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Beta vulgaris L. subsp. vulgaris (remolacha forrajera): Manual de cultivos suplementarios Cap.12

Publicado: 7 de febrero de 2022
Por: Rolando Demanet Filippi, Dr. Ingeniero Agrónomo Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales, Universidad de La Frontera; Cristian Canales Cartes,Ingeniero Agrónomo Jefe Desarrollo Agropecuario Watt ´s S.A; Juan Carlos García Diez, Ingeniero Agrónomo Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales, Universidad de La Frontera. 2021. Manual de cultivos suplementarios. Plan Lechero Watt ´s – Universidad de La Frontera. Imprenta América, Valdivia, Chile.
La utilización de la remolacha forrajera (Beta vulgaris L. subsp. vulgaris) para alimentación del ganado data de más de 500 años en Europa, desde donde se expandió con la colonización a América y Oceanía (Henry, 2010). En Chile, la remolacha forrajera tuvo su máxima expansión a finales del siglo XX, periodo en el que fue utilizada como suplemento de invierno en algunos predios lecheros de la zona templada.
El interés por esta especie en la zona templada se basó en la necesidad de obtener una producción superior respecto a cultivos de invierno como avena, ballica de rotación, colinabos, coles y raps forrajero. Además, en esta zona existía un gran conocimiento del cultivo destinado a la producción de remolacha azucarera y existencia de maquinaria especializada para la siembra. Las experiencias de campo demostraron que esta especie podía alcanzar rendimientos superiores a 25 ton MS/ha. Su utilización principal fue a través de soiling, donde las plantas se extraían de forma manual y se entregaban a los animales en patios de alimentación y comederos en potreros, en que las raíces eran partidas para facilitar su consumo. La creencia de que algunas toxinas y la alta concentración de ácido oxálico en la corona y la raíz de la planta podían producir daño a la salud de las vacas, determinaba en aquella época que la oferta diaria no superara los 5 kg MS/vaca/día. Estas ideas limitaron el uso masivo del cultivo debido a que esta complejidad en la alimentación podía causar la muerte de los animales.
En las últimas dos décadas ha existido un revitalizado interés por el uso de este recurso forrajero en invierno, después de que se descubriera en Nueva Zelanda que el mal manejo de pastoreo era la causa de los problemas de acidosis con muerte de los animales y no la toxicidad de las plantas. Utilizando un método simple de pastoreo de transición, fue posible incluir con éxito este recurso sin grandes restricciones en la alimentación de invierno (Gibbs, 2011; Gibbs & Saldias, 2014).
Basado en estos antecedentes, en la última década se ha vuelto a introducir el cultivo de remolacha forrajera en la zona templada de Chile, donde su principal utilización ha sido la alimentación invernal de vacas en periodo seco, vaquillas pre encaste, encaste y preñadas. Además, se ha incluido con éxito en dietas de mantención invernal de animales de carne.
Origen
Las formas silvestres de Beta vulgaris L. se encuentran a lo largo de la costa mediterránea y se extienden hacia el este hasta Indonesia y hacia el oeste a lo largo de la costa atlántica, islas Canarias y sur de Noruega. Beta vulgaris L., se cultivó por sus hojas en el mediterráneo oriental y oriente medio y se menciona por primera vez en la literatura de Mesopotamia en el siglo IX a.C. (Lange et al., 1999). Se utilizó como alimento para el ganado en Grecia, 500 años a.C. En Europa continental, la remolacha azucarera (Beta vulgaris L. subsp. maritima) se obtuvo de la remolacha forrajera durante el siglo XIX, después de los bloqueos a la caña de azúcar realizados por los ingleses durante las guerras napoleónicas (Henry, 2010).
