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Almacenamiento de Soja y Maíz, en un contexto de alta humedad. Poscosecha campaña 2015/2016

Publicado: 11 de enero de 2017
Por: Ing. Agr. Leandro Cardoso; Ing. Agr. Ricardo Bartosik; Ing. Agr. Juan Carlos Rodríguez; Ing. Agr. Diego A. de la Torre; Ing. Agr. Mauricio Santa Juliana; Ing. Agr. Cristiano Casini; y Bernardo F. Iglesias. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, INTA. Argentina
La cosecha de soja y maíz en gran parte de la zona núcleo se ha caracterizado por abundantes precipitaciones y temporales, que en algunas zonas se han prolongado por más de 18 días. Esta situación ha provocado ya perdidas no solo en lo que atañe a rendimientos, sino además importantes pérdidas de calidad. Inclusive ya se observa el brotado de semillas en la vaina y severos ataques de hongos. Por otra parte esta situación implicará tener que reanudar la cosecha cuando las condiciones de clima y de transitabilidad lo permitan, aún con un alto contenido de humedad de los granos.
Todos estos inconvenientes, seguirán incidiendo durante la etapa de poscosecha por lo que productores y acopiadores deberán llevar a cabo aquellas prácticas de manejo que reduzcan los niveles de pérdidas. Hay que tener presente que el objetivo del almacenamiento es el de mantener la calidad inicial de los granos, el deterioro de los granos es un proceso irreversible e inevitable, pero con un adecuado manejo se puede demorar o postergar en el tiempo.
En este sentido el grupo de poscosecha de INTA realiza las siguientes recomendaciones técnicas:
Silobolsa:
El almacenaje en silobolsa será una alternativa estratégica, sobre todo cuando el estado de los caminos impida la circulación de camiones. Si bien no es recomendable almacenar grano húmedo, es una práctica que se puede realizar por un breve lapso de tiempo, hasta que mejoren las condiciones, dicho lapso dependerá de:
  • Calidad del grano al embolsar, sobre todo su contenido de humedad y porcentaje de brotado.
  • La hermeticidad del silobolsa.
  • Temperatura ambiente durante el período de almacenamiento.
Durante la cosecha se debe tener en cuenta que el trato agresivo al grano provoca daños mecánicos que no solo afectan la calidad comercial sino que además repercutirán en el posterior manejo y la conservación. El tegumento del grano posee importantes funciones y protege a las estructuras internas contra choques u otros efectos abrasivos; además sirve de barrera a la entrada de microorganismos y al ataque de insectos; también actúa en la regulación del intercambio gaseoso y de humedad, y en algunos casos, regula la germinación.
Humedad de Almacenamiento Segura: Es aquella que permite conservar los granos sin riesgo de desarrollo de hongos (contenido de humedad de equilibrio menor a 67%). Cuando el almacenamiento se realiza a altas temperaturas, la humedad de almacenamiento debería ser menor, considerando que el aumento de la temperatura y la humedad del grano, reducen el tiempo de almacenaje seguro, porque aceleran la pérdida de peso y calidad.
Temperatura ambiente exterior: Si se compara con otros sistemas de almacenaje (silos o celdas) la bolsa plástica posee una baja relación volumen/superficie. Esto produce que la temperatura del grano esté directamente asociada a la temperatura media ambiente. Ciertos sectores del granel, como en la periferia de la bolsa, es influido incluso por la temperatura diaria.
Los principales agentes de deterioro del grano en la bolsa son los hongos, el efecto de la temperatura cobra importancia cuando la humedad del grano permite el desarrollo de estos microorganismos. Temperaturas altas durante el embolsado de grano húmedo propician un rápido deterioro inicial del mismo. También la actividad de los hongos aumenta cuando el grano almacenado en la época fría del año permanece hasta la primavera. En el centro-norte de la región productiva de Argentina, donde el régimen de temperatura es mayor, puede producirse deterioro de la calidad del grano (si se almacena húmedo) antes de alcanzar la primavera. Cuando se almacena grano seco, el efecto de la temperatura sobre el deterioro por hongos se minimiza.
