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Herramientas de manejo para el cultivo de soja

Publicado: 2 de octubre de 2015
Por: Ing. Agr. Deborah Gaso e Ing. Agr. (Mag) Agustin Nuñez Russi. Programa Nacional de Cultivos de Secano. INIA Uruguay. Publicado en la Revista Nº 42 de INIA - Septiembre 2015
Introducción

Con un área de siembra superior al millón de hectáreas, la soja es el cultivo dominante en los sistemas agrícolas del país. Por este motivo, incrementar la productividad y estabilidad de sus rendimientos es fundamental para asegurar la rentabilidad y contribuir al logro de sistemas sustentables. No obstante, la productividad del cultivo se ha visto estancada en la última década y con una alta variabilidad interanual.

Por otra parte, la generación de conocimiento científico sobre el cultivo a nivel nacional no ha podido acompañar el crecimiento exponencial del mismo. Debido a esto, la falta de información local generalmente es cubierta por información generada en la región, pero que no necesariamente se ajusta de manera correcta a nuestras condiciones. Por esta razón, en las últimas zafras se llevaron adelante una serie de trabajos con el objetivo de generar conocimiento local sobre el manejo agronómico del cultivo en aquellas áreas donde se identificó faltante de información.

El objetivo de este artículo es resumir las herramientas de manejo disponibles para el cultivo y algunos resultados de los experimentos realizados por INIA en los últimos años.


Combinación de Grupos de Madurez y Fechas de Siembra

Tradicionalmente en el sistema sojero del país la siembra se concentra durante el mes de noviembre, utilizando grupos de madurez (GM) de V al VII. El objetivo de dicha estrategia es localizar el período crítico del cultivo (R3 a R6) entre los meses de febrero y marzo, donde en promedio la probabilidad de deficiencias hídricas es menor. Esto se asocia a la menor demanda atmosférica debido al descenso en la curva de radiación que ocurre después del mes de enero. Sin embargo, la estrategia de manejo que localiza el período de formación y llenado de granos en febrero – marzo no permite explorar rendimientos potenciales en aquellos años donde la disponibilidad hídrica no es una limitante en los meses de diciembre y enero.

Los máximos potenciales de rendimiento son explorados con aquellas combinaciones de ciclo del cultivo y fecha de siembra que permite localizar el período de formación y llenado de vainas en los momentos de mayor radiación disponible (fin de diciembre - enero). Para el ambiente que explora el cultivo en Uruguay la combinación de GM precoces (de III largo a IV) y fechas de siembra de mitad de octubre logran acoplar el período R3-R6 con los momentos donde la curva de radiación se maximiza (Figura 1).
Herramientas de manejo para el cultivo de soja - Image 1
Figura 1 - Ubicación de los períodos emergencia – R3 (verde) y R3 – R6 (rojo) en diferentes GM para siembras de mitad de octubre y mitad de noviembre.
En una zafra como la de 2014/2015 sin deficiencias hídricas hasta el mes de febrero, los máximos rendimientos se alcanzaron con la estrategia que utilizó ciclos precoces en siembras de mitad de octubre. No obstante, la implantación del cultivo en siembras tan tempranas como mitad de octubre, con el suelo con bajas temperaturas y eventos de precipitaciones abundantes e intensas, presenta grandes dificultades para establecer un cultivo con una cantidad de plantas aceptables. Sumado a estas dificultades para implantar el cultivo, el crecimiento vegetativo es lento durante el mes de noviembre. Si bien en estas siembras tempranas las condiciones de implantación y crecimiento vegetativo inicial no son favorables, fue posible alcanzar rendimientos que superaron los 5.000 kg/ha (Figura 2).