Descripción botánica
Pertenece a la familia Amaranthaceae, subfamilia Betoideae, género Beta, especie Betavulgaris L. Su nombre común es remolacha forrajera, en inglés fodder beet y se trata de una planta monoica, bienal, con hojas basales grandes, flores agrupadas en glomérulos y raíz engrosada y carnosa que sobresale del suelo. El tamaño, la forma y el color de la raíz son variables y dependen del cultivar. Las raíces de los cultivares de forraje tienden a estar menos enterradas (unas dos terceras partes) que la de los cultivares utilizados para la extracción de azúcar. Las hojas, de color verde oscuro y en forma de corazón, nacen en una roseta que se extiende horizontalmente. Una vez transcurridas las horas de frío necesarias, las plantas emiten el tallo floral, con flores de color verde, bi sexuadas y sin pétalos (Henry, 2010).
Remolacha forrajera en la etapa de engrosamiento de la raíz.
Remolacha forrajera en la etapa de engrosamiento de la raíz.
Cultivo de la remolacha forrajera
Cultivares: En el mercado hay tres tipos de remolacha forrajera: fodder beet, mangel beet o mangold beet y sugar beet. Sus principales diferencias se encuentran en la zona de crecimiento de la raíz, contenido de materia seca y facilidad de consumo.
Las de tipo fodder beet tienen sus raíces en un 50% sobre el suelo. Este tipo presenta una raíz muy consistente y apta para consumo en pastoreo del animal adulto, con dentadura formada y firme. El contenido de materia seca fluctúa entre un 14 y 16%. La mayoría de los cultivares comercializados en Chile corresponden a este tipo.
Cultivares de Beta vulgaris L. subsp. Vulgaris ordenados según el tipo de semilla, color de la raíz y tipo de planta
Cultivares de Beta vulgaris L. subsp. Vulgaris ordenados según el tipo de semilla, color de la raíz y tipo de planta
Las remolachas de tipo mangel beet son plantas cuyas raíces tienen un crecimiento entre 55 y 70% sobre el suelo. Sus raíces son blandas, muy palatables y aptas para el consumo en pastoreo de animales en crecimiento, esto es, terneros, vaquillas y novillos. Tienen un contenido de materia seca entre 10 y 13%. El único cultivar de este tipo que existe en el mercado es Brigadier, que tiene semillas monogérmica técnica, lo que acentúa la heterogeneidad de la emergencia de sus plántulas (Gibbs, 2014).
Los cultivares de tipo sugar beet están seleccionados para arranque y no para pastoreo. Tienen una emergencia homogénea y sus raíces se ubican, en su mayor parte, bajo el suelo y el contenido de materia seca de las plantas es superior al 20%.
Forma y color de las raíces son elementos diferenciadores entre cultivares de remolacha forrajera.
Forma y color de las raíces son elementos diferenciadores entre cultivares de remolacha forrajera.
Requerimientos del cultivo: Esta especie es susceptible a la acidez del suelo y para su adecuado desarrollo requiere un pH superior a 6,2. Las plantas establecidas en suelos ácidos presentan en sus hojas un característico color amarillo. Para corregir la acidez del suelo se debe utilizar la aplicación de enmiendas calcáreas, considerando siempre la disponibilidad de boro en el suelo. La deficiencia de boro genera en las plantas el “corazón negro”, caracterizado por la presencia de manchas negras, con tejido necrótico, en el interior y exterior de la raíz.
La remolacha forrajera es tolerante al estrés hídrico y puede crecer a temperaturas entre 8 y 25°C. Las heladas por debajo de -3°C dañan y causan la muerte de plántulas (Henry, 2010).
Rotación de cultivo: En la selección del potrero de siembra hay que tener en cuenta aspectos físicos, químicos y de contaminación por pesticidas. Esta especie es una de las más sensibles a algunos herbicidas residuales que permanecen por más de seis meses en el suelo. Entre los productos residuales que más daño causan al cultivo de la remolacha se encuentran el Picloran (Tordon), el Oxifluorfen (Tango o Goal) y la Atrazina. Los síntomas de toxicidad son evidentes y las plantas tendrán un retraso importante en la emergencia, presentando opacidad, coloración roja a marrón y aspecto arrugado.
