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El poder que hay en una sola semilla

Publicado: 16 de junio de 2019
Por: Ada Nalbis Camacho
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Una semilla contiene el poder y potencial de multiplicarse.  En sí mismo, no es muy vistosa, pero cuando es plantada, esa pequeña semilla tiene el poder suficiente para enraizarse profundamente en la tierra. Una persona puede necesitar alguna herramienta para cavar en la tierra, pero la semilla tiene el poder en si misma de hacerlo. Una vez que la semilla ha penetrado en la tierra, tendrá el poder suficiente también para abrirse camino y salir a la superficie de la tierra en forma de planta.
¿De dónde proviene el poder suficiente para hacer que las raíces penetren bajo el suelo?  Como sabemos este poder viene intrínseco en la misma semilla.
Jesús nos dijo “Que el poder y potencial de una semilla nunca se podrá ver manifestado, si se deja sin plantar.  Por lo tanto la cosecha morirá dentro de la misma semilla y se perderá.  Por lo que el grano de una semilla no cae en la tierra y muere queda solo y si muere se llevara la cosecha y los frutos. 
Una semilla tiene Poder y Potencial; para la humanidad y que nunca pasemos hambre, por lo que la semilla trasciende y germina por los siglos de los siglos.  Por eso Dios nos provee de semillas si somos sembradores, pero debemos plantar la semilla en la tierra para que se multipliquen y de esta manera ver multiplicadas las cosechas y poder recoger nuestros frutos de generaciones en generaciones.
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El problema que tenemos en la actualidad es que se “vive con la semilla en vez de vivir con la cosecha”.  Si tenemos dinero por ejemplo 1000 bs y no lo plantamos o multiplicamos con fe, lo único que tendremos será ese mismo dinero. Pero si por el contrario lo sembramos con Fe. Dios puede multiplicar nuestra siembra y traernos una cosecha abundante.
Podemos aprender más acerca del Poder de la multiplicación de la semilla, viendo a un grano de maíz.  Podemos tomar un pequeño grano y comerlo, pero si plantamos ese mismo grano de maíz en la tierra el promedio de lo que produce un grano es un tallo con 2 mazorcas mínimo de choclo de maíz. Cada mazorca de maíz produce un promedio de 616 granos. ¡Es impresionante lo que hace un total de 1.232 granos de un solo pequeño grano de maíz plantado en la tierra!
Podríamos cocinar esas mazorcas de maíz/choclo y comer esos granos, y seguramente quedaríamos satisfechos por algunas horas.  Pero si tenemos la mentalidad de un sembrador o agricultor, plantaremos de nuevos los 1.232 granos de maíz y de cada grano se obtendrá una planta y cada planta produce 2 mazorcas mínimo y ellos entonces se multiplicarían en una cosecha de 1.517.824 granos de maíz.  “Esto es maravilloso o No”
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Dios da como regalo ese poder y potencial que tiene la semilla para crecer en la tierra para que en el mundo no exista pobreza ni desnutrición. Él puso en funcionamiento la “LEY DEL INCREMENTO SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA DE LA SEMILLA”. ¿Pensaríamos que DIOS haría esta ley más efectiva para un grano plantado en la tierra que uno plantado en su Reino?  ¡NO¡ La ley de siembra y cosecha es más real en el mundo espiritual que en lo natural, así que no temamos PLANTAR UNA SEMILLA.  ¡Pero siempre creamos en el Poder que tiene la semilla para multiplicarse!
1.1 La semilla
La Semilla, simiente o pepita es cada uno de los cuerpos que forman parte del fruto que da origen a una nueva planta; es la estructura mediante la que se realizan la propagación de las plantas que por ello se llaman espermatofitas (plantas con semilla).  La semilla se produce por la maduración de un ovulo de una gimnosperma o de una angiosperma. 
