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Produccion de pollos

Efecto de un programa alternativo de luz sobre la productividad de pollos de engorde

Publicado: 2 de septiembre de 2011
Por: Ramón Alvarez Zapata y Gustavo Nouel Borges, Instituto de Producción Animal, Facultad de Agronomía, Universidad Central de Venezuela. Maracay, Venezuela.
Resumen

Con el propósito de evaluar el efecto de un programa alternativo de luz (L) sobre la productividad de pollos de engorde, se realizó un ensayo, durante los primeros 21 días de vida, las aves fueron criadas en un corral común recibiendo el mismo manejo. Posteriormente, mediante un diseño completamente aleatorizado fueron distribuidos en tres tratamientos: T0 (12 h L:12 h oscuridad), T1 (24 h L continua) y T2 (14 h L:8 h oscuridad), de las cuales 2 h fueron de L artificial ofrecida entre las 23:00 y 1:00 h. Cada tratamiento se replicó 5 veces y 7 aves (4 machos y 3 hembras) ubicadas en corrales de 1 m2.. En la cuarta semana 4 de vida, se evaluaron las variables productivas: consumo de alimento, ganancia diaria de peso (GDP), conversión de alimento (CA) y mortalidad. Los parámetros productivos fueron sometidos a un análisis de varianza y las medias separadas por una prueba de Duncan. Los resultados indican que hubo diferencias significativas (P<0,05) para las variables CA y GDP a favor de los pollos de T1. Mientras que los de T2 fueron mas eficiente usando el alimento (P<0,049).
Palabras Clave: Parámetros productivos, Pollos de engorde, Programa alternativo de luz.

Introducción
La implementación de los programas de iluminación adaptados a la tasa de crecimiento normal de los pollos, ha traído consigo mejoras en la viabilidad del animal, conversión de alimento y disminución de disfunciones fisiopatologías como por ejemplo: Ascitis, problemas esqueléticos y muerte súbita, dependiendo de la duración del periodo de luz (Abad, 2005). Sin embargo, la exposición prolongada o continua a iluminación, sin periodos de descanso (sueño) puede ocasionar anormalidades en los pollos (por ejemplo, discolasia tibial) relacionadas al crecimiento acelerado de los mismos (Sorensen et al., 1999); lo que va en detrimento del bienestar animal, aun cuando sus parámetros productivos no se vean comprometidos (Dale et al., 1996). De la misma forma, los esquemas de luz nocturnas para pollos de engorde necesitaran recibir un renovado interés debido a las regulaciones sobre el bienestar animal de países desarrollados, tal como la legislación de la Comunidad Europea sobre bienestar de los pollos, donde se establece la prohibición de los programas de luz continuas serán prohibidos. Debería ser reconocido que programas continuos de luz tienen un efecto detrimental sobre el sueño, condiciones de los ojos, actividad física y salud de las patas, incidencia de ascitis y síndrome de muerte súbita (Buyse & Decuypere, 2003).

Por otra parte, el consumo en las horas más frescas del día evitaría el estrés calórico que pueden sufrir los pollos de engorde y con esto disminuir los porcentajes de mortalidad y anormalidades que se pueden presentar en los pollos de engorde.

En vista de la problemática planteada y la necesidad de ampliar los conocimientos existentes, esta investigación tiene previsto evaluar el efecto de un programa alternativo de iluminación sobre el rendimiento productivo de pollos de engorde.

Para este estudio se parte de la hipótesis de que un corto periodo de iluminación durante la noche podría ser suficiente para elevar el consumo de alimento a niveles que garanticen adecuadas ganancias de peso.

Materiales & Métodos
Se utilizó un galpón de ambiente semi-controlado, que posee cuatro salas, de las cuales la primera fue empleada para la cría colectiva  de los pollitos BB hasta los 21 días de edad, mientras que  las tres  restantes fueron divididas en cinco corrales de 1m2 cada uno y fue donde se colocaron los distintos tratamientos durante el desarrollo del experimento. Se usaron 105 pollitos de un día de nacidos del hibrido Ross 308, de ambos sexos, ubicados a  densidades de 7 aves/m2. Durante las primeras tres semanas, las aves recibieron el mismo manejo, todas recibieron 24 horas de luz continua. En la tercera semana se les apagó las luces por un lapso de una hora, con el propósito de acostumbrarlos a los períodos de oscuridad que vendrían la semana siguiente.

