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Fortalecimiento de la Red Profesionalización de las Formaciones Agroalimentarias en la República de Haití y República Dominicana: Etapas y Enseñanzas

Publicado: 13 de junio de 2009
Por: Francia Anne Laure ROY (Montpellier SupAgro DEFIS), Joseph Bertrand DESROUILLERES (FAMV, Haití) , Rafael A. Vásquez Martínez y Ramon MARTE (Univ. IISA, República Dominicana)
En el 2008, la Facultad de Agronomía y de Medicina Veterinaria (FAMV) de la Universidad estatal de la República de Haití (UEH), la Universidad ISA de la República Dominicana y la Universidad de Montpellier SupAgro de Francia iniciaron el proyecto titulado "Profesionalización de las Formaciones Agrícolas en Haití y República Dominicana", apoyado por los financiamientos de la Unión Europea. Este proyecto, que tiene una duración de tres años, pretende reforzar las capacidades institucionales y académicas de la FAMV y de la Universidad ISA, con el objetivo de que éstas estén en mejores condiciones de formar los profesionales agroalimentarios y que respondan mejor a las necesidades de las economías haitianas y dominicanas, asegurando la integración regional en materia de enseñanza superior. Montpellier SupAgro está a cargo de coordinar y apoyar técnicamente las operaciones.
La primera fase del proyecto comprendió dos talleres de reflexión con los cuales se pretendió co-definir con los actores del sector agroalimentario y ambiental las competencias que deben tener los agrónomos de Haití y de la República Dominicana para desempeñar los puestos de trabajo que oferta el sector.  Esto con el fin de responder mejor a los objetivos de este sector y de reflexionar sobre cuáles son los mecanismos de formación que permiten a los estudiantes adquirir dichas competencias.
Al término de la realización de esos talleres, los resultados sobre los métodos de enseñanza ya pueden ser compartidos, a fin de responder a uno de los objetivos de este proyecto sobre el fortalecimiento de la coordinación de las universidades agrícolas del Caribe, promoviendo los intercambios de experiencias, por medio de la red CACHE (Consejo Caribeño de Educación Superior en Agricultura).
1)      ¿Por qué realizar esos talleres? 
La reflexión necesaria sobre la evolución de la oferta de empleos.
En el contexto Haitiano: El Sector Agrícola emplea la gran mayoría de la población, pero su desarrollo se ve limitado por la poca inversión estatal, debido a que el Estado no valora ni reconoce la prioridad de ese sector y donde el sector privado prácticamente ha desaparecido. Hoy en día lo que se ha constatado es preocupante: las facultades de agronomía existentes forman profesionales que no responden a las necesidades, ni del sector público, ni del sector privado.
La enseñanza y el aprendizaje durante la formación de los profesionales agrícolas en Haití no se adaptan suficientemente a la realidad del mercado laboral; los egresados tienen dificultades para integrarse correctamente a la vida activa y ser operacionales. Las tasas de desempleo entre los nuevos ingenieros agrónomos no cesan de aumentar. Este hecho constituye un factor que influye en la "fuga de cerebros" hacia ambientes, a priori, más propicios. La competencia por el empleo se hace más difícil, ya que dos elementos principales se combinan: la oferta de agrónomos ha aumentado (actualmente, 9 escuelas/universidades  forman 250 agrónomos por año, hace doce años, la FAMV era la única  que formaba 60 ingenieros por años), mientras que el sector público, después de los planes de ajustes estructurales, ya no emplea más, y por otro lado, numerosas empresas privadas han cerrado en un contexto político y económico muy difícil. Esta falta de empleo, al término de sus estudios, hace que una parte importante de los egresados esté obligada a trabajar en un sector diferente al de la agricultura. La reducción de la oferta de empleos está también relacionada con la falta de medios de desarrollo de las empresas.
En el contexto dominicano: La República Dominicana enfrenta las evoluciones rápidas de la agricultura, en relación particularmente, con la globalización del comercio. En ese sentido, la Universidad ISA está en la obligación de mantener la dinámica de vigilar las profesiones agrícolas, a fin de asegurar la pertinencia de sus ofertas de formación.
