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Evaluación de la calidad de agua en la red intergrupal de extensión de los partidos de Bahía Blanca y Cnel. Rosales para el ajuste a sus diversos usos dentro de los establecimientos

Publicado: 16 de mayo de 2019
Por: Ingr. Agrs. Dr. Carlos Torres Carbonell (MNº16775), Mg. Andrea Lauric, Gerónimo De Leo, Mg. Ángel Marinissen, Tec. Corina Cerdá Agencia de Extensión Bahía Blanca (EEA INTA Bordenave) Ings. Agrs. Alejandro Duran, Ignacio Bancora, Marcos Castilla, Eugenia Di Marco,Mariano Menghini, Juan Pablo Vitale, Emiliano Verniere, Ramiro Lloret.Mesa de Asesores de Grupos Cambio Rural de la Agencia de Extensión Bahía Blanca
MARCO GENERAL
El Trabajo en RED.
La innovación tecnológica y organizativa de los productores e instituciones de una región es un elemento central en el Desarrollo Rural. Esta permite superar desigualdades territoriales y consolidar el desarrollo a partir de las oportunidades regionales.
El Plan Estratégico Institucional del INTA para el periodo 2005-2015 plantea centrar su estrategia de acción en el impulso del “Ciclo de la Innovación” a nivel de los Territorios, de manera de generar en Desarrollo Local genuino basado en tres pilares fundamentales: el incremento de la productividad y competitividad, la sustentabilidad ambiental y la equidad social.
La Agencia de Extensión de Bahía Blanca del INTA Bordenave, desde el año 2012 puso en marcha un “Sistema Intergrupal de Extensión” enfocado a la construcción de una RED de Innovación con enfoque al Desarrollo Local. Este Proyecto permitió avanzar en la organización de un esquema proactivo nucleado en la Agencia, potenciando las actividades que ya se venían desarrollando desde años atrás por el grupo de Extensión hacia la adopción de tecnologías sustentables para esta ecorregión semiárida, a partir de la generación de unidades demostrativas, grandes grupos de productores por zonas, experimentación adaptativa, jornadas de difusión y la construcción de una plataforma intra e interinstitucional donde se pudiera apoyar el trabajo en Red.
El Programa Cambio Rural se incorpora en el 2012 dentro de este Proyecto de Desarrollo Local de la Agencia1, financiando parcialmente el asesoramiento de Profesionales Asesores de la actividad privada que permitió a ésta, la formación de 10 grupos con los productores vinculados a la Red de Extensión de la Agencia de años anteriores. De esta manera, se fortalece la finalidad de alcanzar una mayor frecuencia en la interacción con los productores de la región y la adopción de tecnologías sustentables ya probados en las Unidades Demostrativas. A través de la generación en el marco del Proyecto de una Mesa de Agencia que nuclea los Asesores y Extensionistas se logra una mayor eficiencia en la identificación y abordaje de las problemáticas locales de los sistemas productivos y el surgimiento de múltiples iniciativas de desarrollo local que trascienden a la actividad individual de cada una de las partes.
La demandas de información en la RED: la influencia de la calidad de agua en los Sistemas Locales:
Durante 2012/13, dentro del trabajo de la Mesa Técnica de la Agencia formada por los Promotores Asesores, Extensionistas de la Agencia, Técnicos de los Municipios, de los Ministerios y de la Actividad Privada se diagnosticaron numerosos casos de fracasos en los controles de plagas, ineficiencia en el uso de fitosanitarios y desconocimiento general sobre el tema. Este hecho llevo a evaluar las distintas componentes que influían en las aplicaciones y a programar un muestreo de la calidad de aguas a nivel de los distintos grupos. Se decidió realizar un abordaje completo de la calidad de agua aprovechando el esfuerzo de muestreo para efectuar todos los parámetros necesarios para analizar e interpretar recomendaciones para los distintos usos del agua dentro de los predios.
La puesta en común de esta problemática en el ámbito de la Comisión del Acuerdo UNS Dto Agronomía- Cerzos Conicet –INTA Bordenave permitió aprovechar interinstitucionalmente las capacidades instaladas complementarias de las tres Instituciones, para estudiar las determinaciones más pertinentes para la zona, organizar el circuito de muestreo y realizar las determinaciones en el Laboratorio LANAQUI del CERZOS (CONICET-UNS).
El agua dentro de un establecimiento rural puede ser utilizada en cuatro usos principales: el consumo humano, el consumo animal, las pulverizaciones agrícolas y riego. Este trabajo se centró sobre las determinaciones e interpretaciones en cuanto a su aptitud como agua de bebida animal para el ganado vacuno por ser el preponderante en la región y para las pulverizaciones agrícolas, ya que el consumo humano requiere muchas mas determinaciones y más complejas que para los demás usos. Respecto al agua de riego, si bien las determinaciones efectuadas permiten realizar una clasificación  y recomendaciones para su utilización en riego, se excluyó en esta primer publicación, debido a que se muestrearon aguas de molinos y pozos utilizados básicamente para 
consumo animal y carga de equipos de pulverización. Asimismo, estas fuentes muestreadas son de bajo caudal, por lo que en la práctica no permiten proveer los caudales necesarios para el riego con equipo mecanizados para altas superficies, si bien podrían ser utilizados para abastecer temporariamente quintas dentro de los predios.
El relevamiento de muestras se llevó a cabo durante 2013/14 por el Sistema Intergrupal de Extensión de la Agencia de Extensión Bahía Blanca del INTA Bordenave, a partir de fuentes de agua utilizadas en los establecimientos de los grupos de los partidos de Bahía Blanca y Cnel. Rosales distribuidos en la zona de influencia (Mapa 1).
En éste trabajo se presenta el Informe final de los resultados del relevamiento y sus inferencias respeto a la calidad de agua para su utilización en pulverizaciones (Parte 1) y para consumo bovino (Parte 2).
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OBJETIVO GENERAL:
El objetivo general de este trabajo fue evaluar la calidad de agua en la Red Intergrupal de Extensión de los Partidos de Bahía Blanca y Cnel. Rosales para la profesionalización de  su manejo y ajuste en sus diversos usos dentro de los establecimientos.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
  1. Realizar un relevamiento de los principales parámetros de calidad de agua a nivel de la Red Intergrupal en cada una de las zonas donde están presentes los Grupos de Productores.
  2. Diagnosticar las correcciones necesarias para disminuir las interferencias negativas del vehículo agua con los agroquímicos, a fin de incrementar la eficiencia de control en las pulverizaciones agrícolas (Parte I)
  3. Identificar los parámetros de calidad de agua que pudiesen interferir en la nutrición del ganado vacuno a fin de incorporar estrategias de nutrición y manejo ganadero que permitan evitar dichas limitantes sobre los potenciales de producción de los predios. (Parte II)
  4. Acercar los conocimientos existentes en la temática al productor agropecuario y generar estrategias de Extensión para la aplicación práctica de estas tecnologías de bajo costo y alto impacto en los establecimientos de la Red Intergrupal.
  5. Articular con el Laboratorio Lanaqui de calidad de aguas del CERZOS y de la Comisión Interinstitucional del Acuerdo UNS-CERZOS-INTA, con los profesionales del medio, potenciando el aprovechamiento de la Organización Institucional Regional y de la Capacidad Instalada en el Territorio.
 
MATERIALES Y MÉTODOS
Durante la campaña 2013/14 se recolectaron 24 muestras de agua al azar de diferentes establecimientos procedentes de productores de los Grupos de Cambio Rural pertenecientes a la RED Intergrupal de la Agencia de Extensión Bahía Blanca y Cnel Rosales del INTA Bordenave. Las determinaciones se realizaron a partir de 1/2 litro de agua recolectada en envases de plástico de agua mineral previamente lavados con el  agua de la fuente para evitar contaminaciones, que fue tomada del caño de abastecimiento dejando correr primero el agua por unos segundos. El mismo fue analizado en la semana de colectado por el Laboratorio LANAQUI (Laboratorio de Análisis Químicos del CERZOS, Conicet-Universidad Nacional del Sur).
A partir de cada muestra se determinaron los siguientes parámetros que en este trabajo fueron analizados por estadística descriptiva: pH, Conductividad Eléctrica (CE), Dureza del agua expresada en (mg/l de CaCO3), concentración de los iones: Calcio (Ca), Magnesio (Mg), Sodio (Na), Sulfatos, Cloruros, Bicarbonatos, Carbonatos y en algunos casos Arsénico.
Las zonas de muestreo correspondientes a cada Grupo de Productores se describen en la tabla 1 y en el mapa 2 se visualiza su ubicación geográfica.
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PARTE I: DETERMINACIONES DE LA CALIDAD DE AGUA PARA SU UTILIZACIÓN EN PULVERIZACIONES AGRÍCOLAS.
INTRODUCCIÓN
Se entiende por “Pulverización Sustentable” a la aplicación de productos fitosanitarios de manera racional, a fin de poder continuar produciendo a lo largo del tiempo sin degradar el medio, teniendo en cuenta aspectos ambientales, económicos y sociales (FAO 2002; AGN, 2012). Algunas consideraciones para incrementar la eficiencia de aplicación son: detectar la plaga correctamente, cuantificar si se encuentra por encima del umbral de daño económico que justifique la aplicación, elegir el agroquímico correcto y aplicar la dosis exacta. Asimismo, es necesario regular correctamente la pulverizadora a  fin de asegurar una adecuada calidad de aplicación (impacto/cm2), apuntar a tratar las malezas cuando están pequeñas, con buenas condiciones ambientales y corregir el vehículo en el cual viajará el producto plaguicida (Casafe, 2000). El presente trabajo se enfoca en la calidad de agua que será dicho vehículo.
Las aplicaciones terrestres en los lotes de producción se realizan utilizando agua como medio de transporte principal de los fitosanitarios, por su disponibilidad y bajo costo. No obstante, se debe tener presente que el agua afecta substancialmente la estabilidad delos agroquímicos a través de la degradación de las moléculas, o la inactivación / inmovilización en función de las sales y materiales disueltos en ella.
La degradación del producto en contacto con el agua, deriva en pérdidas económicas, ya sea por la necesidad de elevar la dosis o por controles ineficientes, que requieren repetir las aplicaciones posteriormente. Conocer la calidad del agua permite realizar las correcciones necesarias para asegurar la acción esperada de control del agroquímico sobre la plaga, incluso permitiendo en algunas situaciones reducir las dosis, que deriva en ahorro de costos y una mayor preservación de la sustentabilidad ambiental (Casafe, 2007).
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Esta situación cobra mayor importancia en regiones semiáridas donde las condiciones climáticas secas disminuyen per se la actividad de la plantas y el control de los fitosanitarios suele disminuir por una menor movilización hasta el sitio de acción dentro de las mismas.
Entre los aspectos más importantes de la calidad del agua que se debe observar  por sus efectos negativos se destacan: la hidrólisis y el pH, la presencia de sales y sus respectivos cationes (Mg, Ca, Na, Fe. etc) y aniones (sulfatos, cloruros, bicarbonatos y carbonatos, etc), la adsorción por materia orgánica y arcillas (Vitta ,2004; Novo et al 2008).
