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Forrajes conservados y suplementación

Publicado: 25 de junio de 2012
Por: Ing. Agr. (Mg. Sc.) Marcelo De Leon. INTA Manfredi, Coordinador Proyecto Nacional de Forrajes Conservados. Cátedra Nutrición Animal (FCA. UNC). Argentina
Estrategias de intensificación de la ganadería.
La intensificación de la ganadería de carne implica el mejoramiento de una serie de factores de producción, con el objetivo de lograr una mayor eficiencia en el uso de los recursos, una mayor productividad y un mejor resultado económico de las empresas. Los principales aspectos que se deben contemplar para lograr estos objetivos son:
. Obtener una alta producción de forraje.
. Lograr un alto grado de cosecha del forraje producido.
. Cubrir adecuadamente los requerimientos nutricionales del ganado.
. Plantear modelos de producción estables.
Cada vez es mayor la necesidad de dotar de eficiencia a las empresas productoras de carne, para que puedan competir y permanecer adecuadamente ante la creciente asignación del recurso suelo a las actividades agrícolas.
Para lograr sistemas de producción mixtos, y además complementarios, resulta imprescindible optimizar el uso de los recursos productivos y económicos de la empresa.
La clave está en una correcta planificación previa del sistema y en el adecuado uso de diferentes técnicas (en parte conocidas); cuya correcta implementación posibilita incrementar significativamente los niveles de producción promedio de la región. Para ello es necesario tener en cuenta las relaciones entre la carga animal y la respuesta individual, ya que son los componentes que definen la producción de carne/ha, los cuales además, interactúan entre sí y tienen un efecto directo sobre las pasturas.
Los aspectos relevantes a tener en cuenta al planificar cada sistema de producción son, por ejemplo, la producción y utilización de las pasturas. En este caso, el objetivo es lograr altas producciones y hacer un uso eficiente de la misma, lo cual implica manejar cierta información previa de las pasturas a utilizar, conocer los materiales adaptados a la zona de producción, el rendimiento esperado, la época y la distribución de la producción en cantidad y calidad.
Tomando como ejemplo las pasturas base alfalfa es necesario considerar que para aprovechar su alto potencial de producción la carga animal determinará el grado de utilización del forraje disponible. Si bien la intensidad de uso a la cual sea sometida esta pastura no afecta su capacidad de producción de forraje,  lo que se ve afectada es la cantidad y calidad de lo que los animales son capaces de cosechar. Esto tiene un efecto directo sobre la energía que el animal puede destinar a producción y por lo tanto marcará el límite de ganancia de peso a obtener.
Situarse en el grado de utilización medio permite lograr ganancias de peso vivo aceptables para una invernada de corta duración y una elevada producción de carne/ha.
Durante el otoño, la producción de forraje es inferior a la de las otras épocas, por lo tanto se manifiesta una deficiencia de forraje que determina una baja en la ganancia de peso. Además, la problemática de las bajas ganancias de peso otoñales es un fenómeno explicado por ciertas características nutricionales de los forrajes de alta calidad (pasturas de alfalfa puras o consociadas o verdeos de invierno), las que presentan durante cierta época del año, marcados desbalances energético - proteicos. Entre estas características nutricionales se encuentran el bajo contenido de materia seca (MS) y de fibra (pastos aguachentos), el exceso de proteínas y particularmente de la fracción rápidamente fermentecible y bajos niveles de carbohidratos solubles. Estos desequilibrios del forraje tienen consecuencias digestivas y fisiológicas que en general conducen a un bajo desempeño de los animales, aún sin mediar restricciones en la cantidad del forraje ofrecido.
Como solución a esta problemática nutricional se han obtenido resultados muy satisfactorios en la búsqueda de su correccióna través de la suplementación.