A continuación se detalla la guía para almacenamiento de granos en bolsas plásticas, donde se muestran los riesgos según el contenido de humedad, definiendo riesgo como la posibilidad de que ocurra un hecho, en este caso el deterioro de los granos. Esta tabla (Tabla 1) fue diseñada de manera general en función de la humedad de almacenamiento, obviamente sin contemplar la situación actual de esta campaña, para lo cual se elaboraron las tablas subsiguientes (Tablas 2 y 3). ACLARACIÓN: Todas estas tablas son de carácter orientativo, dado la gran cantidad de variables que intervienen en el almacenamiento de granos en silobolsa.
Tabla 1:
Almacenamiento de Soja y Maíz, en un contexto de alta humedad. Poscosecha campaña 2015/2016 - Image 1
Tabla 2: Manejo en Poscosecha de Soja Húmeda.
Tabla 3: Plazos Máximos de Almacenamiento de Soja Húmeda.
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La principal ventaja que posee el silobolsa para poder atenuar, en cierta medida, las pérdidas de calidad es la hermeticidad que previene la reposición normal de oxígeno (O2) usado durante la respiración aeróbica de los componentes bióticos del granel (hongos, insectos y granos) y retener el dióxido de carbono (CO2). Esta modificación atmosférica trae aparejada beneficios desde el punto de vista de la conservación.
Por lo tanto, alcanzar y mantener un nivel adecuado de hermeticidad es un factor clave para el éxito del almacenamiento. La hermeticidad del silobolsa puede ser afectada por un cierre inapropiado en los extremos y por perforaciones en la cubierta de plástico. Por lo tanto se debe prestar atención a las técnicas de cierre, evitar roturas durante el armado y el almacenamiento y reparar inmediatamente las que puedan aparecer posteriormente.
Recomendaciones para lograr una buena hermeticidad:
1. Preparación del terreno: Este es el factor más importante a tener en cuenta para lograr un buen armado de la bolsa. El terreno debe ser lo más firme y parejo posible, preferentemente alto para permitir la evacuación del agua de lluvia. Para ello lo más aconsejable es nivelar el suelo con una hoja niveladora y evitar remover el terreno con una rastra. Los sitios menos adecuados para armar bolsas son los terrenos flojos, desparejos con riesgo de acumulación de agua y los cubiertos por rastrojos, ya que los tallos perforan las bolsas.
2. Uniformidad de confección de la bolsa: Las interrupciones durante el llenado son las principales causas de la desuniformidad de la bolsa que se manifiesta, en cada parada de máquina, con un bache de menor presión de llenado que causa una mayor acumulación de aire en ese lugar facilitando luego la condensación de humedad en el caso de almacenar granos húmedos. Por esto es imprescindible efectuar un adecuado frenado de la máquina durante el llenado y cada vez que se necesite parar utilizar el freno del tractor. Es muy importante armar la bolsa lo más recto posible, para lo cual es aconsejable colocar una bandera o hilo al frente del tractor para mantener la línea durante el llenado. Se debe evitar la formación de arrugas o pliegues al comienzo y al costado de la bolsa, porque es allí donde preferentemente hacen daño los roedores. La orientación de la bolsa debe ser Norte Sur para permitir la uniformidad de la irradiación sobre la bolsa, evitando así posibles migraciones de humedad, sobre todo con granos húmedos.-
3. Terminación de la bolsa: La hermeticidad de los cierres tiene una fundamental importancia para evitar la entrada de agua y aire. Existe una marca en la bolsa que indica el lugar donde debe finalizar el llenado. En ese momento se debe retirar la máquina y desplegar los últimos pliegues que le quedan en la bolsa. Se toma el extremo y se le enrolla una caña o madera, lo más ajustado posible hacia donde están los granos y tratando de eliminar todo el aire existente, o se emplea algún otro método de cierre como ser el termo sellado ó cinta para cierre de bolsas plásticas. Una vez cerrada el extremo final, se hace una zanja en el suelo y se entierra el extremo, de manera que quede una terminación continua de la bolsa con el suelo, que permita el total escurrimiento del agua de lluvia.
