5 consejos para aumentar las ganancias en la producción de huevos sin jaula

Dado que las aves en entornos sin jaula son más móviles que aquellas en jaulas convencionales, sus requerimientos nutricionales son diferentes. Además, resulta necesario modificar las estrategias de manejo, salud y nutrición empleadas en la granja. Los programas nutricionales y sanitarios desarrollados para sistemas de jaulas convencionales deben reevaluarse para tener en cuenta los cambios en el bienestar, salud y productividad de las aves asociados al entorno sin jaula. A partir de la experiencia en Norteamérica y Europa, donde los sistemas sin jaula han sido ampliamente adoptados, los productores de huevos deben considerar cinco factores (Figura 1) al convertirse a un sistema de alojamiento sin jaula:

 

En general, las gallinas jóvenes pueden criarse en jaulas convencionales, en piso o en sistemas de pajareras diseñados especialmente para estas (Figura 2). Puede ser conveniente facilitar la transición de la granja de las gallinas jóvenes al establecimiento de producción de huevo, al criarlas en un sistema que se asemeje al futuro sistema de galpón de ponedoras. Si bien las aves criadas en un sistema de pajareras son más caras, estarán mejor adaptadas al movimiento adicional, la libertad y el espacio que ofrece el sistema sin jaula. En este caso, las gallinas jóvenes provenientes de sistemas de pajareras serán más productivas y menos problemáticas.

Las aves deben trasladarse a sistemas sin jaula al menos una a dos semanas antes del inicio de la postura, con no más de 17 semanas de edad. Esto permitirá a las aves familiarizarse con su nuevo entorno y adaptarse a los sistemas de nidos antes del comienzo de la postura.

La alimentación de las ponedoras sin jaula diferirá de la de las gallinas ponedoras en jaula, por lo que deberán revisarse los requerimientos de nutrientes y las dietas suministradas. El movimiento adicional de las aves y la mayor competencia por el alimento significan que diariamente se utilizará más energía. Dado este mayor gasto energético, las aves pueden requerir hasta un 10% más de energía, dependiendo de su nivel de base o actual. La energía adicional puede suministrarse ya sea como un incremento de la cantidad de alimento, o un incremento del contenido de energía metabolizable de la dieta. También deberá mantenerse el balance energía-proteína (aminoácidos digeribles), a fin de asegurar el logro de los objetivos de peso corporal y un adecuado desarrollo estructural.

Cuando las aves son retiradas de las jaulas, la competencia por el alimento aumenta. Por lo tanto, resulta crítico contar con comederos bien diseñados para asegurar que el desperdicio de alimento sea limitado. El menor desperdicio de alimento ayudará a lograr pesos corporales más uniformes. Es importante proporcionar un número adecuado de comederos con el espacio correcto para que todas las aves tengan libre acceso al alimento y pueda establecerse una jerarquía adecuada.

La uniformidad de la parvada también puede ser más difícil de controlar y manejar en entornos sin jaula. Distribuir el alimento en múltiples ubicaciones dentro del gallinero ayudará a evitar el hacinamiento y estimulará a las gallinas subordinadas a comer. Ofrecer comidas más pequeñas a intervalos más frecuentes puede ser una estrategia para asegurar un consumo adecuado, logrando así los pesos corporales uniformes deseados y reduciendo el desperdicio de alimento.

Las aves ponedoras sin jaula a las que se permite mayor movimiento ejercen mayor presión sobre su sistema esquelético. Bajo estos sistemas, se deberá controlar y optimizar la fortaleza ósea. Es importante examinar los factores nutricionales que inciden en la integridad ósea tales como el nivel, tipo y fuente de los minerales – especialmente calcio y fósforo.

Dado que el comportamiento y la actividad de postura de huevo se ve modificado en un sistema sin jaula, puede haber una mayor demanda de calcio a considerar. Puede ser necesaria la suplementación adicional con piedra caliza, conchas de ostras y otras fuente de calcio, fósforo y vitamina D, de modo que el calcio absorbido sea suficiente y esté disponible durante el pico de formación de huevos. La inclusión de un acidificante mejorado como Biotronic® Top3 y de un aditivo fitógeno como Digestarom® en la dieta también puede mejorar la absorción de calcio y la integridad ósea.

Existen muchas fuentes de contaminación en las granjas avícolas, tal como se muestra en la Figura 3. En sistemas sin jaula, las enfermedades se trasmiten más fácilmente dentro de la parvada debido al mayor movimiento de las aves, el contacto entre ellas y la exposición a la cama. Las aves sin jaula enfrentarán desafíos de salud adicionales como resultado de la exposición a mayores cargas patógenas dentro de estos sistemas en base a cama. Los desafíos a la salud intestinal como la coccidiosis y la enteritis necrótica se volverán más evidentes junto a otros patógenos zoonóticos como E.coli y Salmonella, lo que puede suponer un problema para la salud animal y humana.

 

Es importante mantener estrictas medidas de bioseguridad y mantener la cama seca para disminuir el riesgo de enfermedades y otros problemas de salud. Establecer y mantener la salud intestinal también resulta crítico para el mantenimiento de la salud y el desempeño productivo de las aves. Una estrategia adaptada que incluya acidificantes, simbióticos (aditivos probióticos/prebióticos combinados como PoultryStar®) y fitógenos puede ayudar en este sentido y puede ser considerada para su incorporación al programa de alimentación.

Considerar estos cinco factores y aplicar estos consejos puede facilitarle la transición hacia el alojamiento sin jaula y mejorar su probabilidad de éxito. Para obtener más apoyo, contacte a su representante local de BIOMIN.