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Evaluación del bienestar de gallinas ponedoras alojadas en un sistema productivo de jaulas en batería

Publicado: 9 de septiembre de 2021
Por: Josué Sánchez Morales (Colaborador: José María Méndez).
Resumen

Este estudio destaca la importancia del bienestar de las gallinas de postura en los entornos propios de los sistemas empresariales. Asimismo, hace referencia a los métodos de evaluación del bienestar, y se describe la utilización del protocolo propuesto por el proyecto Welfare Quality para tal fin. Entonces, aquí, se utilizó este método para analizar una población de gallinas alojadas bajo el sistema de jaulas en batería. Los resultados de la evaluación demuestran que las variables pertenecientes a alimentación, salud y comportamiento no fueron un factor coercitivo para lograr el bienestar; sin embargo, la ausencia de perchas mostró ser el único problema en lo que respecta al principio de alojamiento en jaulas. Se concluyó que, bajo este sistema productivo y con la utilización de este protocolo, los resultados son compatibles con la mejor calificación, en su generalidad. No obstante, las calificaciones aquí obtenidas no son propiamente alentadoras si se tratara de efectuar una evaluación de esta unidad productiva con criterios más exigentes, lo cual es muy importante saber si se toma este estudio como guía en la práctica.

INTRODUCCIÓN
En general, la sociedad demanda cada vez más productos alimenticios que provengan de unidades productivas donde se procure el bienestar animal; esto se debe tanto al respeto de la vida animal como a la calidad del producto final. Por lo tanto, las estrategias que mejoren la calidad de vida, así como los sistemas de monitoreo de granjas, son necesarias para satisfacer las demandas emergentes del mercado mundial; asimismo, estos controles operativos también se requieren para corresponder, satisfactoriamente, a las preocupaciones sociales y la información que exige el público consumidor respecto al bienestar de las especies pecuarias (Blokhuis et al., 2003).
El estrés es parte natural de la vida, y no es inherentemente malo; así que todas las formas de vida animal han desarrollado mecanismos evolutivos para hacerle frente. No obstante, los entornos artificiales muy adversos pueden tener efectos perjudiciales sobre la salud y, consecuentemente, en la productividad empresarial. Gradualmente, hemos llegado a aceptar que los animales de granja sufren estrés y que, por eso, desarrollan muchas enfermedades reproductivas y del desarrollo, entre otros padecimientos. El reconocimiento de estos daños nos está sensibilizando respecto a la importancia del bienestar animal en la productividad alimentaria, y uno de los desafíos es que logremos reconocer el equilibrio entre alta producción y límite de tolerancia orgánica de los animales (Moberg, 2000).
En los sistemas productivos para abasto de la alimentación humana, el bienestar de los animales se logra a través del manejo adecuado de su entorno. En este sentido, existen muchos métodos para medir el confort; por ejemplo, Broom (1991) ha mencionado que la evaluación del comportamiento tiene una importancia relevante, pero este parámetro debe ser coadyuvado con la medición de variables fisiológicas, de densidad poblacional, inmunitarias, alimenticias, de integridad de los tejidos externos, de crecimiento y reproducción, así como porcentaje de mortalidad poblacional, entre otros aspectos que se requieren para una valoración completa.
Por supuesto, los métodos para evaluar el bienestar animal pueden demostrar que los animales se encuentran libres o con presencia de problemas fisiológicos, conductuales y de salud (Broom, 1988). Al efectuar estudios de bienestar animal, es muy importante considerar que los métodos de evaluación sean objetivos y científicamente aceptables. Con esa perspectiva, debemos preguntarnos si el sistema de producción funciona adecuadamente, y si en él se logran mantener saludables y en confort a los animales, además de comprobar que estos tengan el entorno que ellos necesitan y no el que el humano quiere o considera como bueno (Dawkins, 2003).
El bienestar animal se obtiene cuando los organismos se adaptan, funcionalmente y con cierta facilidad, al entorno artificial que se les provee; de esta forma, las condiciones correctas de los animales revelan un entorno satisfactorio que debe persistir, mientras que cualquier estado patológico produce malestar, cuyo origen debe ser identificado, corregido y evitado en lo sucesivo (Broom, 2006).
Con estos antecedentes, y debido a los escasos estudios sobre bienestar de gallinas en México, se efectuó este trabajo cuyo objetivo fue evaluar el bienestar integral de gallinas productoras de huevos con la utilización del protocolo Welfare Quality en una granja con sistema de jaulas en batería.