1) La hidrólisis y el pH:
La hidrólisis es la característica del agua de disociar las sustancias orgánicas e inorgánicas que se mezclan con ella, de forma irreversible. Este fenómeno a su vez modifica el pH de la solución (Skoog et al, 2001). Por eso, es importante tener presente que a partir que el producto se arroja al tanque de la pulverizadora y entra en contacto con agua, comienza a degradarse. Esto se debe a que la molécula del agua por sus característica estructurales y cinéticas se disocia en protones hidrógeno (H+) con carga positiva y peso atómico=1 y oxidrilos con carga negativa (OH-), con un peso atómico=17. Tanto los H+ como los OH- impactan con las moléculas de los agroquímicos disueltos en la mezcla generando su disociación. El pH es una medida de la inversa del logarítmo de la concentración de H+ que varía entre 0 y 14. Cuando dentro de una solución acuosa existe la misma cantidad de H+ y OH-, el pH es=7 y se denomina estado neutro. Por cada unidad de pH que disminuye por debajo de 7, la concentración de H+ es 10 veces superior a la de OH- incrementando la acidez y viceversa para la alcalinidad (Skoog et al, 2001). Este hecho, es muy importante, ya que dado que el peso atómico de los OH- que es 17 veces mayor, su impacto sobre las sustancias y nivel de degradación de las mismas también es muy superior. Este proceso se llama hidrólisis alcalina. Por lo tanto, en la medida que el  pH se acidifica se reduce la capacidad de destrucción del agua de las sustancias, por una menor concentración de OH-. En esta situación, si bien a partir del contacto con el agua, la concentración de agroquímico activo va a disminuir con el paso de las horas, este fenómeno ocurrirá a una velocidad muy inferior.
Por este hecho, en la mayoría de los agroquímicos el rango de menor degradación para su aplicación se encuentra en un pH entre 4 y 6. A excepción de las sulfonilureas donde su requerimiento de pH debe ser neutro (7) o cercano al mismo para no sufrir hidrólisis. No obstante, el pH óptimo para cada producto debe observarse en las especificaciones del fabricante.
Asimismo, en aguas de alto pH (>7,5) si no se realizan correcciones previas al agregado del fitosanitario, es común observar, si se mide el pH posteriormente, que luego del agregado del mismo, el pH del caldo puede descender a valores menores a 5. Esto ocurre a expensas de la degradación el fitosanitario utilizado.
Complementariamente, la superficie de las hojas suelen poseer un pH muy alcalino, por lo tanto la acidificación del caldo de pulverización favorece la disminución de la hidrólisis alcalina del producto que se adhiere al follaje y la formación de sales con cationes (Ca, Mg, etc) presentes en la hoja, que derivan en una menor capacidad de penetración del producto. Asimismo, las soluciones ácidas presentan en general una mayor capacidad de movimiento dentro la planta en plaguicidas sistémicos.
Las correcciones del agua son prácticas sencillas que permiten mejorar la eficiencia de acción de los agroquímicos, por lo general de mayor costo, a partir de productos simples de menor costo (correctores). Incluso, evaluar alternativas de reducción de las dosis según el tipo de malezas presentes. El manejo de estos conocimientos, pueden generar ahorros económicos importantes y de la sustentabilidad ambiental, disminuyendo la cantidad de fitosanitarios utilizados, evitar el uso de sobredosis, de duplicación de aplicaciones, etc).
Recomendaciones:
La corrección de pH se puede realizar con productos comerciales formulados en base a distintos ácidos principalmente: fosfóricos, ortofosfóricos, sulfúrico, cítricos y acético.
Todas las correcciones de la calidad de agua, no solo de pH, deben efectuarse un tiempo considerable antes del agregado del fitosanitario y con el agitador en movimiento, a fin de que puedan efectivizarse las reaccione químicas necesarias en el caldo. De esta manera, que se pueda vencer la tendencia de las sales presentes en el agua a la resistencia a cambios en el pH y permitir la inmovilización de los cationes en aguas duras.
Se recomienda realizar las correcciones el día anterior en el tanque de la pulverizadora y como mínimo en el tanque de reserva por lo menos 45 minutos antes del agregado del producto entre aplicaciones.
Los ácidos mencionados utilizados como corrector de pH también capturan con distinto nivel de eficiencia los cationes (Ca, Mg, etc) responsables de la dureza en el agua, como se verá posteriormente. Asimismo la reducción del pH permite la protonación de los fitosanitarios ácidos, obstaculizando la formación de sales insolubles con los cationes mencionados.
La confirmación del cambio de pH al objetivo buscado, se puede testear con pH- metros, instrumento que cobra una relevancia muy importante para los contratistas, o a través de productos comerciales correctores de pH con colorímetros indicadores, los cuales, cuando se agrega la cantidad suficiente de corrector y llegan al rango de pH objetivo, viran el color de la solución.
La alta temperatura del agua aumenta la velocidad de hidrólisis del agua y sería un factor a evitar. En el otro extremo, temperaturas muy bajas pueden promover la formación de precipitados en algunos productos. Por este motivo se recomienda la utilización de agitador con aguas con temperaturas menores a 7ºC para evitar la formación de sedimentos en el fondo del tanque del pulverizador.
Otra estrategia utilizada para disminuir el impacto negativo del agua es la reducción de los volúmenes de agua, como se especificará más adelante.
2) Adsorción por materia orgánica, arcillas y partículas de suelo disueltas en el agua:
Estas partículas son las responsables de la turbidez en el agua. Las mismas retienen las moléculas de agroquímicos en su superficie debido a sus cargas negativas por el fenómeno de adsorción, disminuyendo la cantidad de producto activo en la solución acuosa. La materia orgánica posee una mayor capacidad de adsorción que las arcillas, y estas mayor a otras partículas de suelo más gruesas, observable a través de una mayor capacidad de intercambio catiónico (CIC, meq/g sustancia seca) media de 350, 100 y menor a 20 respectivamente.
La adsorción por materia orgánica, arcillas y partículas del suelo afecta a un gran numero de agroquímicos, por eso es importante las siguientes consideraciones:
Recomendaciones:
La disminución del pH permite, revertir esta situación, ya que se neutralizan las cargas negativas de estas partículas y las mismas precipitan, otorgando nuevamente transparencia al agua. No obstante, este proceso demora varias horas por lo que es factible cuando se realiza la corrección del agua con mucho tiempo de antelación.
En primera instancia, en la medida de los posible se deben priorizar la utilización en los campos de fuentes de agua limpias con bajo contenido de impurezas de materia organiza y polvo en suspensión. En este sentido los tanques australianos en zonas ventosas como la región no son la mejor opción. Leiva (2010) recomienda como mejor alternativa, la utilización de agua de pozo (según su calidad), o cuando las fuentes de agua presentan alto contenidos de impurezas la posibilidad de llenar cisternas cerradas en las cuales se puede realizar las reducciones de pH con suficiente tiempo, donde el agua ya queda corregida para futuras aplicaciones. Asimismo, siempre realizar el llenado del pulverizador tomando el agua desde el nivel superior. Dentro de las cisternas se recomienda que las mismas tengan el fondo en pendiente con una canilla de desagote en la parte inferior, de manera que al abrirlo por la presión del agua arrastre los sedimentos. Esta acción se puede realizar de forma periódica a modo de purgado. Las fotos del siguiente experimento ilustran el efecto de la corrección del pH sobre la precipitación de partículas de suelo y materia orgánica en el agua.
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3) Salinidad Total:
Si bien la salinidad total cuantifica la cantidad total de sólidos disueltos, para precisar inferencias sobre las posibilidades de inactivación de los diferentes agroquímicos, se debe conocer las concentraciones específicas de los distintos tipos de sales presentes, en relación al producto a utilizar. Entre los iones de mayor efecto negativo se destacan Ca, Mg, Fe, Al, Mn, Zn bicarbonatos y cloruros.
Un alto contenido de sales disueltas en el agua puede presentar problemas de incompatibilidad física de agroquímicos por un alto grado de saturación del agua, sobretodo cuando los fitosanitarios utilizados están formulados como sales. Esto se debe a que un alto nivel de salinidad disminuye la capacidad del agua para disolver el producto. Por un lado, estas aguas van a requerir una mayor cantidad de corrector de pH, ya que las sales disueltas ejercen una mayor resistencia a cambios de pH. En segunda instancia, si existen iones antagónicos como se postula a continuación, van a requerir la utilización de secuestrantes de cationes, ya que los mismos al apropiarse los cationes en compuestos insolubles, aumentan la capacidad del agua de disolución de los agroquímicos, reduciendo las posibilidades de incompatibilidad física en las mezclas (Foy. et al. 1996).
Rodríguez (2000) postula que una CE menor a 0,5 dS/m se relaciona a un agua prácticamente sin problemas para la utilización con agroquímicos. En este tipo de aguas que equivalen aproximadamente a 0,35 g de sales/l se podía trabajar incluso con bajos volúmenes de agua, sin observarse problema de saturación e incompatibilidad física. Valores superiores al mismo según los rangos y sales presentes requerirían distintos tipos de correcciones.
Por este motivo también, la mejor época para tomar los análisis de agua es el verano en periodos alejados de lluvias abundantes, para tratar de cuantificar los momentos de mayor contenido de sales en la fuente.
El nivel de salinidad, según el tipo de sales disueltas va a afectar el pH de formas distintas. En este sentido, se puede encontrar aguas muy salinas o poco salinas con pH neutro. Por tal motivo, más allá de la orientación general que provee la salinidad total, lo importante es conocer la concentración de los iones específicos del agua, identificar el factor limitante, a fin de seleccionar el corrector más adecuado. Entre los iones de mayor importancia se resaltan:
4) Alta concentración de iones Ca y Mg (dureza del agua):
La dureza del agua se determina por la concentración de Ca y Mg expresada en carbonato de calcio (tabla II). La misma se calcula por la siguiente ecuación a partir de los pesos atómicos de cada elemento: mg/l Ca x 100/40,1+ mg/l Mg x 100/24,3.
Su efecto adverso sobre los agroquímicos es fundamental y radica en que los mismos reaccionan con las moléculas de los fitosanitarios formando sales insolubles que precipitan de la solución. Entre los herbicidas más afectados se encuentran glifosato y 2,4- D sal amina, MCPA sal amina, dicamba y sobre todo aquellos que son ácidos débiles formulados en forma de sal (Hall et al., 2000).
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Estos cationes también reaccionan con surfactantes y generan problemas en emulsiones y suspensiones, ya que neutralizan las cargas eléctricas de las partículas en suspensión precipitándolas, este hecho es importante en estas formulaciones. Los cationes ligados a algunos agroquímicos, también reducen su capacidad de penetración como ya se mencionó.
El Ca y Mg no son los únicos en inmovilizar la mayoría de los fitosanitarios. Los de mayor afinidad son los trivalentes (Fe, Al, Mn). Los mismos se encuentran en el agua subterránea de la región pampeana pero normalmente están en bajas concentraciones (Vidoni et al., 2008). En segunda instancia se encuentran los cationes bivalentes (Ca, Mg, Zn) y finalmente con un bajo nivel de interferencia los monovalentes (Na y K) (Hall et al., 2000).
Las aguas duras (Ca y Mg) normalmente no superan un pH de 8,5. El agua con altos niveles de Na y K se las denomina "aguas alcalinas no duras", donde normalmente estos dos cationes forman sales con bicarbonatos y manifiestan altos pH superiores a 8,5. Para resolver el problema de inmovilización por cationes, se debe incorporar ácidos fuertes de alta valencia, con alta capacidad de secuestrar los mismos. En este sentido, los aniones sulfato y bisulfatos son los de mayor efectividad, pero la bibliografía menciona que deben superar las concentraciones de Ca en por lo menos tres veces. En orden descendente de menor eficacia se pueden utilizar otros ácidos con otros aniones: fosfatos, citratos, nitratos y cloruros y por último acetatos. Los derivados de los ácidos fosfóricos, ortofosfóricos si bien no son los de mayor eficiencia en cuanto al secuestro de cationes, por ejemplo respecto a los sulfatos, presentan la característica de ser ácidos de baja interacción, por lo que en algunos tipos de mezclas de fitosanitarios de baja compatibilidad física permiten sobrellevar mejor esta situación (Leaper et al., 2000; Prattet et al., 2001), como se mencionará mas adelante.
