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Síndrome hemorrágico del hígado graso en gallinas ponedoras

Publicado: 18 de abril de 2022
Por: Departamento Técnico, Lachance
El síndrome hemorrágico del hígado graso (FLHS, por sus siglas en inglés) es una enfermedad metabólica caracterizada por una acumulación excesiva de lípidos en el hígado (esteatosis hepática), lo que conduce a una disminución de la producción de huevos y, a menudo, a la muerte súbita.
Síndrome hemorrágico del hígado graso - Image 1
No existe una única causa clara de FLHS, sino una combinación de diferentes factores (nutricionales, ambientales, hormonales) que pueden afectar la utilización de los lípidos del hígado. Los principales factores predisponentes son:
Alta ingesta de energía: Las dietas muy concentradas y/o el consumo excesivo de alimentos que no están en equilibrio con las necesidades energéticas dan como resultado un aumento de la grasa corporal. La textura del alimento también puede tener un impacto debido a la influencia en el consumo de alimento.
Equilibrio incorrecto entre proteína y energía y/o bajo nivel de aminoácidos esenciales necesarios para el transporte de ácidos grasos.
Ingredientes del alimento y tipo de fuente de energía: cuando se utilizan carbohidratos (almidón) en lugar de grasas para la síntesis de ácidos grasos y componentes de la yema, aumenta el estrés metabólico en el hígado. Las dietas a base de maíz también son un factor adicional en comparación con las dietas de trigo, ya que el nivel de colina es mucho más bajo en el maíz.
Presencia de micotoxinas que inducen acumulación de grasa y daño hepático. Sistemas de alojamiento en jaulas: debido a la menor actividad en comparación con otros sistemas de alojamiento, los requisitos de energía de mantenimiento son menores.
Temperatura ambiente elevado: en condiciones cálidas, el requerimiento de energía para el mantenimiento se reduce debido a una menor actividad y menor necesidad de producción de calor para mantener la temperatura corporal de las aves.
Hormonas: el estrógeno se produce en los ovarios activos en la madurez sexual, comenzando unas semanas antes del primer óvulo, y su función principal es estimular la síntesis de grasa en el hígado para la producción de yema de huevo. Existe un mayor riesgo con las gallinas ponedoras alrededor del pico de producción cuando la concentración de estrógeno en plasma es más alta. signos clínicos
Las aves de las parvadas afectadas tienen sobrepeso y tienen la cresta y la papada pálidas. La producción de huevos cae y, especialmente en parvadas de más edad, la calidad de la cáscara también puede verse afectada negativamente, ya que un hígado saludable es esencial para activar la vitamina D3 en su forma metabólica activa. A menudo se observan excrementos húmedos o cambios en la consistencia del estiércol.
La mortalidad aumenta y en la autopsia hay exceso de grasa abdominal, el hígado aparece agrandado y de textura blanda y friable, con cambios de coloración, tornándose amarillento por exceso de acumulación de grasa. El contenido de lípidos de un hígado graso puede alcanzar el 70% de la materia seca. La necropsia también puede revelar hemorragias hepáticas que van desde petequias hasta ruptura de la cápsula hepática y grandes coágulos de sangre en la cavidad abdominal.

Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la anamnesis, los signos clínicos y las lesiones macroscópicas en la necropsia. El examen histopatológico es una herramienta adicional precisa. La química sanguínea puede confirmar el diagnóstico, pero no se usa de forma rutinaria. tratamiento y control
El manejo de la energía dietética es esencial en la prevención: las gallinas ponedoras deben recibir suficiente energía para obtener los mejores resultados de producción, pero no demasiada. El control regular del peso corporal y la ingesta de alimento es fundamental, ya que el factor principal en el desarrollo de un hígado graso es el balance energético positivo. Proporcionar grasa (idealmente aceite vegetal) en lugar de carbohidratos, manteniendo el mismo nivel de energía, reducirá el riesgo de desarrollar hígado graso.
Como el riesgo de consumo excesivo de alimento y energía es mayor cuando las aves se alimentan con alimento granulado o triturado, se recomienda alimentar a las ponedoras con alimento en harina bien estructurado.
Las dietas deben contener cantidades suficientes de factores lipotrópicos como ácidos biliares, metionina y B12, que ayudan a movilizar los lípidos del hígado y evitan la acumulación excesiva de grasa, así como antioxidantes (vitamina E y selenio) para prevenir el daño celular. La suplementación con agentes lipotrópicos (los ya mencionados, inositol, betaína…) puede ayudar en la recuperación del hígado graso en los lotes afectados.
Nuestra solución natural recomendada es añadir ácidos biliares al pienso de las gallinas ponedoras. Entre ellos, los ácidos biliares pueden estimular al hígado para que secrete una gran cantidad de bilis fina y excrete toxinas como micotoxinas y endotoxinas del cuerpo. Como factor de señal importante, los ácidos biliares regulan la síntesis, la excreción y el transporte de bilis en el hígado, el metabolismo de la glucosa, el metabolismo de las grasas y la utilización de energía mediante la activación de FXR y GPAR1 (Bilz et al., 2006 y Chiang, 2009). Puede mejorar la digestión y la tasa de absorción de lípidos, inhibir la deposición de grasa en el hígado y promover el transporte de grasa desde el hígado.
Los ácidos biliares reducen la carga sobre el hígado a través de estos dos métodos principales, y actualmente son los aditivos naturales más efectivos que se conocen para proteger el hígado de los animales. Puede reducir la muerte causada por el hígado graso en un 1%-1,5%.
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Autores:
Rocky
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