El alimento y el agua fueron suministrados ad libitum. Una dieta de iniciación comercial fue ofrecida durante las primeras tres semanas, en las tres siguientes se les ofreció uno de engorde (igualmente comercial). Una vez finalizada la crianza colectiva y antes de iniciar el ensayo, los pollos fueron pesados nuevamente, balanceados por sexo y peso vivo y asignados al azar a razón de 4 machos y 3 hembras en cada unidad experimental mediante un diseño completamente aleatorizado para conformar los siguientes tratamientos: T0: (12 h L:12 h O), programa de solo luz (L) natural, el resto oscuridad (O), T1: (24 h L), programa de iluminación continua y T2: (14 h L: 10 h O), programa intermitente de L, con 12 h L natural más 2 h de L artificial entre las 23:00  y la 1:00 horas. Contando los animales con 5 horas de oscuridad antes y después de ofrecer estas dos horas de luz artificial durante la noche. En cada tratamiento se usaron 35 aves, repartidas equitativamente en cinco repeticiones. Se evaluaron el consumo de alimento, la ganancia diaria de peso, la conversión alimenticia y la mortalidad durante la cuarta semana de vida. Los datos sobre parámetros productivos fueron sometidos a un análisis de varianza para comprobar las posibles diferencias estadísticas entre los tratamientos.

Resultados & Discusión
El Cuadro 1 muestra el comportamiento productivo de las aves por tratamientos durante la semana cuatro de vida, en donde se observa que el consumo de alimento en los pollos del tratamiento de luz continua (T1) fue significativamente mayor (P<0,05) a los otros tratamientos T0 y T2.

La posibilidad de tener luz de manera permanente para ver el alimento, permitió que las aves de T1 consumieran aproximadamente 15 g/ave/día más que los otros tratamientos, los cuales fueron similares entre sí (P>0,05), lo que evidenció que el ofrecimiento de 2 horas adicionales de luz (T2) no fueron suficiente para incrementar de manera significativa el consumo de alimento respecto a T0.

Este mayor consumo en T1 permitió que los pollos mostraran también significativamente mayores ganancias de peso (P<0,05) y por ende mayores pesos vivos (P<0,001) respecto a los otros tratamientos, los cuales también resultaron ser similares entre sí (P>0,05). Los resultados coinciden con los encontrados por Sorensen et al. (1999), quienes señalan que incrementos en el peso vivo estuvieron asociados a incrementos en fotoperiodo.

En cuanto a la conversión del alimento, se aprecia que las aves de T0 fueron las mas ineficientes (P<0,049) convirtiendo el alimento en tejido corporal, posiblemente relacionado al hecho de que éstas últimas consumían el alimento bajo condiciones de altas temperaturas, generando una situación de estrés calórico, lo que hizo que el animal deba adoptar conductas patrón para sobrevivir a esta condición. Cualquier estrés ambiental requiere un gasto de energía por parte del ave, lo que significa que esta energía es desviada para activar mecanismos fisiológicos para disipar calor y contrarrestar así los efectos adversos de este estrés (Angulo, 1990; Silva et al., 2001).
Cuadro 1. Efecto de los programas de iluminación sobre el comportamiento productivo de los pollos durante la semana cuarta de vida.
Variables
Tratamientos/media±DE
Pr>F
T0/12h
T1/24h
T2/12h+2h
Consumo (g/ave/d)
116,76±5,15b
131,14±6,02a
116,18±4,9b
0,0012
GDP (g/ave/d)
71,47±3,12b
81,89±1,8a
74,36±2,7b
0,0001
Conversión (g/g)
1,64±0,1c
1,60±0,05b
1,56±0,02a
0,0493
GDP = Ganancia diaria de peso. a, b, c letras diferentes en una misma línea muestras diferencias significativas entre los tratamientos.
Los otros tratamientos de luz artificial en las noches (T1 y T2) tuvieron la posibilidad de concentrar el consumo de alimento a los horarios de mayor confort térmico. Sin embargo, en aquellas aves de luz continua (T1), la conversión de alimento desmejoró significativamente respecto al grupo que solo disponía de 2h de luz en la noche (T2), lo cual pudiera estar relacionado con el mayor número para el descanso de este último y por ende a las mejores condiciones fisiológicas para hacer un mejor uso del alimento (Buys et al., 1998).

