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Ensilaje de gramíneas y leguminosas

Ensilaje de gramíneas y leguminosas en los trópicos

Publicado: 12 de septiembre de 2006
Por: M. Titterton, Depto. de Ciencia Animal, Universidad de Zimbabwe y F.B. Bareeba, Depto. de Ciencia Animal, Makerere University de Uganda
La ganadería es un componente integral de los sistemas mixtos de producción agrícola que predominan en los trópicos, particularmente en los países en vías de desarrollo. El estiércol y el trabajo animal contribuyen a una mayor productividad de la tierra, pero, por el contrario, el mal manejo del ganado ha tenido un efecto devastante sobre el ambiente a causa del sobrepastoreo de la vegetación natural lo que favorece el proceso de erosión y que puede progresivamente ser la causa de la desertificación. Con el propósito de reducir el riesgo del daño a los recursos naturales se debe mantener un equilibrio entre estos y las tecnologías empleadas para elevar la productividad del ganado y aumentar los ingresos del ganadero (Steinfeld, 1998). El ensilaje es una de esas tecnologías y se usa para la conservación de forraje producido durante la época de lluvias, para su distribución al ganado que se mantiene parcialmente con cortes diarios de forraje fresco en los sistemas de pastoreo cero en la temporada seca. Probablemente sea esta la única tecnología que pueda satisfacer la alta demanda de nutrientes requeridos en las explotaciones lecheras de pequeño tamaño en zonas semiáridas del trópico (Dube, 1995).

Con el objeto de enfocar correctamente la importancia del ensilaje de gramíneas y leguminosas tropicales como los forrajes conservados para usar en la época seca del trópico, se pueden proponer las siguiente preguntas "¿Porqué escoger el ensilaje? ¿Porqué no usar el heno? Sin duda que en el trópico, con tanto sol, ¿debería ser más fácil y más barato henificar que ensilar?"

Las respuestas son proporcionadas por el clima y la fisiología vegetal. En países con climas templados se puede hacer simultáneamente heno y ensilaje de especies como raigrás y leguminosas, las cuales conservan su alto valor nutritivo y que, al disponer de lluvias persistentes y buenos suelos logran regenerarse y permitir varios cortes del mismo cultivo (Nueva Zelanda, Europa). También en aquellos países donde el riego es abundante y barato las leguminosas como la alfalfa pueden cultivarse con éxito para ensilar o henificar (ciertos lugares de E.U.de A.). Otros países tienen lluvias en invierno (Israel, Australia occidental y el área del Cabo en África del Sur) que permite una buena producción de alfalfa y trigo de invierno.

En cambio, las condiciones generales en el resto del trópico son muy difíciles para la conservación de forraje. Se combinan altas temperaturas ambientales con breves períodos de lluvia en suelos pobres que producen gramíneas y leguminosas que podrían alcanzar altos rendimientos si fuesen bien manejadas, pero que pierden rápidamente su valor nutritivo después de tres meses de crecimiento. En las gramíneas y leguminosas tropicales, tanto el contenido de proteína como el valor de la digestibilidad declinan rápidamente después de la floración a causa del proceso de lignificación. Para poder cosechar un forraje con alto contenido nutritivo, el corte debe realizarse cuando la planta está en crecimiento activo, momento que coincide con la presencia de lluvias. Bajo tales condiciones, a no ser que se disponga de una segadora-acondicionadora y que el forraje segado sea sometido a un secado en rama en grandes heniles, es particularmente difícil producir heno de buena calidad. Para ello se precisan equipos y construcciones costosos, lo cual, incluso en las grandes fincas, difícilmente sea rentable.

Las lluvias tropicales son intensas, penetrantes y mojan todo el forraje cortado, lixivian los nutrientes y el forraje se pudre. Por otro lado, si se henifica al terminar la lluvias, la calidad nutritiva será baja y las leguminosas habrán perdido sus hojas al momento del corte: el forraje cosechado dará un heno con tallos lignificados. Una posibilidad para resolver este problema es cultivar gramíneas y leguminosas provenientes de zonas templadas en invierno y bajo riego para producir heno. En el trópico esto se practica en algunas lecherías comerciales de gran escala. Sin embargo, esta solución se encuentra fuera del alcance de las pequeñas lecherías, que solo pueden permitirse el riego para producir hortalizas que generan altos ingresos. Por ello, el ensilaje es la única opción práctica en el trópico para conservar gramíneas y leguminosas.