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Almacenamiento de Soja y Maíz, en un contexto de alta humedad. Poscosecha campaña 2015/2016 - Image 6
4. Cuidado de la bolsa: Es necesario asumir, que durante el almacenamiento se debe invertir el tiempo necesario para cuidar y hacer un control de calidad de los granos, cualquiera sea el sistema que se haya utilizado. En el caso de la bolsa plástica, se debe mantener todo el terreno alrededor de la bolsa totalmente limpio y libre de malezas. Es recomendable para mantener alejados animales indeseables montar un alambrado eléctrico de 4 hilos, entre los 5 y 50 cm del suelo. Además, es útil determinar causas y frecuencia de roturas para cuantificar y planificar soluciones para campañas venideras.
5. Control de calidad:
El mismo debe comenzar antes del llenado de la bolsa extrayendo muestras de la monotolva, previo al embolsado, en el caso de que ya tengamos la bolsa armada y desconozcamos la calidad inicial podemos mencionar 2 tipos de control:
Método convencional: El control se hace en forma directa, realizando un corte de 5-10 cm en uno de los laterales de la bolsa. Primero se determina la presencia de olores objetables (fermentación alcohólica implica el comienzo de deterioro) y luego se introduce un calador (entre 1,7 y 2 m de largo). Se extiende su contenido sobre un catre y observa todo el perfil del silo, si hay o no alteración en la calidad de los granos. La periodicidad del control dependerá del estado del grano y de la bolsa. En caso de que el grano se encuentre seco y la bolsa no presente signos de roturas se debe muestrear cada 30-45 días. Para aquellas bolsas donde se realizó un monitoreo durante la confección de las mimas el muestreo debe realizarse en 2 ó 3 lugares, si la calidad de los granos depositados a lo largo de toda la bolsa es similar, caso contrario se debe muestrear en aquellos lugares donde se marcó como riesgosos.
En el caso de bolsas que no tengan ningún tipo de control previo es necesario muestrear con mayor intensidad de puntos teniendo especial atención en aquellas partes donde al golpear la bolsa se observa cierta “dureza” de la masa de granos.
Para emparchar la bolsa en el lugar del muestreo o en caso de roturas, se debe usar la cinta adhesiva provista por el fabricante, pero antes es necesario limpiar bien el plástico y pegar 2 cintas sobreponiendo una sobre la otra, corrida 3 cm hacia el costado.
Esta técnica si bien es valedera tiene ciertos aspectos negativos con respecto al monitoreo por CO2, puesto que no permite detectar las bolsas afectadas en la base, requiere mucha mano de obra, se puede monitorear pocas bolsas por hora y solo determina la condición del grano extraído, es decir que podemos detectar solo cuando ya hay un deterioro evidente, salvo que se someta las muestras a un análisis de poder germinativo, que es la variable que primero se ve afectada por las malas condiciones de almacenamiento, y de esta manera evitar que se afecte posteriormente la calidad comercial.
Monitoreo de bolsas plásticas mediante el empleo CO2: El principio de este método se basa en la baja permeabilidad de la bolsa plástica al pasaje de gases y en la respiración del grano asociada con los microorganismos, lo cual produce un incremento en la concentración de CO2 y una reducción en la concentración de O2 sobre todo con grano húmedo, ya que estos producen mayor actividad biológica.
Permite localizar áreas o focos de alteración en plazos no superiores a los 7 días de almacenamiento. Los equipos permiten sectorizar la bolsa y localizar el problema. Permiten detectar condiciones no adecuadas de almacenamiento previo al deterioro de los granos, con una alta sensibilidad y sin dañar la integridad del plástico puesto que solo se introduce una pequeña aguja hipodérmica para analizar la concentración de gases, por ende tiene mayor practicidad, permitiendo el monitoreo de 15 a 20 bolsas/h.
Para el caso de aquellas bolsas donde no se conozca la calidad inicial, se recomienda realizar mediciones a una distancia entre puntos no superior a 4 metros, con la mayor periodicidad posible para detectar zonas de alta tasa de incremento en la concentración de CO2, de detectarse dichas condiciones se recomienda un calado para un posterior análisis de la muestra a fin de detectar el motivo de dicho incremento, y la planificación de la extracción del grano para evitar que se deteriore.
Si se cuenta con un detalle de la calidad, se recomienda medir en un primer momento cada 4 a 6 metros aproximadamente, para detectar probables roturas en el fondo de la bolsa producidas durante el armado de la misma, en caso de no detectar puntos con altas tasa de incremento de la concentración de CO2, revisar en posteriores mediciones solo aquellos puntos demarcados inicialmente donde conocemos que pueden aparecer problemas de almacenamiento (alta humedad, insectos, roturas de bolsa, etc.).