Recomendaciones:
Para corregir este problema existen diversos productos comerciales formulados en base a varios ácidos: fosfórico, sulfúrico y cítrico y/o por fosfato, citrato o sulfato de amonio.
El sulfato de amonio (SA) es una sal de ácido fuerte (sulfato) y base débil (amonio) por lo que su agregado al agua reduce el pH cumpliendo la función de corrector. Además es uno de los secuestrante de cationes más efectivo, y posee otras ventajas importantes.
El anión sulfato se combina con los cationes, principalmente el Ca de forma irreversible, formando un compuesto insoluble. En segundo lugar, el catión amonio se une con una gran cantidad de fitosanitarios (glifosato, sulfonilureas, bentazón, etc) aumentando la cantidad y velocidad de la molécula del fitosanitario de penetrar la cutícula vegetal y su transporte dentro de floema hasta el sitio de acción. Este hecho incrementa la dosis total de producto absorbido por la planta y la eficiencia de control. Este aspecto puede ser importante en periodos de sequías, cuando hay formación de rocío o la proximidad de una lluvia. La incorporación de penetrantes puede ser importante en especies sospechosas de presentar baja sensibilidad al glifosato como consecuencia de una absorción limitada (Hartzler, 2002)
Entre otros efectos, además de aumentar la penetración, se destaca la disminución de la desecación rápida de la gota, incrementando la estabilidad y tiempo de permanencia de la misma sobre el follaje, lo cual es relevante en zonas semiáridas y periodos secos o de altas temperaturas. Además, es un producto de bajo costo en general y con varias marcas comerciales. En aguas de baja dureza, también se recomienda su utilización en baja dosis dado que además de los cationes presentes en el agua del tanque, en la superficie de las hojas de las plantas se encuentran cationes de Ca y Mg que reaccionan con los fitosanitarios en el periodo que la gota se encuentra adherida a la superficie foliar (Hall et al. 1999).
Finalmente, la capacidad de sulfato de amonio de secuestrar cationes permite disminuir el problema de incompatibilidad física de agroquímicos debido a aguas de alta concentración de sales totales, cooperando en la compatibilidad de las mezclas, frente a la utilización de aguas muy salinas y en la reducción de los volúmenes de agua (que aumentan la concentración de sales).
Como recaudos a tener en cuenta se resalta en primera instancia, que el sulfato de amonio sólido es una sal muy insoluble que con el Ca precipita formando yeso (sulfato de Ca) dentro del tanque de la pulverizadora. Por este motivo, se recomienda utilizar formulados comerciales líquidos (sulfato de amonio al 40%), de alta solubilidad, que resuelven este inconveniente. Las dosis de estos productos oscilan entre 2 y 3 % en el volumen del caldo y se recomienda no utilizar dosis superiores al 3% por los efectos de desecación del follaje que puede manifestar sobre el cultivo.
Investigaciones de la Universidad de North Dakota (USA) postulan la siguiente ecuación para calcular la dosis de Sulfato de amonio en su formulación sólida con un 21% de Nitrógeno en amoniacal (Pratt et al., 2003).
Dosis de SA sólido (g/100 l agua) = 1,0 x ppm Ca + 1,8 x ppm Mg + 0,7 x ppm Na + 0,2 x ppm K
A partir de interpolaciones de la misma, se pueden recomendar en la práctica las siguientes dosis para sulfato de amonio líquido al 40%, teniendo en cuanta un adicional cuando la gota se encuentra adherida a la hoja para atenuar los efectos de los cationes Ca y Mg que puedan estar presentes en el follaje del cultivo (Tabla III).
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En segundo lugar se destaca que no es recomendable utilizar sulfato de amonio en la mezclas de herbicidas de 2,4-D sal amina y glifosato en su formulaciones de sal monoamónica o sal potásica, sobretodo con volúmenes de agua inferiores a 70l/ha y con bajo nivel de agitación. Esto se debe a que esta mezcla tiende a formar precipitados en forma de cremas, donde el agregado previo de sulfato de amonio magnifica el problema (Pratt et al., 2001). En esta situación, se recomienda utilizar formulaciones de secuestrantes de cationes en base a ácidos fosforito, ortofosfórico o cítrico que logran resolver esta problemática por ser ácidos de bajo nivel de interacción. En el caso de utilizar 2,4-D en su forma éster este problema es evitado y es posible utilizar sulfato de amonio como secuestrante.
También es importante tener en cuanta, cuando se van a utilizar mezclas de difícil compatibilidad se recomienda elevar los caudales de agua, y agregar un coadyuvante tensioactivo luego del sulfato de amonio para facilitar la mezcla, ya que el sulfato de amonio no posee propiedades tensioactivas.
En el caso de glifosato, Leiva (2010) explicita que a partir de la siguiente fórmula, se puede calcular el porcentaje de inactivación de este producto:

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Esta formula permite visualizar los factores que se pueden modificar para disminuir la inactivación de glifosato, evitando aumentar la dosis del mismo como única medida: a) reducir el volumen de agua y/o b) disminuir la dureza a partir de la utilización de secuestrantes de cationes. El porcentaje de inactivación máximo tolerable debería ser del orden del 7-10%.
5) Alta concentración de ión Hierro (Fe):
El Fe, como otros iones trivalentes, es un catión de mayores efectos negativos respecto al Ca y Mg, su concentración en las aguas de la región en general son bajas, salvo en zonas donde existan referencias específicas en aguas subterráneas. Además, en contacto con el aire se oxida generando precipitados que pueden tapar filtros y pastillas. Este tipo de aguas se deben evitar, o en casos de imposibilidad corregir con sulfato de amonio.
6) Alta concentración de bicarbonatos y carbonatos:
Rodríguez (2000) reporta que concentraciones de bicarbonato superiores a 0,5g/l afectan el desempeño de fitosanitarios: 2,4-D sal amina, MCPA sal amina ciertas sales de dicamba, imazetapir, cletodim. sulfonilureas, etc. Esta situación se magnifica cuando las aguas contienen bajos niveles de los aniones más favorables como sulfatos y en segundo lugar cloruros. La combinación de bicarbonato con Na y K son las más perjudiciales (a partir de 0,3g/l) debido a sus efectos alcalinizantes del agua, pero se puede corregir también con la utilización de sulfato de amonio.
La influencia de carbonatos forman parte de muchos minerales y rocas de la región, sobretodo es muy común en la capa de tosca (CaCO3) a nivel subsuperficial de los suelos de la región semiárida. La concentración de carbonatos en el agua del suelo es muy baja debido a que es una sustancia muy poco soluble (Mon et al, 2007). Según el pH del agua cambia la tasa de disolución y su equilibrio químico con el anión bicarbonato, que es muy soluble y por lo tanto más abundante en las aguas de la región.
Luego de los bicarbonatos, en cuanto a efectos de interferencia siguen en orden de importancia con menores efectos los nitratos y cloruros.
7) Recomendaciones en la logística de preparación de la aplicación:
a) En la práctica de corrección de agua y preparación de mezclas:
La corrección del agua a través de correctores de pH, secuestrantes de cationes y también por lo general (salvo especificación contraria del fabricante) el agregado de los coadyuvantes, debe realizarse antes de agregar el fitosanitario. Se recomienda realizar el mismo en el tanque de la pulverizadora, el día anterior o entre que el equipo sale a pulverizar y vuelve a cargar en el tanque de reserva, confiriendo un tiempo prudencial mínimo (40-50 minutos para que se efectivicen las reacciones químicas de corrección que se desea propiciar). Si el fitosanitario se incorpora antes del corrector, las modificaciones de pH y secuestro de iones se harán a expensas del agroquímico, disminuyendo la cantidad de producto activo en la solución.
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Para esto se llena el tanque del puverizador a la mitad y con el agitador encendido, se agregan los correctores, coadyuvantes. Cuando el agua esta corregida se incorporan los plaguicidas uno a uno en el siguiente orden de solubilidad: 1º) polvos mojables (WP) y solubles (SP), 2º) gránulos dispersables (WG), 3º) suspensiones concentradas floables (SC) y microencapsulados (CS), 4º) gránulos solubles (SG), 5º) concentrados emulsionables (EC), 6º) concentrado solubles (SL).
Para corregir aguas con pH altos y también altos niveles de dureza, conviene agregar el Sulfato de Amonio líquido o el producto que se vaya a utilizar, en la dosis recomendada y agitar la solución. El sulfato de amonio genera el secuestro de cationes y también reducciones del pH. Una vez transcurrido el tiempo requerido, chequear el pH y si todavía es alto incorporar un ácido corrector de pH hasta llevar al punto óptimo. Este trabajo hace necesario la utilización de un pH-metro, aunque sea la primera vez para aproximar las proporciones. También se pueden utilizar productos comerciales  de titulación que viran el color cuando se alcanza el pH óptimo, o realizar las correciones y mezclas en las pequeñas proporciones en botellas, en un lugar donde se cuente con instrumental para evaluar el pH.
Si solamente existen problemas de pH alto, se puede utilizar el corrector de pH exclusivamente, pero normalmente todas las aguas tienen una cantidad de sales que interfieren parcialmente con el agroquímico, por lo cual la utilización de productos como el sulfato de amonio líquido por sus múltiples cualidades nunca esta de más.
El agregado del fitosanitario debe ser lo más cercano posible al momento de pulverizar, antes de salir a pulverizar, para disminuir el efecto de hidrólisis alcalina del agua.
Una consideración muy importante es que cuando se utiliza una mezcla de herbicidas por primera vez, o con distintas formulaciones, un nuevo coadyuvante, corrector de pH o secuestrante de cationes, se disminuyen los volúmenes de agua, o se carga justamente el agua de otro molino fuente, siempre se recomienda realizar la prueba de 
compatibilidad en frasco previo a la preparación de todo el tanque. Con esta prueba, se puede diagnosticar rápidamente posibilidades de incompatibilidad y evaluación de la formación de precipitados antes de realizar la preparación a gran escala (Foy. et al. 1996). El procedimiento de la prueba de compatibilidad es muy sencillo y se describe a continuación:
Llenar de agua de la fuente una jarra de vidrio o botella bien lavada de boca ancha hasta la mitad, agregar luego en las proporciones respectivas a las que se va preparar la mezcla en el tanque de la pulverizadora el corrector-secuestrante de cationes, coadyuvantes y la mezcla de agroquímicos en el orden establecido. Cada vez que se aplica un producto agitar de forma circular e invirtiendo la botella, hasta observar la completa disolución del producto antes de incorporar el producto siguiente. Luego de la disolución del último producto y luego de 30 minutos se observa si se presenta homogeneidad total de la muestra o formación de coágulos, separación de las fases líquidas formando distintos meniscos, o precipitación de sólidos. En el caso de este tipo de incompatibilidades se vuelve a agitar a ver si las mismas desaparecen.
Si esto ocurre se prevé que con la agitación de la mezcla se puede resolver el problema, en caso contrario se debe volver a realizar la prueba desde el principio agregando un tensioactivo/surfactante antes de los agroquímicos. Los tensioactivos son productos que disminuyen la tensión superficial en la interfase de contacto entre dos fases, debido normalmente al carácter dual sus moléculas (grupos hidrófilo y lipófilo). Estos productos por lo tanto contribuyen a la compatibilización de las fases, estabilizando las emulsiones. En segundo paso, se puede probar aumentar el volumen de agua, el cambio del orden de los plaguicidas o de las formulaciones. En el caso que el problema de incompatibilidad no desaparece y/o se agrava se debería pedir asistencia profesional específica y/o descartar la mezcla.
