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Costos para la Producción Sustentable de Carne y Leche Doble Propósito en el Bosque Seco Tropical

Publicado: 15 de mayo de 2014
Por: Por: Gustavo Nouel Borges, Prof. Asociado DE, Agronomía UCLA Ing. Agr. (UCLA), MSc. en Producción Animal (UCV), Doctor en Nutrición (USB)
El sector ganadero bovino doble propósito es un complejo negocio dependiente de múltiples factores (humanos, económicos, ambientales, tecnológicos, culturales, políticos), el cual ha tenido graves problemas para crecer, desarrollase, consolidarse y hasta mantenerse operativo dentro de las principales regiones productoras del país. Pasando de una cobertura de los requerimientos nacionales de leche per cápita nacional con un 70 % de origen nacional a un 30 % de cobertura con producción nacional durante la última década (cálculos propios sobre FAOSTAT, 2010; Ramírez, 2006).
Uno de los principales agentes limitantes de dicho decrecimiento o mantenimiento es el precio de la leche cruda a puerta de finca, que se encuentra rezagado significativamente con el crecimiento inflacionario ocurrido dentro del período citado. Este, factor es complejo de manejar por su componente político y social, además del subsidio estatal a las importaciones con un precio del dólar preferencial (2,60 BsF/US$) que coloca a nuestros productores en desventaja con los productores lecheros extranjeros. De modo que este artículo intentará aborda la realidad económica, tecnológica y productiva de los costos de producción del litro de leche dentro de la generalidad de los patrones tecnológicos vigentes en el sector bovino doble propósito nacional, que cubre más del 90 % de la producción de este rubro pecuario (Cavideas, 2000; Ramírez, 2006). Además se plantearán alternativas para reducir costos en función de los patrones tecnológicos sustentables disponibles actualmente en el país.
Definir la ganadería bovina doble propósito como sistema de producción ha sido algo controversial durante los últimos 40 años, pero en este documento lo ubicamos dentro de lineamientos sencillos como los siguientes: vacas que producen entre 4 y 14 litros de leche por día, lactaciones que duran entre 220 y 330 días, mestizajes ubicados entre 3/8 Bos taurus y 3/8 Bos indicus de diferentes razas adaptadas al trópico (Brahaman, Nellore, Guzerat, Indu Brasil, Gyr, Pardo Suizo, Holstein, Carora, Criollo Limonero, entre otras), con un intervalo entre partos y tasas de concepción ampliamente variables, que depende del manejo y componente genético de los animales; donde las crías machos pueden ser llevadas hasta mautes, novillos o toros dentro de la misma unidad de producción, con diversas tasas de ganancia de peso (315 a 650 g/animal/día), pero que en promedio los animales llegan al peso de sacrificio del entre los 36 y 48 meses de edad, dependiendo de los recursos forrajeros disponibles (Holmann y Lascano, 1998; Holmann et al, 2003).
Dentro de estos sistemas de producción el manejo alimentario es muy diverso y dependiente de los recursos disponibles localmente, predominando el pastoreo de gramíneas, como fuente principal de forrajes; donde pueden haber o no leguminosas disponibles a pastoreo o de corte, donde se puede usar o no forraje preservado (ensilaje o henos), donde se puede o no suplementar con alimento balanceado comercial (menos de 1/3 de la ración en base seca), suplementos minerales, fuentes de energía (cereales, subproductos, melaza). La alimentación y los recursos disponibles, según las condiciones de suelo y clima de la unidad de producción, son los principales factores que intervienen dentro de la amplia variabilidad de los niveles de producción entre fincas y dentro de fincas a lo largo del año, ya que son fundamentales dentro de la uniformización del suministro de alimentos en la unidad de producción y el rebaño (Holmann et al, 2003).