REVISIÓN DE LITERATURA

A. Consideración general del medio ambiente y su relación con el bienestar de gallinas de postura.
Los sistemas de producción de huevo se han convertido en objeto de mayores niveles de escrutinio (Mench et al., 2011). Existen muchos factores que influyen en el nivel de bienestar de las gallinas; entre ellos se encuentra el nivel de salud o enfermedad general, el estado fisiológico y morfológico del esqueleto y extremidades pelvianas, enfermedades infecciosas y parasitarias, comportamiento, estrés, estados afectivos o emocionales, tipo de alojamiento, genética, nutrición y alimentación. A pesar de que se ha comenzado a reconocer la necesidad de evaluar la influencia de estos factores (vinculados con el entorno) sobre el bienestar, las investigaciones todavía están en su fase inicial. Uno de los puntos más críticos se refiere a los diferentes sistemas de alojamiento; de esta forma, existen diferencias notorias entre los sistemas que emplean jaulas y los que ejercen la producción en espacios amplios. Por supuesto, cada sistema tiene sus atributos y defectos que influencian el bienestar de las gallinas. Por ejemplo, los entornos en los que las gallinas están mantenidas en suelo firme y con cobertura, como los sistemas sin jaulas y al aire libre, son favorecedores de mayor riesgo para enfermedades infecciosas y parasitarias. De esta forma, mientras más complejo sea el entorno se dificulta la limpieza, y cuanto mayor sea el tamaño del grupo se facilita la propagación de enfermedades y parásitos. Los entornos con jaulas convencionales, que limitan los movimientos de las aves, pueden conducir a osteoporosis y exponen a las gallinas a mayor incidencia de fracturas óseas. Los espacios amplios y con densidades poblacionales adecuadas permiten a las aves un repertorio mayor de comportamiento natural. Se sabe menos sobre el estrés que cada sistema impone a las gallinas, pero parece que tienen sus desafíos propios. Parece que ningún sistema de alojamiento es el idóneo respecto al equilibrio entre bienestar y eficiencia productiva. Aunque los ambientes abiertos incrementan las oportunidades de bienestar conductual también implican dificultades en términos de incidencia y control de enfermedades. Cualquier intento para definir qué sistema es el más sustentable debe estar respaldado por un correcto sistema de evaluación de bienestar, en cada caso (Lay et al., 2011).
En los últimos 20 años, se ha avanzado considerablemente en el desarrollo de métodos válidos para evaluar la salud y bienestar. Sin embargo, la evaluación de estos aspectos en gallinas productoras de huevos es difícil y dependiente de muchos factores. La ausencia de enfermedades, la habilidad para ejecutar comportamientos específicos, la capacidad para hacerle frente a ambientes adversos, y la protección frente a desafíos de alojamientos específicos son aspectos que deben ser considerados para evaluar correctamente el bienestar de las gallinas. Otro aspecto es considerar no sólo la prevención de sufrimiento como resultado de las influencias ambientales adversas para las aves, sino que también debe procurarse la forma en que se les proporcionen características favorables, y adicionales, a su entorno para enriquecer su bienestar. La comparación de resultados entre diversos estudios añade complejidad porque potencialmente se confunden los efectos de medioambiente, genética, nutrición, manejo y de otras índoles. Otro problema es la posibilidad de replicar el tamaño de los sistemas productivos dentro del laboratorio. Eventualmente, los estudios en pequeña escala pueden ser aplicables a la situación empresarial; por lo tanto, este escenario no puede aplicarse universalmente. Los sistemas de evaluación de bienestar en gallinas deben considerar enfermedades de múltiples y variadas etiologías; son aspectos bien contemplados el estado de los miembros pelvianos, estado alimenticio y nutricional, enfermedades esqueléticas, comportamiento, infestaciones parasitarias, infecciones, estrés, estado afectivo, alojamiento, etc.; sin embargo, el principal factor coercitivo para evaluar correctamente es el limitado conocimiento humano sobre la biología evolutiva de las gallinas, así lo hacen evidente Lay et al. (2011).