Según las recomendaciones de empresas IANSA (2014), la que tiene una vasta experiencia en la producción, desarrollo y procesamiento de la remolacha, existe un tiempo mínimo entre la última aplicación de algunos herbicidas y la siembra de remolacha, donde destacan: Acetaclor (3 meses), Simazina (8 meses), Picloram (12 meses), Trifluralina (12 meses), Clomazone (15 meses), Nicosulfuron (10 a 18 meses), Triasulfuron (10 a 24 meses), Oxyfluorfen (2 a 10 meses), Atrazina (6 a 10 meses) y Metsulfuron metil (6 a 30 meses). Es por esta razón que, para evitar problemas de toxicidad, es adecuado mantener una rotación de cultivo cada tres años, procurando colocar cultivos previos que requieran baja carga de herbicidas. Además, la rotación de tres o más años permite reducir la ocurrencia de enfermedades (Rhizoctonia) y plagas específicas de la remolacha.
Periodo de siembra: Se extiende desde el mes de septiembre a noviembre. Una buena germinación y adecuada emergencia de las plantas se logra en suelos mullidos, con humedad y temperatura similar o superior a 8°C.
Sistema de siembra: El establecimiento se realiza con preparación de suelo donde es fundamental el paso de arado subsolador. La cama de semilla debe quedar muy bien mullida y el paso del rodón solo se realiza previo a la siembra y nunca post siembra. Para que la semilla logre un buen contacto con el suelo, es necesario asegurar la tensión de las ruedas compactadoras de la máquina sembradora.
El barbecho químico se hace utilizando sólo glifosato, considerando que el periodo residual de la formulación polvo es de cuatro días y el de la formulación liquida un día. Si se utiliza glifosato en mezcla con MCPA, es necesario considerar que no se puede sembrar esta especie en menos de 24 días y las mezclas con Metsulfuron metil impiden las siembra en al menos 180 días (seis meses). Ante la necesidad de combinar el glifosato con otros herbicidas para potenciar el control de hoja ancha es factible utilizar Clopyralid (Lontrel).
En la siembra se utiliza máquina de presión con discos para remolacha. La distancia entre las hileras es de 50 cm, sobre las hileras de 20 cm y la profundidad de siembra es 0,5 cm. El fertilizante se ubica a 2 cm al lado de la semilla y a 5 cm de profundidad. La velocidad normal de siembra es entre 4 y 5 km/hora.
Semillas: En Chile se comercializan cultivares con semillas del tipo monogérmica (una semilla) pulidas y peletizadas con el objetivo de tener una buena germinación y una emergencia homogénea. Existen dos tipos de semillas monogérmica, aquellas que se logran a través de la separación mecánica de los glomérulos (semilla monogérmica técnica) y las obtenidas por selección genética (semilla monogérmica genética). En ambos tipos, la germinación suele ser inferior a la lograda por otras especies y con un tiempo de siembra a emergencia mayor. Esta es una de las razones por lo cual es necesario un riguroso control de malezas en el periodo inicial de crecimiento de las plantas.
Dosis de semilla: La siembra se realiza a distancia definitiva con una dosis de 100.000 semillas por hectárea (una unidad). La semilla peletizada se ubica a distancia definitiva sobre la hilera: 5 semillas/metro lineal. La emergencia de las plántulas es habitualmente muy heterogénea, en especial aquellas que provienen de semillas monogérmicas técnicas.
Número de semillas por kilo, porcentaje de germinación, kilos de semilla por hectárea, plantas por metro cuadrado y porcentaje de emergencia de cinco cultivares de Beta vulgaris L. subsp. vulgaris sembrados en la Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. Temporada 2018/2019.
Número de semillas por kilo, porcentaje de germinación, kilos de semilla por hectárea, plantas por metro cuadrado y porcentaje de emergencia de cinco cultivares de Beta vulgaris L. subsp. vulgaris sembrados en la Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. Temporada 2018/2019.
