Explorar
Comunidades en español
Anunciar en Engormix

Composición y manejo de la flora intestinal en aves

Publicado: 11 de mayo de 2018
Por: Mauricio De Franceschi
Resumen

Se ha hablado muchas veces de la importancia del desarrollo y de la salud del tracto gastrointestinal los que, sin dudarlo, son factores claves en la productividad de las aves. El pollo moderno posee un potencial genético muy elevado y, por ello, es absolutamente necesario contar con un aparato digestivo saludable, con su población microbiana asociada bien balanceada y adecuadas secreciones enzimáticas

En función de ello se debe saber que, en pollos para carne un día después de la eclosión, la densidad bacteriana del íleon puede alcanzar unas 100 millones de unidades formadoras de colonias por gramo (10ufc/g) de contenido digestivo, mientras que para el colon esta cifra asciende a 10.000 millones (1010 ufc/g). Por su parte en ciegos este número de microorganismos llega a 100 mil millones (1011 ufc/g) durante los primeros 3 días luego de la eclosión, cifra que permanece relativamente estable por los siguientes 30 días.
A su vez, en cada porción del intestino existen diferentes tipos de microbios los que se podrán encontrar en distintas proporciones. (Furlan y col 2004).
Escherichia coli: guarda proporciones relativamente bajas desde buche a la porción final del íleon, aunque triplica su número en ciegos.
Clostridios: aparecen en gran cantidad en ciegos. En estado de equilibrio bacteriológico se hallan ausentes en el resto del intestino y en número bastante bajo en las heces. Esta circunstancia explica la trascendencia de mantener en adecuadas condiciones la salud intestinal, ya que, como es sabido, pueden irrumpir en porciones anteriores cuando existe algún trastorno que afecte el equilibrio mencionado, como la presencia de coccidios o alteraciones en los ingredientes de la dieta.
Enterococos: se mantienen estables y en cantidad mas o menos elevadas en todo el tracto desde el buche, aunque su número aumenta un 50 % en ciegos y materia fecal.
Lactobacilos: en condiciones normales son los más numerosos (ver cuadro 2).
Levaduras: se hallan en baja proporción a lo largo de todo el tubo digestivo.
Estreptococos: son los que se hallan en mayor número en ciegos y heces.
La circunstancia por la cual se halla en ciegos el mayor número de bacterias indica claramente que, si bien se trata de un órgano dispensable, tiene para las aves de producción una importancia fundamental ya que es allí donde se realiza la digestión de las fibras y la síntesis de vitaminas del grupo B. No obstante, comparativamente con otras especies, la cantidad de microorganismos no es demasiado alta, siendo este el motivo del elevado tiempo de permanencia de las heces cecales las que, como se sabe, se excretan tan solo una vez por día.
En los sistemas intensivos de producción la microflora intestinal de las aves se desarrolla muy lentamente debido, por un lado a la ausencia de contacto entre el pollito y la gallina y, por otro a los procesos de higiene y desinfección, los que si bien son necesarios impiden la colonización temprana del tracto digestivo. No obstante si tal desinfección no se realizase correctamente como ocurre con toda frecuencia, la iniciación de los BBs con cama nueva en la cámara de cría brinda al ambiente una relativamente reducida presencia de microorganismos.
Este retraso en la colonización de bacterias benéficas puede resultar en el desarrollo de bacterias perjudiciales para la salud del ave, circunstancia que obliga a la utilización de agentes que faciliten su desarrollo. En tal sentido no solo los probióticos son útiles a tales fines si no también otros productos naturales como los extractos vegetales, los ácidos orgánicos, las paredes de levaduras, entre otros.
Debido a que cada especie tiene diferentes requerimientos, la composición química de la dieta determinará la población microbiana del TGI. Se enumeran algunos factores que intervienen en su composición
  • Dietas altas en hidratos de carbono y proteínas pueden aumentar la cantidad de lactobacilos, en el buche, clostridios y estreptococos en intestino. Apajalahti, 2004.
  • La restricción de alimentos como en el ayuno pre faena y la muda forzada por más de 10 horas pueden favorecer la multiplicación de salmonelas en el tracto digestivo (Silva, 2000).
  • La producción de ácido láctico y ácidos grasos (acetato, propionato, butirato), que llevarán a la consecuente disminución del potencial de hidrogeniones (pH) en el medio intestinal, y con ello, en la estimulación del crecimiento de las bacterias benéficas (acidófilas).
  • Secreción de compuestos antimicrobianos, como las bacteriosinas, entre otras.
  • Competencia con el huesped y otros microorganismos (MO) por nutrientes y por sitios de adherencia en la superficie de la mucosa. 
A su vez la micro flora estimula la inmunidad; modula la renovación celular; produce un incremento en la secreción de mucus por parte de las células caliciformes, transformándose en un primer mecanismo de defensa; induce una modificación de la morfología intestinal a través de la altura de vellosisdades y la profundidad de las criptas. Por último producen un incremento en los requerimientos energéticos del huésped.
Con respecto a la flora no patógena el siguiente cuadro adaptado de Edwing Cole, 1994 y tomado de Steiner, 2006, ilustra las diversas interacciones fisiológicas que posee sobre la salud del ave y, por ende sobre su desempeño productivo.
 