B. Welfare Quality: un proyecto alternativo y perfectible que hace posible la evaluación del bienestar animal
El bienestar animal es un concepto complejo y multidimensional (Mason y Mendl, 1993; Fraser, 1995). Por lo tanto, cualquier definición operativa de bienestar animal debe indicar claramente qué dimensiones son relevantes; entonces, se debe considerar un conjunto complementario de elementos indicadores para evaluar el estado general del bienestar animal. En la literatura científica, se han hecho varias propuestas para incluir las diversas dimensiones que constituyen el concepto de bienestar de los animales de granja; la más conocida de ellas es la que se refiere a las cinco libertades según lo definido por el consejo de protección de los animales de granja (FAWC, 1993). También se conocen los tres tipos de preocupaciones por la calidad de vida, según lo referido por Tuyttens et al. (2010) y que a continuación se describe en sus componentes. Preocupaciones del funcionamiento biológico (que procura la salud, el crecimiento, y el estado normal del sistema fisiológico y de comportamiento), preocupaciones del sentimiento (que hace énfasis en las experiencias afectivas de los animales, de tal forma que los animales deben sentirse bien y libres de dolor o miedo), y preocupaciones por la vida natural (donde se destaca la necesidad que tienen los animales por mantener vidas naturales a través del desarrollo y uso de sus adaptaciones y capacidades naturales).
Por otra parte, en fecha reciente han sido identificadas 12 áreas de preocupación, también denominadas criterios, que fueron agrupadas en 4 principios (alimentación, alojamiento, salud y comportamiento) por el proyecto Welfare Quality; esta organización se integra y financia por la Unión Europea, y su principal objetivo es desarrollar un sistema estandarizado para la evaluación del bienestar en los animales de granja, así como transferir esta información a la productividad alimentaria. Esto se logró con el análisis combinado entre la percepción de ciudadanos y actitudes con conocimiento sobre la ciencia del bienestar animal (Botreau et al., 2007). Welfare Quality, evaluó y seleccionó mediciones apropiadas para cada uno de estos criterios, según los principales tipos de animales de granja. El apoyo social para estos 12 criterios fue demandado sobre la base de 55 grupos de ciudadanos consumidores de Francia, Reino Unido, Italia, Holanda, Noruega, Suecia y Hungría (Miele y Evans, 2005). El concepto de bienestar animal, por parte de Welfare Quality, no únicamente consiste en la lista de criterios pertinentes, sino también en un procedimiento de agrupaciones jerárquicas para hacer posible la evaluación general del bienestar animal.
Welfare Quality es el proyecto de investigación que más crece en Europa con relación al bienestar animal. Los logros de esta organización incluyen la definición de principios y criterios del adecuado bienestar; asimismo, destaca el desarrollo de medidas estandarizadas, basadas principalmente en animales, para cada criterio de bienestar que se integra en un modelo de evaluación general. Pero Welfare Quality no puede responder a todos los problemas de bienestar, por eso es que debe continuar el desarrollo y perfeccionamiento de su sistema de evaluación y, así, extenderlo a nuevas especies. En esta circunstancia, es necesario el desarrollo de técnicas automáticas para medir el bienestar; de esta forma, se podrá reducir el tiempo de evaluación sin afectar su naturaleza holística, entre otros beneficios. También se debe explorar el potencial para implementar estrategias por parte de quienes intervienen en la cadena alimentaria. Además, se requiere el establecimiento de un órgano independiente para administrar y actualizar los sistemas de evaluación e información para que, a su vez, se vea sustentada una implementación que informe e involucre a todas las partes involucradas (Blokhuis, et al., 2010).