  • Independientemente del sistema de monitoreo a emplear es muy importante tener una alta presión de muestreo (mayor cantidad de muestras posibles) y una alta frecuencia de muestreo dada la gran variabilidad de calidad (contenido de humedad, porcentaje de dañado, incidencia de hongos, hermeticidad, etc.)
Almacenamiento en silos convencionales:
La humedad y temperatura del grano son los disparadores de la actividad biológica (hongos, bacterias e insectos) por lo tanto la consigna es almacenar grano seco y frío.
En caso de almacenar grano húmedo, para posterior secado es imprescindible contar con un sistema de aireación en el silo que permita controlar la temperatura de la masa granaria, este debe funcionar permanentemente. Aun así se debe tener en cuenta que al aumentar la humedad del grano el tiempo de almacenaje seguro (TAS) se reduce ya que la humedad granaria determina la actividad de hongos y bacterias. (Ver tablas de almacenamiento seguro).
Es importante establecer que los sistemas de aireación de los silos y celdas fueron diseñados, en su mayoría, para mantener la temperatura del grano SECO lo más baja posible para minimizar el riesgo de desarrollo insectos, eliminar el calor producido por la baja actividad biológica del granel y homogenizar temperatura y humedad (evitar condensación).
Se podrá acondicionar o hasta secar granos en silo, en función del caudal de aire entregado por los ventiladores (Tabla 4) y una correcta distribución del mismo dentro del silo. Es imprescindible, en tal sentido, conocer el caudal específico del sistema de aireación. La velocidad del secado de granos con aire natural dependerá de varios factores: principalmente las condiciones del aire (idealmente temperaturas entre 18 y 15 °C y humedad relativa por debajo del 50 %).
Tabla 4: Caudal específico para distintas finalidades de aireación
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Es recomendable no llenar a la máxima capacidad los silos con granos húmedos, de esta forma se incrementa el caudal de aire suministrado por tonelada de grano, mejorando el proceso de aireación. Es importante considerar que es riesgoso tratar de secar maíz con más de 17 % o soja con más de 16 % de humedad con un sistema de aireación que entregue un bajo caudal específico (Qe) 0,1 m3 / t / minuto.
Otro de los factores que se deben considerar es el porcentaje de cuerpos extraños o material fino (partido, malezas, etc.) de los granos a almacenar, que al momento de llenar un silo, tiende a concentrarse formando una columna en el centro del granel. La principal consecuencia de ello es una aireación desuniforme ya que el aire se conduce mejor por los laterales del silo, donde es mayor el espacio poroso. El centro del silo, además de un caudal de aire reducido presenta per se mayor peligro de actividad de insectos y hongos como se ve en el gráfico 1 donde se muestra la concentración de aflatoxinas totales en el grano tal como vino de campo, luego de la prelimpieza y en el descarte que se originó.
Gráfico 1: Concentración de Aflatoxinas totales en la fracción cuerpos extraños. Maíz.
Almacenamiento de Soja y Maíz, en un contexto de alta humedad. Poscosecha campaña 2015/2016 - Image 8
Fuente: Dra. Ana Pacin
La presencia de fino implica que en algunos casos el tiempo de aireación, debido al bajo caudal de aire, se extienda demasiado resultando en el desarrollo de focos de calentamiento y mayores pérdidas de calidad del grano en la zona central del silo (cercana a la superficie si insuflamos aire, o cerca del piso si estamos aspirando).
Al mismo tiempo, en los laterales del silo el elevado caudal de aire frecuentemente produce el sobresecado de los granos. Esto dificulta determinar cuándo es el momento óptimo de finalizar el ciclo de aireación, se generan así perdidas en kilos, calidad y aumento en los costos (energía eléctrica). Algunas alternativas para minimizar este problema son:
  • Uso de un sistema de prelimpieza, si el grano contiene mucho material fino.