Suplementación con granos en invernada
En los sistemas de invernada sobre una base pastoril, normalmente se presentan en algunas épocas del año deficiencias debidas a calidad y/o cantidad de forraje disponible. Cualquiera de estas limitantes ocasiona restricciones para la ganancia de peso, lo cual afecta el sistema de producción, ya sea en la duración de la invernada, la carga animal que pueda mantener el mismo, la productividad por unidad de superficie y como consecuencia el resultado económico de la empresa.
En pasturas de alta calidad, la limitante más importante para la producción de carne y la más cara de corregir es la energía. Por lo tanto, la suplementación con granos forrajeros aparece como la alternativa más adecuada para compensar esta deficiencia, por ser considerados concentrados energéticos.
Si bien esta práctica es frecuentemente utilizada, sus resultados son variables, ya que dependen de una serie de interacciones entre las pasturas, los animales y los suplementos, los cuales definen la eficiencia de utilización de esta técnica.
Cuando se implementa la suplementación en un sistema de producción debemos tener en cuenta a qué animales conviene suplementar. Desde el punto de vista de la eficiencia de conversión, obtendremos los mejores resultados con los animales más jóvenes; pese a ello, muchas veces desde el punto de vista del sistema, conviene suplementar a los animales grandes, para dar el grado de terminación necesario para su venta y sacar del sistema una categoría de alta demanda. Desde el punto de vista de la carga animal esto tiene un impacto importante además del efecto sustitutivo sobre el consumo de forraje que produce la suplementación, el cual varía con la asignación forrajera y el nivel de suplementación. Las mayores eficiencias de conversión se dan cuando el aporte de la pastura es restrictivo y con niveles de grano relativamente bajos.
Sobre la base de estos conceptos se deben tomar las decisiones respecto a los momentos y niveles de suplementación a utilizar y  debe contemplarse además, su efecto global sobre el sistema de producción, incluyendo la calidad de la carne producida.
 
Utilización de silajes
La principal característica de los silajes de maíz y de sorgo, (que favorece su utilización en la producción de carne bovina) es su alto potencial de producción de forraje de buena calidad. Este aspecto es de fundamental importancia para la intensificación de los sistemas de producción, ya que uno de sus objetivos es el incremento de la carga animal, sin disminución en las ganancias de peso individuales, lo que permiteademás, un mayor grado de utilización de las pasturas durante su ciclo de crecimiento con efectos directos sobre la productividad total del sistema. La transferencia de forrajes en si misma tiene un efecto importante en la productividad total del sistema.
Desde el punto de vista de las distintas estrategias de utilización de los silajes, se presentan una serie de alternativas, desde su uso como suplemento, hasta su uso como único alimento, tanto en las épocas de restricción de oferta forrajera como en engordes a corral. En los casos en que se utilicen como principal fuente de alimentación, los silajes permiten ser la base para la conformación de dietas totalmente balanceadas y acordes a distintos requerimientos animales y sistemas de producción.
El primer aspecto a considerar desde el punto de vista de los resultados a obtener es el rendimiento (kg MS/ha), el cual presenta una gran variabilidad según las técnicas de cultivo empleadas y la genética usada entre los principales factores relacionados a las tomas de decisión.
Como ejemplo se presentan en el cuadro 1 los resultados de la evaluación de 24 híbridos de sorgo en las mismas condiciones.
Cuadro 1: Rendimiento y composición de 24 híbridos de sorgo para la confección de silajes de planta entera (año 2010)
Valor
Rendimiento
MS
Hoja
Tallo
Panoja
(kg MS/ha)
(%)
(%)
(%)
(%)
Mínimo
7509
20.53
12.67
32.78
5.52
Máximo
20914
30.66
23.45
75.14
48.28
Promedio
14570
25.82
17.35
51.45
31.20
CV (%)
20.61
10.29
15.14
25.59
41.78
Los rendimientos promedios de 10 años de distintos tipos de cultivos de maíz y sorgos para silajes obtenidos en INTA Manfredi se presentan en el Gráfico 1.
Gráfico 1. Rendimientos promedios de maíces y sorgos para silajes.
Forrajes conservados y suplementación - Image 1
En general se observa que la productividad de los recursos forrajeros (ya sean pasturas o forrajes conservados) que sostienen la producción secundaria, presenta marcadas diferencias con respecto a sus rendimientos potenciales. Esto impide maximizar la carga animal o provoca restricciones alimenticias que afectan la respuesta individual y por ende, la productividad por unidad de superficie. En muchos casos los niveles de producción forrajera escasamente llegan al 50% del potencial, lo cual además incrementa el costo por kg de materia seca del alimento.
La calidad del forraje conservado es el otro aspecto determinante del resultado final a obtener, al cual se le debe prestar especial atención. Los trabajos realizados en el INTA Manfredi, demuestran que la calidad de los silajes de sorgo y maíz está definida, en primera instancia, por su contenido de grano. En consecuencia, la elección del material a ensilar es determinante para lograr la respuesta animal deseada. Paralelamente, y cualquiera sea el genotipo y el contenido de grano, los silajes de sorgo o maíz poseen como factor común un bajo porcentaje de proteína bruta que normalmente oscila entre el 6 y  8 %.
En el cuadro 2 se presentan los valores de composición y calidad obtenidos para diferentes tipos de sorgos en el mismo lugar y con las mismas condiciones de cultivo y en el Gráfico 2 se relaciona el contenido de grano con la digestibilidad de los silajes.
Gráfico 2: Relación entre el contenido de grano y la digestibilidad de silajes de sorgo.
Forrajes conservados y suplementación - Image 2
Cuadro 2. Calidad de silajes de distintos tipos de sorgos.
Material
Muestra
MS
PB
FDN
FDA
Dig.
CE
%
%
%
%
%
Graníferos
1
35.57
8.67
47.64
26.86
69.12
2.49
2
35.17
8.53
48.87
28.30
68.13
2.45
3
36.35
9.35
44.64
25.81
69.85
2.51
 
