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El rol de la vitamina C y E para combatir el estrés calórico en aves

Publicado: 25 de enero de 2021
Por: Florencia Pedrozo - Licenciada en Biotecnología, Departamento de I+D, Cladan.
El rol de la vitamina C y E para combatir el estrés calórico en aves - Image 1
Las altas temperaturas durante el verano son el factor más importante que causa estrés calórico en aves y afecta negativamente la producción avícola.
Usualmente, la temperatura óptima para el correcto desempeño zootécnico (zona termoneutral) es 18-22ºC para pollos de engorde y 19-22ºC para ponedoras comerciales [1]; con condiciones de humedad relativa bajas (HR <65%). Cuándo estos parámetros incrementan (Tº amb >27ºC, HR >65%), ocurre un balance negativo entre la temperatura ambiental y la producción de calor corporal del ave, ocasionando problemas de bienestar y/o la muerte del animal debido al estrés por calor (Figura 1).
El rol de la vitamina C y E para combatir el estrés calórico en aves - Image 2
Figura 1- Rangos de temperaturas, zonas y efectos. En la zona de confort o termoneutral (18-25ºC) el ave puede mantener su temperatura corporal constante siendo ideal para buenas performances y conversión alimenticia. Al aumentar la temperatura, se alcanza la zona crítica (26-35ºC) dónde comienzan los problemas de bienestar, como jadeo y cansancio físico; y llegada a la zona crítica superior (>35ºC), puede ocasionar la muerte.
Bajo condiciones desafiantes de calor, las aves pasan menos tiempo comiendo y caminando y más tiempo bebiendo agua, inmóviles y  jadeando [2]. Por tanto, el estrés por calor disminuye la ingesta de alimento, aumenta los índices de conversión alimentaria y la mortalidad. Todos estos efectos negativos resultan en una baja eficiencia en la producción con pérdidas económicas elevadas y significativas.
Prácticas de crianza innovadoras y tecnologías que ayuden a mitigar los efectos del estrés por calor en la producción avícola son necesarias. Asimismo, las estrategias nutricionales merecen una atención especial. La suplementación de electrolitos y vitaminas en el alimento o en agua de bebida, principalmente, las vitaminas C y E, han demostrado reducir los efectos negativos del estrés por calor.
ÁCIDO ASCÓRBICO O VITAMINA C
El ácido ascórbico o vitamina C es un compuesto antioxidante soluble en agua encargado de proteger a las células contra el daño oxidativo y mejora el funcionamiento del sistema inmune. Además, actúa como cofactor en muchas reacciones enzimáticas como la síntesis de colágeno, carnitina y varias hormonas (dopamina, noradrenalina y adrenalina).
Ensayos en animales demostraron que la suplementación de vitamina C durante situaciones de estrés redujo el desbalance hormonal y la pérdida de peso [3]. Esto último confirmó que la vitamina C no sólo está involucrada en la síntesis de hormonas sino que también incrementa su estabilidad y funcionalidad. Aunque no se conoce claramente como la vitamina C impulsa el funcionamiento del sistema inmune, estudios evidencian que su concentración dentro de las células inmunitarias desciende rápidamente frente al estrés y al ser administrada actúa directamente sobre los fagocitos, la producción de citoquinas, linfocitos y el número de moléculas de adhesión en monocitos [4].  
El ave adulta es capaz de sintetizar niveles de vitamina C acordes a los requerimientos en condiciones normales. Sin embargo, estos incrementan en situaciones de estrés, posicionando a la suplementación de ácido ascórbico en el alimento o agua de bebida, como una estrategia acorde durante estos momentos críticos.
De esta manera, la adición de vitamina C a la dieta de pollos de engorde en una dosis de 100-250 mg/Kg [1,5], aliviana los signos de estrés calórico, mejora la performance de crecimiento, la conversión alimenticia, la calidad de la carcasa, potencia el estado inmunológico y reduce la mortalidad. Para ponedoras comerciales, en condiciones de estrés por calor, la eficiencia alimentaria, producción de huevos y calidad de cáscara fue mejorada con dosis variables de esta vitamina entre 200-500 mg/kg [1].
VITAMINA E
La vitamina E es un grupo de compuestos solubles en grasa: 4 tocoferoles y 4 tocotrienoles que existen como homólogos α, β, γ y δ.
En nutrición animal, la α-tocoferol es la forma bioactiva más empleada. Esta está involucrada en la vía de la glutatión peroxidasa y protege a las membranas celulares y tejidos del daño oxidativo al reaccionar con radicales lipídicos producidos en la reacción de peroxidación [6].Por tanto, en situaciones de estrés calórico, dónde se inicia la peroxidación lipídica en las membranas celulares, la vitamina E contribuye a la sobrevida, proliferación y función de los linfocitos, macrófagos y células del plasma, potenciando la respuesta inmune.
Los requerimientos de esta vitamina deben ser administrados a través de la dieta debido a que las aves no son capaces de sintetizarla de manera biológica. La bibliografía consultada indica que, para pollos de engorde, la administración de vitamina E en una dosis promedio de 250 mg/kg de alimento o agua de bebida, es suficiente para obtener buenos rendimientos zootécnicos y calidad de carne en condiciones de estrés calórico [1]. Sin embargo, para ponedoras las dosis ensayadas fueron desde 125-250 mg/kg, logrando mejorar la respuesta inmune, producción de huevos y la conversión alimenticia [1,7].
CONCLUSIONES FINALES
Con el fin de mejorar la tolerancia de las aves a las altas temperaturas, el uso de las vitaminas C y E combinadas en la dieta parece ser un método prometedor que permitiría reducir los efectos adversos del estrés por calor.
Los efectos sinérgicos de las vitaminas E y C mejoran el rendimiento en los animales desafiados con estrés por calor. Ambas juegan un papel importante en los tejidos al eliminar los radicales libre con sus propiedades de antioxidantes y mejorando así, la respuesta inmune [2]. Además, la vitamina C actúa como antioxidante regenerando la vitamina E y mantiene sus niveles basales suprimiendo su metabolismo de degradación [1,5]. 

