Se entiende por zoonosis a aquellas enfermedades que padecen los animales, producidas por diferentes agentes infecciosos o parasitarios los que, cumpliendo determinadas circunstancias, pueden ser transmitidos al hombre en condiciones naturales. En ese sentido, la salud pública veterinaria, considerada un bien público mundial, por su contribución al aseguramiento de la salud humana, el bienestar animal y la sostenibilidad ambiental, orienta sus actividades a reducir el sufrimiento humano y evitar la muerte a través de la prevención y el control de las zoonosis. Por tal motivo, la medicina veterinaria asume un compromiso social y sanitario, involucrándose, en acciones como la educación y concientización de la población sobre la importancia de estas enfermedades, enfatizando en un pilar clave del control, que es la prevención.
La hidatidosis
Es una enfermedad zoonótica producida por un parasito, el Echinococcus granulosus (E. granulosus), que, en su fase adulta, se encuentra en el intestino de los carnívoros. Se contagia a través de una cadena de transmisión, como un gran círculo, del que participan la materia fecal de los perros, los animales herbívoros (ovejas – cabras – cerdos – bovinos), el ser humano y el ambiente que los rodea. Cuando un perro infestado depone sus heces, salen con ella miles de huevos del parásito que contaminan el agua, el pasto, la tierra, las verduras e incluso quedan adheridos en el pelo del mismo perro. El contagio del huésped intermediario, se produce cuando éstos comen los huevos del parasito junto con el pasto o el agua.
La diseminación en humanos está fuertemente influenciada por la convivencia del hombre con los perros y el ganado. El hombre es un huésped accidental, que se infesta al ingerir huevos por contacto directo con los caninos o por medio de la ingesta de agua, verduras o frutas contaminadas por la materia fecal de éstos. Los niños pequeños, representan el grupo etario más susceptible de contagio, debido al estrecho vínculo que guardan con las mascotas y el medioambiente que los rodea. La enfermedad, tanto en los animales como en el hombre, produce la aparición de quistes, parecidos a bolsas de agua, que se alojan en distintos órganos, como pulmones, riñones e hígado, dando origen a una enfermedad de evolución crónica e invasiva. Si los perros, en el ámbito rural o urbano, son alimentados con achuras crudas, se da comienzo al ciclo de la enfermedad. Estos quistes ingeridos, después de un tiempo, se transforman en su intestino, otra vez en parásitos, los que comienzan a deponer huevos fértiles, que son eliminados al medio ambiente a través de la materia fecal, contaminando el agua, pastos y las verduras de la huerta, si esta no está debidamente cercada, se da comienzo nuevamente al ciclo. En el siguiente esquema se puede visualizar el ciclo biológico del parásito (Fig. 1).
Fig 1: Esquema del ciclo biológico del E. granulosus. Fuente: http://www.ciap.org.ar
¿Cómo se manifiesta la enfermedad en las personas?
La hidatidosis es una enfermedad de curso crónico, por lo que la aparición de los síntomas en las personas puede llevar varios años. Una vez que se ponen de manifiesto, aparecen problemas hepáticos, respiratorios o renales de acuerdo a su ubicación. Estos quistes, detectados a tiempo, pueden ser tratados con medicamentos, caso contrario si ya han alcanzado un gran tamaño, se debe recurrir a la cirugía.
Foto 1: Quistes hidáticos alojados en el hígado de un ovino
¿Cómo protegerse de la hidatidosis?
Teniendo en cuenta el gran peligro que la equinococosis supone para la salud del hombre, su prevención y lucha resultan absolutamente indispensables, orientándose con preferencia, todas las medidas adoptadas a proteger la salud de las personas.
¡Más vale prevenir que curar!
Las medidas de control están dirigidas a interrumpir el ciclo de transmisión en su punto más vulnerable, es decir del huésped intermediario (herbívoros) al huésped definitivo (perro). En teoría, esta medida sería muy sencilla y consistiría simplemente en impedir el acceso de los perros a las vísceras del ganado infectado. Sin embargo, esta medida implica un alto grado de conciencia y de responsabilidad de los pobladores rurales.
Las medidas higiénico/sanitarias convencionales de control consisten en la educación para la salud de la población rural, concentración del sacrificio de los animales de abasto en lugares preparados para tal fin en condiciones sanitarias, vedando el acceso de los perros a las vísceras crudas, registro y reducción del número de perros y tratamiento antihelmíntico de los mismos. Se recomienda no alimentar a los perros con achuras crudas así como también realizar una desparasitación periódica de los perros con antiparasitarios cestocidicidas como el praziquantel, fenbendazol y albendezaol entre otros, los cuales suelen estar disponibles en forma de tabletas u otras formulaciones de administración oral. Se recomienda la consulta al profesional veterinario de confianza para recibir asesoramiento en cuánto a un plan sanitario que incluya las desparasitaciones periódicas. Así mismo, se debe mantener a los perros lejos de los lugares en donde se carnea, lavar con agua potable y a chorro fuerte las frutas y verduras antes de consumirlas, evitar que los perros laman a los niños en la boca, evitar que los niños se lleven tierra o arena a la boca, lavarse bien las manos después de tocar un perro, antes de comer y tantas veces como sea necesario, cercar las huertas para que no entren los perros y tratar de tener la menor cantidad de perros posibles, uno o dos por familia.