 
35.7
8.85
47.05
26.99
69.03
2.49
 
Material
Muestra
MS
PB
FDN
FDA
Dig.
CE
%
%
%
%
%
Doble Propósito
1
32.16
8.24
52.93
31.24
66.08
2.38
2
34.96
8.05
53.48
31.85
65.66
2.36
3
32.60
8.63
51.14
30.19
66.81
2.41
 
 
33.24
8.31
52.52
31.09
66.18
2.38
 
Material
Muestra
MS
PB
FDN
FDA
Dig.
CE
%
%
%
%
%
Sileros
1
28.09
8.13
56.45
35.18
63.35
2.28
2
29.35
8.44
53.71
32.20
65.42
2.36
3
28.65
6.80
63.69
38.13
61.30
2.21
 
 
28.70
7.79
57.95
35.17
63.36
2.28
 
Material
Muestra
MS
PB
FDN
FDA
Dig.
CE
%
%
%
%
%
Forrajeros
1
32.19
6.86
67.39
41.30
59.10
2.13
2
35.46
6.95
63.14
39.28
60.50
2.18
3
31.37
6.89
65.88
40.48
59.67
2.15
 
 
33.00
6.90
65.47
40.35
59.76
2.15
En el gráfico 3 se presentan los promedios de 10 años de la calidad de distintos tipos de silajes obtenidos en el INTA Manfredi.
Gráfico 3: Digestibilidad de silajes de sorgos y maíz.

Forrajes conservados y suplementación - Image 3 
La relación entre la magnitud de los cambios en la digestibilidad de la dieta respecto a la respuesta animal nos muestra que un 10% de incremento en la digestibilidad de un alimento (por ejemplo: pasar de 55 a 60% de Digestibilidad) provoca al menos un 100% de diferencia en la respuesta animal. Esto se da por cuatro efectos que se suman y potencian: la proporción del alimento aprovechado por el animal (el resto se pierde); la digestibilidad como determinante del consumo, la dilución del gasto fijo para mantenimiento y la eficiencia de síntesis de producto o energía neta retenida. Estos efectos se pueden determinar mediante los programas de cálculo de aportes y requerimientos nutricionales de las distintas categorías animales frente a alimentos de distinta calidad, que permiten predecir la respuesta animal de distintas dietas y evaluar el efecto de la calidad de los forrajes conservados y las dietas.
En este sentido también la falta de balance energético - proteico de las dietas, es una de las causas de pérdida de eficiencia en la transformación del forraje en carne. Lo que se debe buscar en primera instancia es la optimización del funcionamiento ruminal y de los procesos fermentativos bacterianos, tanto de los componentes energéticos como los proteicos. El impacto de los desbalances naturales en la composición de los distintos recursos forrajeros, ya sea por excesos o déficit de proteínas degradables en el rúmen, muestra niveles de respuesta animal que son la mitad de lo que el alimento daría con dietas balanceadas. Dicho de otra manera, se puede duplicar la respuesta animal con la adecuada corrección de las dietas.
Por todo ello, para la formulación de dietas sobre la base de silajes de maíz o sorgo es necesario, en primer lugar, conocer el valor nutritivo del silo disponible. Esto es posible mediante el análisis de, al menos, las principales variables que lo definen y a partir del cual se podrá planificar su corrección. Uno de los componentes que siempre es deficitario en estos silajes es su contenido proteico, por lo que se requiere de la adición de alguna fuente proteica que provea este nutriente. Debido a los mayores requerimientos proteicos de los animales jóvenes, esta corrección es más importante en estos casos que en los casos de animales adultos. Existen, por otra parte, numerosos productos que pueden realizar este aporte proteico, los cuales tienen distintas características desde el punto de vista de su degradabilidad ruminal y otros aportes, como proteína pasante. Para lograr un adecuado balance de la dieta y poder cubrir los requerimientos de los animales a alimentar, se considera necesario un análisis de aportes y necesidades a nivel de Proteína Metabolizable.
El otro aspecto que se puede corregir en la calidad de un silo es su valor energético, definido básicamente por su contenido en grano. Mediante la adición extra de grano, se puede incrementar el valor energético de un silo hasta alcanzar el necesario para lograr las ganancias de peso esperadas. Este aspecto cobra gran importancia en el caso de silajes de sorgos forrajeros que pueden proveer una gran cantidad de forraje, pero de menor valor que el silaje de maíz. Mediante la adición de distintas proporciones de grano, ya sea de sorgo molido, húmedo o maíz se han logrado ganancias de peso compatibles con invernadas de corta duración.
Los resultados obtenidos en el INTA Manfredi, que se presentan en el gráfico 4, muestran que la ganancia diaria de peso vivo (kg/an) de novillos alimentados con dietas en base a silajes de sorgos corregidos en su tenor proteico, tiene directa relación con el tipo de sorgo utilizado y por ende con la calidad de los mismos.
Gráfico 4: Efecto de la calidad de los silajes suministrados en la dieta, sobre la ganancia diaria de peso vivo (kg/an) de novillos.