LA PROBABILIDAD DE éXITO CON EL ENSILAJE DE GRAMíNEAS Y LEGUMINOSAS TROPICALES

Las gramíneas y leguminosas tropicales no son forrajes ideales para ensilar, sobre todo porque en el momento del corte poseen una escasa concentración de carbohidratos solubles (CHS) que son indispensables para el éxito del ensilaje (Cuadro 1). Por esta condición el ensilado tiene una alta capacidad tampón, dejando las proteínas susceptibles a proteolisis (Woolford, 1984).

No obstante, diversas técnicas permiten mejorar el contenido de carbohidratos solubles, reducir la capacidad tampón y prevenir la proteolisis, facilitando la obtención de un buen ensilaje. Estas técnicas incluyen:

(i) Mezclar leguminosas con los cultivos de cereales.
(ii) Dejar marchitar el forraje cortado.
(iii) Usar aditivos en el proceso de ensilaje.
(iv) Emplear silos pequeños.

Cuadro 1. Carbohidratos hidrosolubles en forrajes ensilados (valores medios seguidos del rango entre paréntesis)

Ensilaje de gramíneas y leguminosas en los trópicos - Image 1



MEZCLAS DE LEGUMINOSAS EN CULTIVOS DE CEREALES

El principal propósito perseguido por la siembra asociada de leguminosas con cereales es aumentar los rendimientos de grano y a la vez elevar la fertilidad del suelo en los sistemas de producción agrícola en las zonas de trópico semiárido (Willey, 1979); sin embargo, solo recientemente se ha prestado atención a los efectos benéficos de esta práctica para mejorar la calidad nutritiva del ensilaje.

El ensilaje de maíz tiene un papel importante como forraje de invierno en muchos países, incluidos aquellos de regiones tropicales y subtropicales. Las razones que explican la popularidad alcanzada por el ensilaje de maíz son su elevado rendimiento en una sola cosecha, la facilidad para ensilarlo y el alto contenido de energía de su forraje. Su mayor deficiencia es el bajo contenido en proteína bruta, comúnmente entre 70 a 80 g/kg de materia seca (Topps y Oliver, 1993). En zonas con alta pluviometría en áreas subtropicales de Zimbabwe y África del Sur, el maíz es el cultivo preferido para ensilar (Titterton, 1997), produciendo mayores rendimientos y aportando mayor contenido energético que el sorgo de grano, el sorgo forrajero y el pasto kikuyo, come se ilustra en el Cuadro 2.

Cuadro 2. Rendimiento, materia seca y contenido energético del ensilaje de maíz, de sorgo granífero y de sorgo forrajero comparado con el ensilaje de pasto kikuyo cultivados en suelos arenosos y arcillosos.

Ensilaje de gramíneas y leguminosas en los trópicos - Image 2


(1) Estos cultivos se produjeron en la Estación Experimental de Henderson, Mazowe, Zimbabwe (promedio de 980 mm/lluvia anual). (2) cv Sugargraze es una variedad de sorgo forrajero recomendada para ensilaje, producida por Pacific Seeds en Australia.