MATERIAL Y MÉTODOS
La evaluación se efectuó en una unidad productiva de gallinas para postura, semitecnificada, con ambiente natural, y una población total de 200,000 aves distribuidas en 4 casetas con 50,000 animales cada una en México. Las gallinas involucradas en el estudio pertenecieron a la estirpe Isa Brown, de 44 semanas de edad, con peso corporal promedio de 2 kg y alojadas en un sistema de jaulas en batería.
Los criterios (variables) para evaluar el bienestar de las gallinas se apegó completamente al protocolo propuesto por Welfare Quality. Además, se utilizó una escala de evaluación en cada una de las variables (más adelante descritas) que establece una calificación de 0 para los casos compatibles con bienestar completo, 1 para bienestar moderado y 2 para bienestar inaceptable. Todas las variables fueron evaluadas en una sola caseta que fue elegida aleatoriamente entre las 4 existentes; este procedimiento se debió a la representatividad poblacional de cada caseta y a las restricciones, de tiempo y actitud, impuestas por la administración de la unidad productiva para la ejecución del estudio. Las observaciones fueron practicadas en 100 gallinas que también fueron designadas aleatoriamente.
Las variables correspondientes al principio de alimentación estuvieron constituidas por períodos prolongados de ayuno, espacio disponible en comederos, períodos prolongados sin acceso a agua para beber y espacio disponible en bebederos.
Respecto al principio de alojamiento, se calificó el confort durante el período de sueño a través de la presencia de perchas; la temperatura ambiental se evaluó con la manifestación de jadeo en las gallinas; finalmente, el espacio individual disponible para las aves alojadas, en cada jaula, se calificó mediante la facilidad de movimiento entre gallinas y la densidad de población.
Para evaluar el principio de salud de cada ave, se calificaron las características físicas de las falanges de ambos miembros pelvianos, uñas, esternón (quilla), plumaje general, pico, cresta, gárgolas (barbillas) y cloaca. Particularmente, se buscó la presencia de deformaciones de esternón, lesiones dérmicas y podo dermatitis. Por último, se averiguó la mortalidad general de la granja, y se inspeccionó respecto a la presencia tanto de secreciones oculares como signos de enfermedades respiratorias y/o digestivas, así como parasitosis externas.
La supervisión del principio de comportamiento incluyó la búsqueda de conducta agresiva entre las aves, plumaje dañado y heridas en tejido tegumentario. Por su parte, el estado emocional fue evaluado con la prueba de objeto novel, también propuesto por Welfare Quality, en 10 jaulas designadas aleatoriamente, cuyo contenido individual fue de 5 gallinas.
Los resultados obtenidos en cada variable fueron analizados descriptivamente a través de distribución de frecuencias (Wayne, 2014) en virtud de las características cualitativas de las mediciones, además de la población disponible para el estudio.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Todas las variables correspondientes a alimentación (periodos prolongados de ayuno, espacio disponible en comederos, periodos prolongados sin acceso a agua para beber y espacio disponible en bebederos) obtuvieron la mejor clasificación (calificación 0), como se muestra en la figura 1. Esto demuestra, junto a la apariencia saludable y buena condición corporal de las gallinas, que en esta unidad de producción la alimentación y nutrición no es un factor aparentemente coercitivo del bienestar. Estos hallazgos no son discrepantes con las condiciones generales de las unidades de producción en México, donde los nutricionistas procuran reunir los requerimientos nutrimentales y alimenticios de las aves, exentándolas así de inconveniencias de este tipo y promoviéndoles la alta productividad (Gómez y Ángeles, 2013.
La totalidad de aves evaluadas no tuvieron disponibilidad de perchas para dormir lo que, por supuesto, se debe al confinamiento en jaulas; así, este parámetro de evaluación fue compatible con 2 en la escala de calificación. Seguramente, la forma de albergar a las gallinas es el motivo de mayor discusión cuando se trata del bienestar; así, la ausencia de perchas es, en principio, una condición que claramente va contra la evolución natural de cualquier ave si se considera la capacidad de vuelo, además de la seguridad que buscan cuando duermen distantes del suelo y de los depredadores terrestres (Sereno y Chenggang, 1992), así que con este argumento tan valioso todas las demás desventajas que representa la ausencia de perchas están absolutamente fuera de cualquier discusión; este discernimiento es coincidente con las implicaciones de los resultados de evaluación que aquí se muestran, y esto origina un buen motivo para validar lo adecuado de nuestro método lo cual, seguramente, constituye un criterio poco compatible con la eficiencia empresarial que garantizan las jaulas. El estudio de Duncan et al. (1992) confirma los beneficios de la utilización de perchas en gallinas de postura; este reporte demuestra que las aves las utilizan para descansar, acicalarse y dormir en las noches, además de que estas actitudes propician mayor fortaleza ósea en alas; en general, los autores evidenciaron una contribución muy apreciable al bienestar. Con el respaldo de esta información, se puede afirmar que las gallinas aquí estudiadas se encuentran en inconveniencia clara al no tener acceso a perchas.
Figura 1. Calificaciones de los criterios utilizados para evaluación de bienestar en gallinas
Respecto a la presencia de jadeo, facilidad de movimiento y densidad poblacional las gallinas fueron clasificadas con la mejor calificación (0). Estos resultados sobre alojamiento son mostrados en la figura 1. La ausencia de jadeo demuestra que las aves no estuvieron en estrés calórico ambiental, y no aporta mayor motivo de discusión bajo el alcance y condiciones de este trabajo. Sin embargo, y por su lado, el hecho de calificar con nota ampliamente aprobatoria (nivel 0) la facilidad de movimiento y densidad de población solamente implica benevolencia cuando se trata de juzgar mientras se utilizaron jaulas en la producción; por lo tanto, cuando se toma en consideración lo confortable y saludable de la libertad espacial nuestros resultados no son adecuados.
Todos los criterios referentes al principio de salud obtuvieron una calificación muy aceptable. Los detalles de estos datos son mostrados y en la figura 1. El principio que se refiere a salud es, quizá, el que mayor discusión puede adquirir, comparativamente con los 3 restantes, aun cuando nuestros resultados son favorables; no obstante, su amplio análisis no es compatible con el objetivo y alcance de este trabajo. La positiva valoración de estos criterios sólo demuestra la salud en el momento de la inspección, mientras que las condiciones de salud pasadas y futuras no pueden ser correctamente inferidas con la inspección aquí ejecutada. Por su parte, los criterios aquí empleados se circunscriben a la confirmación de la salud de ciertos órganos, no a la sistémica en sentido estricto. La salud depende de factores múltiples, y nuestros hallazgos positivos no pueden ser atribuidos a causas particulares. Con este juicio, representativo de Sainsbury (1992), podemos afirmar que las aves analizadas gozan de salud bajo la metodología aquí empleada; sin embargo, se debe considerar el juicio amplio que ha sido expuesto para tratar de obtener conocimientos concluyentes respecto al bienestar de las aves inspeccionadas.
En general, los parámetros evaluadores del comportamiento no revelaron ser una causa de malestar para las aves involucradas en este trabajo. En concordancia con eso, no se observaron conductas agresivas entre los animales estudiados; únicamente en una de las cien gallinas se observaron daños ligeros (calificación 1) en el plumaje; del mismo modo, sólo en una gallina se detectaron lesiones dérmicas leves compatibles con calificación 1; estos resultados también son expuestos en la figura 1. En relación a estos hallazgos, Appleby (1998) demuestra que las condiciones favorables de comportamiento son atribuidas a la implementación de jaulas; entonces, las gallinas así alojadas tienen muy poca incidencia de conductas agresivas y canibalismo, aunado a un despique bién realizado.