Una semilla contiene un embrión del que puede desarrollarse una nueva planta bajo condiciones apropiadas. También contiene una fuente de alimento almacenado y está envuelto en una cubierta protectora.
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Por lo tanto es importante saber que una semilla está formada de tres partes: el embrión, los tejidos de almacenamiento y las cubiertas protectoras. La semilla va ser el inicio de nuestro huerto o siembra con el objetivo final de obtener un alimento saludable en nuestra mesa.  Algo que no se nos debe de olvidar es que algunas hortalizas se propagan a partir de esquejes o raíces (como por ejemplo la fresa y la papa); pero la mayoría de las hortalizas se originan de semillas. Ante esto, es esencial disponer de semillas de alta calidad con alto poder germinativo.
Las semillas aparecen en las flores, y su proceso de creación se denomina reproducción, lo que necesita en general de ayuda externa, que proporciona algunos animales e insectos como las abejas, avispas, mariposas, etc, que llevan el néctar de una flor a otra produciendo la polinización, que asegura que las células masculinas de una flor lleguen al estigma de otra, que integra el gineceo, parte femenina de la flor.
Las semillas contienen el embrión, del cual saldrá el brote, y también poseen una reserva alimentaria, que le permitirá al embrión mantenerse con vida y le aportara la energía para la germinación, la que se realiza en condiciones ambientales favorables.
 
1.3 Origen de la Semilla.
La semilla es una célula reproductiva compleja, característica intrínseca de las plantas vasculares superiores, que se forma a partir del óvulo vegetal, con frecuencia después de la fertilización. Se encuentra en las plantas con flores (angiospermas) y en las gimnospermas. En las angiospermas los óvulos se desarrollan dentro de un ovario; en tanto que en las gimnospermas la estructura que los contiene es muy diferente, pues no constituye una verdadera flor; sin embargo, la estructura de las semillas de estas plantas es básicamente similar a la de las plantas con flores.
  • Para entender la ontogenia de la semilla, es decir, su formación y desarrollo, se requiere cierto conocimiento de la estructura de las flores y de los órganos reproductivos masculinos y femeninos, En términos generales, las flores consisten de varias capas de hojas modificadas que constituyen, de afuera hacia adentro, los sépalos, los pétalos, los estambres y el ovario. Hay grandes variaciones entre especies en la forma, tamaño y disposición de estas estructuras. Es importante destacar que hay también plantas que producen flores con sexos separados, ya sea masculinas con estambres o femeninas con ovarios. Los estambres producen granos de polen que contienen los gametos masculinos, y el ovario contiene los óvulos que producirán a las semillas. Los óvulos de las plantas superiores son estructuras pluricelulares, relativamente complejas. En su interior, el óvulo contiene al saco embrionario y éste a su vez contiene varias células haploides, no claramente delimitadas, cuyo número varía entre los diferentes grupos taxonómicos.
  • Al arribar el polen al pistilo, que es el órgano femenino, se produce la polinización, con la consecuente formación del tubo polínico, que desciende por el estilo hacia el óvulo. El tubo polínico lleva dos núcleos haploides: el gameto masculino que se fusionará con el núcleo del saco embrionario que funciona como cigoto o huevo, para originar un nuevo organismo diploide, y otro que se fusionará con los dos núcleos polares del saco embrionario para formar un tejido triploide, el endospermo. Este proceso se conoce como doble fecundación. Tanto la estructura de estos órganos como la doble fecundación, que caracteriza a las plantas, son complejas y escapa a los objetivos de este libro.