Sin embargo, elegir un cultivo como el maíz que requiere mucha agua, en zonas semiáridas del trópico, no parece apropiado. Con poca lluvia y sin riego, el rendimiento y aporte energético es bajo si se le compara con su comportamiento en zonas de buena pluviometría. Por ello se ha investigado sobre el potencial del uso para el ensilaje de sorgo granífero, del sorgo forrajero y de Pennisetum spp. forrajeros, por ser resistentes a la sequía y producir altos rendimientos, y con buenos resultados generales (Havilah y Kaiser, 1992; Mhere et al., 1999). Conclusiones posteriores han confirmado que en condiciones secas de Australia el comportamiento del sorgo forrajero dulce es superior al de sorgo granífero (Cole et al., 1996). El sorgo forrajero dulce ha dado rendimientos más altos en lugares secos sin riego que en zonas de mayor lluvia de Zimbabwe (Mhere et al., 1999). Sin embargo, en estos cultivos el factor crítico de la calidad nutritiva es su bajo valor en proteína, aproximadamente 70 y 95 g/kg de materia seca en sorgo forrajero y pasto kikuyo, respectivamente (Mhere et al., 1999). Una solución para esto podría ser el cultivo asociado con alguna leguminosa, o bien efectuar cultivos separados y ensilarlos mezclados. Consecuentemente, se ha investigado la factibilidad de ensilar estos cultivos junto con leguminosas.

Maasdorp y Titterton (1997) han experimentado sobre el efecto de sembrar en forma intercalada en el surco quince leguminosas tropicales con variedades comerciales de maíz de ciclo largo que es de uso común en Zimbabwe para el ensilaje. Entre ellas las más promisorias fueron la soja tanto para grano como para forraje, Dolichos lablab, Mucuna deeringiana, Crotolaria juncea y Vigna unguiculata; sin embargo, su cultivo intercalado sobre la hilera con maíz con una densidad de siembra de 65 000 plantas/ha no resultó ser viable; solo en los casos de Dolichos lablab y Mucuna deeringiana la proporción de leguminosa en la biomasa total alcanzaba solo a un 15 por ciento, lo que resultaba insuficiente para aportar una diferencia significativa sobre el contenido de proteína total. La agresividad de Dolichos lablab y Mucuna deeringiana ahogaba al maíz, reduciendo su rendimiento. Una observación importante es haber identificado que tanto la densidad de siembra del maíz como la fecha de siembra de cada cultivo intercalado, influyen sobre la proporción de leguminosa y sobre el contenido de proteína bruta del ensilaje. Kaiser y Lesch (1977) demostraron que Dolichos lablab alcanzaba a ocupar el máximo de 24 por ciento de la biomasa cuando la densidad de siembra del maíz era de 54 000 plantas/ha y que el contenido en proteína bruta del ensilaje era de 110 g/kg MS. En el mismo estudio, los resultados del cultivo intercalado de maíz con soja para ensilaje, demostraron que no había beneficios aparentes cualquiera que fuese la densidad de siembra del maíz. Maasdorp y Titterton (1997) indicaron que si se siembra Dolichos lablab y Mucuna deeringiana dos semanas después de la siembra del maíz, el rendimiento del maíz no es afectado y que el rendimiento de MS de la leguminosa representaba cerca de 30 por ciento del total de la MS, dando como resultado un ensilaje con un contenido en proteína bruta de cerca de 10,5 por ciento. Estos resultados señalan la necesidad de continuar investigando sobre modalidades y fechas de siembra para asociaciones de maíz con leguminosas. La preferencia de hacer la siembra intercalada sobre la hilera facilita la cosecha mecanizada, que comúnmente se efectúa por líneas; este método es aceptable para fincas grandes pero en las fincas pequeñas donde el corte de forraje es manual, tal vez la siembra intercalada entre hileras resulte más práctica. En este último caso se evitaría la competencia entre el maíz y la leguminosa, con lo cual podría aumentar la contribución de la leguminosa al rendimiento total de la biomasa, mejorando así significativamente el contenido total en proteína. Debe recordarse que hay además otros beneficios aportados por las siembras de cultivos asociados, como menor erosión del suelo, menor incidencia de plagas y pestes y menos mano de obra requerida para el desmalezado (Saleem, 1995).

