Evaluación de dos tipos de fitasa sobre la productividad y calidad del huevo en codornices

El éxito de la coturnicultura depende en gran medida de la nutrición y alimentación, ya que ésta representa aproximadamente el 60% de los costos de producción. La mayoría de los alimentos utilizados en las codornices posee una considerable proporción de fósforo (P) de origen vegetal, pero alrededor del 30% es disponible para los monogástricos, ya que el fósforo restante se encuentra en forma de fitato que es no disponible para monogástricos. Para corregir parte de la problemática que los fitatos, como factores antinutricionales, ocasionan sobre el fósforo, se busca que la adición de fitasas en las dietas incremente la disponibilidad de este mineral y otros nutrientes que existen en el interior de la célula vegetal, mediante la ruptura de la pared celular vegetal mejorando la utilización del fósforo fítico de los alimentos y reduciendo los costos de producción, ya que la necesidad de suplementar la dieta con fósforo inorgánico es menor (Acosta, 2006).

 

Evaluar el efecto de la suplementación de dos fitasas exógenas (Quantum Blue® y Ronozyme NP ®) suplementadas en el alimento de codornices en postura sobre la productividad y calidad externa de huevo.

 

Se utilizaron un total de 600 codornices de 67 días de edad, con un peso promedio de 120 – 130 g. Se utilizó un Diseño Completamente al Azar, de 6 tratamientos con 10 réplicas (50 cm de largo por 40 cm de ancho y 15 cm de alto), en cada jaula se alojaron 10 codornices. El agua se ofreció a voluntad y alimento fue suministrado en dosis de 23 g/ave/día dividido en dos servicios (8:00 am y 1:00 pm). En cada unidad experimental se instalaron bebederos tipo niple en una cantidad de dos por jaula. Se evaluaron 6 tratamientos. T1) Dieta control (DC, dieta normal sin fitasa); T2) Dieta control negativo (DCN, aplicando la matriz de valores nutricionales sin el uso de fitasa); T3): Quantum Blue® On Top (QB+OT, T1 + enzima On Top, 120 g/TM);T4) Quantum Blue® con valor en matriz nutricional para formulación (QB, 120g/TM);T5) Ronozyme NP® (CT) On Top (RNP+OT, T1 + enzima On Top 90g/TM); y T6) Ronozyme NP® (CT) con valor en matriz nutricional para formulación (RNP, 90g/TM). En los tratamientos que se aplicó la matriz nutricional de la enzima, se tomó en cuenta a más del fósforo y calcio, a la energía metabolizable y aminoácidos que liberan de acuerdo a su matriz recomendada.

Se utilizó una misma dieta de postura en presentación migaja durante todo el experimento, en presentación en harina y tuvo un perfil nutricional elevado en comparación a los requerimientos nutricionales establecidos (2800 Mcal/Kg de energía metabolizable, 24.5% de proteína cruda, 1,15% de lisina digestible), valores que fueron ajustados en base a los requerimientos de Rostagno (2011) para un consumo de 23 g. /día. Se midieron las variables: postura total acumulada (%), huevos rotos finales (%), huevos en fárfara (%). El procesamiento de datos se realizó en el paquete estadístico SPSS. Los datos fueron sometidos a ANOVA y la comparación de medias se realizó con la prueba de Duncan (p<0.05).

 

Los resultados (Cuadro 1) indican diferencia estadística entre tratamientos únicamente para la variable “huevos rotos” y “grosor de cascarón”, en donde se observó la un mayor porcentaje en T1 (DC) y en T2 (DCN), sin embargo estos valores no fueron estadísticamente diferentes a los tratamientos en los que se usaron las fitasas con valor en matriz, lo que coincide con Acosta et al, (2008), quienes tampoco observaron diferencias significativas entre las fuentes de fosfato y fitasa (con valor en matriz) utilizados en dietas de ponedoras. Por otro lado el grosor de cascarón fue evidentemente mejor en todos los tratamientos en los que se utilizó la enzima (p<0.05). El menor porcentaje de huevos rotos se registró en los tratamientos con fitasa on top, lo que indica un efecto positivo de esta estrategia de utilización de esta enzima. Respecto a las otras variables productivas, no se registra diferencias estadísticas, lo que puede explicarse al nivel elevado de proteína cruda en la dieta (24,5%) y al ajuste realizado en los demás nutrientes para 24 g/día de consumo, cuando lo recomendado por Rostagno (2011) corresponde a 25,5 g promedio. Abeyrathna et al. y Arumbackam et al. (2004) tampoco encontraron efecto de la utilización y no utilización de fitasa sobre la producción de huevo.