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Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos

Publicado: 10 de noviembre de 2014
Por: Dr. Fred D. Bisplinghoff, D.V.M.. Director Technical Services. Bisplinghoff & Associates Inc
Introducción: "¿Qué es el reciclaje de subproductos de origen animal?
La palabra rendering en inglés significa el reciclaje de tejidos crudos provenientes de animales destinados al consumo humano, así como de grasas y aceites residuales de cocinar de todos los tipos de restaurantes, para producir una gran variedad de productos con valor agregado. Durante el proceso de reciclaje, se aplican calor, tecnología de separación y filtrado al material para destruir la población microbiana, eliminar la humedad, extraer la grasa de la proteína y eliminar la humedad y el material proteináceo de la grasa.
En Estados Unidos, se generan al año aproximadamente 24.5 millones de toneladas (54,000 millones de lb) de tejidos animales no comestibles, lo cual representa alrededor del 37 al 49 por ciento del peso vivo de cada animal sacrificado para consumo humano. El reciclaje de subproductos de origen animal es el método más seguro y económico de inactivar microbios causantes de enfermedades, al tiempo que se recuperan miles de millones de dólares de productos comercializables.
El principio
El reciclaje de subproductos de origen animal para hacer productos útiles no es algo nuevo ni reciente. El hombre de las cavernas, los antiguos jordanos, los esquimales, los indios y así sucesivamente, comían mucho más del animal que lo que nosotros, pero también eran innovadores y utilizaban lo que no se comían para mejorar su forma de vida. Las pieles les proporcionaban vestido y albergue, los huesos y dientes les daban armas y utensilios para coser, y quemaban la grasa residual para cocinar la carne. Frank Burnham, autor de The Invisibe Industry, realizó un excelente servicio a los recicladores de subproductos de origen animal al permitirles comprender mejor la evolución de su industria en el primer capítulo del libro: Nace una industria. Burnham escribió también el primer capítulo de The Original Recyclers, The Rendering Industry: A Historical Perspective, cuyos documentos sirvieron como el principal recurso de la primera sección de este capítulo.
Como era de esperarse, se iba en pos del sebo, por lo que se convirtió en el principal producto que hacía funcionar el desarrollo del reciclaje de subproductos de origen animal. Continuó siendo la fuerza económica dominante en el reciclaje de los galos a los romanos, a través de los fundidores de la Edad Media, a los recicladores del siglo XX hasta principios de la década de 1950. En el libro The Invisible Industry, Burnham cuenta la historia de un erudito romano, Plinius Secundas, por lo demás conocido como “Plinio el Viejo”. Dio informes de un compuesto para limpiar preparado con sebo de cabra y cenizas de madera; por lo tanto este es el registro más antiguo del jabón y ergo, el primero del reciclaje de subproductos de origen animal: el derretido de la grasa animal para obtener sebo.
Durante la etapa de los romanos, se describió al jabón como el medio para limpiar al cuerpo y como medicamento. Alrededor de 800 d. de C., Jabir ibn Hayyan, químico árabe conocido como el "Padre de la Alquimia", escribió repetidamente sobre el jabón como un medio eficaz para limpiar. Parece ser que el jabón se limitó a la limpieza del pelo y el cuerpo hasta mediados del siglo XIX, cuando se convirtió en un producto para lavar la ropa sucia.
Es importante entender que, en última instancia, el jabón se convirtió en el principal producto hecho de sebo, aunque fundamentalmente era un subproducto hasta finales del siglo XIX. Se desarrollaron las velas para cubrir una gran necesidad: la luz, y ya que el sebo era el principal componente de las primeras velas, la demanda de este producto contribuyó significativamente al desarrollo del reciclaje de subproductos de origen animal. Ya fuera mediante inmersión o con moldes, el sebo exclusivamente producía velas "muy buenas". Luego, como ahora, hubo una feroz competencia para encontrar productos alternos superiores que reemplazaran un ingrediente comúnmente usado que llevó a que la cera de abejas sustituyera al sebo, luego el aceite de palma y finalmente la cera de parafina.
Burnham dio lugar a una interesante pregunta sobre la fabricación de las velas cuando describió la vela de "esperma de ballena". Es un tipo de vela producido a partir del aceite de la cabeza de cachalote. La vela o candela se convirtió en la medida estándar de la luz artificial: el término de "una candela de potencia" se basa en la luz proporcionada por una vela de "esperma de ballena" pura de un sexto de libra de peso y que quemaba 120 granos por hora.