Control de malezas: Este es un factor determinante en el desarrollo del cultivo. Se inicia con la aplicación pre emergente de 2,5 kg Piramin + 0,75 L Proponit/ha en 200 L de agua. Otras opciones a esta mezcla son 3 kg Goltix/ha ó 0,5 kg Venzar/ha ambos aplicados en 200 litros de agua. Este control se debe realizar antes de las 48 horas post siembra.
La aplicación de post emergencia es clave en el desarrollo de las plantas de remolacha dado que este cultivo es muy poco agresivo en etapas iniciales y es un mal competidor con las malezas. En post emergencia, es necesario realizar como mínimo tres aplicaciones de 1,5 L Betanal Maxxpro/ha en 200 L agua. Las aspersiones se realizan a los 7, 14 y 21 días post siembra cuando las malezas se encuentran en punto verde, que significa que están en inicio de emergencia y asomando sobre el suelo.
Si no es factible realizar el manejo antes mencionado, existe la opción de post emergencia que considera dos aplicaciones distanciadas en siete días de 1,5 L Betanal Maxxpro + 40 g Safari/ha en 200 litros de agua.
Deficiencias en el control de malezas reducen el rendimiento y modifican la calidad del forraje que consumen los animales
Deficiencias en el control de malezas reducen el rendimiento y modifican la calidad del forraje que consumen los animales
Fertilización: Un adecuado programa de fertilización y nutrición vegetal se inicia con la corrección de la acidez del suelo. La remolacha es un cultivo sensible a la acidez y el pH necesario para desarrollar un cultivo de alto rendimiento es 6,2. Para lograr este nivel de pH es necesario aplicar las enmiendas con la debida anticipación, esto es, calcita (carbonato de calcio) al menos un mes antes de la siembra o dolomita (carbonato de calcio y magnesio) tres meses antes de sembrar la remolacha. Una opción interesante es combinar la aplicación de la enmienda calcárea con sulfato de calcio (yeso), productos que se pueden aplicar mezclados en los tiempos antes señalados. La dosis de aplicación de enmienda depende del nivel de pH del suelo, pero es habitual en siembras de la zona templada el uso de al menos 1,5 ton/ha.
Respecto a la fertilización a la siembra, se aplica con la máquina sembradora a dos centímetros de la semilla y cinco centímetros de profundidad una mezcla compuesta por 20 kg N, 180 kg P2 O5 , 80 kg K2 O, 60 kg MgO, 60 kg SO3 y 1,5 kg B/ha. Adicionalmente sobre el surco de siembra de aplican 69 kg P2 O5 /ha equivalentes a 150 kg de superfosfato triple/ha.
Efecto de la dosis de nitrógeno en la producción de materia seca de remolacha forrajera. Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. 2018/2019.
Efecto de la dosis de nitrógeno en la producción de materia seca de remolacha forrajera. Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. 2018/2019.
Mediciones realizadas en la zona templada han demostrado que la remolacha forrajera presenta una alta respuesta a la aplicación de nitrógeno, es por esta razón que además del estárter de nitrógeno incorporado al momento de la siembra, se aplican al voleo 230 kg N/ha dividido en dos parcialidades de 115 kg N/ha cada una. La primera se aplica cuando las plantas presentan cuatro hojas verdaderas y la segunda al momento que las plantas tienen entre 8 y 12 hojas verdaderas. Para evitar procesos de volatilización excesiva del nitrógeno, es adecuado limitar la fecha de la segunda aplicación a no más allá del 20 de diciembre.
Bioestimulantes: La aplicación de bioestimulantes a las plantas de remolacha tiene por objetivo mejorar la eficacia en la absorción y asimilación de nutrientes junto con mejorar la tolerancia a estrés biótico o abiótico que afecte su crecimiento normal. Mediciones realizadas en Temuco y Río Bueno han demostrado que, en condiciones de estrés hídrico y frío en los primeros estados de desarrollo de las plantas, estos productos pueden contribuir a mejorar el rendimiento final de la remolacha forrajera.