En estudios anteriores, Ohtani & Leeson (2000) encontraron que en el periodo comprendido entre la tercera y sexta semana, la ganancia de peso acumulada y el consumo de alimento fueron significativamente mayores en el tratamiento de luz intermitente, aunque no se observaron diferencias (P>0,05) para la variable conversión de alimento. Igualmente otros autores coinciden con estos resultados, revelando que pollos sometidos a 23-23,5 h de luz y 0,5-1h de oscuridad alcanzan pesos elevados solo en las primeras semanas de vida, pero al final del ciclo (42 días) es igual o inferior a los que son sometidos a programas de luz convencionales (12h: 12h) e intermitentes (Dale et al., 1996; Renden et al., 1996).

Los pollos de engorde tienen un apetito voraz y son capaces de estar comiendo a lo largo de todo el fotoperiodo (Buyse & Decuypere, 2003). Mediante el aporte de un fotoperiodo cercano a luz continua (23 h luz : 1 h oscuridad) se asume que el consumo de alimento es el máximo, una condición que se cree necesaria para hacer igualmente máxima la ganancia de peso. De hecho, reduciendo el fotoperiodo diario, desde 23 hasta 18 horas de luz o menos, tiene un efecto negativo sobre la tasa de crecimiento, debido al menor consumo de alimento o menor eficiencia alimenticia (Robbins et al., 1984). Se ha señalado que si el largo del día no es demasiado corto (>12-14 h luz), el consumo de alimento durante el periodo oscuro es insignificante (Buyse et al., 1993), lo cual pudiera explicar que las 2 h adicionales de luz no fueron suficientes para lograr un mayor consumo respecto a T0. También, otros autores han mencionado que la luz alternativa debe ser ofrecida para lograr una prolongación de la luz natural y así evitar interrupciones de luz (Abad, 2005).

Sin embargo, es de hacer notar que los pollos de engorde aprenden a comer durante la oscuridad, y trabajos menos recientes mostraron que la luz no es realmente esencial para que la alimentación ocurra apropiadamente (Cherry & Barwick, 1962; Squib & Collier, 1979). Así mismo, Buyse et al. (1993) señalan que los animales criados bajo luz natural presentan dos momentos máximos en el consumo de alimentos: al amanecer y al atardecer, en otras palabras los animales se acostumbran a comer en las horas más frescas del día y así evadir el efecto del estrés calórico.

Por otra parte, los pollos de engorde aprenden a desarrollar estrategias para tratar de superar los largos periodos nocturnos sin consumo de alimento. Esto incluye el incremento anticipado del consumo de alimento hacia el final del fotoperiodo, almacenamiento mecánico de la ingesta en el tracto gastrointestinal y su gradual liberación durante la noche (Buyse et al., 1993) y reduce la motilidad gástrica (Duke & Evanson, 1976). Durante el ayuno nocturno, la producción de calor nocturna declina por mas de 40% (Buyse et al., 1993), al igual que las frecuencias cardíacas y la temperatura rectal (Klandort et al., 1978; Decuypere & Kühn, 1984), esta reducción en la tasa metabólica es atribuible al mas bajo nivel nocturno de  es atribuible a los bajos niveles nocturnos de la hormona tiroidea 3,3 ',5-triyodotironina (T3), estimulante del metabolismo (Klanford et al., 1978; Buyse et al., 1987). La previsión del comportamiento del consumo de alimento hacia el final del fotoperiodo necesita tiempo para desarrollarse (Squibb y Collier, 1979) y este proceso de aprendizaje puede ser acelerado mediante la simulación del atardecer (Savory, 1976).

No se reportó mortalidad durante el experimento en ninguno de los tratamientos.

Conclusiones
El uso de programa alternativo de 2 h de luz (T2) durante la madrugada no mejoró significativamente el consumo de alimento ni el crecimiento, aunque permitió el uso mas eficiente del alimento por parte de los pollos de engorde.

Bibliografía
  1. Angulo I. 1990. Manejo nutricional de aves bajo condiciones de estrés calórico. FONAIAP Divulga. Julio-Septiembre:2-4.
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  7. Cherry P & Barwick MW. 1962. The effect of light on broiler growth. 1. Light intensity and colour. Brit. Poult. Sci. 3:31-39.
  8. Dale J, Maycock J, Wells R. 1996. Effect of four lighting programmes on growth, leg abnormalities and carcass quality broiler chickens. Brit. Poult. Sci. 37:S17.
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  19. Squibb RL & Collier GH. 1979. Feeding behavior of chicks under three lighting regimes. Poult. Sci. 58:641-645.
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Ramón Alvarez Zapata
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