  • Una vez lleno el silo, producir el descorazonado del mismo, consiste en extraer grano hasta invertir levemente el pico formado en el llenado, por la forma de descarga se vacía primero el centro del silo (material fino) y luego los laterales. El material extraído debe pasar por un sistema de limpieza antes de ser recirculado al silo, de otra forma es un movimiento de grano sin resultados. En silos de 400 a 1.000 t implica extraer aproximadamente el 3 % de lo almacenado (Cardoso y col. 2008).
  • El uso de desparramadores de grano a la entrada del silo puede ser una alternativa, si estos funcionan correctamente (no se traban) dispersando uniformemente todo el material fino.
  • El nivelado de la superficie del granel es fundamental para reducir las canalizaciones del aire. El uso de desparramadores o la técnica de descorazonado contribuyen a nivelar mejorando el proceso de aireación, caso contrario se puede realizar de manera manual una vez lleno el silo.
Otra práctica que se puede considerar, bajo estas circunstancias, es la mezcla de granos con diferentes humedades, teniendo la precaución de no mezclar lotes con más de 3 puntos porcentuales de diferencia, y que tengan bajo contenido de materias extrañas. Considerar que la mezcla por sí sola no equilibrará la humedad en toda la masa, es fundamental el correcto uso de la aireación. Usar una menor proporción de grano húmedo que seco y considerar que los granos húmedos tienen mayor riesgo de deterioro.
Fórmula para mezclas de distintas humedad:
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Ps: Peso necesario de Grano Seco.
Ph: Peso del Grano Húmedo.
Hh: Contenido de Humedad del Grano Húmedo.
Hs: Contenido de Humedad del Grano Seco.
X: Contenido de humedad que se pretende.
Ejemplo: Se tienen 20 t de soja húmeda (16 %) que se quiere llevar a 13,5 % con soja seca (13%). ¿Cuantas toneladas se necesitarán de esta última?
Almacenamiento de Soja y Maíz, en un contexto de alta humedad. Poscosecha campaña 2015/2016 - Image 10
Rta.: Se necesitan 100 t de soja a 13 %
Una vez que el grano está seco, está listo para ser almacenado por un largo período de tiempo. Para minimizar el ataque de insectos es conveniente mantener la temperatura del grano por debajo de 18°C. A tal efecto se debe monitorear periódicamente la temperatura y realizar aireación de mantenimiento (0,1 m3/min/t) si la temperatura registrada excede el valor mencionado.
Cuando el grano esté seco y frío es conveniente tapar y sellar toda apertura del silo (bocas de salida, boca del ventilador, etc.). Controlar y reparar goteras y filtraciones en silos y celdas. Recuerde que cuanto mayor es la calidad del grano que almacena más fácil es su conservación.
Aspectos clave:
La correcta medición de la humedad: Muchas de las decisiones de manejo dependen de la correcta medición de la humedad del grano, como ser el momento de cosecha, secado, aireación almacenamiento, etc. Es muy importante entonces tener muestras representativas, es decir, obtener una porción de granos que refleje con la mayor exactitud posible las propiedades del lote completo del que proviene ya que existen muchas fuentes de variabilidad como ser posición dentro de la planta, dentro del lote (loma o bajo), hora del día, etc. En este sentido se recomienda extraer las muestras con calador sonda, es ideal tener una calada (250 a 400 g) cada 3 a 5 t. Resolución SAGyP 1075/94 – Anexo XXII.
Otro aspecto importante es el manipuleo posterior que se realiza sobre las muestras hasta que se hace el análisis, hay que mantener las mismas en un envase hermético y en un lugar fresco y a resguardo del sol, para no afectar significativamente la lectura del medidor.
Higrómetros: Se debe tener en cuenta que predicen el contenido de humedad basado en una relación estadística, entre los datos de las lecturas de capacitancia eléctrica y una técnica directa estandarizada que puede implicar una fuente de error. Dicha relación se convierte en la curva de calibración para un tipo de medidor y un tipo de grano específicos, que se deberían actualizar todos los años. A su vez hay que considerar que las mediciones con este tipo de equipos también son afectados por:
  • La densidad de envasado
  • La temperatura: Los medidores de humedad no pueden medir con precisión cuando la temperatura de los granos supera los 33 °C, o cuando la diferencia entre la muestra y el aparato es superior a 20°C.
  • La distribución de la humedad dentro del grano y por la presencia de cuerpos extraños en la muestra.