Efecto de la aplicación de dos bioestimulantes en dos estados fenológicos de las plantas de remolacha en la producción de materia seca en los meses de mayo y junio. Convenio Universidad de La Frontera – Empresas IANSA. Temporada 2019/2020. Temuco y Río Bueno.
Efecto de la aplicación de dos bioestimulantes en dos estados fenológicos de las plantas de remolacha en la producción de materia seca en los meses de mayo y junio. Convenio Universidad de La Frontera – Empresas IANSA. Temporada 2019/2020. Temuco y Río Bueno
SUPLEMENTARIOS - Beta vulgaris L. subsp. vulgaris (remolacha forrajera) - Image 1
Control de plagas: El efecto residual del Imidacloprid que contiene la semilla es de 60 días. Después de dicha fecha se debe monitorear el cultivo y ante la presencia de un pulgón aftero (no alado) por cada cinco plantas considerar la aplicación de 1 L Monarca/ha en 200 litros de agua.
Mosca minadora (Liriomyza huidobrensis (Blanchard, 1926)). Sus larvas se desarrollan dentro del parénquima de las hojas y se alimenta de su interior a la vez que se desplaza. Las galerías que deja son de un color que contrasta con el verde propio de las hojas.
Mosca minadora (Liriomyza huidobrensis (Blanchard, 1926)). Sus larvas se desarrollan dentro del parénquima de las hojas y se alimenta de su interior a la vez que se desplaza. Las galerías que deja son de un color que contrasta con el verde propio de las hojas.
Pilme (Epicauta pilme (Molina, 1782)). Es un coleóptero que ataca las hojas de las plantas de remolacha, cuya intensidad es variable y sectorizada. Habitualmente no es necesario el control químico 
Pilme (Epicauta pilme (Molina, 1782)). Es un coleóptero que ataca las hojas de las plantas de remolacha, cuya intensidad es variable y sectorizada. Habitualmente no es necesario el control químico
Control de enfermedades: Uno de los problemas que afecta a este cultivo es la presencia de manchas foliares generadas por el hongo Cercospora beticola Sacc. Este hongo es de fácil detección ya que genera en las hojas manchas pequeñas y relativamente redondas (2 a 3 mm) de color gris claro en el centro y café rojizo en el borde. Su presencia en una primera fase en hojas adultas provoca marchitamiento, permaneciendo verdes las hojas nuevas. La presencia de la mancha en la hoja por Cercospora se ve favorecida por la ocurrencia de altas temperaturas y períodos prolongados de humedad, por esta razón, habitualmente se presenta en el mes de marzo en áreas de secano y en verano en áreas de riego. Una opción para su control es la aplicación de 1 L Zantara (Bixafeno + Protioconazol)/ha, fungicida de acción sistémica, actúa como preventivo y curativo, teniendo mayor residualidad que Record Max (Trifloxistrobina + Ciproconazol) que también es factible de utilizar en dosis de 0,35 L/ha en mezcla con 50 cc Silweet/ha. Ambos productos se aplican con 200 litros de agua/ha.
Cercospora beticola Sacc., (1876), es un hongo que produce en las hojas machas pequeñas y relativamente redondas con el centro y el borde café rojizo casi morado. Habitualmente su aparición es en el mes de marzo.
Cercospora beticola Sacc., (1876), es un hongo que produce en las hojas machas pequeñas y relativamente redondas con el centro y el borde café rojizo casi morado. Habitualmente su aparición es en el mes de marzo.
Daños mecánicos que no interfieren con el normal desarrollo del cultivo. La coloración rojiza a veces se confunde con una deficiencia. Ambos no representan un problema para las plantas.
Daños mecánicos que no interfieren con el normal desarrollo del cultivo. La coloración rojiza a veces se confunde con una deficiencia. Ambos no representan un problema para las plantas.
Plantas fuera de tipo que no corresponden al cultivar sembrado. No es un problema cuando la población es inferior a 0,1%.
Plantas fuera de tipo que no corresponden al cultivar sembrado. No es un problema cuando la población es inferior a 0,1%.