Cuadro 1. Interacciones de la flora intestinal y sus consecuencias.
Por su parte, en el siguiente cuadro se pueden visualizar los distintos géneros bacterianos que colonizan el tracto intestinal, agrupados de acuerdo a su grado de importancia, su característica o condición en cuanto a su acción y los niveles en que normalmente, de no mediar ningún desarreglo fisiopatológico, se pueden hallar
Composición y manejo de la flora intestinal en aves - Image 3
Cuadro 2. Flora intestinal
El gráfico que se muestra a continuación muestra el crecimiento bacteriano que ocurre en un intestino normal, referido a microorganismos aerobios y anaerobios, los primeros expresados como Salmonella manhattan, mientras que los segundos en función de Clostridium yeyuni. Separadamente aparece el crecimiento de Clostridium perfrigens, responsable de la Enteritis Necrótica. Se observa que a medida que crece el animal los aerobios dejan lugar a los anaerobios, mientras que el lento, y no muy elevado de CP indica que la EN solo aparecerá, bajo ciertas condiciones en las que juegan un importante papel la alimentación, el manejo, la bioseguridad, pero principalmente la coccidiosis, en especial aquella provocada por Eimeria maxima.
Composición y manejo de la flora intestinal en aves - Image 4

Gráfico 1. Crecimiento comparativo de gérmenes aerobios, anaerobios y de Clostridium perfrigens en el tracto intestinal.

Factores que pueden influenciar el funcionamiento del tracto gastrointestinal
El delicado equilibrio en el que se encuentra el tracto gastrointestinal lo hace susceptible de verse afectado por una innumerable cantidad de factores, desde virus hasta problemas nutricionales. Brevemente y solo a manera enunciativa podemos citar algunos de ellos
  •  Enfermedades virales: Enfermedad de Newcastle, Enfermedad de Gumboro y diversos virus como Rotavirus, Coronavirus, Enterovirus, Adenosvirus y Reovirus (Síndrome de Mala Absorción).
  • Enteritis no específica por disbacteriosis
  • Enteritis bacterial producida por Salmonella sp. y Clostridium perfrigens, responsable de la Enteritis Necrótica
  • Enteritis fúngica ocasionada principalmente por Candida albicans (Candidiasis)
  • Protozoarios: representados fundamentalmente y en forma casi exclusiva, en pollos comerciales por coccidios.
  • Agentes tóxicos: grasas, micotoxinas, toxinas bacterianas.
  • Agentes inmunosupresores que provocan atrofia de timo y bolsa de Fabricio.
  • Factores antinutricionales: inhibidores de tripsina, peróxidos, calidad de las materias primas (grasas y aceites, harinas de origen animal, hidratos de carbono no almidonosos, cambios en la fase de alimentación, ayunos.
  • Otros factores como programas de iluminación, calidad de la cama y, como siempre aspectos relativos a la bioseguridad y al manejo.
 Por todo lo expuesto se debe destacar la importancia de prestar atención a la microflora intestinal tratando de lograr su máximo equilibrio como una de las grandes metas para alcanzar no solo la mayor productividad si no también el ineludible bienestar animal

1) Apalajalaht J., Kettunes A. y Graham H. 2004. Characteristics of the gastrointestinal Microbial communities, with special reference to the chicken. World’s Poultry Science Journal 60:232.
2) Berchieri Junior y col. Doencas das Aves. Fundación Apinco. Segunda Edición. 2009. Campinas. Brasil.
3) Furlan R.L, Macari M. y Luquetti B.C. 2004. Como avaliar os efeitos do uso de prebióticos, probióticos e flora de exclusão competitiva.   Memorias 5° Simpósio Técnico de Incubação, Matrizes de Corte e Nutrição. 6- 28.
4) Silva, EN. 2002. Probióticos y Prebióticos en la alimentación de las aves. En conferencia APINCO de Ciencias y Tecnologías avícolas. 241 – 251.
5) Steiner T. 2006. Managing Gut Health, Natural Growth Promoters as a Key to Animal Performance. Nottingham University Press.

Temas relacionados
Autores:
Mauricio De Franceschi
Universidad Nacional de Lujan
Seguir
Únete para poder comentar.
Una vez que te unas a Engormix, podrás participar en todos los contenidos y foros.
* Dato obligatorio
¿Quieres comentar sobre otro tema? Crea una nueva publicación para dialogar con expertos de la comunidad.
Crear una publicación
Agustín De Cristófaro
Orffa Excentials
18 de mayo de 2018
Excelente resumen de la composición de la microbiota de las aves. Felicitaciones Mauricio.
Súmate a Engormix y forma parte de la red social agropecuaria más grande del mundo.
Iniciar sesiónRegistrate