  • Al momento de la fertilización un óvulo típico de angiospermas está compuesto por una o dos capas protectoras y por el saco embrionario que contiene al núcleo que funciona como gameto. El óvulo está unido a la pared del ovario por el funículo. Después de la fertilización el huevo comienza a dividirse hasta formar el embrión de una nueva planta: las cubiertas exteriores o tegumentos originarán la cubierta de la semilla, como hemos mencionado, las otras células del tejido central en algunos casos originarán el endospermo, que contiene las reservas de la semilla que serán utilizadas en el desarrollo inicial de la nueva planta. En muchas especies el endospermo no se forma y es el embrión el que acumula las sustancias de reserva, generalmente en los cotiledones u hojas embrionarias, que pueden llenar todo el interior de una semilla. En la naturaleza se encuentran infinidad de variantes en la estructura de las semillas; por ejemplo, en las semillas pequeñas el embrión puede poseer un cúmulo de pocas células o tener ya la forma de una pequeña planta en la que se distinguen claramente la radícula, los cotiledones u hojas embrionarias, la plúmula de la cual se desarrollará el tallo y el hipocótilo, conectando entre sí todas las estructuras, como se puede apreciar en la siguiente figura.
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  • Las reservas energéticas de la semilla son: grasas, carbohidratos y a veces proteínas que sostendrán a la futura planta durante sus primeras etapas de vida. Estas reservas, como hemos dicho, pueden encontrarse en diferentes tejidos o en el embrión mismo, y todo esto está relacionado con la germinación y el desarrollo de un nuevo individuo.
  • Existe cierto paralelismo en el desarrollo de las semillas en las plantas superiores y el desarrollo de los fetos en los mamíferos. En ambos casos existe una conexión de tipo placentario que transfiere recursos para el desarrollo del embrión, que aumenta sus probabilidades de sobrevivencia después de la separación de la madre, durante la germinación y las primeras etapas del establecimiento. La diferencia principal radica en que esta separación, en el caso de los animales, se lleva a cabo por el propio movimiento de la descendencia, en tanto que en las plantas, el alejamiento de los descendientes de la planta madre ocurre en forma pasiva y con frecuencia auxiliada por agentes externos como el viento, el agua y los animales que se encargan de diseminar las semillas. En esta función el ovario tiene un papel importante, ya que con frecuencia se transforma en la estructura que va a permitir la dispersión de la semilla, bien sea formando un fruto carnoso, una estructura en forma de alas o pelos, o un fruto seco que al deshidratarse se abre bruscamente expulsando las semillas. En algunos casos, partes del fruto pueden llegar a formar parte de las cubiertas de la semilla, como en las gramíneas y algunas frutas como el durazno. En resumen, una semilla madura contiene tejidos originados directamente de la planta madre y tejidos formados por la nueva combinación genética producida por la fertilización.
  • La gran diversidad de formas de los frutos de las angiospermas está muy relacionada con los mecanismos de dispersión. El crecimiento y desarrollo de las plantas jóvenes bajo el árbol que las engendró es muchas veces difícil debido a la falta de luz, a la competencia de las raíces por nutrientes y a la presencia de una gran densidad de parásitos y depredadores específicos en esa área; la dispersión sobre una área más amplia asegura que algunas semillas encuentren condiciones adecuadas para germinar y crecer. Sin embargo, en las comunidades naturales la gran mayoría de ellas padecen por los efectos de un ambiente inadecuado para establecerse, por la competencia con otras plantas, por depredación por animales o parásitos y por enfermedades.
  • En la naturaleza existen infinidad de variantes con respecto a la estructura de los frutos y los mecanismos de dispersión de las semillas, que han sido objeto de numerosos estudios. En el cuadro 1 se resumen los diferentes mecanismos de dispersión existentes, y su relación con los agentes que transportan las semillas.
1.2 ¿Qué son las semillas?
El término semilla, en sentido amplio, comprende cualquier estructura botánica que permita la propagación sexual o asexual de una especie, capaz, no sólo de definir un tipo de planta o población de plantas con características y atributos propios, según la agricultura convencional; sino también, de generar nuevas formas, aspecto que caracteriza a la agricultura tradicional y a los cultivos nativos.
