25 de abril de 2018
Buen día Celia Morales: respecto a tu consulta, y como no conozco las características de tu terreno, te puedo indicar, lo siguiente:
Indicas que tu terreno, posee zonas con lomas y zona baja. En tal sentido, recomendaría, que en tu sistema de producción, de pasto Maralfalfa (Pennisetum sp), es necesario hacer una planificación cuidadosa con el fin de reducir o evitar riesgos, económicos y pérdidas de tiempo. La adopción de estas pasturas depende de muchos factores tanto climáticos como de suelo que afectan el desarrollo de la planta, además, de factores económicos y culturales.
Para el establecimiento de pasturas existen diferentes tipos de limitaciones como:
Culturales, en donde la información técnica es insuficiente; los docentes, profesionales y técnicos no están actualizados y hay ausencia de verdaderos productores.
Económicos, cuando los recursos financieros son escasos, la maquinaria es inapropiada y el costo de insumos es muy alto.
Biológicos, por la presencia de plagas, enfermedades, malezas y competencia entre plantas. Climáticos, en donde inciden la cantidad, frecuencia e intensidad de las lluvias, temperatura ambiental y luz.
Suelos, con problemas de deficiencia de nutrientes, toxicidad de aluminio, topografía del terreno, estructura del suelo, riesgos de erosión y compactación (todo lo aquí planteado o sugerido devienen de experiencias personales y profesionales)a saber:
La preparación en terrenos con pendientes debe ser en franjas a curvas de nivel. La distancia entre franjas depende del grado de la pendiente y del potencial de erosión del suelo. Cuando la pendiente no permite el uso de maquinaria convencional (tractores), se puede hacer labranza mínima mediante la aplicación de herbicidas, usar implementos de tracción animal o si las áreas son pequeñas, preparar el suelo en forma manual, empleando aperos de labranzas, que faciliten esta actividad. De esta manera podrás maximizar el uso de tu terreno en condiciones de “poco fértil”
El pasto Maralfalfa (Pennisetum sp.) posee una calidad nutricional similar o superior a la de otros Pennisetum y que debe de ser utilizada en la alimentación de ganado lechero o de ceba, bajo esquemas de aprovechamiento estratégicos en función de su respuesta a la fertilización, el riego y la edad de corte.
Análisis realizados, dan cuenta que este pasto tiene mayor cantidad de agua, por eso se recomienda ventilar el pasto al sol, para que pierda agua, Es por este motivo que algunos productores ganaderos informan bajos desempeños de sus animales cuando son alimentados con maralfalfa en fresco.
Existe mucha especulación atribuyendo numerosas bondades a este pasto, sin suficiente respaldo técnico, hasta la fecha no hay un pasto maravilloso que produzca forraje de alta calidad sin fertilizacion y sobre todo en terrenos ácidos de baja fertilidad natural.
Este pasto ha sido sembrado para pruebas de producción en otros terrenos de diferentes fertilidades, con diferentes resultados, que llevan a la conclusión evidente que prospera muy bien en suelos de alta fertilidad, y que para llegar a producir niveles mayores de materia seca y nutrientes, necesita una corrección de la acidez de los suelos y un abonamiento inicial y por cada corte, que se puede hacer con las mismas excretas del ganado debidamente procesadas, mejor si estas ya tienen un año de haber sido expuestas en los corrales, y un buen manejo de la edad de corte, también es exigente en riego, por tanto no prospera en los suelos bajos en nutrientes de la zona sin abonamiento. En este punto te funcionan las curvas de nivel, La escasa y errática distribución de la lluvia se ha constituido en una seria limitante para mejorar los niveles productivos en las zonas áridas y semiáridas. Los técnicos agrónomos han generado estrategias que les permiten a los productores enfrentar las restricciones de estos ambientes, subsistir y obtener satisfacciones, las prácticas de captación in situ del agua de lluvia y el aprovechamiento de escurrimientos superficiales, reducen el riesgo de pérdidas de las cosechas por sequía, al incorporar volúmenes adicionales de agua a las actividades agropecuarias. Mediante estas prácticas se logran rendimientos similares a los que se alcanzan en cultivos de riego. Además, un buen manejo del agua de escorrentía ayuda a conservar el suelo, aumentar la eficiencia en el uso del agua, diversificar la producción y mantener la fertilidad del suelo. El mal manejo de estos sistemas o deficiencias en diseño aumenta los problemas de erosión, pérdida de agua, destrucción de bordos, estructuras de derivación y conducción, entre otros.
Se utilizan para el riego de maíz, frijol, pastizales y agostaderos, con la finalidad de aumentar la producción de grano, forraje o semilla
Saludos