El Uso de Enzimas NSP en la Nutrición Avícola: Mitos y Realidades

Debido al precio actual de comodities energéticas (maíz, complejo aceite/grasa, entre otras), el uso de enzimas exógenas para mejorar el aprovechamiento energético de ingredientes viene tomando una participación de gran relevancia. Las enzimas NSP asumieron el papel de segundo grupo de enzimas de mayor importancia en nutrición de monogástricos, estando sólo detrás de las fitasas. Esta revisión aborda la cuestión práctica de seleccionar una enzima NSP para que sirva como dato de apoyo a los lectores de este artículo.

El uso comercial de las enzimas NSP en las dietas de aves comenzó a finales de los años 80 y principios de los años 90, debido a su capacidad para corregir el problema de energía metabolizable aparente (EMA), asociada a la elevada liberación de los niveles de energía en las dietas que contenían trigo. Desde entonces, muchos estudios han sido publicados explorando propiedades antinutricionales de los polisacáridos no amiláceos (PNA) viscosos en ciertos granos de cereales; sin embargo, el uso de las enzimas NSP que actúan en el sustrato llamado PNA insoluble ha aumentado en los últimos años y la mayor parte de este crecimiento viene del segmento de mercado que usa dietas no viscosas (dietas ameticanas a base de maíz y harina de soya).

Una gran variedad de estas enzimas está disponible hoy para la industria de alimentación animal, como el uso de monocomponentes enzimáticos, incluso el uso de productos de más de una actividad (productos llamados ¨complejos multi-enzimáticos¨) que muestran, además de la ejecución principal, diversas otras acciones.

Estas acciones pueden generar una posible confusión a los consumidores, entre la mejor estrategia para el uso en la avicultura de corte o para la alimentación de ponedoras de estas enzimas. De esta forma busqué este mes traer un resumen de una excelente publicación (Aftab & Bedford, 2018) que describe las diferencias entre estas tácticas, con el objetivo de contribuir con los nutricionistas en la mejor opción para diferentes situaciones.

El volumen de PNA realmente es importante en las dietas sudamericanas. En realidad, este factor antinutricional llega a representar el segundo mayor componente de dieta de aves, estando abajo sólo del contenido de proteína cruda. Es normal observar valores de 9 a 10% de PNA total en estos alimentos.

Sin embargo, la abundancia relativa del sustrato o volumen de sustratos presentados por una dieta no puede ser visto como el único criterio para la adecuación de una solución enzimática. Se puede argumentar que las enzimas NSP no deben ser considerados como enzimas digestivas clásicas y que su mejor respuesta puede no estar en la simple consideración de la función de la extensión de la hidrólisis del sustrato, sea in vitro o in vivo. Las medidas basadas en respuestas multifactoriales, por ejemplo, la morfología del intestino, la digestibilidad de nutrientes y/o energía, el desarrollo de flora intestinal o perfiles de fermentación; son útiles para realizar una comprensión más amplia del fenómeno sobre cómo estas enzimas se interactúan con su sustrato.

Un punto importante a considerar se refiere al uso asociado de complejos enzimáticos. Varias opciones de enzimas NSP comerciales están disponibles en el mercado. La mayoría, si no todos, tiene la xilanasa como la actividad clave, lo que nos lleva a una pregunta:

Si la xilanasa es una ¨actividad necesaria¨; ¿la presencia de otras actividades adicionales hace que el producto final sea más eficaz?

Los ¨cócteles¨; pueden no ser el mejor camino cuando nuestro objetivo es la mejor acción en el desempeño animal, como se puede observar en las Tablas 1 y 2, donde el efecto de la xilanasa fue eficiente para incrementar la digestibilidad de nutrientes, lo que respalda el efecto energético de esta enzima. Sin embargo, no hubo efecto sinérgico cuando se añadió un cóctel enzimático en la secuencia.

La explicación para esta ocurrencia fue destacada por Cowieson et al., (2010), donde los autores concluyeron que la suplementación del control negativo con glucanasa y xilanasa mejoró la tasa de conversión alimenticia y la digestibilidad ileal de los nutrientes. Cuando ambas enzimas se añadieron simultáneamente, se observó un efecto subaditivo (efecto que resultó en beneficios mayores que la enzima independientemente, pero menos que la suma de los efectos individuales). De esta forma, la elección de las Enzimas NSP debe ser realizada con cuidado, asociándose siempre el beneficio zooeconómico como herramienta de decisión principal.

Pero, incluso estas interpretaciones requieren una evaluación cuidadosa, como un criterio independiente de la utilidad de una enzima NSP, pues los datos de desempeño son siempre los jueces de la eficacia de una enzima digestiva.

Un ejemplo de este relato puede ser comprobado por un trabajo presentado por Slominski et al. (2006). Estos autores trabajaron con el uso de una alfa-galactosidad en una dieta de alto nivel de PNA a base de trigo, harina de soja y canola, en tres tratamientos diferentes (Control - sin enzimas + 100 y 500 g de la enzima evaluada), siendo el resultado de ganancia de peso influenciado positivamente por el uso de la enzima en 100g/ton. El resultado, sin embargo, fue sin respuesta a los 500g, incluso con la respuesta lineal para la digestibilidad de PNA de la dieta (Tabla 3).

De esta forma, tener como objetivo la extensa hidrólisis de PNA tendría sentido si los productos finales estuvieran disponibles como una fuente directa de energía útil para el animal y eso debe ser cuestionado en dos frentes. En primer lugar, la posibilidad de generar una hidrólisis suficiente del sustrato bajo las limitaciones del intestino (en especial en cuanto al tiempo de acción) de un animal es remota; Segundo, el destino posible de los monosacáridos constituyentes de las fracciones de PNA pre y post-absorción en dietas prácticas, haría la idea de una hidrólisis extensiva de este sustrato indeseable.

Investigaciones más recientes han demostrado que una acción muy fuerte de las enzimas NSP en el sustrato de PNA, puede generar un volumen elevado de azúcares simples, que produce un volumen de fracciones fibrosas no deseables, pues interfieren negativamente en la modulación intestinal de los animales reduciendo su desempeño zootécnico (como observado en la Tabla 3). De esta forma, utilizar una dosis adecuada para proporcionar un buen efecto en la modulación intestinal parece ser el camino más correcto.

En este breve relato, queda claro que la elección de una fuente de enzimas NSP pasa por una serie de informaciones relevantes, siendo las principales la búsqueda correcta del perfil del sustrato, efecto en modulación de la flora intestinal, características de actividad enzimática, entre otros factores, lo que hace que el uso de esta enzima sea realmente de elección muy técnica.

Esperamos que en el futuro el uso de estas estrategias de nutriología sea cada vez mejor aplicado para mejorar la eficiencia productiva animal y un desarrollo sano del tracto gastrointestinal.