Forrajes conservados y suplementación - Image 4 

Las pérdidas y la intensificación de la ganadería
Tecnológicamente podemos considerar cuáles son los factores que definen la eficiencia y rentabilidad de los sistemas ganaderos a partir del análisis y determinación de "las pérdidas" a las que están sujetos los procesos de transformación de pastos, forrajes y suplementos en producto animal.
La variación estacional y entre años de la oferta forrajera puede provocar tanto excesos de forraje que pierden calidad, como deficiencias que restringen el aporte de nutrientes. En ambos casos el resultado es la menor respuesta animal. Mediante la caracterización de las pasturas respecto a su crecimiento considerando las opciones de usos de distintos cultivares y/o especies y analizando las alternativas de complementación con la conservación de forrajes que asegure el aporte para cada tipo de rodeo y carga animal definida. La transferencia de forraje mediante su conservación, permite estabilizar la oferta forrajera para asegurar una adecuada respuesta animal y para poder hacer un uso adecuado de las pasturas durante la época de crecimiento de las mismas.
Dada la complejidad de los sistemas ganaderos y las múltiples interacciones entre sus procesos, es necesario planificar y evaluar los resultados posibles de obtener frente a cambios en cualquiera de los factores de producción. Eso se logra con una evaluación desde lo biológico hacia lo productivo, con un análisis previo del resultado económico esperado como respuesta a cada alternativa a implementar. Esto se resuelve con información sobre las relaciones entre los recursos forrajeros y los animales, en un análisis cuantitativo que permita integrar todos los factores que definen el resultado de cualquier sistema ganadero, tanto de carne como de leche, donde el nivel de productividad y la eficiencia de transformación de los alimentos en producto, es la clave. Es allí donde hay mucho para mejorar y crecer teniendo en cuenta que la adecuada planificación nos llevará, en un proceso de intensificación, hacia una Ganadería de Precisión.
El avance de la agricultura sobre la ganadería provoca el corrimiento de la frontera ganadera hacia zonas extra pampeanas, planteando la necesidad de adecuar los sistemas ganaderos a la realidad de esas regiones (como NEA y NOA) o a condiciones de suelos con importantes restricciones en la región pampeana para lo cual hace falta contemplar además las inversiones necesarias para poner en marcha modelos ganaderos productivos y rentables.
Frente a este escenario, es necesario generar modelos alternativos más eficientes, más precisos, que permitan incrementar la producción de carne con el mejor uso posible de los insumos utilizados hasta ahora (pasturas, suplementos, fertilizantes, genética, etc.) combinándolos adecuadamente según la circunstancia de cada zona o cada establecimiento.
Esto se constituye en un desafío, ya que hablar de ganadería implica hablar de sistemas de producción basados en tecnologías de procesos, de transformaciones de larga duración, donde es difícil visualizar el resultado final, cuantificarlo en el tiempo, verificar cuál ha sido la respuesta a la aplicación de cada una de las tecnologías, ya que además, entre los procesos hay un sinnúmero de interacciones que es necesario tener en cuenta. Sin embargo, más allá de plantearse como una limitante, es un desafío, ya que esto demuestra que en ganadería hay un margen bastante amplio de crecimiento en la medida que se vayan ajustando cada uno de los componentes del proceso de producción. Esto se puede lograr tanto mediante aumentos en el nivel de productividad como en mejoramiento de eficiencia, que se traduce básicamente en la transformación de los alimentos, las pasturas y todos los recursos forrajeros y como resultado también se obtiene un mejor resultado económico.
La respuesta a este desafío está en utilizar tecnologías que intensifiquen los procesos de producción ganadera, en poder manejar la variabilidad a fin de disminuir los riesgos de pérdida de rentabilidad. Esto es posible a través de una Ganadería de Precisión, cuyo fundamento, reside en optimizar la utilización de cada uno de los componentes del sistema ganadero. Principalmente, es necesario tener en cuenta la producción forrajera, donde a través del mejoramiento de las pasturas, la fertilización y el mejoramiento de su utilización, se pueden lograr incrementos en la carga animal o mejorar la respuesta individual; aspectos que hacen a la productividad de los sistemas ganaderos, es decir, cantidad de animales por unidad de superficie y la respuesta individual de cada uno. Además es imperioso tener en cuenta cómo se utilizan esas pasturas, a fin de lograr cosechar la mayor cantidad de forraje y de la mejor calidad posible; las pasturas son dinámicas y cambian permanentemente, por lo que el resultado dependerá de cómo se usen y cómo se manejen.