Como se mencionó anteriormente, en última instancia el jabón se convirtió en el producto principal hecho del sebo. En Marsella, Francia se produjo el mejor jabón de todos los jabones, pero, independientemente de la calidad, tenía muchos impuestos y estaba destinado sólo para los ricos. Cuando se eliminaron los impuestos, y la clase media tuvo acceso al jabón, dio cabida a una mayor demanda, lo que llevó a operaciones de reciclaje más desarrolladas.
Durante más de 100 años, la industria mundial del jabón y la del reciclaje de subproductos de origen animal crecieron conjuntamente, porque los jaboneros usaban el sebo como su principal ingrediente. Los sebos de calidad superior se dirigieron hacia los jabones de tocador, mientras que los de grados más bajos a los jabones baratos y tarde o temprano al jabón para la ropa en hojuelas. Entre 1950 y 1965, la industria del reciclaje de subproductos de origen animal sufrió un período sumamente traumático. El advenimiento de los detergentes sintéticos a mediados de la década de 1950 le asestó un fuerte golpe a reciclador de subproductos de origen animal. La verdad es que los sintéticos (basados primordialmente en el uso de fosfatos), fueron el resultado de investigaciones de la industria del jabón, enfocadas a resolver el creciente problema del uso de los polvos de jabón natural en aguas duras. Lo que motivaba esto era deshacerse de la cuajada que tendía a quedarse en el material que se lavaba y que se acumulaba en cada lavada.
En 1950, a industria estadounidense del reciclaje de subproductos de origen animal vendió medio millón de toneladas (1,100 millones de lb) de grasas a los fabricantes de jabón. Desde ese punto alto, bajó a un mínimo de aproximadamente 66.3 millones de toneladas (146 millones de lb) en 2000 antes de recuperarse a 116.7 millones de toneladas (257 millones de lb) en 2005 (figura 1). Fue un declive lineal desde la década de 1950 hasta mediados de la de 1970, cuando debido al aumento en la popularidad y a la inversión en la publicidad, el sebo registró una recuperación. Un factor de este breve impulso fue la introducción de Dial, un jabón de tocador bactericida de mucha popularidad fabricado por Armour and Co. En la actualidad, muchos jabones en pastilla están hechos a base de detergentes, mientras que el sebo comestible es la grasa predominante en los jabones de tocador de la mejor calidad.
El "descubrimiento" inicial de las proteínas animales fue secundario a las grasas animales del reciclaje de consumo humano, y la producción de jabones y velas. Por lo general, se trataban como desperdicios y se desechaban. Los indios norteamericanos, que no gustaban de desperdiciar ninguna parte del animal, colocaban sangre de venado o residuos de animales salvajes y pescado alrededor de los tallos del maíz, con lo que obtenían mayores rendimientos y mazorcas más grandes, de tal forma que se estableció así el primer uso de las proteínas como fertilizante. A finales de siglo, conforme crecían y se expandían los rastros con el crecimiento de los centros de comercio, también se expandió el reciclaje de subproductos de origen animal, para convertirse en un práctico método de eliminación no sólo de las grasas, sino también de los residuos y huesos. El uso de grasas animales continuó con la diseminación de la porción sólida de proteína en la tierra por el valor fertilizante que proporcionaba.
Figura 1. Uso de grasas animales en la industria del jabón.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 1
La harina de carne y hueso fue el primer suplemento de proteína que se añadió a un alimento hecho solamente de granos para cerdos, lo cual demostró el valor de las raciones balanceadas. El uso inicial de las proteínas animales como ingrediente de alimentos balanceados se menciona en el siguiente relato histórico de Meat for the Multitudes de The National Provisioner publicado el 4 de julio de 1981.
"Uno de los desarrollos más significativos de principios del siglo XX fue el descubrimiento de que el tankage del digestor, previamente usado como material fertilizante, era de valor como constituyente de alimentos para animales. En esa época se necesitaba de un mínimo de nueve meses para producir un cerdo de peso y terminado para el mercado. Se usaba únicamente maíz para el engorde, por lo que el porcicultor podía criar sólo un grupo de cerdos al año debido al tiempo necesario para llevar al animal al peso al mercado".