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De lo anteriormente expuesto decimos que las semillas son aquella parte de una planta ya existente capaz de ser fuente de la creación de una nueva planta del mismo tipo.  Es así que si se da la combinación de factores y condiciones necesarias, el embrión contenido dentro de estas dará lugar a otra planta.
1.3 Estructura de la Semilla
El alimento almacenado comienza como un tejido fino llamado endospermo que es provisto por la planta progenitora y puede ser rico en aceite o almidón y en proteínas.  En ciertas especies el embrión se aloja en el endospermo que la semilla utilizara para la germinación.  En otros, el endospermo es absorbido por embrión mientras que el ultimo crece dentro de la semilla en desarrollo y lo cotiledones del embrión se llenan del alimento almacenado. 
En la madurez, las semillas de estas especies carecen de endospermo.  Algunas semillas de plantas comunes que carecen de endospermo son las habas, guisantes, calabazas, girasoles y rábanos.  Las semillas de plantas con endospermo incluyen todas las coníferas, la mayoría de las hierbas y de otras monocotiledóneas, tales como el maíz y el coco. 
La envoltura de las semilla se desarrolla a partir de cubiertas, llamadas tegumentos, que originalmente rodean al ovulo.  En la semilla esta envoltura madura se puede convertir en una fina cubierta, como en el cacahuete o en algo más sustancial.
Las semillas de las angiospermas quedan contenidas en estructuras secas o carnosas (o en capas de ambas) llamadas frutos. En español se llama al alimento que representan los frutos carnosos y dulces.  En cambio las semillas de las gimnospermas comienzan su desarrollo “desnudas”, sobre las brácteas de los conos, aunque en su desarrollo son acompañadas por escamas, que ayudan a su protección o a su dispersión. 
Existe también un concepto legal de semillas, en el que se considera como semilla a cualquier parte de la planta cuando su fin es la multiplicación incluyéndose entonces plantones, vitroplantas, esquejes, etc.
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Una semilla bien formada está cargada de todos los elementos orgánicos necesarios que permitirán el desarrollo de la planta, por lo tanto se mantendrán variedades y la especie de generación en generación. La clasificación de las semillas es amplia, pero a nosotros nos interesan las semillas angiosperma (que tiene listadas a más de 300.000 especies incluidas diferentes hortalizas y hierbas) y algunas gimnosperma.
Entonces, la estructura general de la semilla tiene:
  • Una cubierta protectora nombrada testa. En algunas semillas es dura (como el frijol o el girasol) y tienen una capa interna y externa de cutícula, además del tejido de protección. Tiene la función de permitir que la semilla se active sólo bajo circunstancias específicas (temperatura, luz y humedad son los factores que más influyen).
  • Reserva de nutrientes.  Están localizadas en el endospermo. La reserva inicial de nutrientes le permitirá al embrión desarrollar la raíz y cotiledones que comenzarán la primera fotosíntesis en la planta. Los cotiledones son hojas diferentes a las de la planta y generalmente (aquellas dicotiledóneas) cuentan con una reserva extra de nutrientes.
  • Embrión. Éste será el responsable de formar la raíz y las dos primeras hojas (en ocasiones una) no verdaderas y tallo. Primero saldrá la raíz o radícula que permitirá anclarse en el suelo. Luego, nacerán los cotiledones que se secarán unos días después cuando las sustancias contenidas en ellas sean asimiladas por la planta.

1.4 Importancia de la semilla
En La Agricultura Convencional En su sentido amplio, semilla es cualquier estructura botánica que permita la propagación sexual o asexual de una especie.
En La Agricultura Tradicional La semilla debe ser capaz de mantener las características de la variedad. Los componentes genético, físico, fisiológico y sanitario definen la calidad de la semilla. La semilla se vende. La semilla debe lograr una producción con altos rendimientos. Seleccionan la semilla. Siembran semilla de calidad. El valor de la semilla depende de la retribución económica que ofrece.