Cuando se debe interrumpir la pulverización por motivos climáticos, y dejar parte del caldo sin aplicar, se debe acidificar la solución con el corrector de pH para disminuir el efecto de degradación de producto. Asimismo, evaluar el tiempo transcurrido hasta que se recuperan las condiciones para volver aplicar, si es superior a 36 hs, no es recomendable utilizar el mismo caldo. En este sentido resulta importante comenzar las aplicaciones cuando hay pronóstico favorable para no tener que interrumpir la misma a la mitad.
b) Ajustes a partir del volumen de caldo:

 

Tener en cuenta la posibilidad de manejar bajos volúmenes de agua en las aplicaciones. Si bien las aguas salinas influencian negativamente en esta posibilidad debido a su alto grado de saturación, este aspecto se puede evaluar de forma previa, a través de la prueba de compatibilidad (Ramsdale et al, 2003). Lógicamente se debe, transicionar paulatinamente hacia la utilización de esta tecnología de proceso, a partir de pruebas en el establecimiento para generar practicidad e identificar los aspectos necesarios para lograr mayor efectividad con esta técnica.
Las ventajas de utilizar bajos volúmenes de agua son múltiples: implica una mayor concentración de dosis, que incrementa las tasas de penetración (en cantidad y velocidad) del agroquímico en la planta y por ende de la efectividad del control. Asimismo, ahorros económicos en combustible y tiempos operativos, ya que un tanque lleno de la pulverizadora rinde para una mayor cantidad de superficie, disminuyendo los consumos  de combustible, mano de obra, etc. y los tiempos ociosos de llenado del pulverizador.
c) Ajustes en la función de la eficiencia de aplicación (impactos/unidad de superficie):
Los recaudos y aspectos a monitorear de este aspecto se enfocan en asegurar una eficiente calidad de aplicación de producto y baja interferencia de deriva por viento y otros factores. Ambos aspectos se pueden monitorear con la utilización de tarjetas hidrosensibles. De esta manera efectuar las calibraciones necesarias en la máquina, a fin de asegurar la cantidad mínima de impactos por unidad de superficie foliar (cm2) según el producto aplicado, maleza objetivo, condiciones ambientales, volumen de agua utilizado, etc.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN DEL RELEVAMIENTO DE AGUA EN BAHÍA BLANCA Y CNEL. ROSALES:
En la Figura 1 se expone los valores de pH promedio de las diferentes zonas de muestreo (grupos).
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En todos los parajes los valores de pH superaron ampliamente el rango recomendado para reducir la hidrólisis alcalina de la mayoría de los agroquímicos (pH: 6-4) y las sulfonil ureas (pH: 7). Es decir que en términos generales en la región, se diagnostica que la corrección de pH sería un práctica indispensable para mejorar la eficiencia de control, a bajo costo.
El nivel promedio de pH de la zona de estudio, se situó en 7,45 con un valor máximo de 8,55 y mínimo de 7,45. La variabilidad del pH fue muy baja observándose un Coeficiente de Variación (CV) del 4,3%. Dentro de cada paraje, la variación de los resultados de pH también fue muy reducida, con un Desvío Standart  (DST) entre 0,4 y  0,9, donde el mayor DST se encontró en los parajes de Cabildo Sur y Bajo Hondo. No obstante, los valores máximos de muestras individuales fueron 9,3 y 8,7 en Pehuen- Co y Bajo Hondo, respectivamente.
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La figura 2 presenta los valores de dureza promedio relevados en los distintos parajes. Según el criterio de clasificación de la Tabla II, el 80% de los sitios de muestreo presentan niveles por encima de aguas semiduras (>61 mg/l CaCO3), donde se haría recomendable por los motivos ya expuestos la utilización de secuestrantes de cationes en distintas dosis. Se observaron 4 sitios con aguas duras (>121 mg/l CaCO3), y el sitio Alférez San Martín con aguas extremadamente duras (780 mg/l CaCO3), las cuales en principio no serían recomendables para las aplicaciones agrícolas. El valor promedio de la zona fue de 102 mg/l CaCO3,con un CV de 36,6% , excluyendo de la muestra el sitio Alférez SM por su desviación extrema. La variación de los resultados de dureza dentro de cada zona de muestreo, según las muestras recolectadas fueron entre 19 y 112 mg/l. El mayor DST entre muestras se encontró en los parajes de Cuartel XIII y Pehuen-Có. Las concentraciones de Ca y Mg que dan lula parte 2 de este trabajo, relacionada a calidad de agua en su aptitud para uso en bebida animal (Figura 6 y7, Parte II)
La salinidad total de los sitios (Figura 5, parte II), se encontró en valores entre 1,96 y 0,6 g/l, a excepción de alférez SM (6 g/l). Esto implica que las aguas de la zona en  general, salvo la excepción, se encontrarían en un rango donde con la utilización de secuestrantes de cationes, manifestarían una baja probabilidad de presentar problemas de baja disolución o saturación del agua con la utilización de plaguicidas en aplicaciones de bajo volumen de agua. Lo cual no quita que en aguas puntuales de pozos de mayor salinidad, sin correcciones o frente a la utilización de mezclas críticas de agroquímicos se puedan presentar problemas de incompatibilidad física. Para esto se resalta la recomendación anterior de realizar la prueba de compatibilidad en botellas antes  de reducir los volúmenes de agua, utilizar nuevos coadyuvantes o preparar mezclas no utilizadas previamente en el establecimiento.
En la figura 3 y 4 se muestran los resultados de bicarbonatos y carbonatos respectivamente.
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Los sitios Bajo Hondo, Punta Alta y Paso Mayor se encontraron por encima del umbral estipulado de 500 mg/l de bicarbonatos a partir del cual se comienza a observar interferencias con algunas formulaciones de fitosanitarios, como las ya mencionadas a partir de su efecto alcalinizante al unirse con Na o K. No obstante, 3 sitios más se encontraron cerca de este umbral con concentraciones de estos aniones por encima de los 400 mg/l. El nivel promedio de la zona se encontró en 430 mg/l con una variabilidad a moderada con un CV de 36,1%. En esta situación el agregado de sulfato de amonio permite resolver esta situación por el aumento de la concentración del anión sulfato en el agua. En este sentido, las aguas de la región, salvo el sitio Alférez SM, manifestaron un bajo nivel de Sulfatos (Figura 9), lo cual desde el punto de vista de la calidad para aplicaciones agrícolas no sería el factor más favorable, debido a la capacidad de este anión de secuestrar cationes perjudiciales para las moléculas de plaguicidas.
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La concentraciones de carbonatos como era de esperar, por su menor nivel de solubilidad, fueron muy bajas a nulas en todos los sitios. El promedio de su nivel zonal en la aguas fue de 10,6 mg/l, pero la variabilidad fue alta justamente por la presencia de aguas libres de carbonatos (CV=150%).
En este trabajo no se realizaron determinaciones químicas de otros cationes de interferencia con los agroquímicos como Fe, Al, Mn, Zn debido a que no se encontró previo a los muestreos documentación de la existencia de los mismos en la región. Lo cual no implica que no puedan ser detectados y que en futuros trabajos se explore la presencia de estos elementos químicos.
CONCLUSIONES ESPECÍFICAS REFERIDAS A LA APTITUD DE LA CALIDAD DE AGUA PARA LAS PULVERIZACIONES AGRÍCOLAS.
  1. El agua de todos los sitios de manera generalizada, estuvo muy por encima de los niveles óptimos de pH para ser utilizada como vehículo de agroquímicos. Esto implica que la corrección de pH a nivel zonal debería ser una práctica prioritaria para disminuir los efectos negativos de la hidrólisis alcalina en la degradación de los productos.
  2. La dureza fue en la mayoría de los sitios otro parámetro que requeriría correcciones a través de la utilización de secuestrantes de cationes. El sulfato de amonio u otros secuestrantes, permitiría resolver esta problemática en la mayoría de los casos, al mismo tiempo que las interferencias que puedan ejercer la presencia de altos niveles de aniones bicarbonato en el agua.
  3. Las correcciones se deben realizar a partir de análisis de agua de cada toma de agua en particular, donde no se recomienda utilizar ajustes en función de datos promedios zonales, debido a la alta variabilidad observada en una misma zona y entre sitios en este trabajo.
  4. La incorporación de estas prácticas sencillas a nivel de los establecimientos regionales del Sistema de Extensión Intergrupal debería manifestar incrementos en las eficiencias de control de las pulverizaciones. Donde se esperarían ahorros económicos por varias vías y una menor utilización de agroquímicos para lograr los mismos objetivos contribuyendo a la sustentabilidad del ambiente.
PARTE II: DETERMINACIONES DE LA CALIDAD DE AGUA PARA SU UTILIZACIÓN COMO BEBIDA ANIMAL EN BOVINOS
INTRODUCCIÓN:
El Agua un nutriente esencial que afecta la productividad animal:
El agua es un nutriente dentro de la alimentación animal de vital importancia. Satisfacer los requerimientos de este nutriente es muy importante ya que el agua interviene en la mayoría de las funciones del organismo. El agua se encuentra en más el 65% de la composición de los animales y muchos tejidos contienen entre el 70 a 90% de agua. (Maynard, et al. 1989)
En la práctica, que los animales cubran sus requerimientos de agua es de fundamental importancia: ya que la producción ganadera se reduce cuando se restringe elconsumo de agua voluntario. En este sentido, la calidad del agua es factor principal que puede generar variaciones entre el agua que el animal requiere y la que efectivamenteconsume de forma voluntaria. Cuando los requerimientos de consumo de agua no se satisfacen, influye sobre numerosos aspectos de la fisiología y comportamiento animal, que se relacionan posteriormente con reducciones de los niveles de producción individuales (Rundgren et al., 1990).
El agua cumple numerosas funciones en la fermentación y asimilación de los alimentos, en el transporte de los productos metabólicos, en la eliminación de residuos a través de las heces y orina, en la regulación de la temperatura corporal en referencia a la ambiental, etc
La importancia de satisfacer adecuadamente los requerimientos de agua del animal radica en que, disminuciones en el consumo de agua voluntario van acompañadas de reducciones en el consumo voluntario de alimentos, y por lo tanto de las ganancias de peso (GDP) o la producción de leche en la época de lactancia, consiguientemente afectando también el crecimiento del ternero. El crecimiento y engorde de los animales se logra mediante la deposición de lípidos, proteínas, minerales y agua, por lo tanto un bajo aporte de sales y agua también influye reduciendo la tasa de GDP de los animales.
Estudios respetivos señalan que las GDP pueden disminuir entre un 10 al 15% frente a ligeras disminuciones del consumo voluntario de agua (NRC, 2000).
El consumo voluntario de agua:
Existen tres formas de la incorporación de agua por los animales: la ingestión a través de los alimentos, el agua metabólica que se genera en las reacciones bioquímicas del animal y el consumo de agua directo, siendo la vía principal. Cuando la cantidad de agua dentro del animal es insuficiente, la concentración de electrolitos en los fluidos corporales se incrementa y este experimenta “sed” que lo moviliza a volver a consumir agua.
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Los requerimientos de agua en bovinos varían considerablemente a partir de diversos factores como la temperatura, la humedad ambiente, tamaño del animal, su estado fisiológico, el tipo de alimentos consumidos, los contenidos de sales, la distancia a la aguada, etc.
El consumo voluntario de agua en bovinos puede ser estimado según las recomendaciones de NRC (2000), mediante la ecuación de Hicks et al (1998).