En 1901, el Profesor C. S. Plumb de Purdue University, tal vez captando la indirecta de las prácticas europeas de alimentación, añadió una cantidad de material de proteína animal a la ración de maíz que se alimentaba a los cerdos en Purdue. El suplemento de proteína que se usó fue el tankage. El experimento de Plumb indujo tal aceleración del crecimiento, que sus cerdos estuvieron listos para el mercado en siete meses o menos. Más o menos al mismo tiempo, otros experimentadores mezclaron sangre deshidratada con varios granos de cereales para producir mejores raciones alimenticias. Swift & Company se precia del hecho de que los cerdos del campeonato internacional de 1903, de los cuales 52 animales promediaron 165.7 kg (365 lb.) y cuyo rendimiento de la canal fue del 84 por ciento, se alimentaron con el tankage de digestor de la compañía. El descubrimiento de esta nueva salida para los subproductos fue indicativo de los avances hechos en y para la industria, mediante un mayor uso de la ciencia y sus científicos.
El surgimiento de la industria del reciclaje de subproductos de origen animal de EUA
Las primeras plantas de jabón en Estados Unidos se ubicaban en Nueva Inglaterra, las cuales recibían los insumos de las fábricas de reciclaje que se relacionaban con las empacadoras de carne. La demanda de jabón creció de manera espectacular después de la Guerra Civil, al tiempo que surgieron pequeños recicladores independientes que buscaban animales caídos y que daban servicio a pequeños establecimientos de sacrificio de animales. Boston fue uno de los principales centros de empacado de carne a finales del siglo XVII, aunque alrededor de 1850 a 1875 la mayor parte del sacrificio aún se hacía en la granja. El primer registro de una planta combinada de sacrificio y empacado de carne en Estados Unidos fue en Alton, Illinois en 1832.
Mientras se organizaban más las industrias del empacado de carne, reciclaje de subproductos y del jabón en el este de Estados Unidos, en la década de 1880 empezaban las operaciones de derretido de la grasa en el subdesarrollado oeste de Estados Unidos. Los primeros ganaderos del oeste tenían similitudes con los cazadores profesionales de búfalos. Buffalo Bill y sus colegas solamente recolectaban las pieles de búfalo, y dejaban las canales en las planicies a que se pudrieran. Los ganaderos también daban un gran valor a la piel del ganado, pero sí reciclaban las partes grasas de los animales para producir sebo que mandaban a las plantas de jabón del este de EUA. Burnham, en el libro de The Invisble Industry, incluyó notas de un primer comerciante del oeste de ganado, de nombre Cleveland Larkin. En 1846, Larking intentaba llegar al valor de un ternero. Las pieles valían $2.00 y dependiendo del tamaño del animal, se podría producir dos o tres arrobas de sebo (11.34 kg o 25 lb por arroba) a $1.50 por arroba, dejando un total de $5.00 por cabeza sin el valor de la carne. Al salar o secar solamente los cortes selectos, el comerciante podía vender aproximadamente 22.68 kg (50 lb) de carne seca de res a 20 centavos la libra, por lo que recibía aproximadamente $15.00 por cabeza. La transición de sólo sacrificar animales por sus pieles al reciclaje de la grasa y al salado y secado de la carne permitió a los vaqueros emprendedores establecer negocios de operaciones de sacrificio a la medida. Estas instalaciones en el este y oeste de Estados Unidos fueron los precursores de los miles de plantas que surgieron en Estados Unidos en el siglo XX. El cargo de este servicio era de $4.50 en 1850, y el mismo proceso sin el reciclaje solamente costaba $15.00 en 1975. La razón de este aumento nominal fue que las modernas plantas de sacrificio recibían el valor de la piel. Las plantas pequeñas de sacrificio eran unos de los principales proveedores de recicladores independientes hasta principios de su decadencia a finales de la década de 1980. El cierre de estas plantas pequeñas de sacrificio (de 5 a 30 cabezas a la semana) y de las pequeñas empacadoras de carne (50 a 200 cabezas al día) fue un importante factor que condujo a la disminución en el número de plantas independientes de reciclaje en los últimos 20 años.
En 1865, se construyeron los Corrales de Chicago (Chicago Stockyards), que condujeron al establecimiento de los grandes centros de empacadoras en ciudades como St. Louis, Kansas City, Omaha, etc. El advenimiento de puntos centrales de sacrificio creó una demanda de equipo de reciclaje más altamente desarrollado de mayor volumen para procesar la gran cantidad de subproductos crudos del sacrificio de ganado.