Cultivos separados de maíz y leguminosas mezclados durante el ensilaje en proporción de 50:50 en volumen (Titterton y Maasdorp 1997) produjeron una fermentación aceptable (pH entre 3,7 y 4,5; relación NH3:N <12,0) en todas las quince leguminosas, con excepción de Dolichos lablab, Crotolaria juncea y Desmodium uncinatum; el contenido de proteína bruta aumentó de 77 g/kg MS para ensilaje puro de maíz a 93 g/kg MS para Lupinus luteus, a 128 g/kg MS para Dolichos lablab y a 153 g/kg MS para la soja forrajera. En este ensayo se usaron bolsas plásticas recicladas, en las cuales se colocaban capas alternadas de maíz y de leguminosa antes de comprimirlas en una prensa para tabaco y sellarlas. La calidad del ensilaje así obtenido indica que este procedimiento pude resultar muy adecuado para el ensilaje de cultivos mixtos en las pequeñas fincas lecheras.

El ensilaje en fosas de siete leguminosas -soja para grano y para forraje, Desmodium uncinatum, Dolichos lablab, Vigna unguiculata, Lupinus luteus y Mucuna deeringiana- depositadas en capas alternadas con maíz, presentó una calidad similar a la obtenida con el ensilaje mixto que empleó el método de las bolsas plásticas, con la única excepción del Desmodium uncinatum. Además, estos ensilajes no mostraron diferencias significativas con el ensilaje de maíz puro, en cuanto a palatabilidad -consumo de MS- y en su efecto sobre la producción de leche con vacas Holstein (Taruona y Titterton, 1996).

La colaboración con la agrosilvicultura también ofrece posibilidades para elevar el contenido de proteína en ensilajes mixtos. La mezcla de Amaranthus hybridus en estado de marchitez con maíz (1:1) en el momento del ensilado provocó una buena fermentación y aumento la proteína bruta del ensilaje de 6,9 a 11,6 por ciento, y disminuyó el contenido de fibra bruta (Bareeba, 1977). Maasdorp y Titterton (1999) ensilaron exitosamente las hojas (relación 50:50 en materia fresca) de cuatro árboles leguminosos forrajeros con maíz; se constató un aumento en el contenido de proteína bruta de 14, 15,5, 17,2 y 18,7 por ciento en los ensilajes de maíz + Calliyra calothyrsus, maíz + Gliricidia sepium, maíz + Leucaena leucocephala y maíz + Acacia boliviana, respectivamente. El ensilaje de: maíz + Calliyra fue el único caso donde la digestibilidad de la materia orgánica mostró una reducción significativa, mientras que los otros tres tuvieron resultados similares al ensilaje de maíz. Se ha programado un ensayo similar que incluirá el ensilaje mixto de forraje proveniente de árboles leguminosos forrajeros ensilados junto con sorgo forrajero y pasto kikuyo.

El cultivo asociado de la soja con sorgo ha resultado, como en el caso del maíz, poco convincente (Kaiser et al., 1993). En cambio cuando se asocia el sorgo forrajero dulce con el Dolichos lablab en hileras distintas, se puede producir un ensilaje con buena fermentación y con un contenido de proteína bruta de 120 g/kg (Mhere et al., 1999). El sorgo y Dolichos lablab han sido ensilados exitosamente también en otros lugares (Ojeda y Díaz, 1992; Singh et al., 1988).

El cultivo asociado de Pennisetum spp. forrajeros con leguminosas también ha dado buen resultado (Gill y Tripathi, 1991; Bhagat et al., 1992; Mhere et al., 1997) para el ensilaje, con o sin leguminosas (Mhere et al., 1999; Crowder y Chheda, 1982; Bareeba, 1992). Mhere et al. (1999) encontraron que el tipo de suelo, la modalidad de siembra y el clima mostraban efectos significativos sobre la proporción de la leguminosa en asociación con el sorgo forrajero y con cultivos de Pennisetum spp.

FORRAJE MARCHITO

El corte para ensilaje debe efectuarse al principio del período de crecimiento de la planta para lograr un buen tenor en proteína y un valor alto de digestibilidad. Sin embargo, en ese momento el contenido en agua de la planta también es alto, lo cual produce un efecto adverso para una buena fermentación del ensilaje (McDonald et al., 1991).