Para realizar el análisis tecnológico y económico (propio, basado en la metodología propuesta por Pezo et al., 2000) de la producción ganadera bovina doble propósito venezolana, tendremos cuatro niveles promedios de producción diaria por vaca (4, 6,5, 9,5 y 12,5 lt/d), ajustando las lactaciones a 290 días, con pesos vivos desde 400 a 550 kg/vaca dependiendo del mestizaje, con niveles esperados de consumo de materia seca del 3 al 3,5 % del peso vivo animal por día. Los mestizajes supuestos serían Grupo I: 3/8 B. taurus y 5/8 B. indicus, Grupo II y Grupo III: F1 o media sangre B. taurus y B. indicus, donde el nivel de producción mejora con la selección y manejo sanitario, y el Grupo IV: es 5/8 B. taurus y 3/8 B. indicus con excelente selección hacia la producción de leche y eficiente manejo sanitario. El Grupo I tendrá el manejo básico de pastoreo rotativo o continuo, con uso de suplementos del 4,3 % del consumo de MS diaria, por lo general en las épocas de menos disponibilidad de forrajes (seca). El Grupo II tendrá pastoreo rotativo como base de la alimentación, con suplementos cercanos al 8 % del consumo de MS diaria, y hasta un 23 % de uso de forraje preservado (heno y/o ensilaje, época seca de 3 meses aproximadamente). El Grupo III tendrá pastoreo rotativo y/ó corte de pasto como base de la alimentación, con suplementos cercanos al 14 % del consumo de MS diaria, y hasta un 41 % de uso de forraje preservado (heno y/o ensilaje , época seca.- 3 a 4 meses.- y para la época donde la MS es menor con menos energía.-meses más lluviosos.). El Grupo IV tendrá pastoreo rotativo y/ó corte de pasto como base de la alimentación, con suplementos cercanos al 20,8 % del consumo de MS diaria, y hasta un 42,8 % de uso de forraje preservado (heno y/o silo, época seca.- 3 a 4 meses.- y para uniformizar la MS en cuanto a disponibilidad de energía).
En cuanto a la producción de forrajes se estima lo siguiente para el Grupo I: uso de gramíneas nativas, naturalizadas o introducidas, con pastoreo rotativo y bajo uso de agro insumos con producción anual de menos de 25 toneladas de MS/ha, donde se aprovecha solo el 55% del forraje producido (el resto se pierde por pisoteo), disponiendo solamente de 13,75 ton/ha/año de forraje para uso efectivo para el hato. Grupo II y Grupo III: uso de gramíneas naturalizadas y/o introducidas, con pastoreo rotativo y uso intermedio de agro insumos con producción anual de menos de 25 a 35 toneladas de MS/ha, donde se aprovecha solo el 55% del forraje producido (el resto se pierde por pisoteo), disponiendo solamente de 19,25 ton/ha/año de forraje para uso efectivo para el rebaño, donde el pasto de corte para preservar puede representar hasta 33,25 ton MS/ha/año. Grupo IV: uso de gramíneas introducidas, con pastoreo rotativo y uso elevado y optimizado de agro insumos con producción anual de menos de 35 a 45 toneladas de MS/ha, donde se aprovecha solo el 55% del forraje producido (el resto se pierde por pisoteo), disponiendo solamente de 24,75 ton/ha/año de forraje para uso efectivo para el hato, donde el pasto de corte para preservar puede representar hasta 42,75 ton MS/ha/año.
Como elementos económicos, en los cálculos se usó un salario mínimo de 1.223,89 BsF/mes y un costo de la jornada hábil de 71,34 BsF. Como elementos financieros para el cálculo del costo del capital, se usaron tasas desde el 5 al 13 % de interés anual, con plazos de 8 años en 16 cuotas. Las labores mecanizadas de manejo agronómico se estimaron en 200 BsF/ha en los casos de arado y rastreo y para siembra, cosecha, abonado y/o cultivado 150 BsF/ha.
Los grupos propuestos (Tabla I) muestran sistemas que tienden a producción de menos leche y más carne (grupos I y II), y otros a menos carne y más leche (grupos III y IV), donde el inicio de la fase reproductiva es más precoz en los primeros y más tardía en los dos últimos, variando de los dos años y medio al primer parto y los casi tres años en el grupo más lechero.
 
Tabla I. Esquemas de producciones lácteas y alimentación posibles en Venezuela, sin propuestas de mejora.