Existen campos destinados exclusivamente a la producción de semillas.  Es importante resaltar la identificación de variedades.  La mezcla mecánica de variedades y el cruzamiento natural causan el deterioro de la variedad debido a la pérdida de la pureza genética.  La siembra aislada de una variedad asegura la pureza genética. Se emplean productos químicos en la protección de semillas.  En algunos casos se remoja la semilla para facilitar la germinación y uniformizar la emergencia.
Las variedades son de amplia adaptación El contenido de humedad es importante para el almacenamiento. En sentido único como ya lo mencione, semilla es cualquier estructura botánica que permita la propagación sexual o asexual de una especie.  La semilla debe ser capaz, también de generar nuevas formas. Juzga la calidad por la apariencia de la semilla (componente físico). La semilla también se intercambia o se regala. Dentro del proceso de siembra se debe escoger la semilla y sembrar la semilla de calidad. La semilla debe asegurar una producción para el sustento directo de las familias, y/o debe contribuir al incremento de la variabilidad.
El valor e importancia de la semilla radica en el uso directo que ofrece, o en la posibilidad de enriquecer la variabilidad, o en la vigencia del legado de sus ancestros. No existen campos semilleros, sino plantas o frutos destinados a la extracción y selección de semillas. No es relevante la identificación de variedades.  
La siembra en mezcla de variedades fortalece la semilla debido al cruzamiento natural.  La siembra en mezcla de variedades, y la asociación de cultivos favorecen la variabilidad y la diversidad. Emplear técnicas tradicionales en la protección de semillas.  En algunos casos remojar la semilla para facilitar la germinación y uniformizar la emergencia. Las variedades presentan una adaptación específica, también considera importante el contenido de humedad para el almacenamiento.

1.5 Función de la Semilla
A diferencia de los animales, las plantas están limitadas en su habilidad de buscar las condiciones climáticas favorables para la vida y el crecimiento.  Por consiguiente, han evolucionado de muy diversas formas para propagarse y aumentar la población a través de las Semillas.  Una semilla debe llegar a la localización adecuada en el momento óptimo de germinación.
Estas propiedades que fomentan la producción de la siguiente generación es posible que estén más relacionadas con los frutos que con las mismas semillas, ya que la función típica de la semilla es la de servir de mecanismo retardante, permitiendo suspender el crecimiento si las condiciones no son favorables o dar el tiempo necesario para su dispersión.  Cada especie logra su objetivo de una forma diferente; produciendo gran cantidad de semillas envolviendo las semillas en duras capas que se van ablandando con las lluvias y el frio invernal para germinar.

 
1.6 Producción de semilla
La producción de semillas es un proceso industrial que permite crear semillas de alta calidad en las mejores condiciones, libres de contaminación, plagas o enfermedades.  La producción de semillas es parte de la industria alimentaria (maíz, soja, trigo, frutas entre otros), pero también de productos como el algodón y las flores.   
Las plantas presentan frecuencias de floración y de subsecuente fructificación que van desde la producción continua de frutos a lo largo del año, como ocurre en algunos casos, a la producción sincrónica de frutos dentro de una generación de plantas a intervalos de más de un siglo, como ocurre en algunas especies de bambú.
Entre estos extremos existen varios patrones de producción de semillas. Uno muy frecuente es: la fructificación anual de duración relativamente fija; sin embargo, el tamaño de la cosecha de semillas de la población de una especie, o de ésta, entre plantas individuales, puede variar. El periodo de fructificación cambia entre diferentes localidades, incluso dentro de una misma región. Esta variabilidad se debe a variaciones en la disponibilidad de recursos para la reproducción o a los ciclos endógenos que diferencian distintos niveles de esfuerzo reproductivo entre años.
 
1.7 Las etapas de producción
La producción de semillas incluye las siguientes etapas:
  • Siembra
  • Cosecha
  • Acondicionamiento
  • Secado
  • Análisis y control de calidad
  • Clasificación y selección,
  • Lavado y tratamiento
  • Almacenaje
  • Certificación
  • Etiquetado y embalaje
  • Embarque.