Al ensilar forraje con menos de 30 por ciento de MS se puede crear un ambiente totalmente anaeróbico, más apropiado al desarrollo de clostridios que a organismos microaerofílicos como las bacterias lácticas. Por otra parte, el agua y los nutrientes hidrosolubles son arrastrados al fondo y escurren en el efluente fuera del silo. La técnica de marchitar el forraje reduce su contenido acuoso, pero sin embargo, resultados de investigaciones sobre el tema han dado resultados poco constantes; esto puede explicarse por condiciones climáticas muy variables como la humedad ambiental, la velocidad del viento y la temperatura durante los ensayos (McDonald et al., 1991). Las condiciones cálidas y húmedas comunes en el trópico lluvioso, no favorecen un secado rápido a la intemperie. Es posible que las pérdidas bioquímicas causadas por la respiración fuesen mayores que las inducidas por un forraje sin marchitar, y en este caso la digestibilidad del ensilaje disminuiría (Thomas y Thomas 1985). En cambio, en zonas de tropicales semiáridas, es posible lograr una marchitez muy rápida en el tiempo ideal de tres a cinco horas (Michelena y Molina, 1990; Alberto et al., 1993) sin ninguna reducción en digestibilidad (Mayne y Gordon, 1986) y con una mejoría en la calidad de la fermentación del ensilaje (Thomas y Thomas, 1985). Esto quizás ocurra sólo en ensilajes con menos de 30 por ciento de MS y sin marchitar. Mhere et al. (1999) encontraron que al aumentar el período de marchitez dentro de un plazo de 12 horas no tenía efecto sobre la digestibilidad de ensilajes de forraje mixto de sorgo/leguminosa y de pasto kikuyo/leguminosa, y que el pH aumentaba significativamente. El contenido inicial en MS de estos ensilajes era de cerca 30 por ciento o más y después de 6 horas de marchitez subía a 40 por ciento o más. Esto permite concluir que tratar de marchitar en el campo forrajes que ya están relativamente secos puede inducir a una mala fermentación, posiblemente causada por una compactación menos efectiva en el silo. Si el período para inducir la marchitez se extiende por varios días, se perderán carbohidratos solubles, el contenido de nitrógeno de la proteína puede disminuir y puede aumentar la deaminación de los aminoácidos (Henderson, 1993). Otro factor que puede ser importante es el tipo de silo. En fosas o trincheras, se pierden grandes cantidades de efluentes cuando el forraje ensilado está muy húmedo e incluso pueden convertirse en un agente contaminador; en tales casos la técnica de marchitar el forraje puede ser benéfica. En silos donde el forraje queda herméticamente sellado, particularmente en silos pequeños, el efluente no escapa. En un estudio efectuado sobre silos de pequeño tamaño (Ashbell et al., 1999; Titterton et al., 1999) encontraron que el efluente retenido en el ensilaje impide el desarrollo de mohos y contribuye a una buena fermentación del forraje que ha sido triturado en grandes trozos y que solo ha sido compactado a mano. En otras palabras, cuando se ensila en silos pequeños muy herméticos, las criterios normales para tener éxito con el ensilaje no se aplican estrictamente.

Concluyendo, la marchitez del forraje parece ser necesaria solo si este se encuentra muy húmedo, si las condiciones permiten un secado rápido y si los silos son de gran tamaño.