En los dos casos, es esencial conocer el mercado laboral, que está en aumento, antes de trabajar con el contenido de las formaciones. Sin embargo, las relaciones en conjunto de la FAMV y de la Universidad ISA con los profesionales, no son todavía suficientemente sólidas. Es por esta razón que estos talleres de reflexión, que reúnen los diferentes actores interesados en el desarrollo agrícola, son necesarios antes para comenzar cualquier trámite de modificación de los cursos y de actualización de los conocimientos de los educadores. De tal manera que tenemos que preguntarnos y reflexionar en esto: ¿Cuáles son los empleos ocupados hoy día por los agrónomos? ¿Y cuáles mañana? ¿Cuáles son las competencias de las cuales ellos deben disponer para ser profesionalmente eficientes?
2)      Ejecución de los talleres de diagnóstico de las necesidades del sector agrícola
El primer taller, en el cual participaron 48 personas, entre ellas una delegación de representantes haitianos, se realizó en la República Dominicana, los días 23 y 24 de junio del 2008. En Haití, el taller se realizó los días 21 al 23 de noviembre del 2008 e igualmente acogió a colegas dominicanos y participaron un total de 63 personas.
Los grupos de trabajo de esos talleres se organizaron con los diferentes tipos de actores representados, de manera que las diversas expectativas de los agrónomos sean expuestas lo más ampliamente posible. En los talleres participaron profesionales que ejercen en el sector público, las empresas privadas, las organizaciones internacionales, las asociaciones y organizaciones no gubernamentales, todos empleadores de agrónomos, y expresaron sus puntos de vista. Los numerosos representantes del medio universitario y de la educación agrícola pudieron discutir sobre la demanda de potenciales empleadores y comenzar a reflexionar en las adaptaciones que se deben aportar a los cursos para satisfacerla. Los testimonios de estudiantes y de agrónomos egresados recientemente pudieron completar esas informaciones.
Los talleres se realizaron basados en los temas centrales relacionadas con los objetivos del taller:
-          ¿Qué busca el mercado laboral actual? ¿Qué esperan los empleadores de un ingeniero agrónomo (funciones y actividades)?
-          La formación agrícola que se realiza hoy en día responde a las expectativas de los empleadores? ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de la formación? ¿Por qué ciertas instituciones no están empleando agrónomos?
-          Qué habría que revisar para que la oferta de formación de la FAMV y del ISA responda más a las expectativas del sector? ¿Cuáles actividades concretas se deben organizar después de este taller para completar las proposiciones obtenidas?
Los representantes de SupAgro pudieron compartir su experiencia, en materia de ingeniería de mecanismos de formación: ellos presentaron, en particular, un proyecto similar dirigido con la UCA (Universidad Centro Americana) de Nicaragua, ilustrando así concretamente cuáles pueden ser los resultados obtenidos y las etapas de tal cooperación.
3)      Resultados obtenidos: similitudes y divergencias
a)      ¿Qué se espera del agrónomo para el futuro?
Tanto en Haití como en la República Dominicana, los empleadores esperan  de los agrónomos, además del buen dominio de sus conocimientos técnicos, que ellos los apoyen en la toma de decisiones, que sepan administrar la información, que dominen las nuevas tecnologías, que sean abiertos (trabajo en equipo, relaciones humanas, lenguas extranjeras), que aborden su profesión con un fuerte sentido de la ética y de las capacidades reales de iniciativa y de innovación.  La relación con el mundo rural y su comprensión deben estar fuertemente presentes; las gestiones participativas y una perspectiva sistémica, acompañadas de buenas capacidades analíticas son los medios para lograrlo.
La comprensión del medio rural, el conocimiento de los campesinos, de las interacciones existentes entre los diversos actores  es un hecho  crucial para optimizar el acompañamiento de los productores en particular.