Para alcanzar estos rendimientos se debe realizar un manejo que permita minimizar el riesgo de iniciar la etapa de llenado de granos con un crecimiento vegetativo (cobertura del suelo) muy pobre (Figura 3). 
Figura 2 - Rendimiento alcanzado en diferentes GM en siembras de mitad de octubre (verde) y mitad de noviembre (naranja); y Figura 3 - Evolución de la cobertura del suelo (IAF) de diferentes GM que fueron sembrados a mitad de octubre.
Para lograr cobertura del suelo temprano se redujo la distancia entre hileras a 0,19 m y se sembró el cultivo tomando en consideración que el coeficiente de logro de plantas es muy bajo en estas condiciones de siembra. La implantación lograda en esta situación no superó el 70%.
Con manejos tradicionales, donde se siembran poblaciones intermedias (250.000 plantas/hectárea) y distanciamiento entre hileras de 0,38 m, los ciclos precoces (GM menores a 4.9) alcanzan los primeros estadios reproductivos con reducida cantidad de materia seca acumulada, baja altura y no alcanzan cobertura total. Con poblaciones logradas de al menos 300.000 plantas/ha y distanciamiento entre hileras a 0,19 m se logró contrarrestar las malas condiciones de implantación del cultivo en octubre y el lento crecimiento inicial, alcanzando cobertura total del suelo previo al estado de R5 (Figura 3).

Respuesta del cultivo al arreglo espacial

La capacidad de ramificación del cultivo y de formar estructuras reproductivas en las ramas secundarias le confiere gran plasticidad y escasa respuesta a la densidad de plantas utilizadas. Los rangos de poblaciones de plantas óptimas determinados en las curvas de respuesta conocidas para ambientes diferentes a los de Uruguay son extremadamente amplios.

El incremento en rendimiento ocurre en un rango de poblaciones de hasta 180.000 plantas/ha para diferentes ambientes de producción. Por encima de este nivel el rendimiento se estabiliza, con la excepción de lo que ocurre en la condición de sequia terminal donde la curva de respuesta muestra que el rendimiento decrece con el incremento de plantas (Leeet al., 2008; Edwardset al., 2005).

La información generada en cuanto a la respuesta a la población de plantas en diferentes ambientes del sistema agrícola uruguayo, muestra que únicamente en algunos casos particulares se constató incremento en el rendimiento por un incremento en la densidad de plantas utilizadas (Figura 4). 
 
Figura 4 - Rendimientos según población de plantas lograda en diferentes zonas del país, años y fechas de siembras. (a, b y c) son siembras de 1ra entorno al 15 de noviembre; (d y e) son siembras de 2da entorno al 10 de diciembre.
Si bien los rangos de poblaciones de plantas que fueron experimentados son más amplios que los se utilizarían razonablemente en una situación comercial (entre 100.000 a 600.000 plantas/ha) la respuesta en rendimiento se observó solamente en poblaciones de plantas muy bajas y en aquellas situaciones donde el ambiente determina una situación de crecimiento restringido para el cultivo, como fue el caso de cultivos en la región centro o sobre suelo de bajos en sistemas arroceros. En los ambientes representados por suelos de alto potencial, como el sitio en Estanzuela, aún con poblaciones tan bajas como 150.000 plantas/ha el cultivo logró compensación a través de la ramificación, para conformar un rendimiento similar al cultivo que tuvo más de 450.000 plantas/ha.
 
El acercamiento entre hileras hasta 0,19 m es una medida de manejo que, en principio, podría mostrar respuesta favorable en el rendimiento en aquellas situaciones donde el crecimiento vegetativo del cultivo presenta restricciones, como es el caso de las siembras muy tempranas (con problemas de implantación y emergencias lentas) o los cultivos de segunda donde el período de crecimiento vegetativo es más estrecho. En ambientes de segunda se observó respuesta positiva al acercamiento entre hileras aún en una situación de alto potencial de rendimiento.
 
 
Requerimientos nutricionales
 
Conocer los requerimientos internos de nutrientes permite conocer la cantidad de cada nutriente que debe absorber el cultivo de soja para alcanzar un rendimiento determinado y la eficiencia de uso de esos nutrientes, siendo una información importante a considerar para la definición de la dosis de fertilización. En la Figura 5 se presentan resultados preliminares de los requerimientos nutricionales estimados durante la zafra 2013-2014 (132 observaciones) donde en promedio la soja debió absorber 92 kg de nitrógeno (N), 8 kg de fósforo (P), 42 kg de potasio (K) y 5,8 kg de azufre (S) para producir una tonelada de grano.
 
Herramientas de manejo para el cultivo de soja - Image 6
 Figura 5 - Requerimientos nutricionales de macronutrientes para el cultivo de soja (132 observaciones, año 2013).

 
Identificación de nutrientes limitantes
 
A nivel nacional se cuenta con información y herramientas de diagnóstico que permiten identificar y decidir la fertilización en aquellas situaciones donde es más probable que existan deficiencias nutricionales. A continuación se presenta un resumen de los principales factores a considerar para decidir la fertilización del cultivo de soja así como la extracción de nutrientes estimada a partir de experimentos de campo.
 