ADITIVOS

La razón para usar aditivos es la de mejorar la preservación del ensilaje al asegurar un predominio de las bacterias lácticas durante la fase de fermentación. Los aditivos se dividen en tres categorías: 1) estimulantes de la fermentación, como los inoculantes bacterianos y las enzimas; 2) inhibidores de la fermentación, como los ácidos propiónico, fórmico y sulfúrico; y 3) aportes de substrato o fuentes nutritivas, como grano de maíz, melaza, urea o amoníaco anhidro (Woolford; 1984; Henderson; 1993; Bolsen et al., 1995). Varios ensayos han comprobado que solamente los ácidos potentes, tanto individualmente como en combinación con formaldehído, tienen la capacidad de modificar la fermentación (Thomas y Thomas, 1985). Pese a esto, han perdido popularidad tanto ya sea por su costo como por las dificultades para su manipulación en la finca. Los inoculantes bacterianos tienen varias ventajas sobre otros aditivos: bajo costo, seguridad en el uso, baja dosis de aplicación y ausencia de residuos y de daños ambientales. No obstante, los resultados de su aplicación son variables, lo cual probablemente se deba a diferencias en las condiciones del ensilaje durante la aplicación. Se ha observado que cuando se les aplica en combinación con enzimas que degradan la pared celular y el almidón dando así más carbohidratos para la fermentación láctica, aparentemente mejora la fermentación y el valor nutritivo del ensilaje de gramíneas y leguminosas tropicales (Bolsen, 1999) Sin embargo, estudios con ensilaje de Pennisetum clandestinum, sugieren que antes de agregar el inoculante, este pasto debe marchitarse para lograr una mejoría en la fermentación (de Figueiredo y Marais, 1994); la acción del inoculante es ineficaz con pasto sin marchitar. Al comparar el efecto de la harina de maíz con el uso de aditivos comerciales para el ensilaje conteniendo inoculante bacteriano y enzimas, Mhere et al. (1999) encontraron que al agregarlo a mezclas de forraje de sorgo forrajero/leguminosas y pasto kikuyo/leguminosas, la harina de maíz -cinco por ciento de la biomasa- mejoró el contenido de MS, y que ambos aditivos mejoraron el contenido nutritivo del ensilaje pero sin tener un efecto significativo en la fermentación. Esta falta de efecto sobre la fermentación quizás se explica porque el ensilaje empleó silos de pequeño tamaño y cerrados herméticamente, lo cual permite que el efluente del forraje permanezca dentro del silo; este factor podría responder a la falta de un efecto benéfico en la fermentación por parte de ambos aditivos.

El uso de aditivos comerciales, como inoculantes y enzimas, puede resultar demasiado costoso o simplemente no ser accesibles para los pequeños agricultores. Por ello, el aporte de substrato o fuentes nutritivas puede resultar el tipo de aditivo más útil para estos agricultores. Probablemente el mayor beneficio de aditivos como los granos de maíz o sorgo o de harina de yuca es el de elevar el contenido de MS en cortes tempranos de forraje cuya humedad es alta y cuando un proceso de marchitez rápida no es factible, o en los casos cuando el efluente del silo escurre y se pierde. Las gramíneas tropicales han sido ensiladas con éxito con aditivos de harina de maíz (van Onselen y Lopez, 1988), harina de yuca (Pyitharane et al., 1986) y grano de sorgo (Alberto et al., 1993).

La melaza es la fuente de carbohidrato más frecuentemente usada como aditivo. Es útil para suplementar forrajes con bajo contenido en carbohidratos solubles, como leguminosas y gramíneas tropicales. Se han obtenidos buenos ensilajes al agregar melaza en dosis de 3-5 por ciento (Bareeba, 1977; Sarwatt, 1995). Sin embargo, si el ensilado tiene un contenido muy bajo de MS y se emplean silos fosa o trinchera, la mayor parte de la melaza se pierde con el escurrimiento en los primeros días del ensilaje.

El uso de urea o amoníaco anhidro en ensilados afecta adversamente la fermentación y el valor nutritivo del ensilaje, sobretodo en forraje muy húmedo de sorgo (Bolsen, 1999), si bien Sarwatt (1995) logró un buen ensilaje al aplicar 0,5 por ciento de urea a la mezcla de maíz, sorgo y Chloris gayana en Tanzania. Una mezcla de urea/melaza como aditivo es quizás la mejor combinación para gramíneas tropicales cuando se las corta a comienzos del crecimiento vegetativo (Bolsen, 1999). Es necesario continuar con la investigación en este tema, especialmente sobre el ensilaje de forraje proveniente de gramíneas tropicales de praderas naturales.