También se destaca de estos talleres que existen varios perfiles de agrónomos, que pueden corresponder a diferentes empleos, que no son exclusivos uno de otro: de "agro-jefe de proyecto» a «agro-experto/investigador», pasando por «agro-marketing", «agro-instructor», etc. Las principales funciones del agrónomo se describen en actividades de:
-          Gestión (proyecto, administrativa y financiera);
-          Producción;
-          Formación.;
-           Acompañamiento organizacional;
-          Mercadeo;
-          Estrategia operacional;
-          Investigación.
Por otro lado, al parecer en un tiempo más o menos largo, las funciones en los dominios de la agro-alimentaria, los servicios al mundo rural y al empresariado estarán obligados a reforzarse.  En esta última área, en particular, se anticipa y se desea dinamizar el desarrollo de "auto empleo" y la creación de micro empresas.
Los planes de acción definidos al término de los talleres pretenden profundizar el diagnóstico acerca de los diferentes empleadores potenciales para terminar la elaboración precisa de los referenciales "empleo» y "competencias".  A fin de continuar el trabajo iniciado con estos talleres, debe ser realizado un inventario, lo más completo posible, de esos actores, así como encuestas sobre ellos y su implicación en la renovación de esos cursos. Esto tiende a confirmar, de manera evidente, la necesidad de acercamiento con el mundo profesional.
b)      ¿Cuál(es) formación(es) deben recibir los agrónomos?
Algunos elementos centrales se deben profundizar y merecen ser mencionados aquí, sabiendo que estos talleres de revisión de los cursos son extensos y van a referirse, esencialmente, a las siguientes fases del proyecto.
Estrechar las relaciones con el mundo profesional...
Es muy importante el hecho de que las relaciones con el mundo profesional durante la formación deben ser reforzadas; las primeras pistas de reflexión son el desarrollo de las pasantías, individuales o colectivas, la organización de conferencias y coloquios en los cuales podrían producirse intercambios.
Más importancia a la práctica...
Por otra parte, es lamentable que frecuentemente los cursos no proporcionen suficiente cabida a la práctica. Se visualiza la rehabilitación de estructuras dedicadas a este fin, por ejemplo en Haití, los campos del estado, podrían además ofrecer servicios agrícolas para las poblaciones vecinas.  Se combinaría así formación práctica y relación con el "exterior", compenetrando aún más los estudiantes con la realidad profesional.
Un mejor conocimiento del medio rural...
En el transcurso de los talleres se ha mencionado que existe una débil "pertenencia" de los agrónomos al mundo rural. De ahí que esta desconexión de la realidad se debe  evitar; el agrónomo debe continuar entendiendo el funcionamiento de las explotaciones y de sus sistemas agrarios, conjuntamente, y estar familiarizado con las lógicas rurales.  En caso contrario, el apoyo que él proporcionará estará, indudablemente, distanciado de las expectativas de los agricultores y de otros vinculados a las filiales de producción.
Una apertura a nuevas disciplinas y métodos...
Esta apertura puede materializarse, por un lado, a través de la enseñanza de ciencias humanas: ciencias sociales, lenguas extranjeras, pero también locales (creole), administración de equipos, comunicación oral y escrita. Por otra parte, el acceso a recursos bibliográficos puede contribuir también a la ampliación de los conocimientos y de los cuestionamientos de los estudiantes.
 
La gestión de proyecto...
Es necesario el reforzamiento de la enseñanza durante el ciclo del proyecto; el agrónomo puede ser conducido a analizar situaciones, formular proyectos, ponerlos en marcha y evaluarlos.
Formación continua...
Se percibe que ciertas enseñanzas no son necesarias al principio de la vida profesional, pero que puede ser importante adquirirlas más adelante; es por eso que se cuestiona el desarrollo de la formación continua, profesional y abre posibles perspectivas para el acceso de un nuevo público a la universidad. La formación continua de los agrónomos es considerada útil también para seguir adquiriendo nuevas competencias y mantenerse al día con las evoluciones del sector, para una eficiencia óptima en el trabajo.
c)       Una vigilancia continua del empleo
A fin de favorecer la inserción en el mundo laboral de los jóvenes agrónomos y al mismo tiempo, efectuar una vigilancia sobre las expectativas del mundo profesional, integrándolos en los cursos de formación, varios medios ya han sido puestos en marcha o visualizados:  colocar en línea las ofertas de empleo y de las demandas de los estudiantes, realización de las encuestas periódicas de seguimiento, la formación de un grupo de trabajo "inclusión" a nivel universitario.
