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Causas, daños y contramedidas del hígado graso perinatal en vacas lecheras

Publicado: 21 de febrero de 2021
Por: Andrés Zhao y Steven He
Causas, daños y contramedidas del hígado graso perinatal en vacas lecheras - Image 1
El período perinatal es tres semanas antes y después del parto de la vaca. Las tres semanas antes del parto se denominan período prenatal y las tres semanas posteriores al parto se denominan período posparto. El hígado graso de las vacas lecheras ocurre principalmente en el período perinatal.
Causas del hígado graso en vacas lecheras
Durante el período perinatal, la secreción de hormonas en las vacas lecheras cambiará, lo que reducirá su ingesta de alimento, que no puede satisfacer las necesidades de lactancia del cuerpo y el consumo diario de energía, lo que las impulsará a movilizar más ácidos grasos insaturados del tejido adiposo para proporcionar energía. la parte extra será transportada al hígado, acumulará más grasa y eventualmente causará hígado graso.
El estrés del parto ha provocado cambios importantes en el metabolismo. Académicamente se lo denomina "regulación del equilibrio", es decir, los nutrientes se redistribuyen de los tejidos que no son del seno a los tejidos del seno para satisfacer las necesidades de nutrientes del drástico aumento en la producción de leche materna. Según las estadísticas, debido a los cambios endocrinos en las vacas lecheras adultas durante el parto, la ingesta de materia seca disminuye en un 30-50%. La disminución de la ingesta de alimento hace que las necesidades nutricionales de las glándulas mamarias sean insatisfactorias, lo que inevitablemente conducirá a la movilización del tejido adiposo, por lo que la concentración plasmática de ácidos grasos no esterificados (NEFA, o ácidos grasos libres) aumenta drásticamente. De la grasa corporal movilizada, el 20% es utilizado por la mama y la mayor parte del resto es absorbida por el hígado.
En particular, las vacas lecheras obesas descomponen más tejido graso durante el período perinatal que las vacas lecheras de tamaño normal, lo que resulta en una reducción significativa en la ingesta de alimento, que es más probable que conduzca a un balance energético negativo y más probabilidades de desarrollar hígado graso. Además, si la vaca carece de actividad suficiente durante el período perinatal, no hacer suficiente ejercicio también puede agravar el hígado graso.
Hígado graso en vacas lecheras
El hígado graso en las vacas lecheras afectará el rendimiento de la producción, provocando pérdida de apetito, pérdida de peso y producción de leche. La incidencia de enfermedades metabólicas como la cetosis en vacas lecheras ha aumentado. Las vacas enfermas tienen una función hepática anormal, que puede inhibir la secreción de bilis y afectar la función digestiva, lo que puede provocar otras enfermedades, como la endometritis, que afectan gravemente la inmunidad y la capacidad de reproducción del organismo.
Prevención y tratamiento del hígado graso en vacas lecheras
Alimente razonablemente. Durante el período perinatal, las vacas lecheras deben recibir una dieta que contenga una nutrición integral y equilibrada de acuerdo con la nutrición requerida durante el período perinatal, y la cantidad de alimentación concentrada debe reducirse adecuadamente para evitar que la condición corporal prenatal sea demasiado obesa. Después del parto, fortalecer los cuidados de enfermería y utilizar piensos de mejor palatabilidad para prevenir el balance energético negativo causado por grandes cantidades de lactancia en las vacas lecheras posparto, lo que resulta en una pérdida excesiva de peso.
Prevención y control aditivo. Se agrega ácido biliar adicional (se agrega 30% de ácido biliar a 10-12 g / cabeza / día). 1 El ácido biliar puede promover la síntesis de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), acelerando así el transporte de grasa desde el hígado al fuera del tejido del hígado para prevenir la deposición excesiva de grasa en el hígado. 2, Como molécula señal, el ácido biliar puede aumentar el nivel de SREBP-1c e inhibir la síntesis de lípidos; aumentar el nivel de PPARα y promover la descomposición de lípidos.
Mediante el uso de ácidos biliares adicionales, por un lado, puede compensar el daño hepático y la secreción insuficiente de ácidos biliares en las vacas lecheras. Por otro lado, puede proteger la salud del hígado, mejorar la ingesta de alimento y la utilización de energía, y reducir la incidencia de hígado graso y cetosis.
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Andrés Zhao
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