Avances tecnológicos en los sistemas de reciclaje
El final del siglo trajo consigo un aumento en el número de cabezas de ganado y un aumento acorde de animales caídos en las granjas. Los productores todavía criaban y sacrificaban a sus propias aves y cerdos, pero las tiendas de comestibles en las zonas urbanas empezaron a generar un volumen limitado, pero creciente, de grasa y huesos para los recicladores. Todo esto dictó la necesidad de mejorar los sistemas de reciclaje, pero no fue sino hasta la introducción del cocedor de reciclaje en seco en Alemania en la década de 1920 que la industria empezó a producir proteínas así como grasa de calidad.
El proceso de caldera abierta, que era peligroso, dio paso a la autoclave en las empacadoras de carne centralizadas y las plantas independientes de reciclaje, pero hasta la época de la Segunda Guerra Mundial, en las granjas continuaba el reciclaje de caldera abierta. La autoclave es un recipiente metálico que se puede cargar de grasa, huesos y residuos, se sella y se le inyecta vapor a presión. La realización del proceso de derretido a una presión atmosférica más alta de lo normal no sólo aceleró el proceso, sino que le dio al reciclador un mayor control de los productos finales. También le permitió extraer incluso más de la grasa de la materia prima.
Al sistema de reciclaje que requería de la adición de agua a la materia prima (al principio descargándola en calderas abiertas o inyectándole vapor en la autoclave sellada) se le conocía como "reciclaje húmedo". Ya que, después de todo, el principal objetivo del proceso de reciclaje es el de separar la humedad residual en la materia prima de la grasa y sólidos, la introducción de humedad adicional, que a su vez se tendría que eliminar, parecía como contraproducente para la mayoría de los recicladores.
En el reciclaje húmedo, la grasa flotaba en la superficie de donde se retiraba. La grasa producida mediante este proceso era relativamente clara de color, pero el largo contacto con el agua aumentaba el contenido de ácidos grasos libres. El agua en exceso (agua de cola) que contenía proteína soluble se descargaba al desagüe o corrientes y ríos contiguos a las primeras instalaciones de reciclaje.
La primera mención de un método de liberar la grasa del material membranoso fue en la London Encyclopedia en 1829. Apuntaba que se podría vender más grasa si se usaba una prensa manual para prensar el material de carne. La torta resultante se le llamaba en inglés greaves (en Gran Bretaña) y cracklings o crax (en Estados Unidos), o «chicharrones», la cual se encontró ser un excelente alimento para perros y patos, el primer registro de la alimentación de proteínas animales a animales monogástricos. La prensa manual de hierro posteriormente se sustituyó por una prensa hidráulica por alrededor de 1850 y para finales del siglo XIX, V.V. Anderson inventó la prensa mecánica de tornillo.
Por razones de economía, particularmente en la recuperación de proteína, el proceso de reciclaje húmedo se sustituyó por completo con el "reciclaje en seco". Muchos de los antiguos recicladores describieron el cambio del reciclaje húmedo al seco como pasar de la cocción de la materia prima en agua a la cocción de los subproductos en su "propio jugo".
En el reciclaje en seco por lotes, se añaden los subproductos animales crudos (molidos o no molidos) a un cilindro horizontal con chaqueta de vapor equipado con un agitador. Si no se muele el producto crudo, se cierran los respiraderos y se acumula la presión en el cocedor para desintegrar los huesos y otras materias primas de partículas grandes. Este paso de cocción con presión se elimina con la materia prima molida.
En el reciclaje en seco, conforme se evapora la humedad los adipocitos se abren debido a cambios en las paredes celulares del tejido. En este proceso de cocción, cuatro son los procedimientos especialmente importantes de control de calidad, como en todos los modernos sistemas continuos:
  1. Molienda y carga de la materia prima
  2. Control de la presión de la chaqueta de vapor
  3. Operación del agitador (revoluciones por minuto o RPM)
  4. Control del punto final o temperaturas de cocción/secado
El punto final en la cocción se alcanza cuando el contenido de humedad de tankage grasoso se reduce al punto en que da el mejor funcionamiento en eliminar la grasa residual (prensado) y al mismo tiempo no se cuece demasiado ni se degrada la calidad de la proteína.