4)      Enseñanza sobre el método técnico de los módulos de formación 
a)      Enseñanzas metodológicas 
Talleres (cortos pero) productivos...
Los objetivos de un taller de 2 ó 3 días deben ser reales; las preguntas formuladas deben ser precisas, a fin de no caer en las generalidades. Los grupos de trabajo, por sectores de actividades, permiten a cada uno expresarse eficazmente y es más interesante e importante tener una buena representación de diversos participantes interesados; pero un gran número de participantes no permite tener la determinación de ir, por ejemplo, hasta la elaboración formalizada de los referenciales. Para estos fines, un trabajo posterior, en grupo más restringido, puede ser de gran utilidad. Pero en este caso la diversidad es obligatoria.

El análisis, el conocimiento y una perspectiva sobre el mercado de trabajo, son prerrequisitos inevitables...
Desde el punto de vista cuantitativo como desde el punto de vista cualitativo es indispensable estar en contacto con los profesionales, antes de implicarse en la renovación de los objetivos, los contenidos y las modalidades de formación.
En función de los contextos, varios medios lo permiten: desde el punto de vista cuantitativo las estadísticas disponibles a nivel nacional y/o local y su evolución sobre los años anteriores pueden ofrecer las indicaciones sobre el mercado de empleo, las tasas de desempleo, el tipo y el número de empresas existentes, recientemente creadas, y en cuáles sectores, etc. El estudio de las pirámides de edad permite visualizar las evoluciones futuras.
Si las modalidades de vigilancias continuas son emprendidas antes de la realización de los talleres para la renovación de los cursos, los resultados obtenidos serán más productivos: cualitativos y cuantitativamente, el seguimiento de la inserción profesional de los egresados, por ejemplo en los últimos 5 años puede dar buenos indicadores de la configuración del mercado de trabajo, los números, las clases de empleadores, y de vacantes ofertadas y ocupadas. La caracterización de las pasantías profesionales es también importante para ese seguimiento.
La implicación de los profesionales en la conducción de las formaciones y los encuentros regulares con ellos permiten también mantenerse informados entre sí de las evoluciones.
El método por competencias, o cómo asegurarse bien de la adecuación entre expectativas profesionales y contenidos de las formaciones...
Las respuestas a las preguntas formuladas en los talleres deben permitir construir en un primer tiempo los referenciales "empleos", que describan las misiones, funciones y actividades de cada tipo de funciones identificadas. Esta base de trabajo permitirá luego desarrollar los referenciales "competencias" formalizando los conocimientos prácticos y teóricos, que constituyen esas competencias. Es a partir de aquí que se puede comenzar a pensar en los referenciales "formación" y, en un seguimiento lógico, desarrollar la técnica pedagógica que permitirá a las personas en formación adquirir esas competencias.
Esta lógica de construcción de los referenciales está representada en el esquema siguiente. Ésta permite, en efecto, avanzar de una manera coherente para lograr los objetivos de una formación que conlleva a la obtención de un diploma de estudios superiores, a sabiendas de que la inserción rápida y operacional de los egresados en la vida laboral depende de las competencias esperadas por los empleadores.
Fortalecimiento de la Red Profesionalización de las Formaciones Agroalimentarias en la República de Haití y República Dominicana: Etapas y Enseñanzas - Image 1
Un referencial es una foto de la actividad en un tiempo dado, su carácter evolutivo y dinámico no deben ser olvidados; si permanece fijo, pierde su interés de adecuacion al contexto. Es un documento avalado, discutible, legible, éste constituye además un elemento para el diálogo sobre el cual cada uno puede expresarse, estando a un mismo nivel de informacion y de comprensión.
