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Producción de granos y adopción de tecnología en Argentina

Publicado: 14 de agosto de 2015
Por: Juan Martin Brihet. Dpto. de Estimaciones Agrícolas, Bolsa de Cereales. Argentina
Introducción 
Desde aproximadamente el año 2000, el Departamento de Estimaciones y Proyecciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales trabaja en la generación de información acerca de la situación de cada cultivo respecto del área y la producción en Argentina, bajo el marco del Panorama Agrícola Semanal (PAS). Recabando datos para soja, trigo, maíz, girasol, sorgo y cebada, se obtiene información de forma periódica para actualizar el estado de la producción agrícola nacional, desarrollando distintos análisis bajo una zonificación que divide al país en 15 regiones agroecológicamente homogéneas (Figura 1).
Producción de granos en Argentina Durante la última campaña agrícola 2013/14, en Argentina se sembraron más de 31 millones de hectáreas con los principales cultivos extensivos de grano, considerando soja, trigo, maíz, girasol, sorgo y cebada. Con esta superficie implantada, se logró a fin de cosecha una producción superior a las 102 millones de toneladas de granos. El área sembrada para el ciclo 2013/14 se distribuyó entre los seis cultivos bajo estudio, con soja ocupando el 64% de la misma, seguida por
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maíz y trigo con el 12%, respectivamente. El girasol ocupó el 5% de la región agrícola nacional, mientras que sorgo y cebada lo hicieron en un 3 y 4%, respectivamente (Figura 2). Un análisis similar, basado en la distribución de la producción de grano, devuelve que el 54% de la cosecha fue aportado por soja, mientras que otro 25% fue aportado por maíz. En orden de importancia, siguió trigo con una contribución del 10%, y luego cebada con el 5%, sorgo con el 4% y por último girasol con apenas el 2% sobre la cosecha final a nivel nacional (Figura 3). 
Por otro lado, esta producción del ciclo 2013/14 se logró en base a rendimientos que en general fueron superiores a los de la campaña anterior, considerando los promedios nacionales para cada cultivo. Sobre esto último, en la Figura 4 se ilustra el rendimiento medio a cierre de cosecha para cada grano en Argentina.
En relación a los datos para los cuatro principales cultivos de grano, se puede considerar el aporte que hace cada región al total nacional, tanto respecto del área sembrada como de la producción final obtenida. En base a estas relaciones, se puede identificar la importancia de cada grano en Argentina, y también la contribución que realiza cada zona productiva dentro de la distribución regional para cada cultivo.
Para la campaña 2013/14, el 43% del área total sembrada con soja se ubicó en las zonas del Núcleo Norte (centro de Santa Fe, este de Córdoba y sudoeste de Entre Ríos), el Núcleo Sur (Norte de Buenos Aires y Sur de Santa Fe) y el Centro-Norte de Córdoba, las cuales representaron respectivamente  el 18%, 14% y 11% del área sembrada a nivel nacional para este cultivo. Respecto de la producción, estas regiones aportaron el 51% de la cosecha total, a razón del 21%, 16% y 14% para cada zona.
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El cultivo de trigo concentró el 40% de su área sembrada en sólo dos regiones: el Sudoeste y el Sudeste de Buenos Aires, con una representación del 22% y el 18%, respectivamente, sobre el total nacional. Estas mismas zonas son las que aportaron el 48% de la producción final a cosecha, a la que cada una contribuyó con el 18% y 30%, respectivamente. 
En maíz, el 39% de la siembra 2013/14 se ubicó en las zonas del Centro-Norte de Córdoba, el Sur de Córdoba y el Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires. La primera de estas tres regiones aportó el 16% de la superficie nacional, mientras que las otras dos contribuyeron con un 11% cada una. Sin embargo, el 43% de la producción se ubicó en el Centro-Norte de Córdoba y el Sur de Córdoba, así como también en el Núcleo Norte. A su vez, la primera de éstas aportó el 19% del grano total cosechado, mientras que las otras dos aportaron un 12% cada una.
