Maiz bajo riego suplementario en la provincia de Cordoba: evaluaciones de hibridos comerciales bajo riego suplementario

En los últimos años,  los avances en genética, biotecnología, y en practicas de manejo del cultivo han generado las condiciones para que el maíz  si se desarrolla en un ambiente óptimo, logre  excelentes resultados productivos.  Sin embargo en los últimos 30 años, la superficie destinada a este cultivo en sistemas de secano ha tenido muchos altibajos, si bien el incremento en el área para la última campaña fue de algo más de 500 mil ha con respecto a las 3 décadas anteriores (informe bolsa de comercio de Córdoba). En situaciones con riego suplementario, la ecuación se invierte y el maíz tiene un rol preponderante en la secuencia de cultivos, porque ocupa como mínimo el 50 % del área bajo riego que se siembra en la provincia (resultados de encuesta a regantes INTA MANFREDI-Consorcio Regantes Zona I), ya que las incertidumbres productivas generadas por la variabilidad de las precipitaciones pasa a segundo plano y las prácticas de manejo comienzan a responder linealmente  en rendimiento a la aplicación de las mismas.

Sin duda en un planteo agrícola bajo riego, la presencia de maíz en la secuencia de cultivos es irremplazable, a partir de las siguientes líneas trataremos de brindar la información que surge de los resultados de nuestras experiencias.

 

Como todos los cultivos, el comportamiento del cultivo de maíz está influenciado por distintas variables ambientales que provocan modificaciones en el comportamiento del mismo.  Una de ellas es la temperatura,  e l otro factor es el fotoperiodo.

En las distintas regiones, los valores máximos de radiación (y fotoperiodo) y temperatura están desplazados en tiempo calendario,  como se observa de ejemplo el Gráfico.

 

Grafico 1: Valores relativos máximos de radiación solar y temperatura, asociados a tiempo calendario. Fuente: Claudia Vega

 

La elección de la fecha de siembra tendrá influencia directa sobre su rendimiento, debido a la oferta de temperatura, radiación y fotoperiodo que recibirán las distintas etapas fenológicas, impactando sobre el crecimiento y la producción de materia seca.

Para la región centro del país, la fecha de siembra óptima es hacia fines de septiembre a principios de octubre, siempre que hayamos superado el periodo de ocurrencia de heladas tardías. Esta fecha es factible en situaciones con riego,  ya que nos independizamos de la disponibilidad de agua para la emergencia. La fecha de siembra temprana, es el momento donde se puede obtener el rendimiento potencial, ya que ofrece temperaturas moderadas para el crecimiento vegetativo inicial, y a su vez una importante amplitud térmica. La radiación, en las etapas vegetativas está en pleno aumento, pero en la etapa reproductiva, estas condiciones se vuelven óptimas lo que permitirá al cultivo fijar la mayor cantidad de granos, y también incrementara el peso final de los mismos. 

Las evaluaciones realizadas por Inta Manfredi, recomiendan para siembras tempranas  densidades de 95.000 pl./ha.  

 

Como  en la mayoría de los cultivos de producción extensiva, existe una red nacional oficial, que se maneja con ensayos protocolarizados, y que evalúa el comportamiento de los distintos materiales que participan de la red.  Allí se analiza principalmente el componente productivo, pero también se tiene  en cuenta otros aspectos como por ejemplo el sanitario, generando información muy valiosa al momento de la elección de que material sembrar.  Para el caso de riego, lo que se evalúa son los materiales denominados elite, y los resultados de la campaña 2012 -2013 ven en la siguiente Tabla.  Estos ensayos estuvieron a cargo de los Ings. Agrs. Federico Piatti y Ana Fereyra. 

Tabla 1: resultados de rendimientos de distintos híbridos comerciales en lnta Manfredi. Campaña 2012-13. Fuente: Federico Piatti y Laura Ferreyra.

 

Estrategia de riego. Los momentos y láminas de riego, se decidieron en función de un Balance hídrico. El manejo de la fertilización  fue en base a criterio de reposición para fosforo y en nitrógeno en función a rendimientos potenciales esperados y disponibilidad actual en suelo, siguiendo la curva de respuesta de Nitrógeno, como se observa en la siguiente imagen.