“Una Salud”, el reto de construir puentes y rebasar fronteras entre sectores

I. INTRODUCCIÓN

Los desafíos a la salud por la interrelación hombre-animales-plantas-ambiente son crecientes y su enfrentamiento exige modos de actuación diferentes a los tradicionales, donde la cooperación intersectorial y transdisciplinaria es imprescindible entre las estructuras político-administrativas y técnicas a cargo de los respectivos sectores, y a todos los niveles. Por ello la amenaza ante el surgimiento y propagación de enfermedades como la encefalitis del Oeste del Nilo, el Ébola, la enfermedad de las “vacas locas” y la influenza aviar, entre otros, incrementó la alerta de la necesidad de una mayor interacción entre la salud pública y la sanidad animal, y así se plasmó en los conocidos como Principios de Manhattan, como “Un Mundo, Una Salud” (1). El nuevo paradigma sanitario del enfoque “Una Salud" tiene una renovada aceptación global tras las lecciones aprendidas de la pandemia de la Covid-19 (2).

La multiplicidad de factores que inciden en la diseminación de las enfermedades infecciosas, emergentes o reemergentes, que afectan a las personas, los animales y ecosistemas, exigen un enfoque holístico, integrador para enfrentar su prevención y control, pues involucra situaciones derivadas del cambio climático, el crecimiento demográfico, los cambios en el uso de la tierra, la creciente urbanización, las modificaciones en los sistemas agropecuarios, las interacciones entre especies animales domésticas, silvestres y sus respectivos depredadores y competidores, la deforestación, y la globalización de los mercados, en particular de animales y sus subproductos, entre otros (3).

La definición adoptada recientemente del concepto “Una Salud”, lo define como un enfoque integrado y unificador, cuyo objetivo es equilibrar y optimizar de manera sostenible la salud de las personas, los animales y el ecosistema; al reconocer que la salud de los humanos, los animales domésticos y salvajes, las plantas, y el ambiente, incluyendo los ecosistemas, están estrechamente vinculados y son interdependientes (4).

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), propusieron la Guía Tripartita para la adopción del enfoque multisectorial “Una Salud” con un principio clave: que todos los sectores y disciplinas pertinentes en la interfaz hombre-animal-medio ambiente colaboren para abordar salud de una manera más efectiva, eficiente o sostenible de lo que se podría hacer de no mediar este tipo de colaboración. A su vez, que la adopción del enfoque implica garantizar el equilibrio y la equidad entre todos los asociados (5).

El objetivo del trabajo es mostrar las bases del proceso conducido en Cuba para consolidar ese enfoque, y las pautas para la adopción de las recomendaciones de la Guía Tripartita de FAO-OIE-OMS.

II. MÉTODO

Para mostrar las bases del proceso desarrollado para proponer la aplicación del enfoque “Una Salud” en el país, se enunciaran los pasos y actividades que permitieron consensuar los criterios emitidos por los diferentes sectores para elaborar un documento final, así como los aspectos generales del proyecto de trabajo intersectorial y los pasos que condujeron a su aprobación.

III. RESULTADOS

El enfoque “Una Salud” cuenta entre sus bases la necesaria colaboración intersectorial a todos los niveles para el logro de la salud óptima para personas, animales, plantas y el ambiente en general (4,5). En Cuba la tradicional cooperación intersectorial ante disímiles actividades, como son las campañas masivas de vacunación infantil contra la polio, el enfrentamiento a situaciones de desastres hidrometeorológicos (intensas lluvias e inundaciones, huracanes, etc.), entre otras, constituyó un factor clave en el entendimiento de la importancia estratégica de este enfoque al ámbito sanitario.

A. Actividades de promoción del enfoque “Una Salud”.

La realización de talleres y la presentación de propuestas en foros técnicos de decisores, fueron puentes facilitadores para consensuar entre todos los sectores las propuestas de enfrentamiento a problemas sanitarios de responsabilidad común.

B. Actividades para elaborar la propuesta de trabajo.

Se siguieron las pautas establecidas en la Guía Tripartita, que establece como punto de partida el diagnóstico de las capacidades existentes en todos los sectores y la definición de áreas de trabajo prioritarias, así como el mecanismo de coordinación intersectorial.

La propuesta nacional incluye entre sus prioridades las acciones referidas a enfrentar la resistencia antimicrobiana, las zoonosis y la inocuidad y seguridad alimentaria, con interés en el fortalecimiento del diagnóstico y la vigilancia epidemiológica. También establece el mecanismo de coordinación nacional para su conducción, con la participación de todos los ministerios e instituciones clave y los grupos de trabajo encargados de las áreas identificadas como prioritarias.

Los objetivos fundamentales de nuestra estrategia coinciden con los refrendados en la Guía tripartita referidos al enfrentamiento a los desafíos de los eventos y emergencias de enfermedades zoonóticas, emergentes y endémicas, y otras amenazas en la interfaz hombre-animal-medio ambiente, como las relativas a la resistencia a los antimicrobianos, la inocuidad de los alimentos y la seguridad alimentaria (5).
Tanto el diagnóstico de situación de cada sector, como las propuestas de tareas técnicas y para la conducción de la estrategia conformaron un documento de trabajo que fue analizado íntegramente por especialistas designados por cada sector.

La participación de especialistas primero, y finalmente de los decisores, primero al interior de cada sector, y después compartido entre todos, en el diagnóstico de capacidades y la elaboración de las propuestas de acciones, contribuyó a la transparencia de todo el proceso y facilitó la unidad de criterios para el consenso final.

C. Actividades para la aprobación de la propuesta.

Una vez consensuado el proyecto de trabajo se presentó primero al cónclave de directores y ejecutivos de centros científicos y de la industria biotecnológica (Polo Científico, Marzo, 2021), el cual emitió opiniones favorables, así como sugerencias apropiadas.
Después se presentó al Consejo de Ministros (Junio, 2021), donde la propuesta quedó aprobada como Proyecto “Una Salud” en la Estrategia Sanitaria Nacional para el Desarrollo Sostenible (6), en el marco del Macroprograma de Ciencia, Tecnología e Innovación, que dirige el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), previsto en el Programa Nacional de Desarrollo 2030.