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En la Figura I se presenta la estimación de los costos de producción de un litro de leche, el cual fluctúa entre los 1,982 BsF/lt (grupo III) hasta los 2,323 BsF/lt (grupo I), siendo la alimentación la que tiene el mayor aporte dentro de la estructura propuesta, significando desde el 39,83 % (grupo IV) hasta el 50,36 % (grupo I) del costo de producción, siendo establecidos los precios de venta a puerta de finca de 2,2, 2,3, 2,35 y 2,4 BsF/lt para los grupos I al IV respectivamente; generando un margen negativo para el grupo I (-0,123 BsF/lt) o perdida para el productor (descapitalización) y el mayor margen para el grupo III con un ingreso de 0,368 BsF/lt, de modo que diariamente por cada vaca el grupo I pierde 0,49 BsF/vaca/día y anualmente 142,1 BsF/vaca (margen bruto de ingreso -5,56 %); y el margen bruto de ingreso (15,66 %) para el grupo III, más eficiente, 3,5 BsF/vaca/día y anualmente 1.013,84 BsF/año. Esto nos explica claramente la razón de la descapitalización del sector ganadero pecuario bovino, ya que los ingresos brutos de la unidad de producción son negativos ó en el mejor de los casos, con buen manejo productivo, reproductivo, sanitario, genético, alimenticio y gerencial el margen es inferior a la tasa de inflación media de los últimos 5 años, por lo cual el mantenimiento del sistema de producción, la reinversión o el crecimiento son anulados o consumidos por la inflación general (Fedenaga, 2011).
Algún técnico o tecnócrata pudiese decir que esta situación se resuelve con más eficiencia, pues las cifras citadas, son sobre la base de alta eficiencia agronómica y acompañamiento técnico, donde en el peor caso se tendrían 2,64 UA/ha/año (grupo I), en el mejor 3,98 UA/ha/año (grupo III), y en el de mayor producción 5,81 UA/ha/año (grupo IV), lo que significa que la producción de leche por ha/año sería de 3.062 lt (grupo I), 11.044 lt (grupo III, más eficiente) y 21.061 lt (grupo IV), los cuales son valores muy elevados para condiciones tropicales, siendo especialmente ciertos para los grupos I al III, verificables en las condiciones del Sur del lago de Maracaibo (Mérida, Táchira, Trujillo, Zulia) y en los municipios de la Sierra de Perijá (Machiques y Villa del Rosario, Estado Zulia); siendo el nivel del grupo IV realmente excepcional y no llega al 1 % de los casos nacionales posibles.
Entonces en medio de esta situación tan compleja ¿se puede mejorar aún más?, pues la respuesta es Sí, pero esto significa una transformación más allá de lo económico, que significa nuevas inversiones y cambios en el manejo de la unidad de Producción, capacitación técnica y acompañamiento de alto nivel.
 
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Para mejorar la sustentabilidad económica de la alimentación (principal factor en la estructura de costos) se propone dejar de usar alimentos balanceados comerciales en la alimentación del hato bovino doble propósito, ya que no se cuenta con alimentos de alta calidad a bajo costo, por no tener excedentes de cereales y oleaginosas que lo permitan, y solo se cuenta con subproductos de cereales (arroz, maíz o sorgo) y la posibilidad de sembrar leguminosas forrajeras tropicales adaptadas a las condiciones de clima y suelo, a diferencia de la soya o la alfalfa fácilmente disponibles en clima subtropical o templado. Esto tiene implicaciones fisiológicas en los animales, pues se trata de manejarlos como eficientes herbívoros que son y no como no rumiantes especializados en la producción láctea (Combellas, 1998). En lugar de reemplazar nuestra ineficiencia en la producción de forraje de alta calidad y ofrecer suplementación catalítica (no existe una definición aceptada en nutrición de rumiantes de suplementación catalítica, ver Combellas, 1998 y Preeston, 1995) en el momento oportuno y durante todo el año, ofreciendo al rumiante un suministro constante de alimentos de calidad y en cantidad suficiente 365 días del año, y olvidándose de problemas podales, laminitis, acidosis, balanceo ácido-base, uso de sales especiales, fiebres y uso de fármacos para el control de todos estos problemas, que encarecen la producción y no se corresponden con la realidad ambiental, agrícola, genética ni económica de Venezuela.
Como actuar entonces, pues seguir mejorando las pasturas, su fertilización, la división de potreros, el uso eficiente del material verde y la preservación en el momento oportuno de mayor calidad para el animal, sin daño en sus reservas de nutrientes. Con sistemas de pastoreo de alta carga animal por cortos periodos de tiempo si dejar descansar a los animales en los potreros (pastoreo restringido, sistemas de franjas o Bosiere, entre otros). Con ello garantizamos menos perdidas en los potreros y más calidad en el material ofrecido al animal. Pero esto no es suficiente para reducir los costos, aunque es el centro de asunto, pues las leguminosas forrajeras tropicales deben ser introducidas dentro del sistema de producción, sean en asociación, herbáceas para corte o arbustivas para corte o pastoreo, pues ellas permiten producir gran cantidad de proteína por hectárea al menos costo posible como se explica por sí misma en la Tabla II.
