Volatilidad: Retos en la alimentación animal

Según datos recientes de Rabobank (2022), la soya sigue dominando los mercados mundiales, siendo Estados Unidos, Brasil y Argentina los tres mayores productores. La harina de soya es uno de los principales ingredientes de las dietas para animales en todo el mundo por su valor nutricional, su estabilidad en la calidad y su disponibilidad, por lo que se le ha llamado "el patrón oro" de la alimentación animal. Sin embargo, con los picos de dos dígitos en los precios de mercado observados en el último año, la soya no está -metafóricamente- muy lejos de tener el mismo valor que el oro real.

Debido a la subida de los precios (junto con la preocupación medioambiental por la producción de soya, entre otras), los nutricionistas de animales y los ganaderos buscan nuevas formas de reducir los costos de los alimentos. No es una tarea fácil, ya que hay una disponibilidad limitada de fuentes de proteínas alternativas, como la harina de colza, la harina de girasol, la harina de cacahuate o maní o la harina de semilla de algodón. Además, la producción y la disponibilidad de las harinas de colza y (sobre todo) de girasol se ven ahora muy afectadas por la guerra de Ucrania, ya que estos países son los principales productores de dichos productos.

A pesar de su limitada disponibilidad, el uso de ingredientes alternativos se ha convertido en una necesidad en la mayoría de las regiones del mundo. A la hora de sustituir la harina de soya (total o parcialmente) por ingredientes alternativos (a menudo de proveedores nuevos y diferentes), es crucial determinar su valor nutricional y su calidad general. El uso de ingredientes alternativos y menos comunes en los alimentos puede ser especialmente beneficioso desde el punto de vista de los costos y de la nutrición, pero puede requerir una atención adicional para encontrar la mejor manera de utilizarlos en las dietas de los animales. Los ingredientes alternativos pueden tener un nivel de fibra y proteína inconstante (véase la Tabla 1), pueden contener niveles elevados de micotoxinas, pueden reaccionar de forma diferente en los equipos de procesamiento de alimentos (ya existentes) y/o tener un determinado sabor al que los animales no están acostumbrados (lo que puede afectar los niveles de ingesta del alimento). Hay que tener en cuenta que no hay ingredientes de alimentos malos, y que simplemente deben utilizarse de la forma adecuada.

El uso de ingredientes de alimentos alternativos o nuevos puede tener un efecto a diferentes niveles (y también en costos) en las plantas de producción de alimento animal. Antes de tomar la decisión de empezar a utilizar algo nuevo, es necesario saber que el ingrediente es seguro de usar, compatible con el equipo existente de la planta y que no aumentará los costos de procesamiento de los alimentos. Esto puede ser un reto, ya que los nuevos ingredientes pueden venir en cantidades más pequeñas (sacos más pequeños, por ejemplo), pueden proceder de regiones diferentes y pueden no ser adecuados para el almacenamiento en silos. Esto puede hacer que se requiera más mano de obra y un mayor espacio de almacenamiento.

La densidad del material, su resistencia a las plagas y los hongos o moho, y los niveles de merma también pueden desviarse de los de los ingredientes utilizados habitualmente. Además, las propiedades de los alimentos (como la dureza, el contenido de humedad, el contenido de fibra y el tamaño de las partículas) pueden influir en el rendimiento (kg/hora) y el consumo de energía del equipo de procesamiento de éstos. Por ejemplo, algunos ingredientes alternativos pueden requerir un mayor tiempo de mezclado, lo que conlleva un aumento de los costos energéticos. El uso de ingredientes alternativos también puede aumentar los costos de control de calidad, ya que, por término medio, se realizan más análisis de alimentos con materias primas desconocidas.

El uso de ingredientes alternativos en los alimentos puede reducir los costos de alimentación y los costos globales de producción. Pero esto sólo es cierto cuando la nueva dieta no tiene un efecto negativo en la ingesta de alimentos o en el rendimiento y la salud de los animales. Si este es el caso, los ingredientes más baratos pueden resultar ser caros. El rendimiento de los animales puede verse afectado negativamente cuando se utilizan ingredientes de alimentos que no son palatables. Las vacas y los cerdos son especialmente sensibles al sabor de los alimentos (tienen incluso más papilas gustativas que los humanos y los perros). Cuando detectan un sabor amargo, el instinto natural de los animales es dejar de comer, ya que el amargor en la naturaleza suele ser un signo de componentes tóxicos y poco saludables.