El doblez de las hojas es generado mecánicamente en el cultivo y no corresponden a una enfermedad. Esta posición de algunas hojas hace cambiar la coloración del cultivo y se confunde con la presencia de hongos foliares.
El doblez de las hojas es generado mecánicamente en el cultivo y no corresponden a una enfermedad. Esta posición de algunas hojas hace cambiar la coloración del cultivo y se confunde con la presencia de hongos foliares.
 
Utilización
Los programas de pastoreo usan el cerco eléctrico dispuesto en franjas largas y estrechas, de movimiento diario, lo que permite reducir las pérdidas de forraje por pisoteo y bosteo sobre las plantas. Como complemento a la ración, se debe mantener en forma permanente un aporte de fibra ad libitum como heno o pajas de cereales.
Los animales durante el consumo ensucian hojas y raíces, sin embargo, al final del día consumen gran parte de la oferta forrajera entregada en la franja.
Los animales durante el consumo ensucian hojas y raíces, sin embargo, al final del día consumen gran parte de la oferta forrajera entregada en la franja.
En la etapa inicial de consumo hay un periodo de adaptación de los animales a la remolacha que tiene por objetivo evitar . la acidosis y otras enfermedades, como la disfunción hepática, la inflamación crónica y la cetosis diferida. En esta etapa se produce un ajuste de los microorganismos del rumen y una adecuación del animal al impacto que significa el cambio en la alimentación. La oferta de remolacha en el periodo de adaptación se incrementa en forma gradual durante 16 a 20 día, para que al final los animales adultos consuman un total de 8 kg MS/día. El incremento del aporte de la remolacha a la ración diaria se debe hacer observando el nivel de aceptación de los animales y estado sanitario de ellos. En este periodo es importante considerar la entrega de forraje fibroso de calidad como heno, ensilaje o henilaje. Otra observación importante que se debe tener en cuenta es el residuo diario que no debe superar el 20% del consumo total. Residuos superiores suponen en días de lluvia la pérdida de material por pisoteo y entierro de los bulbos en el suelo.
Cosecha mecanizada con pala que permite la extracción total de las plantas
Cosecha mecanizada con pala que permite la extracción total de las plantas
Otra forma de utilización de la remolacha forrajera es la entrega bajo el sistema de soiling a los animales que consiste en la extracción de la planta completa y entrega en áreas de suplementación: galpón o potreros de sacrificio. La extracción puede ser manual o mecanizada utilizando una pala adaptada que permita la extracción fácil y completa de las plantas.
Eficiencia de uso: Este parámetro está en relación directa con la dureza de las raíces y el tipo de suelo. Existen cultivares muy productivos, pero su raíz es dura y de baja aceptabilidad por el ganado, lo que limita el consumo de las hojas y sólo parte de las raíces, alcanzado así una eficiencia de tan solo el 50%. Los cultivares de mayor palatabilidad son en general menos productivos, pero con ellos se logran eficiencias de utilización superiores al 80%.
En relación con el suelo, su tipo es un factor determinante en la eficiencia de utilización ya que los animales consumen de forma acelerada la totalidad de las hojas, dejando parte o la totalidad de las raíces en el suelo, las que serán consumidas paulatinamente en los siguientes dos o tres días. En suelos blandos y húmedos, parte de las raíces son enterradas por el pisoteo y no son consumidas por el ganado lo que reduce la eficiencia de uso.
Sobreoferta y suelos blandos reducen la eficiencia de utilización de la remolacha en pastoreo.
Sobreoferta y suelos blandos reducen la eficiencia de utilización de la remolacha en pastoreo.
 
Producción
Está demostrado que esta especie tiene un alto potencial de producción (> 30 ton MS/ha), nivel de rendimiento que permite reducir en los sistemas productivos la superficie destinada a la suplementación para el ganado (Gibbs et al, 2015). En la zona templada, el uso de la remolacha forrajera tiene un largo historial lo que se refleja en las mediciones realizadas en la década del 90 del siglo pasado con el cultivar Peramono de la compañía KWS, que alcanzaba una alta producción bajo soiling.