 
Tabla II. Producción de proteína cruda (PC) potencial en trópico con base a leguminosas
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Superado el asunto de una oferta forrajera de calidad compuesta por gramíneas (Guineas, Brachiarias, Bermudas, Estrellas, Elefantes, Pangola, entre muchos otros) y leguminosas (Craptilias, Desmodiums, Nenonotonia, Matarratón, Leucaenas, Acacias, Yacure, entre otras muchas), queda terminar de balancear un rumen eficiente para una alta degradablidad del forraje y un adecuado balance de ácidos grasos volátiles con la mayor producción de proteína de origen microbiano. ¿Cómo lograrlo? Usando lo que tenemos a la mano y se puede manejar, teniendo los forrajes adecuados, lo limitante para una máxima eficiencia del rumen es la disponibilidad de energía y minerales suficientes en calidad y cantidad. Entonces con subproductos agroindustriales disponibles nacionalmente, tales como afrecho de arroz (pulidura, con atioxidantes), nepe de maíz (con o sin grasas), maíz de coque (mazorcas caídas al suelo durante la cosecha), melaza de caña y el mismo grano de sorgo, así como la siembra de maíz o sorgo para silos donde el suelo y clima lo permitan, son alternativas viables para mejorar la disponibilidad de energía para mantener un balance energético optimo en la vaca (Nouel y Yépez, 2009). También, en algunas regiones, se puede tener acceso a grasas de origen vegetal o animal, que pueden mejorar la energía disponible para el rumiante sin acidificar el rumen del mismo.
Si ya tenemos energía, proteína y suficiente materia seca para que no limiten la función del rumen, entonces solo faltan los minerales que permitan optimizar la actividad de los microbios en la fermentación de la fibra en el rumen y las funciones fisiológicas del animal (Combellas, 1998; Preston, 1995). En el mercado nacional existen variedad de mezclas minerales y de bloques minerales o multinutricionales, que pueden satisfacer los requerimientos de los animales en diversos niveles productivos y a precios razonables. Lo fundamental acá, es que el uso de estas mezclas o productos, no es solamente en la época de sequía, como tradicionalmente lo hacen los ganaderos, sino durante todo el año, porque la infertilidad natural o deficiencia de los minerales en el suelo, es en época seca y lluviosa, y los forrajes son deficientes en muchos de ellos (cobalto, azufre, fósforo, sodio, zinc, cobre, iodo, selenio, entre otros, Chicco et al, 1992). Es importante destacar que las fuentes minerales de origen biológico u orgánico, son mucho más biodisponibles y balanceadas (Twiss et al, 2000), además de ser más aceptadas por el animal que las de origen inorgánico.
Entonces, a diferencia del caso tradicional, se propone sustituir el alimento balanceado comercial, por los subproductos antes citados, en las cantidades que se aprecian en el Tabla III y la incorporación de leguminosas forrajeras (frescas o preservadas.-henificadas o ensiladas.-) en cantidades ofertadas como indica la misma tabla III para cada grupo, con ello se logra uniformizar el suministro de alimentos en calidad y cantidad y optimizar la función fermentativa del rumen (Combellas, 1998).
 
Tabla III. Esquemas de producciones lácteas y alimentación posibles en Venezuela, con propuesta de mejora usando leguminosas tropicales y subproductos de cereales.