CONCLUSIóN

En el trópico, particularmente en regiones semiáridas, donde la principal dificultad para la producción animal es la escasez de forraje, la conservación de forraje producido durante la época de lluvias por medio del ensilaje es probablemente una técnica útil para la mayoría de pequeños campesinos, especialmente aquellos dedicados a la lechería o la producción de carne. Se ha demostrado que es posible ensilar forrajes aplicando una tecnología relativamente simple, y que forrajes de gramíneas tropicales, leguminosas, follaje de árboles leguminosos, forraje de sorgo y pasto kikuyo pueden ser ensilados con éxito. Sin embargo, es necesario continuar las investigaciones respecto a la calidad de estos ensilajes, en relación a su fermentación y valor nutritivo, que pueden ser mejorados usando cultivos asociados, mezclando forrajes al ensilar y agregando aditivos. También existe un gran potencial para el uso de muchos subproductos agro-industriales mezclados con forrajes y leguminosas, lo cual puede tener gran impacto como nuevas fuentes de alimentos económicos para el ganado.


Este trabajo pertenece a: Memorias de la Conferencia Electrónica de la FAO sobre el Ensilaje en los Trópicos 1 septiembre a 15 diciembre 1999
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Guillermo Alvarez Reyna
Martinez y Staneck
2 de enero de 2008
Arturo Vega: Necesito saber si están aclararas las dudas con respecto al sistema de embolsado de forrajes. De no ser así, háganmelo saber y gustosamente les aclararé en todos los items.
Guillermo Alvarez Reyna
Martinez y Staneck
5 de octubre de 2006
Arturo: Se debe picar el cultivo con picadoras de forraje de picado fino, se llenan los carros forajeros y éstos descargan en la máquina embolsadora el material, y la máquina sola embute al mismo con alta presión eliminando el aire de su interior de manera excelente, ya que dentro de la bolsa a las 24 horas no queda más oxígeno de fermentación aeróbica e indeseable, comenzando la fermentacion anaeróbica que en 20 días de realizada la bolsa finaliza, dándonos el silo ya confeccionado y para poder suministrarlo a los animales. Guillermo ALVAREZ REYNA Médico Veterinario Tandil Argentina
Guillermo Alvarez Reyna
Martinez y Staneck
27 de septiembre de 2006
La solución para los ensilajes en Argentina, y tanto en productores pequeños como en grandes productores, es el realizarlos con una máquina embolsadora en donde el volumen de lo producido por el cultivo no es limitante como el de construcciones fijas, ya que se embolsa por ej: una bolsa y media de un cultivo, y se corta la misma para ser usada (la otra mitad), para otro cultivo o material a ensilar. Por esto, este sistema lo hace el más versátil del mundo hoy, en la actualidad, adaptándose a las necesidades de TODOS lo productores. En nuestro País, no solamente se embolsan cultivos de picado fino, sino que a la misma máquina se le saca el acarreador para el picado, y se coloca el conjunto de molienda para realizar Grano Húmedo (maíz, sorgo, trigo, cebada, centeno, soja, etc etc), como ensilado energético que reemplazó el costoso balanceado comercial, ya que es el mismo productor el que lo realiza de su cultivo. No solamente se embolsa en forma de silo los cultivos tradicionales, sino que con la misma máquina se embolsan otros ingredientes de gran valor nutritivo y de desecho industrial como: hez de malta, gluten meal, gluten feed, pulpa de citrus, cáscara de papa, cama de pollo, remolacha forrajera, cáscara de tomate, cáscara de frutas, y la mezcla de los mismos y agregados como urea, etc. etc., lo que hace que se pueda disponer de comida barata y con mejores beneficios de conversión, producción y margen de ganancias sobre el costo- alimento Kg producido. Debo decir también que, colocando en la misma máquina otro accesorio, en la misma se guarda también grano seco condición comercial para ser vendido fuera de época de cosecha, o en el momento oportuno de precios ventajosos. Embolsando grano seco no se producen problemas de insectos dentro de la misma ya que la condición de anaerobiosis no permite la vida de los mismos. Si en el momento de estar ensilando, llueve, no