A finales de la década de 1950, George Epsy, una persona de mantenimiento de Baker Commodities en Los Ángeles, le sugirió a Frank Jerome, el entonces propietario de la compañía, que creía que se podría desarrollar un proceso "continuo" de cocción con algo de ayuda ingenieril. Contactaron a Jack Keith, de Keith Engineering y el equipo determinó que la materia prima molida se podría transportar a través de tubos largos de metal. Una vez logrado esto, nació el primer prototipo de cocedor continuo que consistía en dos precocedores (cocedores por lote en serie) y tres tubos con chaqueta de vapor como finalizadores. La conclusión del diseño se llevó varios años, pero después de muchos esfuerzos dedicados a ello, se desarrolló el cocedor de un solo recipiente, conocido como cocedor continuo. A principios de la década de 1960 se instaló el primer cocedor continuo en Denver Rendering Company. Los pasos en los procesos de reciclaje por lotes y continuo se pueden ver en el esquema del sistema de cocedor continuo (figura 2).
A lo largo de los años, los recicladores fueron añadiendo operaciones perfeccionadas de filtración y blanqueado, centrífugas pulidoras, equipo de refinación (que elimina los ácidos grasos libres) y equipo adicional de procesamiento. Otros sistemas continuos son el evaporador multipasos (Carver- Greenfield o Stord Slurry), precalentamiento continuo/prensa/evaporador (reciclaje húmedo o de baja temperatura) y el precalentamiento modificado/prensa/evaporador. El cuadro 1 muestra cálculos de varios sistemas de reciclaje utilizados en plantas en EUA.
Cuadro 1. Desglose de los sistemas de reciclaje de EUA por tipo.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 2
Figura 2. Sistema de reciclaje de cocedor continuo.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 3
Madura una industria
En 1956, la mayoría de las plantas de reciclaje se hubieran descrito como instalaciones de fabricación que necesitaban muchas mejoras. Pero en los últimos 50 años, se han hecho grandes cambios en la tecnología de las plantas, cuidado interno, calidad del producto terminado y seguridad del empleado. Antes de la Segunda Guerra Mundial, los recicladores independientes rurales dependían de animales enfermos, moribundos, lisiados y muertos (llamados animales caídos) como la principal fuente de materia prima. Se ha dicho que cada condado de Iowa tenía al menos una planta de reciclaje. Los recicladores urbanos alrededor de 1900 establecían rutas de recolección de sobras para conseguir grasa, huesos y residuos de las tiendas de comestibles y pequeños rastros. Antes de 1920, los principales empacadores de carne controlaban su propio tonelaje cautivo al igual que la mayoría del material de la calle. En 1920, una investigación de la Comisión Federal del Comercio (que resultó en un decreto de consentimiento ahora histórico y en la promulgación de la Ley de Empacadores de Carne y Corrales de 1921) pareció romper el monopolio existente y desencadenar una gran expansión en el número de recicladores que entonces hacían negocios. Se calculaba que en esa época había 823 plantas de reciclaje en Estados Unidos. En 1927, The National Provisioner calculaba 913 plants, de las cuales Filadelfia y Baltimore tenían 15 cada una y Cincinnati 14. Iowa tenía la mayoría de las plantas, con 123 de ellas. La eliminación de animales caídos de las instalaciones de los productores de una manera sanitaria hizo una importantísima contribución a reducir la propagación de enfermedades animales.
Es asombrosa la contribución del reciclador de ayer y hoy a los esfuerzos generales de mantener un ambiente limpio y saludable. Hasta el advenimiento de la carne de res empacada en cajas a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, los recicladores independientes tenían cinco fuentes principales de materia prima: grasa y huesos de los establecimientos de comestibles al menudeo y de plantas de fabricación, animales caídos, grasa, huesos y residuos de rastros por encargo, subproductos de empacadoras pequeñas de carne y las grasas y aceites residuales de cocinar. Todas estas fuentes de materias primas mencionadas, excepto la grasa de cocinar, empezaron a disminuir en la década de 1960.