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Cuando se analizan los resultados, bajo el mismo esquema de producción del hato analizado de manera teórica, pero sobre la base de experiencias reales en campo, se puede apreciar que la estimación de los costos de producción de un litro de leche, el cual fluctúa entre los 1,851 BsF/lt (grupo III) hasta los 2,278 BsF/lt (grupo I), siendo la alimentación la que tiene el mayor aporte dentro de la estructura propuesta, significando desde el 32,84 % (grupo IV) hasta el 49,82 % (grupo I) del costo de producción, siendo establecidos los precios de venta a puerta de finca de 2,2, 2,3, 2,35 y 2,4 BsF/lt para los grupos I al IV respectivamente; generando un margen negativo para el grupo I (-0,078 BsF/lt) o perdida para el productor (descapitalización) y el mayor margen para el grupo III con un ingreso de 0,499 BsF/lt, de modo que diariamente por cada vaca el grupo I pierde 0,312 BsF/vaca/día y anualmente 90,48 BsF/vaca (margen bruto de ingreso -3,54 %); y el margen bruto de ingreso (21,23 %) para el grupo III, más eficiente, 4,74 BsF/vaca/día y anualmente 1.374,75 BsF/año. Si se analiza económicamente el resultado, aun con los precios vigentes del mercado, el productor tiene un nivel de descapitalización mínimo, al menos durante los últimos 5 años, ya que el mejor margen bruto apenas alcanza a cubrir la pérdida de valor adquisitivo del dinero, dejando a un lado el mantenimiento de la infraestructura, y sin utilidades dentro del ejercicio económico de la unidad de producción. Por ello es fundamental considerar un incremento del precio de la leche, para evitar el colapso de la industria láctea nacional y reafirmando que en los momentos que vivimos, el ganado propiamente doble propósito, sin tendencia a algo, sea leche o carne (grupos II y III) siguen siendo la alternativa para proveer de leche de calidad y a precio razonable para el consumidor venezolano.
Mejorando la alimentación, usando recursos de fácil adquisición en el mercado local o simplemente producidos dentro de la Unidad de Producción, los sistemas pueden ser altamente eficientes, unidos a un acompañamiento técnico permanente. Pero no es suficiente con esto, los ganaderos deben unirse, asociarse, cooperar mutuamente, para dar más valor agregado a sus productos y depender menos del estado para su sobrevivencia. Pero, el estado debe ser más considerado y leal con los productores nacionales, que crean empleos y dan seguridad alimentaria al venezolano, ubicando la leche dentro de precios justos y sin competir deslealmente con ellos, porque estas políticas restrictivas a quienes más perjudican es a los pequeños y medianos productores agrícolas. Dado que para obtener ingresos equivalentes a un salario mínimo un productor del grupo III, debe tener al menos 17 vacas en el rebaño (casi 14 en producción), y para cubrir la canasta básica alimentaria (3.996,77 BsF/mes agosto 2010) debe tener unas 43 vacas en el rebaño (casi 35 en producción). De modo que la política restrictiva de anclaje y regulación de precios conduce a la salida del negocio agrícola de los pequeños y medianos productores de leche doble propósito. En poco tiempo, si las directrices del sector ganadero no son reconsideradas, los ganaderos extensivos con poca aplicación de tecnologías están condenados a salir del negocio y la producción de leche continuará decreciendo. Si bien es cierto que hace falta hacer llegar asesoramiento, seguridad, financiamiento oportuno y soporte tecnológico al productor, se deben unir esfuerzos para evitar la competencia desleal con los ganaderos extranjeros subsidiados en sus costos.
Como conclusión, una ganadería doble propósito en el trópico no podrá ser sustentable desde el punto de vista económico y ambiental, si el ganadero no se convierte en un excelente agricultor integrado al sector agroindustrial local para usar los subproductos disponibles eficientemente.
Y no existirá seguridad agroalimentaria si el gobierno nacional no es capaz de oír y atender las sugerencias de sus agro-técnicos y productores con años de experiencia local, en un intercambio justo y sincero.
 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cavidea. 2006. La industria lechera en Venezuela su evolución en 1999. Caracas Venezuela, Mimeo 28 p.
Chicco C. F., R. Botacio y S. Godoy. 1992. Suplementación mineral de bovinos a pastoreo. En: Programa SPB:MIG y Convenio MAC:PDVSA. (Eds.)
Combellas Lares, J. 1998. Alimentación de la vaca doble propósito y sus crías. Valencia, Venezuela, Fundación Inlaca. 196p
FAOSTAT data. 2010. http://faostat.fao.org/faostat/servlet
FEDENAGA. 2011. ALTO COSTO DE LOS INSUMOS QUIEBRA A LOS PRODUCTORES DE LECHE DEL PAÍS. http://www.fedenaga.org/index.php 21 de marzo 2011. Consulta realizada 29/03/2011).
Holmann Federico y Carlos Lascano. 1998. Una nueva estrategia para mejorar los sistemas de producción de doble propósito en los trópicos: el consorcio Tropileche. Conferencia presentada en el Primer Congreso Internacional de Ganadería de Doble Propósito, 5-8 de Noviembre de 1998, Maracaibo, Venezuela. 33 p.