Consumo de agua (l/día): -18,67 + (0,3937*TºMax) + (2,432*ConMS) – (3,87*Precip) – (4,437*STD%)
Donde: TºMax: Temperatura diaria máxima (ºF), ConMS: Consumo de MS (kg/día), Precip: Precipitación diaria (lámina en cm), STD%: Concentración de sales en la dieta (%).
En bovinos de carne adultos los consumos diarios de agua entonces, pueden variar sustancialmente entre 20 y 70 l/cab/día, (5-14% PV) en función de las múltiples variables mencionadas (Tº, tamaño corporal, estadío fisiológico, concentración de sales en la dieta, contenido de agua en el forraje, etc).
Los bovinos presentan un hábito general de consumo de agua de alta frecuencia entre 2 a 8 veces al día según la distancia a la aguada. Al incrementarse la lejanía a la aguada se reduce la frecuencia. Si esta es excesiva, también disminuye la cantidad de agua consumida y consiguientemente el consumo voluntario de alimento. Esta situación 
puede magnificar su impacto en el verano. En situaciones limitantes como ocurre en los campos de monte, la frecuencia puede reducirse de manera negativa hasta 1 vez cada 2-3 días.
La diferencia de temperatura entre verano e invierno es otro de los factores que mayor incidencia tienen en el consumo voluntario de agua (>60%). Por lo tanto disponer de cortinas forestales que provean sombra a los animales y bajar el estrés térmico en verano es un elemento muy relevante para disminuir las necesidades de agua en verano.
Dentro de los estadios fisiológicos la lactancia incrementa los requerimientos de agua de los animales (>30%). Asimismo, ante reducciones en el consumo voluntario de agua, la lactancia es la principal función en verse afectada. Por lo tanto la calidad de agua es un factor importante a tener en cuenta en el monitoreo del crecimiento de los terneros en sistemas de cría.
Altos contenido de agua en los forrajes en estadios fenológicos tempranos, influyen reduciendo el consumo voluntario de agua, ya que el animal obtiene parte del agua en el alimento (pudiendo disminuir hasta un 50% el consumo voluntario de agua). Este hecho, puede influir también en la necesidad de suplementación con sales por un menor consumo de estas a través del agua de bebida, en algunas situaciones como se verá posteriormente.
La variabilidad de la calidad de agua en función de las características de las fuentes: El agua es un solvente sobresaliente, lo cual implica que su composición se verá enriquecida por los minerales, sales y otras partículas presentes en el medio donde este contenida como el perfil de suelo, el material original, las rocas geológicas subsuperficiales, etc. Estas características determinarán el contenido total de sólidos disueltos (TSD) o salinidad total de las distintas fuentes de agua (pozos profundos, someros, cauces de arroyos, acumulación temporaria de encharcamientos, etc). La misma varía a lo largo del año y en cortas distancias en función de las características geográficas y topográficas. El agua superficial, por lo general, posee un bajo contenido de sales pero al infiltrarse en profundidad disuelve sedimentos de sales que pueden hacer el agua subsuperficial incrementar los contenidos salinos.
El TSD se determina experimentalmente a través del peso del residuo que queda luego de la evaporación de una muestra de agua. Pero también, puede ser aproximado a través de la conductividad eléctrica (CE) por las siguientes ecuaciones:
TSD (g/l) =CE (dS/m)x 0,64 (para salinidad <5)
TSD (g/l) =CE (dS/m)x 0,80 (para salinidad >5)
Las sales de mayor preponderancia dentro del TSD son los cloruros, sulfatos, carbonatos y bicarbonatos, nitratos, etc, ligados al calcio (Ca), magnesio (Mg) y sodio (Na), etc. La importancia de conocer las concentraciones de estas sales, como de algunas otras como Arsénico (Ar), Flúor (Fl), Manganeso (Mn), Cobre (Cu), Hierro (Fe), Selenio (Se), Molibdeno (Mo), etc, radica en que las mismas inciden en el consumo voluntario de aguay/o pueden presentar niveles de toxicidad o problemas por exceso o deficiencias deminerales.
Asimismo, complementariamente al análisis de sales en el agua de bebida, siempre se debe realizar un análisis bacteriológico para determinar su aptitud y eliminar la posibilidad de contagio de enfermedades infecciosas.
A continuación se exponen una serie de recomendaciones de manejo en base a la presencia de diferentes rangos de concentraciones de sales, a partir de adaptaciones de sugerencias del NRC (2000) y (2001) y CCREM (1987), Task Force on Water Quality Guidelines Canada.
1) Influencia de los distintos rangos de Sales Totales sobre el consumo voluntario de agua de los animales:
TSD < 0,49 g/l: el organismo animal requiere cantidades mínimas de electrolitos (sustancias que contienen iones libres como las sales) para alcanzar balances adecuados de las funciones electrolíticas en las células. Cuando el agua posee un contenido menor a este parámetro, el animal necesita beber una mayor cantidad de agua para ingerir las cantidades de sales mínimas y retener el agua dentro del cuerpo, que le permitan alcanzar las concentraciones de electrolitos adecuadas para cumplir eficientemente sus funciones vitales (Forbes et al., 1992). Por esta razón, en esta situación, el consumo de agua por el animal, tiende a incrementarse y/o es común observar que el animal comienza a ingerir suelo con el afán de incorporar las sales faltantes.
El principal catión del fluido ruminal es el Na y sus concentraciones influyen sobre el consumo y la digestión del alimento consumido. La presencia de sales sensados por los osmoreceptores del rumen ejercen un efecto de regulación del consumo voluntario (Carter & Grovum, 1990).
Si los equilibrios electrolíticos no se alcanzan por deficiencias en la ingesta de  sales, se comienza a experimentar diversos problemas a nivel de la nutrición animal: a) los animales tienden a disminuir la absorción de algunos minerales importantes tal es el caso del Magnesio (Mg); b) se realiza una utilización menos eficiente de los alimentos consumidos; c) disminuye el consumo voluntario de forrajes y la retención de líquido corporal; d) se observan por lo tanto menores GDP y niveles de producción de leche respecto, de las que podrían alcanzar a partir de una misma dieta sólida y un agua con valores adecuados de sales.
Estas aguas se denominan en los campos “aguas no engordadoras” por su efecto negativo sobre la baja eficiencia de aprovechamiento de los nutrientes contenidos en la dieta. No obstante, la suplementación mineral a voluntad, principalmente cloruro de sodio (sal común) al 70% en la mezcla del suplemento mineral, permite resolver este problema a un bajo costo relativo, recobrando el balance electrolítico, incrementando la palatabilidad de los alimentos, reactivando el consumo voluntario de alimentos, las GDP y la producción de leche en lactancia.
TSD entre 0,50-1,99 g/l: Este rango todavía es insuficiente para alcanzar una disponibilidad de sales que permitan el equilibrio electrolítico completo, que no interfiera en la eficiencia de conversión alimentaria. Pero en la medida que aumenta la concentración de sales disminuye el problema. Es importante realizar correcciones con suplementación con sales mezclas con un 50% de cloruro de sodio a voluntad.
TSD entre 2.00-3,99 g/l: Este es el rango óptimo de salinidad en el agua, donde no se observan efectos negativos sobre el consumo voluntario de agua, el consumo voluntario de alimentos y los niveles de aprovechamiento de los nutrientes de la dieta. A viceversa, de los casos anteriores, a estas aguas se las denomina en el campo como “engordadoras”, porque permiten un adecuado equilibrio electrolítico para que los nutrientes del alimento puedan ser aprovechados eficientemente por el organismo. Salvo que se  identifique alguna deficiencia puntual en algún mineral (P, Mg. Cu, Zn, Se), normalmente no requieren suplementación. Para la suplementación de otros minerales en deficiencia se aconseja que la mezcla no contenga más de un 35% de cloruro de sodio.
TSD entre 4.00-6,99 g/l: En este rango, el incremento de la salinidad comienza a afectar el consumo voluntario de agua, con tendencia a su reducción. Es importante tener en cuenta que en establecimientos con aguas de altos niveles de salinidad el sistema de cría es el más tolerante y el que permite mayor nivel de maniobra. NRC (2000) y (2001) y otros trabajos demuestran que la respuesta animal real es variable en función de las siguientes características diferenciales. Cuando existen condiciones que incrementan los requerimientos de agua del animal, como son épocas de altas temperaturas (verano), la lactancia, o los forrajes se encuentran en estado de rebrotes verde con alto contenido de potasio (K), el consumo voluntario de agua limitado por exceso de salinidad no es suficiente para cubrir los requerimientos de agua animal (Hamilton & Webster, 1987). En esta situación, se incrementan los desbalances de electrolitos en los fluidos del organismo por exceso de sales, afectando el consumo voluntario de forrajes, que normalmente derivan en caídas de las GDP, en la producción de leche de las madres y /o en casos severos se observan incluso pérdidas de peso. En invierno, con temperaturas mas bajas, con las vacas normalmente en gestación, bajo una alimentación por lo general en la cría de forrajes de baja calidad (diferidos), los requerimientos de agua del animal son mas bajos y pueden satisfacerse con lo niveles de consumo voluntario de agua en este rango de salinidad, sin observarse efectos de reducción sobre el consumo voluntario de alimentos y las GDP. Otro efecto interesante documentado ampliamente por la literatura, para aguas de alta salinidad en este rango, es el ligero a moderado aumento del consumo voluntario de forraje y agua, cuando la alimentación se realiza a partir de forrajes de baja calidad respecto a los forrajes de alta calidad. Es decir el agua de mayor salinidad en este rango, influye favorablemente incrementado el consumo voluntario de forrajes de baja calidad y consecuentemente las GDP, sobretodo con mayor impacto en épocas de bajas temperaturas por lo general en invierno (Hamilton & Webster, 1987; Sager 2003).
Existen una serie de recomendaciones de manejo, en función de la ubicación geográfica del campo, para aplicar cuando comienzan a existir problemas de alta salinidad en el agua de bebida. En estas situaciones, frente a la ausencia de acueductos que permitan solucionar el problema de raíz, una alternativa es la confección de embalses y tajamares a través de curvas de nivel, para acumular el agua en las épocas de lluvia, a fin de planificar posteriormente su racionamiento. Si los reservorios de agua de lluvias de mejor calidad son limitantes, una alternativa estratégica es realizar mezclas de ésta, a partir de los cálculos respectivos de proporciones volumétricas, con el agua salina de molinos, para bajar la concentración de STD a niveles adecuados en las mezclas. En el caso de limitantes de disponibilidad, se debería priorizar la asignación de mayor calidad de agua en los momentos de mayores requerimientos de agua de los animales (verano y la 
época de lactancia). Asimismo, contemplar todas las alternativas de manejo complementarias que incidan en reducir los requerimientos de agua por parte del animal como: a) reducción de lactancia a partir del destete precoz), b) utilización de animales de un biotipo corporal más pequeño, c) proveer a los animales de lugares con sombra (arboleda u otros) para bajar la temperatura corporal, d) alimentación con forrajes de menor calidad luego de haber interrumpido las altas demandas nutricionales de lactancia, etc. En el caso del manejo de los bebederos: a) armarlos bajo sombra de manera de reducir la evaporación en los mismos que genera concentración de sales, b) dotarlos de dispositivos de drenaje para cuando se evapora el agua permitir el enjuague con un chorro de agua antes de llenarlo nuevamente para eliminar las sales precipitadas, c) eliminar la vegetación en los tanques, ya que las misma también consume agua concentrando las sales. Ante la necesidad de suplementación de otros minerales se aconseja que la mezcla no contenga más de un 20% de Cloruro de sodio o utilizar mezclas de minerales en base a melazas en vez de cloruro de sodio.
