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Estrés térmico en aves

Publicado: 16 de junio de 2021
Por: Jesús Aicardo Castaño Márquez, Ecofisiología y Sanidad Animal. Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales UDCA, Colombia. Marzo de 2021
Se considera que el estrés es una situación del organismo que afecta el mantenimiento de la homeostasis corporal o equilibrio fisiológico normal, que se da en respuesta no específica a cualquier estímulo negativo que genere un desbalance fisiológico, siendo el estrés térmico, uno de los problemas más frecuentes en aves de corral y en la avicultura comercial, de gran impacto en la producción avícola industrial a nivel mundial debido a pérdida de peso, disminución de la postura e incremento de los promedios de mortalidad, y es influenciado en el mayor de los casos por el medio ambiente, y al haber una presión de mejoramiento genético en producción, ha resultado en razas con bajas tasas de adaptación a ambientes cálidos y húmedos especialmente.
Las aves son animales homeotermos, por lo que deben regular constantemente su temperatura, son muy sensibles a golpes de calor debido a que no pueden sudar ni poseen glándulas sudoríparas, lo cual puede presentarse por factores ambientales como la luz, la temperatura del aire, humedad relativa, radiación solar, además de su condición genética, tipo de alimentación, calidad del alimento entre otros; esta temperatura corporal está regulada por la acción conjunta del sistema nervioso, el sistema circulatorio, hormonas y enzimas entre otros; y cuya finalidad es mantener la temperatura corporal de las aves en un rango denominado termoneutral, las cuales oscilan entre 10°C y 25°C en gallinas, y entre 18°C a 22°C en pollos de engorde en crecimiento, llegando incluso a los 25°C en la etapa final del engorde, lo que se refleja en que sus órganos vitales funcionen a cabalidad, y alrededor de la semana 5 de vida, presentan mayor sensibilidad a estrés térmico por calor porque en esta etapa el pollo se empluma totalmente, junto con la alta densidad, baja ventilación y la alta humedad relativa dificulta la pérdida de calor por conducción y convicción.

Cuando las condiciones ambientales afecta la temperatura termoneutral de las aves, comienzan a usar el jadeo (evaporación) como mecanismo de pérdida de calor, además que incrementan la circulación de aire por los sacos aéreos, lo que aumenta el intercambio gaseoso y consecuentemente la pérdida de calor; este mecanismo es muy común en el estrés calórico crónico, lo cual se ve reflejado en la merma considerables de ingesta de comida, en respuesta a disminuir la termogénesis y aumentar la termólisis, por lo tanto, hay poca ganancia de peso, mala calidad de la canal, además de que en muchos casos se presenta estrés calórico agudo o golpes de calor, consecuentes a temperaturas superiores a 32°C, produciendo la muerte de los pollos de engorde.

En el caso de las aves de postura que tienen una zona termoneutral más elevada que los pollos de engorde, los periodos más críticos de presentación de estrés térmicos se presentan en las etapas de recría de las pollitas y en la postura; en el caso de la recría, el incremento continuo de la temperatura afecta el peso corporal y un bajo consumo de alimento, generando una baja acumulación de reservas corporales, afectándose a futuro el pico de postura, además de mortalidades por hipocalcemia, igualmente, en el ave adulta ante un incremento de temperatura, la perdida de calor se hace por medio de la disipación de calor principalmente, por lo que aumenta su superficie corporal esponjado sus plumas, y abriendo las alas y patas, lo que aumenta la circulación sanguínea periférica, además, de realizar la transpiración por jadeo, incrementando las respiraciones de 25 RPM a mas de 150 RPM, generando una alcalosis metabólica por perdida de CO2, con problemas de mala calcificación del huevo y mala calidad de la albúmina; adicionalmente, se presenta un incremento del consumo del agua lo que produce problemas en la limpieza del huevo.

No obstante, los mecanismos de pérdida de calor de las aves son complejos, pero eficientes, generando pérdidas de calor por conducción y radiación y convección en las zonas con poco o sin plumaje, ya que cuando hay aumento de la temperatura, hay vasodilatación de estas partes, con un aumento del flujo sanguíneo, además de esponjar las plumas para aumentar la superficie de pérdida de calor, también disminuyen el consumo de alimento, y tratan de obtener la energía de las reservas de grasa y no de la digestión, por lo que se aumenta menos la temperatura interna, sin embargo, esto afecta la disponibilidad de nutrientes y la demanda de energía se usa para la respiración y la circulación sanguínea, adicionalmente, las aves aumentan su consumo de agua, lo cual hace un efecto refrescante en la barbilla y para compensar la pérdida de agua durante el jadeo y su respectiva polipnea; este consumo de agua produce heces fecales mas líquidas que pueden humedecer la cama, aumentando las concentraciones de amoniaco en los galpones, lo que puede generar el problemas de neumonías por el efecto corrosivo de estos gases en los pulmones y la disminución de la actividad inmune de las aves afectadas, además de otras patogenias, tal como lo demuestra la siguiente imagen.
En conclusión, el golpe de calor genera perdidas altas en la avicultura comercial y de traspatio a nivel mundial, ya que, dentro del proceso de estrés calórico, ocurren múltiples reacciones bioquímicas y junto con factores biológicos son difíciles de controlar, lo que se traduce en grandes pérdidas económicas en la industria avícola.
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Autores:
JESUS AICARDO CASTAÑO MARQUEZ
ICA - Instituto Colombiano Agropecuario
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Carvajal Molina Guillermo
Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA)
22 de enero de 2022
EXCELENTE ARTÍCULO
Steven He
Lachance
2 de diciembre de 2021
Hola profesor, gracias por compartir. El estrés por calor afecta la salud del cuerpo. Mi socio brasileño informó que habrá una alta tasa de mortalidad en sus granjas de ponedoras a altas temperaturas. Además del estrés por calor, existen reacciones como el estrés oxidativo debido a las toxinas. Además de fortalecer la gestión, como mejorar la ventilación y adoptar medidas de enfriamiento. Creemos que también debemos prestar atención a la salud y la capacidad anti-estrés del propio cuerpo. Agregaremos aditivos funcionales como los ácidos biliares para aumentar la actividad de la superóxido dismutasa (SOD) y la glutatión (GSH) peroxidasa (GSH-Px). Al mismo tiempo, los ácidos biliares pueden mejorar la utilización de nutrientes, mejorando así la capacidad del cuerpo para resistir el estrés.
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