1.8 Tipos de Semillas
Las semillas sirven para muchos propósitos en el suelo y en la mesa de la comida. Ninguna semilla es igual a la otra ya que todas tienen características especiales. Algunas semillas tienen una cubierta exterior dura con una pulpa permeable interna mientras que otras son comestibles y fáciles de masticar.  El color también varía mucho dependiendo del tipo de semilla.
Su tamaño puede variar según de que se trate, así como también podrá ser diferente su color, contextura, tipo de tegumento (o piel), etc.  El proceso de reproducción mediante este elemento puede darse de diferentes formas, en muchos casos las semillas se trasladan producto del viento u otros factores climáticos depositándose en la tierra. Pero también existe aquel en el que la intervención humana es fundamental, es decir, la plantación intencional de las semillas.
Es importante aclarar para su posterior clasificación que las semillas pueden ser: monocotiledóneas, formadas por un único cotiledón; o bien dicotiledóneas, en cuyo caso estarán conformadas por dos cotiledones.
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Todas las plantas tienen su origen en una semilla. Tal es su importancia que las semillas suponen la principal forma de propagación en el reino vegetal y albergan muchísimos nutrientes en su interior. Por ello, vamos a pasar a describir los diferentes tipos de semillas en el próximo capítulo.
Sea, cual sea el tipo de semilla es importante mantenerlas protegidas y resguárdalas de los insectos y de las altas temperaturas.

Cosecha de las Semillas
La fotosíntesis juega un papel muy importante en las plantas y genera compuestos orgánicos que son invertidos en gasto respiratorio, crecimiento, reposición de partes, tejidos y órganos, y finalmente en la reproducción, por lo que la cantidad de semillas producidas por cada planta individual, en proporción a su biomasa total y al rendimiento fotosintético anual, es muy variable entre especies y poblaciones.
Las plantas anuales colocan gran parte de su productividad fotosintética anual en biomasa reproductiva porque tienen una sola oportunidad en la vida de dejar descendientes, pero la mayoría de las plantas leñosas producen propágulos muchas veces durante su vida, por lo que esta producción se logra normalmente utilizando una menor proporción de la productividad fotosintética anual.
Otro factor importante relacionado con el volumen de la cosecha es la frecuencia del fructificación. Se ha visto que las plantas que fructifican frecuentemente producen menos propágulos que aquellas que lo hacen esporádicamente, y que las de fructificación estacional ocupan una posición intermedia. En el sureste de Asia existe el fenómeno conocido como fructificación "mast", el cual consiste en la producción masiva de frutos cada cierto número de años, seguida de una producción escasa en años intermedios.
Con gran frecuencia se observan años buenos y años malos en la producción de frutos en muchas plantas tropicales. Durante los años buenos las semillas son abundantes, sanas y con alta viabilidad, en tanto que en los años malos éstas son escasas, mal desarrolladas y de baja viabilidad. Esta variación está ligada a la calidad de la estación favorable para la productividad fotosintética y a factores bióticos, como la abundancia de polinizadores o parásitos de flores y frutos.