hay problema, ya que el material ya guardado dentro de la bolsa está compactado con alta presión, y ha comenzado el proceso bacterial del ensilado, y al no entrar agua en la misma, solamente se espera el que deje de llover para seguir con la tarea. Comparado con silo puente, bunker, torta, etc., este sistema tiene las siguientes ventajas: el costo de la materia seca ensilada haciendo análisis de CALIDAD de un sistema y otro en el embolsado se encuentran diferencias del mismo cultivo ensilado y en la misma fecha, y en una y otra forma una diferencia del 35 a favor de la bolsa, ya que el frente de reoxidación y lixivificación en el momento de apertura y suministro de los primeros, degrada la calidad del materia ensilado, y los valores pérdida de calidad en el sistema de embolsado es de sólo 3-5 valores cuantificados en más de 300 silos comparados. Los asesores de alimentación tomamos estos valores como muy importantes, ya que debemos aconsejarle al productor que sistema y cómo debe realizar sus reservas forrajeras. Pongo por ejemplo: un rollo de heno de alfalfa de máxima calidad en Argentina, como suplemento de alimentación en pastoreo y silo de maíz para el mismo sistema. Si se analiza por ejemplo un silo de maíz con una producción de 40.000 kg de materia verde por hectárea con un contenido de grano de 55 q/ha, con 30 de MS y una concentración energética de 2.66 McalEM por Kg/MS, este silo produce 31.920 McalEM por hectárea ensilada. Si se divide este valor por la cantidad de Mcal necesarias para la producción de 1 Kg de carne (20,13 Mcal/kg), y considerando pesos de 150, 200, 350 y 450 Kg de peso vivo, se podrían obtener 1.585 Kg de carne por hectárea. Si realizamos la cuenta para la producción de leche sabiendo que 66.56 McalEM son necesarias para la producción de 1 Kg de grasa butirosa (con una vaca de 500 Kg de peso y una producción de 18 litros de leche por día), se puede estimar la producción en 479 Kg/Grasa butirosa/hectárea. Realizando el mismo análisis para el caso de heno de alfalfa de alta calidad, suponiendo una una concentración energética de 2,19 McalEM/kg de MS y una producción de 8.000 Kg/MS/Ha resulta una producción d 17.520 Mcal/Ha. Con el criterio anterior calculamos la producción de carne en 870 Kg/ha y 263 Kg/Ha de grasa butirosa, representando sólo el 55 de lo obtenido con el silo de maíz. A esto debemos sumar las pérdidas anteriormente citadas de ensilar con bolsa o no de 35, veremos cuáles son las ventajas para el productor. Guillermo ALVAREZ REYNA Médico Veterinario Nutrición Animal Reservas Forrajeras Tandil, Argentina
Luis S. Martinez
21 de septiembre de 2013
Saludos Henry Castillo, gracias por los datos ofrecidos sobre su método de ensilar. Quisiera saber para cuantos animales esta diseñada esta cantidad de ensilaje? Gracias anticipadas.
Ariel Antonio Duarte
Ariel Antonio Duarte
15 de enero de 2012
podrian pasarme informacion sobre ensilajde de sorgo forrajero
Betin Robetin
8 de octubre de 2011
Como evitar el ataque de roedores a las bolsas de ensilaje?
Hector Bermudez
28 de septiembre de 2011
Buenos dias les escribo desde Venezuela para hacer un silo con caña y maralfalfa como lo debo hacer. No dispongo de maquinaria para ensilar en bolsa y debo hacerlo tipo montón o tipo bunker.
Tania Villalobos
Tania Villalobos
27 de septiembre de 2011
GrupoAmpieWalcottVegas: Gracias .Engormix.com por la gran oprtunidad que se nos dio sobre un mejor aprendisaje sobre el, "Ensilamiento de gramineas y leguminosas" en los paises tropicales . ( Nicaragua).
Yeferson Peñaranda Soto
7 de junio de 2011
Muy bueno el articulo , m podrian ayudar es q quiero ensilar solo boton de oro y qisiera saber cuanto necesito de melaza??
Aldinever Marin Ruiz
12 de agosto de 2009
buenas noches... conoci otro metodo de ensilar el maiz asi: se cosecha a los 120 dias con una humedad del 30[percent], y se realiza de la misma forma que los otros ensilajes, sacando bien el aire, se da en una proporcion de 3,5 kls x 2 kls de pollinaza y 2 kls de concentrado comercial economico, para una racion de 7.5 ks en animales adultos de mas de 400 kls.
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