Por último, el cultivo de girasol evidenció al 54% del área nacional sembrada en sólo dos zonas: el Sudoeste de Buenos Aires-Sur de La Pampa, con el 28%, y el Sudeste de Buenos Aires, con el 26%. De igual forma, la producción del ciclo 2013/14 se concentró también en estas dos regiones, las cuales representaron al 52% del total; individualmente aportaron el 32% y el 20%, respectivamente.

Adopción de tecnología en Argentina
Distribución por niveles
En el año 2011 en la Bolsa de Cereales se dio inicio a una línea de investigación conjunta entre el Departamento de Estimaciones y Proyecciones Agrícolas y el Instituto de Estudios Económicos. A partir de una necesidad interna de información y de la interacción entre los distintos sectores, se desarrolló el Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA). Este trabajo de investigación caracteriza la situación tecnológico-productiva de la Argentina de forma periódica, sobre la base de seis cultivos, diecisiete regiones (Figura 5) y el concepto de Nivel Tecnológico (NT).
La noción de NT considera tanto al manejo agronómico como al nivel de insumos utilizado en cada planteo productivo, de forma tal de identificar con un alto grado de detalle la adopción de tecnología en nuestro país. Esto último se desarrolla en el ReTAA para cada cultivo y cada una de las regiones, categorizado en tres niveles distintos – Alto, Medio y Bajo – que reflejan el grado tecnológico del planteo utilizado, cada uno con una estructura de más de 60 variables que abarcan desde el tipo de labranza y la semilla utilizada a la siembra, hasta la fertilización y el manejo de fitosanitarios.
Si bien la metodología original del trabajo y sus dos versiones a la fecha se encuentran publicadas, tanto en versión impresa como digital (Bolsa de Cereales, 2015), es válido destacar los principales resultados y su relación con la producción agrícola de nuestro país. Para Argentina se realizaron dos relevamientos no consecutivos a campaña cerrada, identificando la adopción de tecnología en la producción de los seis cultivos de grano bajo estudio. Para las campañas agrícolas 2010/11 y 2012/13, los resultados caracterizan la distribución de niveles tecnológicos en los planteos agronómicos adoptados a nivel regional (Figuras 6 y 7).
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En el primer relevamiento del ciclo 2010/11, se encontró que en la Argentina un 47% de la producción se realizó con un nivel Alto de tecnología, mientras que otro 42% se manejó en un nivel Medio y el 11% restante correspondió a un nivel tecnológico Bajo. Estos datos consideran el manejo agronómico y los insumos aplicados en cada uno de los cultivos analizados, para las diecisiete regiones agrícolas del país, teniendo en cuenta el peso relativo según el área sembrada en cada caso. Para el segundo ciclo del estudio, campaña 2012/13, los resultados de adopción mostraron que el nivel Alto ocupó un 37% del total relevado en Argentina, mientras que el nivel Medio fue un 50% y el nivel Bajo un 13%.
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Se puede observar que entre ambas campañas ocurrió una caída en la adopción de niveles altos de tecnología, con un traslado mayormente hacia niveles medios y en menor medida hacia niveles bajos. La merma de 10 puntos porcentuales del nivel Alto se trasladó al nivel Medio, en consecuencia con un incremento de 8 puntos porcentuales, y al nivel Bajo que aumentó 2 puntos porcentuales. A su vez, el análisis puede segmentarse por cultivo y encontrar las variaciones respecto de la adopción de tecnología para cada grano (Figura 8). Con los resultados del relevamiento 2012/13 se observa que cultivos como maíz y cebada son los que demuestran mayor adopción de tecnología Alta, mientras que en otros como girasol y sorgo es donde el nivel Medio de tecnología se expresa fuertemente. El cultivo de trigo es el que evidencia la mayor adopción de nivel Bajo de tecnología, seguido de cerca por sorgo.
Al realizar la comparación entre ambas campañas relevadas, y con los datos por cultivo y nivel tecnológico, se observa que se da una caída generalizada en la adopción de nivel Alto, principalmente en cebada (Figura 9). Seguida a ella, en orden de importancia, se encuentran la soja y el trigo y, de cerca, el maíz y el sorgo; el cultivo de girasol fue el que menor pérdida tuvo de alta tecnología. A su vez, este último fue el que mostró el mayor incremento en la adopción de nivel Medio, secundado por el sorgo. Los aumentos más significativos en la porción de nivel Bajo de tecnología se dieron en trigo y, en menor medida, en cebada. 