Rendimiento de remolacha forrajera cv. Peramono en cinco localidades de la zona templada. Periodo 1991 – 1994. (*): Condiciones de riego
Sobreoferta y suelos blandos reducen la eficiencia de utilización de la remolacha en pastoreo.
Mediciones recientes realizadas en las localidades de Temuco y Futrono, demostraron que los nuevos cultivares tienen un mayor nivel productivo y sus plantas tienen una forma más adaptada al pastoreo. La nueva generación de cultivares alcanza su máximo rendimiento entre junio y julio, mientras que la relación hoja/raíz se reduce de forma drástica a partir de los 200 días post emergencia de las plantas.
Parámetros de rendimiento y calidad de remolacha forrajera promedio de seis cultivares. Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. Temporada 2017/2018.
Parámetros de rendimiento y calidad de remolacha forrajera promedio de seis cultivares. Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. Temporada 2017/2018.
Parámetros de rendimiento y calidad de remolacha forrajera promedio de seis cultivares. Futrono. Temporada 2017/2018.
Parámetros de rendimiento y calidad de remolacha forrajera promedio de seis cultivares. Futrono. Temporada 2017/2018.
Entre los meses de abril y mayo se alcanza la mayor disponibilidad de materia seca para los animales con un contenido de proteína de 12 a 14% y energía metabolizable de 2,8 a 3,2 Mcal/kg.
Entre los meses de abril y mayo se alcanza la mayor disponibilidad de materia seca para los animales con un contenido de proteína de 12 a 14% y energía metabolizable de 2,8 a 3,2 Mcal/kg.
 
Calidad nutricional
El contenido de nutrientes y su disponibilidad evoluciona de acuerdo con el avance del estado de madurez de las plantas. En estados fenológicos avanzados se produce un incremento en los contenidos de materia seca, fibra y energía, así como una reducción drástica del porcentaje de proteína cruda. La intensidad del cambio está relacionada con las condiciones climáticas, nutrición de las plantas y características de cada cultivar.
Los componentes del rendimiento de la planta (hojas y raíces) presentan un diferente contenido de nutrientes durante todo el crecimiento y desarrollo del cultivo. Las hojas hacen un aporte mayor de proteínas que las raíces y estas una mayor contribución de energía. Estas diferencias determinan que la relación hoja/raíz presente una proporción de energía y proteína diferente en la planta al momento del consumo animal.
A través del avance del cultivo, las plantas de remolacha cambian su composición nutricional reduciendo el nivel de proteína y aumentado el contenido de energía
A través del avance del cultivo, las plantas de remolacha cambian su composición nutricional reduciendo el nivel de proteína y aumentado el contenido de energía
Calidad nutricional de seis cultivares de remolacha forrajera. Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. Temporada 2017/2018.
Calidad nutricional de seis cultivares de remolacha forrajera. Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. Temporada 2017/2018
Calidad nutricional de hojas, raíces y planta completa de seis cultivares de remolacha forrajera. Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. Temporada 2017/2018.
Calidad nutricional de hojas, raíces y planta completa de seis cultivares de remolacha forrajera. Estación Experimental Maquehue. Universidad de La Frontera. Temuco. Temporada 2017/2018.
Entre los suplementos voluminosos de invierno, la remolacha forrajera es la especie que presenta la mayor expectativa de rendimiento entre los meses de abril y agosto. Además, esta planta es la que proporciona el mayor aporte de energía por unidad de materia seca producida.
Producción y aporte nutricional de forrajes suplementarios suculentos.
Producción y aporte nutricional de forrajes suplementarios suculentos.
Los animales presentan avidez por el consumo de hojas que posee un mayor contenido de proteína que las raíces.
Los animales presentan avidez por el consumo de hojas que posee un mayor contenido de proteína que las raíces.

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Autores:
Rolando Demanet
Universidad de la Frontera - Chile
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