Con el surgimiento de las grandes unidades de producción de ganado con un mejor manejo y cuidados sanitarios, y con el desarrollo de otras técnicas de eliminación de animales caídos, el reciclador rural, a pesar de que había más ganadería, conseguía menos animales muertos. Más importante fue la introducción de la carne de res empacada, la separación en partes de las canales en las grandes plantas de empacadores de carne que tenían sus propias plantas de reciclaje, en cortes de primera, segunda y de consumo. La caída en el tonelaje de calidad en los supermercados tuvo un espectacular impacto, no sólo en la pérdida de tonelaje, sino en los productos crudos que producían grasas de calidad superior. Los empacadores pequeños de carne ya no podían competir con los grandes que sacrificaban 4,000 cabezas de ganado o 12,000 cerdos al día. Acorde con la disminución del empacador pequeño de carne, las amas de casa rurales de alrededor de 1980 preferían comprar la carne en el supermercado en contraposición con engordar un ternero y sacrificarlo y empacarlo en el congelador.
Durante las décadas de 1980 y 1990, experimentamos un viraje de los recicladores independientes que manejaban la mayoría de las materias primas a los grandes empacadores de carne y procesadores avícolas integrados que reciclaban aproximadamente más del 75 por ciento del tonelaje de materia prima (cuadro 2). Las únicas áreas de crecimiento que han disfrutado los recicladores independientes en los últimos 20 años han sido las grasas y aceites de cocinar y los subproductos avícolas crudos. Desafortunadamente, hay pocas compañías estratégicamente ubicadas que den servicio a la creciente industria avícola.
Cuadro 2. Tendencias en la obtención de materias primas en EUA.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 4Fuente: Darling International, Inc.
Todos los factores antes mencionados contribuyeron a la consolidación de la industria independiente del reciclaje al tiempo que aumentaba el tonelaje total disponible de reciclaje (cuadro 3) de aproximadamente 13.6 millones de toneladas (30 mil millones de libras) en 1977 a 18.4 millones de toneladas (40,500 millones de libras) en 1995 y aproximadamente a 24.5 millones de toneladas (54,000 millones de libras) para 2006. Después de restar los subproductos usados en alimentos para mascotas, cada año los recicladores producen más de 5.08 millones de toneladas (11,200 millones de libras) de proteínas animales y 4.95 millones de toneladas (10,900 millones de libras) de grasas recicladas. El cuadro 4 muestra la disminución en el número de plantas de reciclaje de EUA desde principios de la década de 1920.
Cuadro 3. Aumento de materias primas disponibles para el reciclaje con los años.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 5
Cuadro 4. Número de plantas de reciclaje en EUA que han disminuido con los años.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 6Nota: Hubo una tendencia similar en Canadá, donde actualmente hay 29 plantas.
En la década de 1950 y a principios de la de 1960 ocurrieron varios importantes acontecimientos que permitieron que la industria del reciclaje de subproductos de origen animal resistiera las pérdidas en ventas a costa de la industria del jabón:
  • Alimentos para aves, cerdos y ganado de engorda altos en energía (uso de grasas en el alimento balanceado).
  • Surgimiento de la industria de los alimentos para mascotas que usa grasas y proteínas.
  • Mayor uso del sebo por la industria de los ácidos grasos.
  • Crecimiento de los establecimientos de comida rápida (lo que hace que haya grasas y aceites de cocinar residuales).
El crecimiento de la industria avícola no sólo proporcionó un excelente cliente de las proteínas y grasas, sino que creó materia prima para muchos recicladores independientes. Las investigaciones en la University of Maryland y del Dr. Oliver Wilder de la American Meat Institute Research Foundation han demostrado que las aves podrían utilizar alimentos altos en energía si los nutriólogos mantuvieran la proporción adecuada de energía a aminoácidos esenciales. Junto con el aumento en las grasas en el alimento balanceado, la industria desarrolló un método para procesar las plumas y producir un ingrediente de alto contenido de nutrientes, lo que añadió otro producto para que comercializaran los recicladores. El cuadro 5 ilustra el uso de las grasas en el alimento balanceado por especies.
Cuadro 5. Uso estimado de las grasas en los alimentos para animales (millones de libras).
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 71 SRI International 1987. 2 Fats and Proteins Research Foundation.
Nota de editor: No se pueden conseguir fácilmente datos actuales de uso por especies.
Cuando los dueños de mascotas dejaron de alimentar sobras a sus animales de compañía, hubo una importante expansión de las plantas de fabricación de alimentos para mascotas. Con la introducción de alimentos extruidos para mascotas densos en nutrientes, esta industria consumió grandes cantidades de sebo, harina de carne y hueso, harina de subproductos avícolas y grasa avícola. El cuadro 6 muestra un desglose por especies de la utilización de proteína animal.