El proceso es continuo, los elementos de actualizacion, de seguimiento-evaluación de esos referenciales se definirán en el transcurso de la formación para poder ajustarlo progresivamente.
Una reflexión para contextualizar «socio-políticamente»
Los cursos de formación deben, además, adecuarse a las políticas agroalimentarias e integrarse a los estatutos nacionales de desarrollo, de lucha contra la pobreza. Con este fin, la implicación de los sectores públicos, y en especial de los ministerios de agricultura en los procesos de revisión y actualización de las formaciones, puede permitir obtener las sinergias necesarias para la coherencia global de los cursos de formación con las orientaciones nacionales, regionales o locales de desarrollo.
Finalmente, además de la identificación de la demanda económica y política, las perspectivas de la sociedad sobre la formación son también importantes. Es por esta razón que los estudiantes en formación y los nuevos egresados están igualmente invitados a los talleres de reflexión, por ejemplo.
Además, el rol social que puede desempeñar la formación no debe ser tampoco apartado. La educación de manera general permite también al conjunto de la sociedad ser más autónoma, hacer elecciones estando informados. Los estatutos de la agricultura difunden también «maneras» de ver las cosas, y notablemente de pensar en el desarrollo. Lo que fue mencionado en los talleres concernientes a la ética y las ciencias humanas entran en ese aspecto de la formación.
b)      Enseñanzas organizacionales
La organización de los talleres requiere un trabajo previo de contactos, de recogimiento de las informaciones existentes, definición de los objetivos y de preparación de la logística.
La representación poco preponderante del medio universitario en los talleres muestra a qué punto es difícil reunir los actores que no han estado, hasta este momento, directamente implicados en la construcción y las acciones de la formación. Estar claro sobre los objetivos, entrar en contacto personalizado con las personas son dadas para la participación y anticipar suficientemente las fechas para permitirles estar disponibles son los  medios que pueden permitir optimizar el trabajo durante el taller.
Este punto es válido para todas las etapas subsiguientes del proceso. Además, la dinámica creada después de los encuentros debe ser mantenida: los participantes apreciarían recibir los reportes y mantenerse informados de los avances.
5)      Conclusiones
Desde el punto de vista de los resultados obtenidos tanto en República Dominicana como en Haití, constatamos que, a pesar de las diferencias vistas al principio, las conclusiones respecto a las competencias esperadas de los agrónomos y de las características de las formaciones se consolidan fuertemente.
Uno de los elementos principales a tener en cuenta de la primera fase de este proyecto es ciertamente el acercamiento necesario con los actores profesionales del desarrollo agroalimentario, a fin de distanciarse de las concepciones muy académicas de las formaciones, que corren el riesgo de ser ajenas a la realidad de la vida activa. Los talleres han permitido preparar el terreno para ese acercamiento y para la reflexión sobre la oferta de formación de los agrónomos beneficiados con esta formación.
La cooperación entre los dos países vecinos es también un resultado concreto del proyecto; los encuentros y los objetivos en común favorecen el conocimiento mutuo, los intercambios permiten al final avanzar más eficientemente. Es de esperarse que estos intercambios sean extendidos al resto del Caribe; para esto, la capitalización y la valorización de las experiencias previstas a nivel de la red CACHE podrán ser elementos motores.
Finalmente, esta acción tiene por objeto reforzar las competencias de las profesiones agrícolas, que llevará sin duda a una reflexión que concierne no sólo a los agrónomos, sino también a los demás actores del desarrollo agrícola; los agrónomos solos no sabrían, en efecto, promover el desarrollo rural: los técnicos y otros agentes del desarrollo conforman el sistema que tiene por objetivo acompañar a los productores. Los dispositivos de formación, para estar completos, serán considerados conjuntamente con todos los participantes.
Autores:
Rafael Vásquez Martínez
Universidad ISA (Instituto Superior de Agricultura)
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Ramón Marte
Universidad ISA (Instituto Superior de Agricultura)
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