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Ada Nalbis Camacho
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Ernesto Alonso Estrada Lazos
14 de septiembre de 2020
La primera parte me sorprende por el sesgo creyente q' le dan, esta bien pero la naturaleza es basta y sabia, yo creo mucho en la naturaleza, maxime cuando esto lo tratan protestantemente, no comulgo con tal idea
Dpa. Óscar Castro Solano
22 de julio de 2019
Desarrollo y germinación de las semillas Ángel J. Matilla LA GERMINACIÓN DE SEMILLAS La germinación es el proceso que se inicia con la toma de agua por la semilla seca (imbibición) y termina cuando una parte de ésta (eje embrionario en dicotiledóneas o radícula en monocotiledóneas y gimnospermas) atraviesa las estructuras envolventes que la rodean (emergencia). En el caso de las semillas endospérmicas (como las de las gramíneas), la resistencia que oponen estas estructuras (testa y endospermo) al embrión es tan grande, que para que se produzca la emergencia es necesaria la degradación enzimática de varias zonas de dichas estructuras. La toma de agua por una semilla madura es trifásica: toma rápida inicial, fase de meseta (? entre 1 a 1.5 MPa) y nuevo incremento en la absorción de agua, que se corresponde con el período de elongación del embrión o de la radícula. La duración de cada fase dependerá de las características de la semilla (tamaño, contenido de sustratos hidratables, permeabilidad de la cubierta seminal, toma de O2, etc.) y de las condiciones externas en las que se produce la imbibición (temperatura, composición del sustrato del suelo, contenido de humedad). Por razones no aclaradas todavía, las semillas que están en estado de dormición sólo atraviesan las dos primeras fases. Una semilla seca (5-10% de contenido en agua) tiene un ? muy negativo (aproximadamente, 100 MPa), por lo que tiende a imbibirse muy deprisa (fase inicial), independientemente de que la semilla esté durmiente o sea viable. Esta fase tan rápida de absorción de agua provoca alteraciones temporales en la permeabilidad diferencial de las membranas de la semilla y, por consiguiente, una pérdida al medio circundante de solutos y diferentes metabolitos de bajo peso molecular (azúcares, ácidos orgánicos, iones, aminoácidos, péptidos, etc.). La pérdida de inhibidores de germinación (como los. fenoles) y ABA también tiene lugar en esta fase de hidratación. Estas pérdidas pasivas de compuestos son un reflejo de la transformación de los componentes fosfolipídicos de las membranas desde una fase de gel (adquirida en la última etapa de la embriogénesis) a una fase de cristal-líquido hidratado provocada por el agua de imbibición. Esa transición puede ser retrasada o inhibida por la presencia de azúcares (sacarosa, oligosacáridos de la serie rafinosa y estaquiosa) o proteínas (como, por ejemplo, proteínas LEA). El hecho demuestra que, durante el proceso. El hecho demuestra que, durante el proceso embriogénico de la semilla, los azúcares y proteínas LEA implicados en la preservación de las membranas durante la masiva pérdida de agua se sintetizan antes de que se inicie la desecación. Concluida la fase inicial de la imbibición, las membranas recobran su configuración más estable y se reduce la pérdida de solutos. Sin embargo, no se conoce el mecanismo por el cual las membranas son reparadas una vez finalizada esta toma de agua tan brusca. A los pocos instantes de iniciarse la imbibición de la semilla viable, se reanuda su actividad metabólica. Se asume que las estructuras y enzimas necesarias para tal fin deben estar presentes en la semilla seca; por consiguiente, han permanecido protegidas a lo largo de la desecación de ésta. Uno de los aspectos más importantes del metabolismo al inicio de la imbibición es la producción de ATP y la actividad respiratoria, la cual se detecta en pocos minutos. Algunas semillas producen etanol en esta fase, a causa del déficit de O2 ocasionado por la falta de acceso de éste desde el exterior, debido a la impermeabilidad de la cubierta seminal al O2. Con la emergencia radicular finaliza la germinación y se inicia el crecimiento de la plántula Se conoce como emergencia radicular el proceso por el cual la radícula o el eje embrionario atraviesan los tejidos envolventes y pasan de un metabolismo preferentemente anaerobio a otro típicamente aerobio. La emergencia marca el fin de la germinación y el comienzo del crecimiento de la plántula. Este proceso lo conduce básicamente la elongación celular, y puede estar