Es recomendable entonces hacer una triple medición de la humedad sobre la misma muestra, cuyos resultados no deberían diferir más del 0,5 %. También es recomendable medir en al menos dos equipos y registrar las diferencias.
Tiempo de Almacenamiento Seguro (TAS): Se define como el tiempo máximo que puede ser almacenado un grano, a determinadas condiciones de temperatura, humedad y porcentaje de granos dañados mecánicamente, sin perder su condición de grado. Es necesario aclarar que estas tablas son solo orientativas. Fueron creadas para maíz (Tabla 5), posteriormente se traspolaron a los demás granos y están referidas para almacenamiento en silos convencionales.
Tabla 5: TAS: Cantidad de días que se puede almacenar antes de perder su condición de grado. Para maíz (Días).
Tabla 6: TAS soja. Cantidad de días que se puede almacenar antes de perder el 0.5% de MS. (Días)
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En los gráficos 2 y 3 podemos ver a modo de ejemplo, para maíz almacenado en silo convencional sin aireación, con 2 contenidos de humedad (15 y 18 %) y 3 temperaturas iniciales (15, 20 y 25 °C) como se incrementa la perdida de Materia Seca (M.S.) con el transcurso de los días hasta que al superar el 0.5 % de perdida de M.S. que se podría traducir como la baja en un punto del peso hectolítrico y posteriormente el grano queda completamente deteriorado. Ambos factores, sobre todo la humedad, condicionan las pérdidas, al punto tal que el grano pierde su identidad como tal con un CH del 18 % a 20 y 25 ° en un corto plazo de tiempo.
Gráfico 2: Relación entre pérdida de MS, contenido de humedad y temperatura. Maíz con 15 %.
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Gráfico 3: Relación entre pérdida de MS, contenido de humedad y temperatura. Maíz con 18 %.
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Almacenar granos con altos contenido de humedad implica indefectiblemente una mayor actividad metabólica. El agua hidrata los tejidos de los granos, favoreciendo una mayor difusión de gases, lo que acelera la respiración. También se incrementa la Humedad Relativa de Equilibrio (HRE).
Cuando se almacena por encima 13,5 % (soja) o 14,5 % (maíz) la HRE supera el 67% y comienzan a desarrollarse los hongos, siendo estos la principal causa de pérdidas debido a que consumen (respiran) materia seca produciendo calor, humedad, olor, disminución del Poder Germinativo, cambios bioquímicos y toxinas perjudiciales, estas últimas se producen cuando la humedad relativa del ambiente supera el 85 % (Temperatura óptima entre 25 y 27 °C). En el caso de soja, hay que considerar que se deteriora más rápidamente que la de otros cultivos (Priestley et al., 1985). Un factor que contribuye a ello es la presencia de una capa seminal altamente permeable, a través de la cual la semilla absorbe fácilmente la humedad, que la hace más susceptible al deterioro a campo (Tekrony et al., 1980). También se debe a que los granos vienen de campo contaminados con las diferentes especies de hongos que afectan la calidad durante el almacenamiento, las condiciones de humedad actuales agravan esta situación considerablemente, haciendo imprescindible tener que secar los granos de manera inmediata, como principal método de prevención del desarrollo de hongos, como se observa en la Tabla 7.
Tabla 7: Relación entre la humedad de la soja y el número de colonias de hongos.
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Fuente: J.C. Rodríguez 2004
Actividad Fúngica:
Anteriormente hemos hecho referencia a los efectos nocivos de la actividad fúngica, entre los que se menciona el desarrollo de micotoxinas de gran importancia en la salud animal y humana. En la tabla 8 se resumen las especies fúngicas asociadas a la soja y las micotoxinas que pueden producir:
Tabla 8: Hongos asociados con variedades de soja en Argentina.
Almacenamiento de Soja y Maíz, en un contexto de alta humedad. Poscosecha campaña 2015/2016 - Image 17Fuente: Rosa T. Boca; Ana M. Pacin; Héctor H. L. González; Silvia L. Resnik; César G. López. 1999
Granos brotados: En referencia al brotado de soja en planta es necesario aclarar, en primer lugar, que no existe información respecto de los efectos de la trilla, traslado y prácticas de conservación de lotes con granos brotados, que permitan realizar recomendaciones técnicas a la hora de tomar decisiones de manejo.