CONCLUSIONES
Fue muy aceptable el estado general de las gallinas aquí estudiadas, según la metodología de evaluación propuesta por Welfare Quality; no obstante, esto no es motivo para detener los esfuerzos y alcanzar los mismos resultados bajo criterios de evaluación más estrictos. El bienestar animal es un concepto que propicia la confrontación de ideas, por lo que este debe conjugarse con la máxima productividad y, así, no obtener actitudes discrepantes entre productores y defensores de los derechos de las gallinas de postura. En este tipo de tareas toda la sociedad tiene injerencia, y jamás debe perderse de vista la función ilustrativa de la crianza libre, tal y como aquí se hizo al evaluar la población correspondiente La principal sugerencia emergida de este estudio es que el empleo del protocolo Welfare Quality requiere de la comprensión respecto a que este constituye un método validado, pero no único; de esa forma, debe coadyuvarse con otros criterios para obtener el mayor éxito en la evaluación del bienestar de gallinas de postura.

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Carlos de los Santos
24 de noviembre de 2021
Buenas tardes,desde ya muy interesante todo lo planteado,si me permiten , quisiera saber que dimensiones tiene cada jaula en estudio y la cantidad de animales que se alojan en cada una de ellas.muchas gracias.
Francisco Naranjo R
23 de noviembre de 2021

Consideracuones de factores "estresantes" hay muchos atribuibles a las nuevas y ya cuestionadas tecnologias de los últimos 30 años.
1.- Densidades (cm cuadrados por ave en jaulas) he visto para rojas hasta 370 cm2 ideal 500, niples por jaula, limpieza de canales de goteo de niples con algas, hongos y bacterias)
Los "TRI" despique infrarojo en ponedoras permiten crecimiento y generan picaje y canibalismo. Hay q hacer correccion. Ojalá no hayan desechado las despicadoras Lyon.
Después comento algo más.

J. Isidro Molfese
22 de noviembre de 2021
Estoy muy atento a la evolución de las experiencias produciendo con bienestar animal y respeto del medio ambiente, ya que mi experiencia es entre la producción familiar que tuvimos en casa por más de 20 años y la avicultura industrial que resultó ser en su época, todo un gran paso evolutivo. Creo que hoy se complementan con sus ventajas y desventajas, para cada uno de los tipos de explotación ... todos quisiéramos como seres humanos, vivir en eterna primavera, junto a playas de agus cristalinas .....Saludos
Edgar Orozco Osorio
Avicorvi
18 de junio de 2022
Deseo agradecer a ENGORMIX por mantener este espacio para tantas personas que hacemos parte de la Industria Avícola. Esto es un aporte inmenso al sector avícola, y manifiesto que lo que está haciendo ENGORMIX es darnos un apoyo muy grande. Es una oportunidad para todos poder compartir tantas experiencias. Una vez más Gracias a la gente de ENGORMIX por tanta generosidad.
Diana leal
10 de octubre de 2021
La mejor crianza por supuesto es que tengan acceso libre al exterior, pueden hacer ejercicio y solearse. Y no sea necesario el tener que cortarles el pico entre otras cosas. Además las aves por su naturaleza nunca van a mostrar siempre su estrés o malestar ya que serían objetivo de los depredadores.
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