Por otro lado, además de las pasturas existe la posibilidad de generar modelos de producción basados en el uso de otros recursos complementarios, como los forrajes conservados, los silajes, los granos, los suplementos entre otros.
Es decir que el desafío está en manejar estratégicamente todos los componentes, balanceando dietas, haciendo una buena planificación forrajera, que permita saber de antemano que suplementos utilizar, a que animales etc., para que los resultados se traduzcan en costos adecuados, en resultado económico, en seguridad del sistema. Esto sin duda dependerá de las diferentes características según la zona y los sistemas de producción de que se trate; por lo que será necesario planificar, realizar ajustes, seguimiento, medición de resultados a fin de mostrar a los productores y empresarios cuáles son las alternativas que existen según cada caso.
De esto se trata la ganadería de precisión, de la utilización de herramientas que ya se encuentran disponibles en ganadería, lo que se necesita ahora es comenzar a usarlas de modo correcto, para poder mejorar la planificación y la utilización de los recursos a fin de tener un sistema de producción más eficiente, en definitiva, más preciso y mas rentable.
Entre los principales factores relacionados a la intensificación de la producción de carne está la definición de la cadena forrajera y la carga animal a utilizar. El ajuste de la carga animal por el aporte de las pasturas, invariablemente nos mostrará la incapacidad de mantener un elevado número de animales en forma constante durante el año por las restricciones principalmente en invierno, época del año en que las pasturas presentan muy bajo o nulo crecimiento según las zonas. Por lo tanto el aporte de los forrajes conservados como transferencia de forraje, es fundamental para la estabilización de la oferta forrajera. Por tal motivo, los cultivos de alto rendimiento son una herramienta fundamental en el proceso de intensificación, como es el caso de los silajes de sorgo y maíz cuyos rendimientos promedios, de acuerdo a los resultados obtenidos en el INTA Manfredi, oscilan entre los 14.000 y 16.000 kg MS/ha siendo en algunos casos de hasta 20.000 kg MS/ha con la aplicación de alta tecnología al cultivo, lo cual en primera instancia determina la capacidad de carga del sistema ganadero.
La carga animal no sólo depende de la producción de forraje, sino también del consumo diario y de la duración del periodo de alimentación; en definitiva, del modelo de producción planteado. Las evaluaciones realizadas en el INTA Manfredi, hacen referencia a distintas cargas animales según el modelo planteado con la utilización de silajes. Cargas de 4 novillos/ha (productividad: 1000 kg de carne/ha) en sistemas pastoriles base alfalfa con utilización de silaje durante los 4 meses de déficit forrajero invernal; cargas de 15 novillos/ha, los cuales ingresan con 180 kg y se terminan con 350 kg en 190 días;o cargas de 21 vaquillonas/ha con un peso inicial de 200 kg y un peso final de 320 kg (productividad: 2500 kg de carne/ha aproximadamente) en modelos de autoconsumo de silaje con pastoreo horario de verdeo de invierno y suplementación con grano de maíz, durante 130 días.
El impacto final de la utilización de los silajes, es el resultado de la sumatoria de los efectos individuales que tienen el rendimiento de los cultivos, su calidad, la elección del momento de picado y el balance proteico de las dietas basadas en silajes sobre la rentabilidad de los sistemas ganaderos.
En síntesis, la información presentada demuestra claramente que existen importantes diferencias productivas y económicas, cuando los sistemas ganaderos aplican eficientemente los paquetes tecnológicos disponibles buscando darles precisión a sus modelos productivos.
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Autores:
Marcelo De Leon
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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