Referencias

  1. Saiz del Barrio, A., et al, 2019. Effect of mineral and vitamin C mix on growth performance and blood corticosterone concentrations in heat-stressed broilers. Appl. Poult. Res. 29, 23-33.
  2. Shakeri, M., et al, 2020. Strategies to Combat Heat Stress in Broiler Chickens: Unveiling the Roles of Selenium, Vitamin E and Vitamin C. Sci. 7, 71-78.
  3. Hao, S., et al, 2001. Separation-induced body weight loss, impairment in alternation behavior, and autonomic tone: Effects of tyrosine. Biochem. Behav. 68, 273–281.
  4. Sorice, A., et al, 2014. Ascorbic acid: Its role in immune system and chronic inflammation diseases. Mini Rev. Med. Chem. 14, 444–452.
  5. Ahmadu, S., et al, 2016. An overview of vitamin C as an antistress in poultry. J. Vet. Res. 7, 9-22.
  6. Schneider, C. 2005. Chemistry and biology of vitamin E. Nutr. Food Res. 49, 7–30.
  7. Jiang, W., et al, 2013. The effect of vitamin E on laying performance and egg quality in laying hens fed corn dried distillers grains with solubles. Sci. 92, 2956–2964.
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Autores:
Florencia Pedrozo
Cladan
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Luis Figueredo Aranda
6 de abril de 2023
Muy valiosa su informacion,me podria sacar de una duda la muerte por estres calorico es la misma que la muerte subita,desde ya quedo muy agradecido por su respuesta,saludos desde Huanuco Peru
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Oswaldo Seclèn Effio
12 de agosto de 2021
Muy interesante tu investigación, utilice las vitaminas pero en su fase orgánica dándome buenos resultados, ayudándome a mantener la producción de carne y huevos a diferencia de otros productores. Las altas temperaturas ambientales en verano ocasionan golpes nocivos en la fisiología e inmunología de las aves de corral y afectando su productividad. El mayor ejercicio de producción y eficiencia de conversión alimenticia innovan que los pollos de hoy estén más aptos al estrés por calor que nunca, ya que todo el mejoramiento genético de la línea, las aves son más susceptible temperaturas.
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Enrique Guzmán Penagos
11 de abril de 2021
Valiosa la Información toda vez que tengo una pequeña granja de pollos y entre mi falta de experiencia e instalaciones adecuadas estoy sufriendo alta mortalidad! Muchas gracias!
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Nelson De Jesús García Contreras
25 de febrero de 2021
Me anima el articulo a seguir trabajando con un lote de 2,000 aves de pastoreo que tengo en el estado de Veracruz en donde se alcanzan temperaturas por encima de 35 grados. Lo irónico es que a pesar de tan altas temperaturas, esas gallinas, cuando llego la estación o temporada de frio, me hizo mas daño porque se redujo la postura casi en un 50% por llegar a temperaturas de 16 grados. Alguna recomendación para manejar ese cambio de temperatura? Agradezco cualquier información que me puedan compartir.
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