Holmann Federico, Libardo Rivas, Juan Carulla, Bernardo Rivera, Luis A. Giraldo, Silvio Guzman, Manuel Martinez, Anderson Medina, y Andrew Farrow. 2003. Evolución de los Sistemas de Producción de Leche en el Trópico Latinoamericano y su interrelación con los Mercados: Un Análisis del Caso Colombiano. 55 p.
Nouel Borges, Gustavo y Olimar Yépez Brito. 2009. Residuos de cosecha y subproductos agroindustriales en el crecimiento y desarrollo de novillas. CUADERNO CIENTÍFICO GIRARZ 6: Manejo y Cría de Novillas de Reemplazo.1ed. Maracaibo. Alfa Editores.
Pezo Danilo A., Federico Holmann y José Arze. 2000. Evaluación bioeconómica de un sistema de producción de leche basado en el uso intensivo de gramíneas fertilizadas, en el trópico húmedo de Costa Rica. 15 p.
Preston, Thomas R. 1995. FAO No 126 Tropical animal feeding: A manual for research workers. Rome, Italy. 305p.
Ramírez Avendaño, Alberto. 2006. Situación de la industria lechera en Venezuela. Cavilac. Caracas, Venezuela. Mimeo 18 p.
Twiss, Michael R., Olivier Errécalde, Claude Fortin, Peter G.C. Campbell, Catherine Jumarie, Francine Denizeau, Edward Berkelaar, Beverley Hale and Ken van Rees. 2000. Guidelines for studies of metal bioavailability and toxicity. Why metal speciation should be considered and how!. Canadian Network of Toxicology Centres (CNTC). Metal Speciation Theme Team (March 2000) 30p
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Gustavo Nouel Borges
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M.C. Fernando R. Feuchter A.
Universidad Autónoma Chapingo
12 de junio de 2014
Un buen esfuerzo para clasificar y estratificar a los productores de Venezuela. Es muy similar en México. Tenemos 2 situaciones para el desarrollo: a) Producir en forma extensiva y sustentable, saliendo al mercado consumidor con los productos muy eficientes de bajo precio y alta rentabilidad. El déficit del mercado se tendría que importar o carecer de productos. y b) Producir en forma intensiva grandes volúmenes de alimentos para satisfacer la demanda de alimentos de la población a un alto costo, que al mismo tiempo reactivan la economía pecuaria al integrarse las redes de valor con un precio alto para el consumidor y consecuencias de desgaste ambiental. Los gobiernos y productores tienen que establecer programas que permitan equilibrar los dos polos de la producción para salir al mercado con satisfactores sanos, sustentables y a precio justo. Los economistas visualizan bien los cálculos para buscar el punto medio de la X.
Carlos Manuel Cuevas Martinez
8 de julio de 2014
Gustavo tu analisis esta muy bien enfocado a la realidad de los productores de doble proposito, los valores monetarios que manejas serian mejor apreciados por todos los foristas en dolares pues se equiparan facilmente para cualquier pais. no nos que da mas que seguir siendo eficientes en el manejo de la alimentacion y la mano de obra que son los rubros que mas pegan a las empresas, eso implica tener equipos e instalaciones que permitan reducir mano de obra, y usar los mejores alimentos (pastos y balanceados); desde luego, la genetica siempre debe mejorarse y esperar que mejore el precio de la leche con mejor calidad y si es posible transformarla minimo en quesos. Saludos
Hector Volcanes
28 de junio de 2014
MUY BUEN ARTICULO, PERSONALMENTE LO APLICO EN MI FINCA, APLICANDO DIFERENTES ALTERNATIVAS EN LA ALIMENTACION Y LUCHANDO CON LA MANO DE OBRA EN EL MANEJO DEL REBAÑO... EL RECIENTE AUMENTO DEL PRECIO DE LA LECHE.. DA UNA SENSACION POSITIVA EN EL FUTURO PROXIMO... SUERTE
Jorge Plasencia
11 de junio de 2014
saludos un artículo bueno, y redirecciona la perspectiva del sector gracias a la crísis de oferta demanda y precio... o investigamos y ensayamos o estamos fuera del negocio los pequeños. saludos
Esteban Castillo
10 de junio de 2014
felicidades buen articulo aunque para un aprendis es un poco complicado pero el articulo es entendible y muy buena información.
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