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 La interacción entre las distintas variables de manejo y la aplicación del tipo y cantidad de los insumos determinan estas variaciones que se observan entre los ciclos 2010/11 y 2012/13, con causas que pueden atribuirse a factores climáticos propios de cada campaña y al esquema de costos a nivel de productor, entre otros. Al aumentar el grado de análisis y empezar a revisar la información relevada para un cultivo en cada una de las diecisiete regiones agrícolas del país, empiezan a entenderse muchos aspectos de los resultados y también su heterogeneidad espacial y temporal.

Nutrientes y fertilización
En muchos casos, el nivel de tecnología adoptado en un cultivo responde, entre otros factores, a la fertilización aplicada durante el ciclo productivo. Este es un aspecto que no sólo muestra fuertes variaciones entre cultivos, sino que a su vez lo hace entre regiones, encontrando diferencias según el tipo de ambiente en el cual se lleva adelante la producción. 
En Argentina, en el ciclo 2012/13, se aplicaron más de 2.3 millones de toneladas de fertilizantes, considerando los cultivos de soja, trigo, maíz, girasol, sorgo y cebada. De igual forma, lo último representa cerca de 735 mil toneladas (t) de nutrientes, siendo más de 464 mil t de nitrógeno (N), casi 215 mil t de fósforo (P) y cerca de 55 mil t de azufre (S). Por otro lado, la extracción de nutrientes que realiza cada cultivo al momento de cosecha es también variable, y se observa una gran heterogeneidad en los resultados de balance según cada zona y cultivo. 
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Si se analiza el balance de nutrientes en nuestro país en base a datos del ReTAA para la campaña 2012/13, el resultado devuelve una reposición del 54% en P, del 25% en N y del 28% en S (Figura 10). Estos valores responden al análisis puntual de los cuatro principales cultivos de grano, bajo el modelo de “caja negra”, utilizando el balance entre los nutrientes extraídos en el grano cosechado y los repuestos al suelo por fertilización durante el ciclo del cultivo.
Los datos generados por el ReTAA se pueden presentar también en mapas, que en este caso identifican el nivel de adopción de un fertilizante en cada zona; puntualmente se presenta la dosis media zonal como nutriente aplicado, para así poder comparar y relacionar distintas fuentes de información (Figuras 11 y 12). Esto nos permite observar en qué regiones la aplicación es mayor o menor y entender por qué existe una variación tan grande.
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Por otro lado, esto también responde al tipo de cultivo que se analice: para el ciclo 2012/13, del total de fertilizantes nitrogenados, el 54%  se aplicó en maíz, mientras que el 22% y 19% fueron para trigo y cebada, respectivamente (Figura 13). Es para destacar que tres de los seis cultivos relevados concentran el 95% de la aplicación de productos nitrogenados, siendo todos ellos cereales. Respecto de la aplicación de P, el panorama cambia y el mayor porcentaje se observó en soja, con un 48% de aplicación del total de productos fosforados. Luego se ubicó el maíz con el 27% en este rubro, y detrás el trigo y la cebada, ambos con valores alrededor del 10% sobre el total aplicado (Figura 14).
Las relaciones que se pueden plantear a partir de la información que brinda el ReTAA son numerosas y muy variadas, aunque es destacable la concordancia que en muchos casos existe entre el nivel tecnológico y productivo de un cultivo en una determinada zona y el manejo de los nutrientes durante su ciclo. La generación de información respecto de estos temas y su entendimiento a partir de herramientas adecuadas, permiten seguir mejorando los enfoques sobre la producción y, de esta forma, rediseñar estrategias para aumentar la eficiencia de los procesos en el sector agroalimentario.
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Bibliografía
Bolsa de Cereales. 2015. Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada. Disponible en: http://www.bolsadecereales.org/retaa
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Autores:
Juan Martin Brihet
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Maria Olinda Zavaleta Gutiérrez
29 de julio de 2020
Me parece algo nuevo e innovador que no se había visto antes acá
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