TSD superior a 7 g/l: Por los efectos antagónicos mencionados sobre el detrimento del consumo voluntario de agua y alimentos que reducen la productividad animal, aguas con niveles superiores a este no deberían utilizarse para bebida animal. No obstante en algunas regiones del país no se cuenta con otras fuentes y se utiliza asumiendo sus efectos negativos sobre el desempeño productivo. En algunas regiones de Argentina se encuentra documentada la utilización de aguas hasta niveles superiores a 15g/l, pero con importantes caídas en la producción de los rodeos. En este contexto, se ve afectado severamente el consumo voluntario de agua ya que un aumento en la cantidad  de agua consumida va acompañada por un incremento en la cantidad de sal ingerida y se ve afectada la capacidad de los órganos urinarios para eliminar líquidos en cantidad. Cuanto mayor es la proporción de sales y de proteínas en la dieta, mayor es la necesidad de excreción de agua en la orina y, por lo tanto, aumentan los requerimientos de agua del organismo (Godwin & Williams, 1986;). Asimismo, se reduce la flora bacteriana del rumen afectando la digestibilidad del alimento (Garg & Nangia, 1993), el consumo de materia seca y las GDP. En el manejo de mezclas de agua con reservorios temporarios se debe tener presente que, cuando se deban efectuar cambios de agua de menor salinidad por las de mayor nivel, se debe realizar gradualmente.
2) Influencia de los distintos tipos de sales y su relación con la productividad animal.
Existe una enorme cantidad de tipos de sales que pueden encontrarse en el agua. No obstante, a continuación se especifican los rangos y recomendaciones más  importantes (NRC, 2000; NRC, 2001; y CCREM, 1987 Task Force on Water Quality Guidelines Canada) sobre la productividad animal a fin de analizar la posibilidad de ajuste sobre el sistemas productivo en cada caso.
Los Sulfatos: es la sal de mayor efecto negativo y su concentración permite estimar los contenidos de “sales perjudiciales”. En este sentido la sustracción a los STD de los sulfatos permiten estimar las “sales beneficiosas” (Sales totales- Sales perjudiciales= Sales beneficiosas).
Los sulfatos otorgan al agua un gusto amargo repugnante que afecta el consumo voluntario de la misma. Además posee efectos laxantes y generan trastornos digestivos.
NRC (2001) estipula los siguientes niveles de tolerancia hasta donde no existirían problemas de afectación para las distintas categorías: Terneros y animales pequeños (0,5 g/l); animales adultos (1g/l); señalando que a partir de 1,5g se comiencen a aparecer problemas de diarreas y los animales reducen su consumo voluntario. Los niveles máximos de aceptación para su utilización en bebida es de 3,5g/l, con concentraciones superiores se observa toxicidad y diversas alteraciones varias como por ejemplo el tenor de calcio y fósforo en suero, que afectan la fertilidad de los vientres. Asimismo, esta documentado que a partir de concentraciones de 0,5g/l interfieren con la absorción de cobre (Cu) y zinc (Zn), teniendo efectos de retardo de la asimilación de energía de la dieta y el crecimiento, por lo que sería importante la suplementación mineral de estos micronutrientes. Los sulfatos se encuentra asociado al Na y Mg. Los sulfatos de sodio son más tolerados en cuanto al sabor del agua por los animales. Sager (2003) reporta que cuando los sulfatos están asociados al Na hasta un nivel de tolerancia de 1g/l se observa un mayor consumo voluntario de forraje y mayor digestión de la fibra. Paralelamente, cuando esta asociado con Mg, si bien se afecta el sabor del agua, dentro de los niveles de no toxicidad, puede aportar este último mineral que contribuye a reducir los riesgos de hipomagnesemia. En el caso de presencia de sulfuros, forma de mayor toxicidad que se combina con el hidrógeno, su límite de tolerancia se centra en 0,1mg/l.
Cloruros: Son aniones poco perjudiciales ya que su límite de tolerancia se encuentra en los 10 g/l para vacas de cría, con un máximo de 20 g/l. Estos valores son muy lejanos a los normalmente encontrados en el agua subsuperficiales (Diaz Zorita et al. 2004). Se encuentra asociados principalmente a Na, Ca, Mg. A diferencia del cloruro de sodio, los cloruros de Ca y Mg, confieren al agua sabor amargo y tienen efecto purgante con umbrales por encima de 2g/l.
Carbonatos y Bicarbonatos: No se conocen efectos nocivos sobre la producción animal. Solamente, cuando su concentración excede lo 3 g/l se han observado ligeros retardos en la digestión por la neutralización del ambiente ruminal ácido.
Nitratos: Su presencia se relaciona a la contaminación con materia orgánica por lo que ante su presencia  se  aconseja  complementar  con  análisis  bacteriológico  del  agua. También puede deberse a lixiviación de fertilizantes nitrogenados. Los nitratos en el rumen se reducen a nitritos que son altamente tóxicos. CCREM (1987) remarca un límite máximo de tolerancia de nitratos de 0,1g/l y para nitritos de 0,01g/l.
Sodio (Na): En su forma mas común cloruro de sodio es una sal beneficiosas hasta 7- 8 g/l.
Calcio (Ca): no se especifican límites máximos de toxicidad.
Magnesio (Mg): Si bien este elemento es importante en la época de parición y lactancia para disminuir el riesgo de ocurrencia de hipomagnesemia, su limite máximo en terneros y animales de crecimiento es de 0,4 g/l y en vacas de crías adulta es de 0,5 g/l (NRC, 2001).
Los relevamientos zonales de calidad de agua para consumo animal como el desarrollado en este trabajo permitirían diagnosticar posibles problemas y realizar en la medida de lo posible ajustes para optimizar la producción animal de los establecimientos. Por ejemplo, a nivel de relevamientos de 26 partidos de la provincia de Buenos Aires Cseh et al. (2003) reportan que a partir de la totalidad de las muestras de agua recibidas durante 18 años (829) por el Laboratorio de Bioquímica Clínica del Departamento de Producción Animal del INTA Balcarce se observó un 35% de las mismas provenían debido a la ocurrencia de problemas sanitarios, donde la frecuencia de presentación de problemas fue la siguiente: a) bajo estado corporal y diarrea asociados a exceso de sales totales y sulfatos (19%), b) rechazo del agua de bebida, relacionado con alto contenido de ST, calcio y magnesio (16,7%); c) Pérdida de peso, asociado a exceso de ST y sulfatos (14,3%); d) deficiencia de cobre (14,3%) y bajo índice de preñez (4,8%), ligados a altos niveles de sulfatos; f) Mortandad, debida a intoxicación hídrica y exceso de ST (11,9%).
3) Minerales en el agua de alta toxicidad: son minerales que su presencia por sobre los niveles de tolerancia, deberían catalogar al agua como excluyente para consumo animal.
Arsénico: Es un mineral altamente tóxico donde NRC (2001) fija un margen de tolerancia máximo de 0,5 mg/l para consumo animal, si bien otras publicaciones son más conservadoras con límites en 0,2 mg/l. El mayor riesgo de este elemento, en mayores niveles es la intoxicación crónica por acumulación a lo largo de tiempo (observable entre otros síntomas en problemas de piel y pezuñas)
Fluor: NRC (2001) estipula un límite máximo de 2 mg/l, no obstante, otras publicaciones remarcan un nivel máximo de 1,5 mg/l. Su exceso influye negativamente en la composición ósea. El principal problema es el desgaste de la dentadura que reduce la vida útil de los animales.
4) Efectos del pH: EL pH óptimo para el agua de bebida animal es entre 7 y 7,5 con un rango de aceptación entre 6 a 8. No obstante en valores por encima o por debajo pueden generar problemas de digestión ruminal afectando el desempeño productivo de los animales.
5) Influencia de la calidad de agua en la definición de la Suplementación Mineral:
La suplementación mineral en rodeos de cría cobra su mayor importancia cuando existen deficiencias minerales que pueden estar afectando el desempeño productivo de los animales a nivel de su desarrollo, sus GDP, sus niveles reproductivos y/o frecuencia de ocurrencia de enfermedades relacionadas. Las deficiencias minerales en numerosas circunstancias suelen manifestarse de forma poco visible o subclínica.
Como se vio, la calidad del agua además de modificar el consumo voluntario de agua, de los alimentos disponibles, también afecta el consumo de los suplementos minerales que se le puedan ofrecer al animal. Asimismo, influye en el grado de asimilación y utilización de los minerales presentes en la dieta animal.
No obstante, la formulación de suplementos minerales y la planificación de su suplementación es una práctica mucho más compleja que la formulación de raciones 
nutricionales. En primera instancia, porque el animal realiza el consumo de minerales por dos vías aditivas: 1) los minerales contenidos en el alimento, que en el caso de los forrajes varían según época y estadios fenológicos y 2) los presentes en el agua de bebida, que también varía a lo largo del año. En segunda instancia, porque el consumo final se encuentra definido por los niveles de consumo voluntario de ambas componentes:  alimento y agua. Además, por otro lado, los requerimientos de minerales del animal varían en función de múltiples factores ambientales, fisiológicos, etc.
Los consumos de mezcla de suplementos de sales minerales para una vaca de cría adulta oscilan entre 30 a 200 g/cab/día según todas las variables mencionadas
Como puede inferirse existe una enorme cantidad de variables que intervienen en la eficiencia de la nutrición mineral, que a su vez son costosas y difíciles de determinar en la práctica diaria.
Las deficiencias minerales además, pueden deberse tanto a déficit como exceso de algunos elementos y/o a interacciones con otras variables. Por lo que no es siempre posible, a partir del conocimiento existente en la actualidad sobre la temática diagnosticar con precisión el elemento causal de un determinado problema a nivel de los animales. Sobre todo cuando es una combinación de varios elementos con algún factor externo. Por este motivo, el uso de mezclas genéricas de suplementación mineral no sería la solución mas adecuada.
Las aproximaciones se pueden efectivizar determinando por análisis de laboratorio las concentraciones de minerales presentes en el alimento y el agua de bebida. En segunda, instancia a partir de las estimaciones de consumo voluntario de ambas fuentes, se define el consumo diario total de minerales. En función de esta información, se debe analizar el balance de la oferta (entre alimentos y agua) respecto a los requerimientos minerales de los animales (según categoría y estadio fisiológico) e identificar las necesidades de suplementación mineral más probable.
Las investigaciones en nutrición mineral se encuentran en crecimiento. Este hecho se puede visualizar en los avances progresivos de conocimiento en las publicaciones del NRC (1989, 1996, 2000 y 2001). Por ejemplo en el NRC (1989) en vacas en lactancia, las necesidades de cada mineral se dividían por un coeficiente medio de disponibilidad de ese mineral en todos los alimentos para calcular sus necesidades diarias. En el NRC (2001) se usa la misma aproximación, con la excepción de que a cada elemento individual se le asigna un coeficiente de disponibilidad para cada mineral, de forma que la contribución de cada uno de los alimentos de la dieta a las necesidades verdaderas se calcula con mayor precisión por las computadoras modernas.
El NRC (1996) publica los siguientes requerimientos de minerales estimados como concentración del alimento consumido, que pueden ser utilizados a titulo orientativo.
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En este sentido, se visualiza que el avance de los conocimientos sobre los requerimientos de minerales de las distintas categorías y las contribuciones a través del forraje y agua de bebida consumidos, permitiría el diseño de programas de  suplementación mineral más eficientes para generar soluciones a través de la identificación de los excesos o déficits más precisos.