Algunos ingredientes de alimentos alternativos pueden sufrir amargor, lo que puede depender, entre otras cosas, del tipo de ingredientes y del método de procesamiento utilizado. Algunos ejemplos de componentes que afectan negativamente a la ingesta de alimentos son las lectinas, el gosipol y los alcaloides. Cuando se cambia la formulación de un alimento, es muy probable que los animales tengan que hacer algunas miniadaptaciones y esto puede llevar a algunos pequeños contratiempos asociados a la ingesta del alimento. Esto se suele notar al principio de la ingestión de una nueva dieta o cuando la calidad del ingrediente es ligeramente diferente (como una calidad diferente de DDGS - un color diferente), como se muestra en la Figura 1. Obviamente, deben evitarse demasiadas caídas en la ingesta de alimento, ya que esto influirá negativamente en la eficiencia alimentaria general y en el rendimiento de los animales.

El rendimiento y la salud de los animales también pueden verse comprometidos cuando los ingredientes están contaminados. La presencia de hongos o mohos, bacterias y lípidos oxidados son ejemplos que pueden provocar graves pérdidas de nutrientes, una menor palatabilidad y una reducción de los niveles de ingesta de alimentos. Cuando hay presencia de hongos o mohos productores de micotoxinas en los alimentos, los efectos sobre el rendimiento de los animales y las pérdidas económicas pueden ser aún más graves. Las micotoxinas son un reto particular para los ingredientes alternativos de los alimentos, e incluso una baja tasa de inclusión en la dieta puede contribuir al riesgo final. Los ingredientes alternativos más utilizados, como los DDGS, el salvado de trigo y la molienda de trigo, tienen un riesgo relativamente alto de contener micotoxinas. Sin embargo, todos los tipos de materias primas son propensos a la formación de hongos o mohos y micotoxinas, que dependen de las condiciones meteorológicas, la producción de los cultivos, la cosecha, el transporte, las condiciones de almacenamiento y el procesamiento de los alimentos. También faltan kits de pruebas rápidas para analizar las micotoxinas en materiales alternativos, y se necesita más tiempo para controlar una gama diversa de materiales de calidad variable. Se recomienda analizar los alimentos terminados más a menudo cuando se utilicen ingredientes diferentes (nuevos) y no utilizar demasiados ingredientes nuevos a la vez, evitando así múltiples desafíos al mismo tiempo.

Existen varios enfoques eficaces para ayudar a tomar la decisión correcta a la hora de utilizar ingredientes alternativos para alimentos en tiempos de condiciones de mercado volátiles e inciertas.

Adisseo ofrece una variedad de soluciones que son clave para que los ingredientes alternativos de los alimentos funcionen en las dietas de los animales. Estas soluciones incluyen servicios NIR (plataforma de Evaluación Nutricional Precisa de Adisseo), potenciadores de la palatabilidad, potenciadores de la digestibilidad y productos para gestionar la conservación del alimento y las micotoxinas. El efecto positivo de la multi-NSPasa (polisacáridos no amiláceos) de Adisseo (RovabioⓇ) sobre la degradabilidad de la materia seca se ha demostrado en un ensayo in vitro. La tabla 2 muestra los resultados de la adición de enzimas sobre la degradabilidad de la materia seca y la varianza.

En resumen, el uso de ingredientes alternativos para alimentos está aumentando actualmente debido a los elevados precios de ingredientes tan utilizados como la harina de soya. Sin embargo, la disponibilidad de ingredientes alternativos para alimentos, como la harina de colza y los DDGS, sigue siendo muy inferior a los volúmenes producidos anteriormente de harina de soya y puede diferir en cuanto a la calidad.

Por lo tanto, la calidad y el valor nutricional de los ingredientes alternativos para alimentos deben ser cuidadosamente controlados. Las variaciones en los contenidos de proteína y fibra, los mayores riesgos de micotoxinas y la presencia de algunos componentes amargos pueden conducir a niveles más bajos de ingesta de alimentos y a pérdidas de nutrientes. Por lo tanto, un ingrediente barato puede acabar siendo un costo adicional, debido a la pérdida de rendimiento de los animales. El uso de aditivos para alimentos (como RovabioⓇ), la comprobación periódica de los valores nutricionales con métodos rápidos (NIRS como PNE, Precise Nutrition Evaluation) y la comprobación periódica de la presencia de contaminantes en los alimentos terminados ayudan a controlar los problemas que surgen al utilizar ingredientes para alimentos que son nuevos para el nutricionista, el ganadero y los animales.