Fósforo
Morón (2005) estimó que el nivel crítico de P Bray I en el suelo era de 10-12 ppm, con una eficiencia esperada de la fertilización de 6 kg de grano por kg de P 2 O 5 cuando los suelos presentaban contenidos de P por debajo de ese nivel. Condiciones de siembra con suelos fríos o secos, o suelos con problemas de compactación, son predisponentes para que ocurran deficiencias de P por lo que en esas situaciones podría existir respuesta a la fertilización aún con contenidos mayores de P en el suelo. Hoffman (2013) para cultivos de soja de segunda estimó que el nivel crítico era de 16 ppm de P Bray I.

Entre las zafras 2012-2013 y 2014-2015 se realizaron 26 experimentos exploratorios de respuesta a la fertilización en chacras comerciales, encontrando respuesta positiva a la fertilización con P en tres sitios (Cuadro 1). En esos sitios la fertilización con P logró un aumento de rendimiento de entre 6 y 10% en comparación con el tratamiento que no llevó P. 
 
Herramientas de manejo para el cultivo de soja - Image 7
Cuadro 1 - Sitios con respuesta positiva a la fertilización con fósforo (p<0,05)..

La respuesta promedio a la fertilización fue de 5 kg de grano por kg de P 2 O 5 coincidiendo con lo reportado por Morón (2005), aunque debe considerarse que se utilizó una dosis única de 50 kg P 2 O 5 /ha, lo que podría estar perjudicando la eficiencia estimada del fertilizante.

En los experimentos realizados desde el 2012 se estimó también la extracción de P en el grano de soja, con resultados preliminares que indican una extracción promedio de 4 kg de P por tonelada de grano (13% de humedad) y un rango de extracción de entre 1 y 6 kg P por tonelada. Parte de esta variación se debió a la fertilización con P, la cual tuvo un efecto significativo sobre la concentración del nutriente en el grano (Núñez et al., 2014).

Potasio
Para cultivos de secano Barbazán et al. (2011) estimaron un nivel crítico de K intercambiable en suelo de 0,34 meq/100g. Los suelos de Uruguay presentan diferencias importantes en la capacidad de aporte de K, siendo más frecuentes las deficiencias en suelos de textura liviana, sin presencia de illita en la fracción arcilla y con poca disponibilidad de reservas (Bordoli et al., 2012; Núñez y Morón, 2013).

En los experimentos más recientes de respuesta a la fertilización realizados por INIA, no se encontró un efecto de la fertilización con K en los rendimientos, lo que se explica principalmente porque la mayoría de los sitios presentaban valores de K intercambiable mayores al nivel crítico recomendado.
 
En la Figura 6 se presenta la extracción de K en grano de soja estimada para los años 2012 y 2013, con un promedio de 15 kg de K por tonelada de grano y un rango de 12 a 19 kg de K por tonelada. La fertilización con K no tuvo un efecto significativo sobre la concentración del nutriente en el grano lo que coincide con lo reportado por la bibliografía. 
 
Azufre
En el país, la presencia de cultivos con valores de S en planta por debajo de los niveles recomendados o la respuesta a la fertilización es poco frecuente (Bordoli et al., 2012; García-Lamothe y Sawchik s/p). Esto coincide con los resultados de los experimentos más recientes, donde no encontramos respuesta a la fertilización con este nutriente.
 
Herramientas de manejo para el cultivo de soja - Image 8
 
El análisis de suelo disponible para estimar la disponibilidad de S (azufre como sulfatos: S-SO 4 -) tiene generalmente baja capacidad predictiva lo que hace difícil estimar un nivel crítico confiable. Sin embargo, las situaciones con mayor probabilidad de respuesta a la fertilización azufrada corresponden a suelos con menos de 10 ppm de S-SO 4 -, donde se esperan altos rendimientos con buena disponibilidad hídrica o condiciones de suelos con baja capacidad de aporte de S (arenosos, de pobre fertilidad natural). También existe mayor probabilidad de respuesta en situaciones con prolongada historia agrícola, suelos que han perdido materia orgánica, luego de barbechos prolongados o en chacras compactadas.

