de agua de las becerras y que redunde en becerras saludables y con un óptimo crecimiento, tendrá un impacto potencial a largo plazo sobre el desempeño productivo del animal. Un factor importante en la producción de reemplazos es el agua, se requiere más investigación para lograr comprender el impacto que tiene el proporcionar agua de calidad a las crías sobre el crecimiento y desarrollo de las mismas.
 
AGRADECIMIENTOS
Al Ing. Miguel Ángel Chaidez Martínez por las facilidades prestadas para la realización de la presente investigación. Al personal del establo por permitir trabajar en forma conjunta con los alumnos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro Unidad Laguna.

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Ramiro Gonzalez Avalos
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro - Mexico
Blanca Patricia Peña Revuelta
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Guillermo Acosta Maartinez
29 de diciembre de 2020
Buenos días estimados Señores, leí este articulo y es muy interesante, pero utilizar mucho cloro para potabilizar el agua, puede ser contraproducente en las vacas, ya que el cloro, puede que se filtre, y aparezcan residuos en la leche de las mismas. Nosotros contamos con un equipo ionizador de agua Electrónico, que elimina las impurezas del agua, además de que mejora la asimilación de nutrientes para los animales, y aumenta la producción de leche. Caso concreto Desarrollos DESLAC adquirió 4 equipo para un problema similar del cual se menciona en este articulo. Solicitar informes al Cel. 8120111244 o correo pdgoamar@outlook.com
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Sigifredo Briones Mejia
27 de diciembre de 2020
MÄS ECONÓMICO,MENOS TÓXICO, Y DE MAYOR SEGURIDAD DEL AGUA DE CONSUMO ES OZONIFICARLA,LA INSTALACIÓN DEL EQUIPO ES LA MAYOR INVERSSIÓN QUE SE AMORTIGUA CON LA PERMANENETE CANTIDAD DE AGUA QUE ES SOMETIDA AL PROCESO.
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Fernando Lira
26 de diciembre de 2020
El uso del sulfato dé aluminio como de cantador de impurezas sobre todo en tiempo de lluvias es apropiado para vacas Holstein?
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Sigifredo Briones Mejia
15 de noviembre de 2020
CUÁL SERÍA MÁS ECONÓMICO, DE MEJOR CALIDDAD, Y MENOR TOXISIDAD CLORACIÓN U OZOFICACIÓN? DISCULPEME QUE PREGUNTE, DESEO APRENDER PARA COMPARTIR PORQUE LOS CONOCIMIENTOS SON DE LA HUMANIDAD.- Gracias.
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