acompañado por actividad mitótica. A excepción de los embriones inmaduros, la división celular no parece relacionada con la emergencia ni es necesaria para que se produzca. Al igual que el crecimiento por elongación en otros tejidos, el crecimiento radicular (proceso que provoca la emergencia) deberá estar desencadenado por un «ablandamiento» de la pared celular y la acción posterior de la presión de turgencia de las células localizadas en la región subapical (zona de elongación). La señal que induce el inicio de la elongación y el mecanismo íntimo de ésta no se conoce. Sin embargo, existen tres posibilidades: 1) acumulación de solutos osmóticos para provocar el incremento de la presión de turgencia; 2) aumento en la extensibilidad de las paredes celulares, previo al inicio de la elongación, y 3) acción conjunta de los procesos de elongación de la radícula y relajación de los tejidos que la rodean (hidrólisis de los componentes polisacarídicos de la pared celular). La semilla es el órgano que permite la dispersión, propagación y perpetuación de las plantas espermatofitas. Se admite que aproximadamente el 97% de las plantas que pueblan la superficie terrestre son espermatofitas. La estructura de la semilla y su fisiología están adaptadas para actuar como unidad de dispersión. La semilla posee reservas que alimentarán a la nueva plántula hasta que ésta pueda establecerse como un organismo fotosintéticamente competente, autotrófo. La aparición de la semilla en el ciclo vital de las plantas superiores constituyó un proceso de adaptación único, ya que mediante ella se asegura que la planta madre sobreviva en la generación siguiente, aun en condiciones ambientales adversas. En la semilla se reflejan, por tanto, todos los procesos adaptativos de la planta progenitora. Una vez que la semilla se ha formado mediante la embriogénesis, paraliza su desarrollo durante un período de tiempo, acumula sustancias nutritivas en los órganos de reserva y, finalmente, se deseca, dispersa y, cuando las condiciones del medio son favorables para germinar, inicia la regeneración de la planta madre. En este estado de desecación, la semilla puede adquirir diferentes formas de dormición, un proceso de enorme importancia en la supervivencia. Durante este período de dormición, la semilla mantiene su viabilidad a costa de una actividad metabólica basal. El ABA es el factor hormonal inductor de la dormición. Sin embargo, las características genéticas de la semilla, el programa de desarrollo y una serie de factores medioambientales inducen el grado y la intensidad de la dormición. Hasta ahora no se ha logrado aislar y caracterizar a nivel fisiológico y molecular ningún gen que tenga una relación directa con la dormición. Las GAslas temperaturas bajas o la absorción de luz roja «vía fitocromo» son algunos de los factores implicados, individual o conjuntamente, en la pérdida de la dormición primaria. Es posible que la interacción de la señalización del ABA y GAs sea un mecanismo importante en la ruptura de la dormición. Las etapas que constituyen la germinación de una semilla implican una regulación temporal y espacial del crecimiento y desarrollo de las células y de los tejidos que la forman. Durante la germinación se reactiva la proteinosíntesis y otros procesos metabólicos, las membranas vuelven a adquirir su permeabilidad diferencial y el DNA es reparado para reanudar sus funciones génicas. La emergencia de la radícula es una consecuencia de la elongación, y no de la mitosis, y se lleva a cabo porque los tejidos que la rodean sufren un proceso de «ablandamiento» provocado por el desmantelamiento de la estructura de la pared celular. Los niveles, la sensibilidad tisular y la señalización de varias fitohormonas cambian drásticamente durante estos procesos secuenciales, de lo que se deduce que están relacionadas con ellos. Dos de ellas, GAs y ABA, y probablemente el etileno, tienen funciones clave en el inicio y mantenimiento de la germinación. Sin embargo, el mecanismo por el que las fitohormonas controlan la germinación está lejos de conocerse en detalle. Se ofrece una visión fisiológica y molecular de las características y funcionamiento de la semilla, así como de los acontecimientos que tienen lugar durante su desarrollo y de las alteraciones que necesita para adquirir el estado de dormición y para prepararse y completar la germinación. https://www.uv.mx/personal/tcarmona/files/2016/08/Matilla-2008.pdf
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