Podemos inferir que, el brotado probablemente incrementará durante la trilla el porcentaje de partido y cuerpos extraños (definido como todos aquellos granos o pedazos de granos que no sean de soja y toda otra materia inerte, incluida la cáscara de soja). En el caso de ser almacenada comenzará a deteriorarse irreversiblemente en el muy corto plazo, ya que tendrá una mayor contenido de humedad, susceptibilidad al ataque de hongos bacterias y levadoras.
Desde el punto de vista de la comercialización, la norma de calidad vigente para soja (NORMA XVII) contempla estas situaciones dentro del rubro granos dañados, que incluye a los granos brotados, fermentados y ardidos, por calor o podridos. Y establece como base de recibo y tolerancia un 5,0 % de granos dañados. Los castigos para aquellos lotes que superen el 5,0% es a razón del 1,0% por cada por ciento o fracción proporcional.
Esta condición podría impactar también en otros rubros, sujetos a arbitraje, denominados:
Amohosados: Se considera como tal a todo lote que presente una elevada proporción de granos que llevan moho adherido en la mayor parte de su superficie.
Olores comercialmente objetables: Son aquellos que por su intensidad y persistencia afectan su normal utilización.
Desde el punto de vista nutricional: Los técnicos de INTA Pergamino Bernardo F. Iglesias, Jorge O. Azcona y Marcelo J. Schang (Soja Brotada en la nutrición de aves: pautas y riesgos). Indicaron en base a un trabajo realizado por Peer & Leeson (1985) donde germinaron granos de soja en condiciones similares a los casos de soja brotada en el campo y posteriormente analizaron el perfil nutricional al término de 7 días. Encontraron que el contenido de materia seca disminuyó en un 6,8%, debido a la utilización de nutrientes. En cuanto a la ceniza y la fibra cruda, nutrientes menos deseables, se observó una concentración de los mismos, elevándose un 22,5% y 95,5% respectivamente. Con respecto a los lípidos totales y los glúcidos, extractivo libre de Nitrógeno (ELN) bajaron su concentración en un 20,5 y 15,8%, básicamente por consumo de los mismos, esto conllevó a una disminución de la energía bruta del 9,6%.
Respecto de la proteína, está se concentró levemente con un incremento del 8,2%, pero los principales aminoácidos presentaron una pérdida sustancial con mermas que fueron del 25% para treonina, hasta casi un 35% para lisina; en tanto que el contenido de aminoácidos azufrados (metionina+cistina) presentó un leve incremento del 6,4%.
También se encontró que el nivel de inhibidores de tripsina disminuyó en un 12,8%, no obstante el remanente aún es perjudicial (aves y cerdos) por lo cual hay que desactivar el grano brotado.
Es importante entonces, tomar los recaudos necesarios para evitar las micotoxicosis. En este sentido se recomienda:
  • Analizar el contenido de Micotoxinas y dimensionar el riesgo de uso. Considerando además que rara vez una micotoxina se presenta en forma aislada, lo que motiva a evaluar la coexistencia (sinergismos) de estas toxinas (Batallé, 2016). Considerar que habrá lotes de granos contaminados en los que se podrá utilizar secuestrantes, diluir con otras partidas de granos o deberán ser descartados directamente. Es importante considerar que la contaminación con micotoxinas se podrá dar en cualquier parte de la cadena, desde el lote hasta su suministro, siendo la higiene una herramienta fundamental para disminuir el impacto que estás puedan tener.
  • Evaluar la posibilidad de utilizar algún secuestrante de Micotoxinas, para lo cual es necesario conocer que micotoxinas están presentes, ya que de esa forma se podrá saber qué tipo de secuestrante se puede emplear, para el caso de aflatoxinas, por ejemplo, se puede emplear un secuestrante inorgánicos (bentonitas, zeolitas, carbón activado, entre otros) ya que son casi específicos para este complejo de micotoxinas, pero con muy poca actividad sobre las otras micotoxinas.
  • Caracterizar el material a utilizar, mediante una fuerte presión de muestreo y análisis. Dada la alta variabilidad en el perfil nutricional de las partidas de granos (soja y maíz) utilizadas para poder formular las dietas teniendo en cuenta las pérdidas de nutrientes que se presenten en cada caso.
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