Cuadro 6. Utilización por especies de la proteína animal.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 8
Cuadro 7. Uso (en millones de libras) de ácidos grasos y lubricantes.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 9Fuente: U.S. Census Bureau Current Industrial Report M311K, 2005.
Conforme se disparaba la población en las décadas de 1960 y 1970, hubo un aumento en la demanda de productos que incluían a los ácidos grasos de las grasas animales. Desde la década de 1950, las grasas animales de precios competitivos eran una excelente fuente de ácidos grasos. Incluso, con el aumento en el precio de las grasas animales y la feroz competencia de otros lípidos, el uso de las grasas animales recicladas en la industria de los ácidos grasos y lubricantes se ha mantenido a un nivel razonable. El cuadro 7 ilustra el patrón de uso en esta industria en el transcurso de los últimos años.
Hacia 1950, la industria del reciclaje de subproductos de origen animal producía más de 1.04 millones de toneladas (2,300 millones de libras) de sebo y grasa al año. Se desarrolló un próspero mercado de exportaciones, con la ayuda del Servicio Agrícola Exterior del USDA, por lo que para 1950 la industria estadounidense del reciclaje de subproductos de origen animal había exportado 227 mil toneladas (500 millones de libras) de grasas animales. En 1960, la cifra de producción se había incrementado a más de 1.6 millones de toneladas (3,500 millones de libras) y las exportaciones a casi 817,200 (1,800 millones de libras). Para 1970, las mismas cifras estaban en 2.45 millones y 1.18 millones de toneladas (5,400 millones y 2,600 millones de libras), respectivamente. El año de 1995 fue el punto más alto de las exportaciones de grasas animales.
Figura 3. Exportaciones de grasas no comestibles.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 10Fuente: USDA Foreign Agricultural Service.
Conforme seguía en aumento la producción estadounidense de grasas animales, en los últimos años disminuyó a un ritmo constante la proporción exportada, excepto en 1995. En contraste con esta disminución, las proteínas animales han demostrado un incremento continuo en las exportaciones en los últimos 20 años (figura 3) hasta la crisis financiera asiática de 1997 y 1998. El creciente mercado de proteínas de China ha ayudado a contrarrestar la pérdida de tonelaje en el Sureste de Asia, hasta que se empezaron a preocupar por el material de rumiantes, entre lo que se incluye tejidos de ganado, ovejas y cabras en harina de carne y hueso de especies mezcladas importada para alimento balanceado para aves y cerdos. El nivel de producto de ovejas y cabras en la harina de carne y hueso estadounidense es infinitesimal, pero hay pruebas de ADN altamente desarrolladas que pueden detectar partes por mil millones.
No hay pruebas científicas que indiquen que el tejido infectado con scrapie (el scrapie es un enfermedad encefalopática espongiforme transmisible) cause encefalopatía espongiforme bovina (BSE), la llamada "enfermedad de las vacas locas". La BSE es sólo otra barrera comercial. Únicamente dos vacas indígenas de EUA se han diagnosticado con BSE, nacidas mucho antes de la prohibición de alimentos de rumiantes de 1997. Pero esto ha constituido una excusa de muchos clientes extranjeros para prohibir la carne de res, el sebo y la harina de carne y hueso de EUA sin justificación científica. Este desafío se va a analizar en más detalle en otros capítulos.
La capacidad de la industria del reciclaje de subproductos de origen animal para encarar sus muchos desafíos se hubiera visto gravemente obstaculizada sin las excelentes asociaciones organizadas dentro de la industria. Con la ayuda de muchas recicladores voluntarios dedicados y el calificado liderazgo profesional, la National Renderers Association, la Fats and Proteins Research Foundation y la Animal Protein Producers Industry se han convertido en organizaciones que los recicladores pueden señalar con orgullo. Estos grupos han infundido el respeto tanto de la comunidad comercial y del gobierno. La publicación de este libro ilustra la fortaleza y contribución de estas orgnizaciones. La madurez y prosperidad de la industria están garantizadas por la capacidad de estos grupos comerciales de representar adecuadamente a los recicladores estadounidenses tanto a nivel nacional, como en todo el mundo.
Bibliografía
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Uno de los primeros registros de la organización.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 11
Una de las primeras compañías de reciclaje de suproductos de origen animal en Nueva York.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 12
Syracuse Rendering (Corenco), 1912.
Historia del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos - Image 13
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