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Cultivo de trigo y siembra directa en Argentina

Argentina. El cultivo de trigo y la siembra directa en la Región Central Norte

Publicado: 1 de junio de 2007
Por: Jorge Fraschina, Carlos Bainotti José Salines - Grupos de Trabajo Patología Trigo y Mejoramiento de Trigo - Area Mejoramiento Genético Vegetal.

Siembra directa y trigo. Producción de trigo en siembra directa. Elección de variedades

Siembra directa y trigo

El factor clave para alcanzar mejores resultados en la agricultura de secano es tratar de maximizar el uso del agua de lluvia por parte de los cultivos. Si tenemos en cuenta que el agua de lluvia debe infiltrarse en el perfil de suelo y luego ser absorbida por el sistema radicular para su utilización en el resto de la planta, surge la importancia de favorecer la mayor acumulación de agua y así tender a mantener una adecuada disponibilidad hídrica durante el mayor tiempo posible.

La acumulación de agua en el suelo no solo depende de la capacidad de retención que es característica de cada tipo de suelo, sino también de la velocidad de filtración del agua de lluvia. La técnica de siembra directa tiene un impacto directo sobre la capacidad de infiltración del suelo, debido a que modifica favorablemente algunos factores que actúan sobre ella, como son la permanente cobertura con rastrojos y la acumulación de residuos orgánicos en los primeros centímetros de suelo.

El cultivo de trigo contribuye a la sustentabilidad de esta modalidad de producción ya que realiza un importante aporte a la cobertura de suelo con sus residuos de cosecha y tipo de sistema radicular. En general la cantidad de rastrojo que aporta un cultivo de trigo depende más del rendimiento obtenido que de la variedad. Sin embargo a igual rendimiento, hay algunas variedades de siembra temprana que tienden a dejar mayor cantidad de rastrojo. Los residuos de cosecha de trigo además quedan distribuidos en forma homogénea en la superficie del suelo y se caracterizan por su durabilidad en el tiempo, favorecida por su alta relación C/N y contenido de lignina. Esta situación se observa claramente por la presencia de rastrojo de trigo en la cobertura de lotes provenientes de trigo/soja que son antecesores del cultivo de maíz en la rotación.

Producción de trigo en siembra directa

La acumulación de agua en el perfil de suelo en el momento de la siembra es importante para todos los cultivos, pero lo es especialmente en el caso del trigo por baja ocurrencia de lluvias durante gran parte de su ciclo. Partiendo de adecuados niveles de agua acumulada, un cultivo de trigo bien implantado puede afrontar el período invernal normalmente seco durante el cual transcurren importantes etapas de desarrollo como son el macollaje y gran parte del encañado. Posteriormente en el momento de espigazón, que eligiendo adecuadamente la variedad y época de siembra debería ocurrir inmediatamente pasado el riesgo de heladas tardías, la probabilidad de lluvia aumenta y la disponibilidad hídrica generalmente resulta suficiente para abastecer el llenado de grano.

Como ejemplo de eficiencia en el uso del agua por parte del cultivo de trigo en siembra directa, se pueden mencionar las mediciones obtenidas en los ensayos de variedades realizados en campos de productores del sudeste de Córdoba y que arrojaron valores entre 10 y 13 kg. De grano por cada mm. de agua consumida.

Para el caso de trigo, tanto el cultivo antecesor como el sistema de labranza, modificarán la acumulación de agua en el suelo y por lo tanto la disponibilidad hídrica inicial del cultivo. Esta situación es especialmente importante en la región norte triguera donde el maíz y las variedades de soja precoces de siembra temprana que maduran durante el mes de marzo, resultan buen antecesor de trigo.

Se debe recordar que las pérdidas de humedad de suelo posteriores a la madurez fisiológica del cultivo antecesor, dependerán del manejo realizado en cada situación y es aquí donde adquiere mayor importancia ajustar debidamente la técnica de barbecho químico. [arriba]

Elección de variedades

Si bien dentro de la estrategia de manejo del cultivo de trigo en siembra directa, la mayor atención se debe poner en la elección de lotes con buena disponibilidad de agua y en la implementación de una equilibrada suplementación de nutrientes para cada situación. Nuestra experiencia reciente muestra que también resulta importante la elección de variedades y fechas de siembra adaptadas a esta modalidad de cultivo. Junto a esta última pauta se debe mencionar también la necesidad de utilizar semilla sana, curada y con adecuado desarrollo de grano, que permita alcanzar la cantidad de plantas recomendada para cada variedad y época de siembra, apuntando a lograr una buena implantación. Una buena implantación es la clave para mejorar la eficiencia en el uso del agua y de los nutrientes disponibles.

Con respecto a la elección de variedades de trigo para siembra directa, la sugerencia es tratar de caracterizar previamente cuál será el ambiente de producción. Si bien en general se sigue observando buena adaptación de las variedades que permiten una siembra temprana, en los buenos ambientes se alcanzan iguales rendimientos con variedades de ciclo corto con beun potencial de rendimiento. La siembra temprana de trigo asegura una mejor implantación del cultivo y ofrece condiciones más favorables en las primeras etapas de desarrollo, y por lo tanto un mejor uso del agua almacenada en el suelo. Cuando los ambientes de producción de trigo son mejores, con mayor disponiblidad hídrica y adecuado nivel de nutrientes, las diferencias entre ciclos desaparecen y prevalece el potencial de rendimiento de la variedad.

En las dos últimas campañas y en varias regiones del área central norte, se observó daño de frío por heladas durante la implantación del trigo en siembra directa y también pudo verificar que existen diferencias entre cultivares frente a este tipo de estrés. Los resultados fueron coincidentes con observaciones registradas en años anteriores e indicaría que debería replantearse el uso de estas variedades susceptibles en condiciones de siembra directa con abundante rastrojo en superficie, debido a que las posibles pérdidas de área foliar no siempre podrían ser compensadas en todos los ambientes.

Para la elección de variedades de trigo con buena adaptación a siembra directa, también se deberá prestar especial atención a su comportamiento frente a enfermedades producidas por parásitos necrotróficos, es decir aquellos que tienen posibilidades de transmisión a través de los rastrojos como son la "septoriosis de la hoja", la "mancha amarilla" y la "fusariosis de la espiga".

Actualmente el área de mayor expansión del trigo en siembra directa es la dedicada al doble cultivo trigo/soja en rotación con maíz y soja de primera siembra. En este sistema de producción, la secuencia trigo/soja con buenos rendimientos suele ser una alternativa de excelente rentabilidad. Para ello el cultivo de soja de segunda siembra debe ser implantado lo antes posible. La situación ideal sería llegar a sembrar la soja de segunda hacia fines de noviembre o principios de diciembre. Aquí es donde adquiere importancia la elección de variedades de trigo de siembra temprana con madurez rápida, como así también las de ciclo más corto, que al permitir una cosecha más temprana tenderá a mejorar el resultado global de la secuencia trigo/soja.

Para facilitar la implantación de la soja sobre trigo, otra característica a la que también debe prestarse atención en siembra directa es el tipo de rastrojo que deja el cultivo de trigo, debido a que algunas de las variedades difundidas tienen marcada tendencia a vuelco en condiciones favorables. Esta situación origina pérdidas de rendimiento antes y durante la cosecha, pudiendo también ocasionar dificultades y demoras para la siembra de soja.



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