No obstante, en la actualidad, para abordar esta situación compleja en la práctica, un enfoque racional es analizar las situaciones documentadas más importantes en relación a la calidad de agua de bebida, la concentración de minerales en los forrajes zonales y requerimientos animales en función de los sistemas de producción característicos de una región. De esta manera, se puede evitar la utilización de mezclas genéricas y orientar en la adecuación de la suplementación mineral más pertinente bajo fundamentos de prevención de factores predisponentes zonales. Además, dentro de la suplementación mineral  siempre prevalece el concepto que es más económico y efectivo trabajar en la prevención que curar o resolver un problema una vez desencadenado.
La suplementación mineral de macronutrientes mas económica y práctica suele ser en formulaciones de sales minerales en mezcla con distintos niveles de cloruro de sodio según la STD del agua, como se especificó anteriormente. Para algunos micronutrientes como el Cu se utiliza las formas inyectables.
A continuación se presentan recomendaciones básicas para orientar el tipo de suplementación mineral que puede llegar a ser requerida (NRC 1996; Sager 2003; Suttle 2010).
6) Recomendaciones derivadas básicas para la suplementación mineral: Macro nutrientes:
Calcio (Ca) y Fósforo (P): La lactancia es el momento fisiológico de mayor requerimiento de Ca, no obstante en vacas de cría normalmente no llegan a observarse deficiencias graves. Al contrario, el exceso de Ca puede instalar problemas de desbalances en su relación con P, ya que de por si los forrajes suelen poseer niveles altos de Ca y bajos de P. La relación óptima de Ca y P es 1:1 recomendándose que esta no 
supere un 2:1 respectivamente. El P en los forrajes esta relacionado a la concentración de este nutriente en los suelos. Los suelos de la región presentan bajos contenidos de P (Galantini et al., 1997), pueden permitir inferir déficit de P. Asimismo, los forrajes diferidos, los de baja calidad y los que experimentan sequía suelen presentar bajos niveles de P. Los déficit de P en el animal se relacionan con problemas de la estructura ósea, bajas en las GDP, en la producción de leche y la manifestación de estados de decaimiento. En la zona sería un nutriente a suplementar a partir de la alimentación general con diferidos en invierno y hasta la parición. En la suplementación se recomienda asignar niveles bases de P de un 8-10% en peso de la mezcla.
En vacas de alta producción de leche como en el tambo los requerimientos de Ca se incrementan substancialmente y se hace necesaria su suplementación. Asimismo, en animales alimentados principalmente con raciones a base de de grano, ya que el Ca no es abundante en estos últimos (Suttle, 2010).
Magnesio (Mg): El Mg es importante en la región debido a la ocurrencia de años con episodios de hipomagnesemia, desorden metabólico relacionado a una baja ingesta y/o absorción de este elemento (Urdaz, 2003). La suplementación con sales de Mg, es una medida preventiva muy importante en años y épocas de alta predisposición a la aparición de la misma. Las recomendaciones complementarias y las condiciones predisponentes en las cuales se debería iniciar la suplementación con Mg (AllWorth et al, 1985; Young, 1985; Wittwer et al, 1997), son las siguientes: a) Vacas en parición y lactancia, sobre todo excedidas de peso (vacas gordas). b) Alimentación con forrajes verdes y rebrotes, los mismos normalmente poseen bajos contenidos de Mg y altos de K que puede disminuir la asimilación de Mg, donde ya de por si este último posee una baja eficiencia de absorción en el retículo-rumen por el mecanismo de bombas de sodio  activo. c) Además, los rebrotes suelen poseer una baja concentración de Na y energía rápidamente metabolizable, magnificando el problema del mecanismo de absorción. d) El alto contenido de proteína de los rebrotes de forraje también afecta la absorción de Mg. e) Por otro lado, aún si el agua de bebida tuviera concentraciones altas de Mg, los altos contenido de agua en el forraje disminuyen el consumo voluntario de agua de los  animales. Si el pastoreo es continuo los animales empiezan a consumir forraje temprano en la mañana cuando el follaje esta cubierto de agua de rocío, disminuyendo aún más el consumo voluntario de agua y la posibilidad de aporte de Mg que pudiera efectuar el agua de bebida. d) Los niveles de reserva de Mg de alta disponibilidad en el organismo son bajos. Por lo cual en estas situaciones la suplementación con oxido de Mg que posee un bajo costo sería muy importante para prevenir la muerte de animales, respecto al alto  costo económico que este hecho conlleva. La asignación de oxido de Mg debería ser saborizado por su sabor amargo o en mezcla con grano de cereal molido o melazas, ya que son fuentes de energía rápidamente digestible que facilita la absorción de este elemento. Conviene su suplementación en mezclas con cloruro de sodio, dado la importancia del sodio en el proceso de asimilación del Mg en el rumen del animal e) También se puede incorporar cloruro de Mg a razón de 1,5-2g/l en el agua de bebida. f) Además de la suplementación de Mg, se deberían adoptar otras pautas de manejo preventivas como realizar un manejo controlado de la condición corporal a través de la alimentación en gestación, parición y lactancia a fin de evitar situaciones de vacas gordas de mayor predisposición. g) Evitar pastorear de forma exclusiva rebrotes de forrajes muy verdes, pastorear las parcelas a partir del medio día cuando prácticamente no hay rocío sobre las hojas para favorecer el consumo de agua de bebida cuando la misma posee altos niveles de Mg y Na o se suplementa con cloruro de Mg en la bebida. h) Suplementar con forrajes secos (rollos), utilizar en la cadena forrajera diaria parte de diferidos, etc a fin de promover la ingesta de agua de bebida (sobretodo cuando es rica en Mg y en Na) y disminuir los niveles de concentración de proteína bruta. I) No realizar cambios bruscos de la alimentación, y proveer en caso de temporales de rollos y protección a los animales. j) Frente a animales caídos por hipomagnesemia se debe recurrir a la aplicación de Mg inyectable y solicitar asesoramiento veterinario.
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Potasio (K): Normalmente se encuentra en niveles adecuados en los forrajes, al igual que el Ca.
Azufre (S): Los requerimientos de los animales de este nutriente son bajos y normalmente es satisfecho con la presencia de sulfatos en el agua de bebida.
Sodio (Na): Si bien los requerimientos de este elemento son bajos, en aguas de baja cantidad de sales benéficas se debe suplementar, sobre todo si la alimentación es exclusivamente pastoril, ya que los forrajes generalmente contienen bajos contenidos de Na. Contrariamente, cuando se utilizan raciones con granos, como estos poseen altos contenidos de Na y P, las necesidades de suplementación con Na disminuyen.
Micronutrientes:
Cobre (Cu): Presenta requerimientos de suplementación en aguas con alto contenido de sulfatos y forrajes con Molibdeno (Mo).
Yodo (I): Los suelos de Argentina poseen bajos niveles de este elemento y por consiguiente los forrajes. Por tal motivo los animales deberían ser suplementados.
Selenio (Se): Similar al Yodo, si bien sus deficiencias son difíciles de diagnosticar.
Zinc (Zn): Se observan deficiencias en el invierno con síntomas de formación de costras sobre el pelaje y edemas en miembros. Se debería suplementar si esta situación es característica en una zona.
Hierro (Fe): Es otro elemento que en exceso interacciona negativamente con el Cu, normalmente no se requiere su suplementación.
Cobalto (Co): No se encuentran documentadas sus deficiencias en Argentina por lo que en principio no sería un mineral a suplementar.
Manganeso (Mn): Su disponibilidad en los suelos y forrajes es adecuada para los bajos niveles requeridos por los animales, por lo tanto no sería esperable necesidades de su suplementación.
La suplementación mineral en rumiantes además de ejercer efectos directos en la producción animal, influyen sobre la actividad microbiana y el metabolismo ruminal (Garg & Nangia, 1993, Rodriguez et al., 1995). Los microorganismos del rumen tienen requerimientos minerales y de tolerancia propios, que pueden o no ser coincidentes con los del animal hospedante (Suttle,1987). La suplementación mineral puede ejercer la manipulación de la fermentación derivando en efectos que pueden favorecer, como disminuir el aprovechamiento de los alimentos que consume el animal y por ende su productividad. Por ejemplo, Arelovich (2000) menciona que el Zn, en forrajes de baja calidad, puede disminuir la degradabilidad de la urea y simultáneamente disminuir la degradación de la fibra. Eryavuz and Dehority (2009) exponen recientemente que este efecto adverso del Zn se debería en mayor medida a la inhibición de las enzimas celulolíticas por sobre un efecto negativo sobre las bacterias que producen dichas  enzimas
Complementariamente altas concentraciones de sales totales en el agua de bebida como de sulfatos puede afectar también significativamente la capacidad de degradación de forrajes por los microorganismos del rumen, afectando la extracción de energía de la fibra y las GDP de los animales. Coria et al (2007) en un experimento de laboratorio con licor ruminal, encontraron que agua con una concentración de sales totales de 7 g/l y otras con 7 g/l de sulfatos disminuyeron (p < 0,05) la fermentación de la flora ruminal respecto al testigo, observable en la producción de gas al cabo de 50 hs en un 49,8% y 20,5% respectivamente. Este experimento demuestra que los efectos negativos de altas 
concentraciones de sales afectan no solamente la salud directa de los animales, si no también su capacidad de digestión de los alimentos.
Tal como resalta un estudio reciente de Arelovich (2008) y como puede inferirse, en la actualidad los estudios referidos a los efectos de los minerales sobre la alimentación de rumiantes y su interacción con la flora ruminal se encuentran en continuo progreso, siendo necesaria mayor investigación para establecer fuentes minerales y concentraciones más apropiadas, identificando potenciales relaciones con el tipo de dieta.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN DEL RELEVAMIENTO DE AGUA EN BAHÍA BLANCA Y CNEL. ROSALES:
En la figura 5 se puede visualizar los contenidos de sales totales disueltas en los 10 sitios de muestreo.
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El sitio Alférez San Martín manifestó el valor más alto de STD (6 g/l), marcadamente distante a los niveles observados en los demás 9 sitios, que manifestaron un promedio de 1,57 g STD/l con una variabilidad moderada en un CV de 31,4%. La zona de Alférez SM  se encuentra muy próxima a las salinas de Bahía Blanca, con un alto grado de influencia marítima de sus suelos, posiblemente este hecho explicó sus niveles un 282% más alto que el promedio del resto de la zona.
En función de la clasificación anterior de estrategias de manejo según la cantidad  de STD en el agua de bebida para consumo de bovinos, se puede observar que prácticamente 9 de los sitios de la zona estarían en el rango donde se requiere suplementación a voluntad con sales principalmente de cloruro de sodio (sal común) para optimizar los balances electrolíticos dentro organismo animal. De esta manera,  incrementar el consumo voluntario de forraje y consecuentemente aumentar las ganancias de peso animal entre un 10 y 15% aproximadamente. Estos efectos son más marcados durante las estaciones de altas temperaturas y en estadios fisiológicos de mayores requerimientos de agua como la lactancia donde aumentan los requerimientos animales de agua. Por lo que en los sistemas de cría predominantes, sería importante para evitar la posible influencia negativa en la producción de leche de las madres y consecuentemente en las GDP de los terneros.
Estos resultados demuestran que las aguas de la región en general justificarían la suplementación con sales. Es más, en los 6 sitios que poseen una concentración de STD menor a 1g/l, la suplementación con sales sería una práctica muy relevante por sus efectos positivos en el aprovechamiento de las dietas y el desempeño productivo de los animales, dado el bajo costo de esta tecnología.
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En cuanto a las implicancias de los pH de las aguas relevados en este estudio (Figura 1). Todos los sitios, salvo Cuartel XII se encontrarían por encima del rango óptimo de pH para las aguas de bebida animal (pH: 7 a 7,5). Asimismo, cuatro de los parajes: Pehuen-Có, Paso Mayor, Carrindanga y Punta Alta se sitúan por encima de un pH de 8, nivel recomendado de tolerancia de alcalinidad para el agua de consumo animal. En el caso de las muestras de pH máximos encontradas en Pehuen- Co (pH: 9,3) y Bajo Hondo (pH:8,7), estas fuentes no serían recomendables.