La dosis recomendada es de 10-15 kg S/ha con una eficiencia esperada de 11 a 23,5 kg de grano por kg de azufre (Morón, 2005; García-Lamothe y Sawchik, s/p). La extracción estimada en grano es de 3 (2 a 4) kg de S por tonelada de grano de soja (13% de humedad).
 
 
Conclusiones
  • En ambientes de producción como fue la situación de la zafra 2014/2015 las siembras tempranas de ciclos precoces permitieron alcanzar rendimientos cercanos al potencial del cultivo en el país (superiores a 5.000 kg/ha).
  • Si bien las variables de manejo asociadas al arreglo espacial no evidenciaron una incidencia importante en el rendimiento debido a la capacidad de compensación del cultivo, en algunas situaciones de menor potencial (suelos de la región centro o bajos de sistemas arroceros) donde el crecimiento del cultivo está restringido, el rendimiento fue penalizado en las densidades de plantas más bajas.
  • Para el manejo de la fertilización se cuenta con información nacional (niveles críticos, condiciones predisponentes) que permiten estimar cuáles serán las situaciones de mayor probabilidad de respuesta a la fertilización.
  • La baja frecuencia de respuesta a la fertilización encontrada en los experimentos más recientes evidencian la validez de la información generada previamente en el país.
  • Es importante considerar la extracción de nutrientes en el grano y su reposición para evitar una pérdida en la disponibilidad de nutrientes del suelo en el medianolargo plazo.
 

Bibliografía

Barbazán MM, Bautes C, Beux L, Bordoli JM, Cano JD, Ernst O, García Lamothe A, García FO, Quincke A. 2011. Fertilización potásica en cultivos de secano sin laboreo en Uruguay: rendimiento según análisis de suelos. Agrociencia, 15(2): 93-99.
Bordoli JM, Barbazán MM, Rocha L. 2012. Soil nutritional survey for soybean production in Uruguay. Agrociencia, 16(3):76-83.
Edwards JT, Purcell LC, Karcher DE. 2005. Soybean yield and biomass responses to increasing plant population among diverse maturity groups. Crop Science, 45(5):1778-1885.
García-Lamothe A, Sawchik J. Respuesta del cultivo de soja al azufre en argiudoles típicos de Uruguay. En revisión.
Hoffman E. 2013. Criterios y estrategias de fertilización que apunten a asegurar el suministro de fósforo en cultivos de soja de segunda. Informaciones Agronómica de Hispanoamérica, 11: 2–7.
Lee CD, Egli DB, TeKrony DM. 2008. Soybean response to plant population at early and late planting dates in the Mid-South. Agronomy Journal, 100(4):971-976.
Morón A. 2005. Informe de resultados de la red de ensayos de fertilización de soja. En: Jornada Técnica de Cultivos de Verano. Serie Actividades de Difusión N° 417. INIA Uruguay.
Núñez A, García-Lamothe A, Sawchik J. 2014. Respuesta de soja a la fertilización con macro y micronutrientes. En: Congreso Uruguayo de Suelos (1°), Encuentro de la SUCS (4°, 2014, Colonia del Sacramento, Uruguay). Intensificando el conocimiento del suelo y medio ambiente para producir más y mejor: presentaciones orales. [En línea] 10 febrero 2015 http://www.suelos.com.uy/pdf/28.pdf
Núñez A, Morón A. 2013. El rol de las reservas de potasio en los suelos agrícolas del Uruguay. En: Simposio Potasio en sistemas agrícolas de Uruguay. Facultad de Agronomía, Canpotex, IPNI. Mercedes. p 11-15.
 
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Autores:
Deborah Gaso
INIA Uruguay - Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria
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Agustin Nuñez Russi
INIA Uruguay - Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria
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Cipriano Martinez Tutiven
5 de octubre de 2015
Saludos a todos.- una de las mejores herramientas para superar las producciones promedio que hasta la fecha as tenido es realizando las labores previa al inicio del cultivo, que tus equipos estan en las mejores condiciones de funcionamiento que los elementos que y los materiales de inicio los tengas a la mano sin olvidarte del mas pequeño que sea, que el personal que va a laborar se tiene que concentrar y estar combencido de lo que va a realizar, que el sistema de riego funciones a las mil maravilla y que el costo de la energía este cancelada al dia y la o las personas que van a estar al frente en la conducción y desarrollo del cultivo sean las mas idóneas.
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