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La figura 6 muestra la concentración de Ca en los sitios de estudio. El promedio de de los 9 sitios excluyendo Alférez SM fue de 20,4 mg/l con un moderada variabilidad entre los mismos (CV=35,4%). Si bien la literatura científica en nutrición animal no especifica niveles de tolerancia para el Ca. Este elemento responsable con el Mg de la dureza del agua (Figura 2) deriva en la formación de sarro en las cañerías de las aguadas y bebederos, que generan obstrucciones que con el tiempo, pueden disminuir los caudales de asignación de agua de los circuitos de distribución. Los sitios de mayor variabilidad interna fueron Cuartel XIII (DST=28,4) y Pehuen- Có (DST=18,5).
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La figura 7 expone los niveles de Mg en el agua. Este mineral es el segundo corresponsable de la dureza del agua (figura 2). La concentración promedio de los sitios excluido como en casos anteriores Alferez SM, por sus dispersión excesiva, fue de 12,7 mg /l con una variabilidad elevada entre sitios (CV= 48%). En este sentido, se observa que la concentraciones de Mg en las aguas de la región incluso en Alférez SM (101 mg /l), son muy bajas respecto a los niveles de tolerancia a partir del cual se comienzan a observar los efectos adversos ya mencionados sobre los animales adultos de este elemento (500 mg /l).
Si bien desde este enfoque es un aspecto positivo dado que estos niveles no afectarían el consumo voluntario de agua, ni se esperarían los efectos purgantes del mismo, desde el punto de vista de la disminución de riesgos de hipomagnesemia en situaciones predisponentes, no serían los niveles más favorables. Estas aguas serían fuente de una muy baja contribución a los requerimientos diarios de este nutriente. Por ejemplo, teniendo en cuanta un consumo de agua de 35 l/cabeza/día en un animal adulto con temperaturas moderadamente bajas, el agua promedio de la zona estaría aportando, tan solo 0,44 g Mg/cab, a los 20g de Mg requeridos/cab/día (Chester-Jones y col., 1989),  lo cual representa tan solo poco más del 2% de los requerimientos diarios.
Por tal motivo, teniendo en cuanta los bajos niveles de sales totales y de Mg de estas aguas, frente a condiciones de alto riesgo de ocurrencia de hipomagnesemia, por ejemplo en vacas gordas luego de parición consumiendo rebrotes muy verdes, se aconsejaría la suplementación con sales mezcla de cloruro de sodio al 70% con óxido de magnesio y la aplicación de las demás pautas de manejo complementarias para evitar esta adversidad.
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La figura 8 permite observar las concentraciones de Na en los sitios de evaluación, donde como en los casos anteriores Alférez SM muestra los niveles más altos (1345 mg/l). Por su parte, el resto de los sitios alcanzó un promedio de 295 mg/l, con una alta variabilidad (CV 42%). El Na cumple múltiples funciones positivas en el organismo animal a nivel de los balances electrolíticos y en los mecanismos de absorción de otros minerales. En concordancia con los resultados de la Figura 5 de STD y teniendo en cuenta que los forrajes normalmente son bajos en sus concentraciones de Na, todos los sitios a excepción de Alférez SM, requerirían suplementación con cloruro de sodio, debido a los bajos niveles de este elemento observados. Los mayores niveles de Na luego de Paraje Alférez SM se encontraron en dos muestras dentro de los grupos de Punta Alta a y Pehuen-Có con 570 y 524 mg/l, respectivamente.
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Las concentraciones de sulfatos encontradas en las aguas de la zona se  especifican en la figura 9. Dado las implicancias perjudiciales de estos iones en el agua de bebida animal, afortunadamente, casi la totalidad de los sitios presentaron concentraciones inferiores a los menores niveles de tolerancia mínimos para las categorías de animales pequeños y en crecimiento. El promedio de estos 9 sitios fue de 91,7 mg/l, pero con un muy elevada variabilidad entre ellos (CV=62%). Alférez SM, manifestó valores de 1164mg/l, por encima del nivel de tolerancia recomendado para animales adultos. No obstante, con esos niveles los animales con el tiempo y siendo las únicas fuentes de agua, pueden generar acostumbramiento. Si bien este hecho afecta el consumo voluntario de agua y se pueden observar problemas de trastornos digestivos en algunos animales. En este sitio por encontrarse en niveles superiores a 500mg de sulfatos/l también sería importante la suplementación con Cobre y Zinc a fin de evitar falencias de estos micronutrientes que podrían afectar el crecimiento animal.
Los sulfatos fueron los iones que mostraron la mayor variabilidad respecto del sitio extremo, donde la concentración en Alférez SM fue un 1169% superior a las del promedio de los 9 sitios restantes. La mayor variación entre los datos dentro de un mismo sitio, se dio en Paso Mayor, Cabildo Norte y Pehuen- Co con un valor de DST de 156, 110,7 y 110,3 mg/l, respectivamente. Los valores máximos de muestras individuales alcanzaron valores de 273 y 270 mg/l en los parajes Paso Mayor y Cabildo Norte, respectivamente.
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La figura 10, presenta los valores encontrados de iones cloruros, donde Alférez SM expuso el mayor nivel (1215 mg/l). Este fue un 575% superior a los niveles promedio del resto de los sitios (180 mg/l) que asimismo permitieron visualizar una alta variabilidad entre los mismos (CV=51,7%). Los mayores DST dentro de los parajes, se encontraron en Bajo Hondo con valores de 112mg/l y Pehun-Co 138 mg/l con respecto al promedio de su sitio. Los valores máximos de muestras individuales alcanzaron 378 y 371m/l en los grupos Punta Alta y Pehuen-Có respectivamente.
No obstante, las concentraciones de cloruros en todos los sitios, en línea con las documentaciones de estudios de cloruros en la región pampeana, estuvieron muy por debajo de los niveles de tolerancia para consumo animal.
Exploración de los Niveles de Arsénico en las aguas de la zona:
En muestreos puntuales de la presencia de Arsénico en los parajes se observó un promedio zonal de 0,153 mg/l con una DST e 0,10 mg/l. El mayor nivel se presentó en una fuente de agua de Bajo Hondo que alcanzó 0,25 mg/l y la menor en Cuartel XIII con 0,142 mg/l. Estos resultados dan una idea general que posiblemente salvo casos puntuales el Arsénico estaría por debajo del limite de tolerancia recomendado por NRC (2001) de 0,50mg/l y de otras publicaciones de 0,20 mg/l. No obstante en futuras determinaciones se apuntará a incrementar el nivel de certidumbre de la totalidad de los sitios de muestreo a fin de corroborar esta exploración inicial zonal.
CONCLUSIONES ESPECÍFICAS REFERIDAS A LA APTITUD DE LA CALIDAD DE AGUA PARA CONSUMO EN BOVINOS
  1. El agua de la mayor parte de los parajes de la región de estudio presentó de bajos a muy bajos niveles de sales totales disueltas, a excepción de la zona de Alférez San Martín que se encontró cerca del límite de tolerancia máxima recomendada. Este  hecho permite inferir la necesidad generalizada en los establecimientos de la RED Intergrupal de Extensión Bahía Blanca- Cnel. Rosales de comenzar a aplicar la suplementación a voluntad con mezclas de sales (principalmente cloruro de sodio al 70%). Esta práctica permitiría optimizar los efectos positivos de la mejora del balance electrolítico del agua dentro del organismo animal, sobre el consumo voluntario de forrajes y las ganancias de peso de los animales derivadas. Asimismo, se visualiza importante llevar adelante algunos ensayos de experimentación adaptativa para cuantificar en la zona específicamente el impacto de suplementación con este tipo de mezclas con sal sobre el desempeño animal, para realizar ajustes respectivos en caso de ser necesarios.
  2. Las aguas de la región presentaron en general bajas concentraciones de Mg, muy por debajo de los niveles de tolerancia máximo de este elemento. Este hecho, señala también la baja capacidad de estas aguas para proveer de este elemento, que cobra mayor importancia en los periodos de altas condiciones predisponentes para la ocurrencia de hipomagnesemia. La suplementación a voluntad con sales de Mg en estas circunstancias, sería una práctica de alta relevancia.
  3. Los niveles de sulfatos a excepción del paraje Alférez San Martín, estuvieron muy por debajo de los niveles de tolerancia de toxicidad para consumo animal. Sin embargo,  los promedios por zonas de la calidad de agua, exponen una orientación general a los productores de cada paraje, pero la situación en cada campo debería determinarse a partir del análisis en cada fuente de agua dentro del predio, ya que la calidad puede variar significativamente en cortas distancias.
  4. Los niveles de Arsénico en las exploraciones iniciales se encontraron en su mayoría por debajo de los niveles de tolerancia máximos para aguas de bebida animal. No  obstante, se presentaron 2 casos ligeramente por encima del umbral más conservador para esta mineral, por lo que se debería incorporar las determinaciones de este elemento en los análisis de las aguas zonales
  5. La calidad de agua se define por las características de un sitio geográfico y sus perfiles de suelos. Si bien esta no se puede cambiar totalmente, el conocimiento de los parámetros de su calidad permite numerosos ajustes factibles de realizar en los predios. De esta manera, cubrir los requerimientos de agua y encauzar prácticas de manejo tendiente a corregir deficiencias o paliar excesos en la composición de los minerales, que permita optimizar los niveles de producción animal del rodeo para esas características estructurales de un sitio dado.
  6. La calidad de agua varía a lo largo del año y en función de periodos de abundantes lluvias o condiciones de sequía. Por esto es recomendable analizar principalmente en los momentos de mayor concentración de sales como luego de periodos de seca, pero también periódicamente para monitorear posibles cambios en las concentraciones de las fuentes.
  7. La información de calidad de agua generada en una actividad Interinstitucional con fines de aplicación práctica a nivel de la Extensión en los campos de la RED  Intergrupal de productores y los Asesores de los grupos Cambio Rural de la Agencia, resultó sumamente útil para orientar y realizar ajustes en las tecnologías de producción aplicada en las pulverizaciones agrícolas de los cultivos como en la nutrición animal de los rodeos regionales. Se destaca concluida esta primera experiencia, las posibilidades de potenciar las capacidades instaladas de las Instituciones de Ciencia y Tecnología regionales a través de objetivos comunes y capacidades complementarias para  realizar aportes a las problemáticas zonales y vacíos de información. En este sentido, la Comisión de Producción Sustentable del Acuerdo Dto. Agronomía UNS, Cerzos Conicet e INTA Bordenave en el marco de esta actividad de la Agencia Bahía Blanca permitió dar marco y facilitar las relaciones interinstitucionales para llevar a cabo esta acción con mayor eficiencia, agilidad y articulando diferentes los actores del Desarrollo Regional
AGRADECIMIENTOS:
- A los profesionales del Laboratorio Lanaqui del CERZOS: Ing. Qca. Miryam Crespo y del Dr. Claudio Ferrarello.
- A las Dra. Alicia Carrera, Lic. Sandra Baioni y Mg. Cecilia Saldungaray del Departamento de Agronomía de la Universidad Nacional del Sur por sus aportes a esta acción.
(*) FOTOS E ILUSTRACIONES: Fuente propia de relevamientos de la Agencia de Extensión Bahía Blanca, INTA Bordenave.

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Autores:
Andrea Lauric
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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Ing. Agr. Carlos Torres Carbonell
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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Angel Marinissen
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