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Cosecha de trigo Argentina 2015/16: Condiciones reinantes durante el cultivo y sus efectos sobre la calidad

Publicado: 1 de junio de 2016
Por: Pablo Eduardo Abbate. Grupo Trigo. EEA INTA Balcarce, Bs. As., Argentina
La campaña de trigo pasada se caracterizó por una baja concentración de proteína en el grano (promedio general 10%, caída de 9% respecto del promedio de las 5 campañas anteriores), baja concentración de gluten húmedo (en promedio 22%, caída de 15%) y bajo W alveográfico (201 unidades, caída de 20%), junto con un peso hectolítrico normal y una estabilidad farinográfica 9% mayor al de las 5 campañas anteriores.  
 

¿Cuáles fueron las causas de la baja en las principales variables de calidad?

Al considerar el agua acumulada en el suelo se destaca que hubo un exceso hídrico en el este de la Región Pampeana entre junio y agosto que pudo haber causado lavado del nitrógeno del suelo. Dado que la incertidumbre por las elecciones presidenciales desestimuló la aplicación de fertilizantes y que éste lavado se habría producido luego de que la mayoría de los productores fertilizaran, es de suponer que los cultivos de trigo estuvieron expuestos a una baja disponibilidad de nitrógeno, la cual sería la primera causa de la caída de la proteína en la campaña. Por otra parte, la temperatura del aire, en particular la mínima, estuvo por arriba de la histórica desde agosto hasta octubre, en particular en el centro y norte de la región triguera.

A partir de octubre la temperatura estuvo por debajo de lo habitual, favoreciendo un llenado del grano lento y largo desde el centro de Córdoba hacia el norte, y una muy buena formación y llenado del grano, es decir, un mayor rendimiento, en el sudeste (Surbregión IV). Esta situación térmica favorable permite explicar  los buenos valores de peso hectolítrico y de peso de mil granos. Si bien en la Red de evaluación de cultivares de trigo (RET, coordinada por el INASE) hubo una respuesta mayor que la habitual a la aplicación de fungicida  (promedio 19%), no es de esperar que la presencia de royas y otras enfermedades foliares hayan sido factores relevantes en la calidad obtenida.
 

¿Podrían haberse evitado los problemas de calidad de la campaña?

La proteína podría haberse mejorado a través de una refertilización tardía, pero esa aplicación de fertilizante adicional tiene un costo y particularmente en el año pasado, no hubo incentivo económico para realizarla. No obstante, es importante notar que este es el segundo año consecutivo en que ante un año Niño se produce lavado de nitrógeno del suelo en una amplia zona de la región triguera. Debería planificarse, entonces, la fertilización fraccionada de los lotes cuando se cuente con un pronóstico de año Niño desde el inicio de la campaña, tal como ocurrió en esta campaña. La relación gluten/proteína promedio de los últimos 10 años fue 2.4, en consecuencia, si se hubiera mejorado la proteína también habría mejorado el contenido de gluten. Sin embargo, se debe tener en cuenta que esa relación disminuye cuando baja el contenido de proteína y que la relación varía ente cultivares, siendo mayor la diferencia a bajo nivel de proteína, tal como en la presente campaña.

Por su parte el W es mucho más variable entre cultivares que entre niveles de proteína (al menos cuando la proteína está variando entre niveles razonables para un trigo pan comercializable). Por lo tanto, la caída en el W de la campaña se explicaría no solamente por la baja disponibilidad de nitrógeno de los cultivos sino, principalmente, por la elección de cultivares de menor W y mayor rendimiento.

La información disponible sobre la estabilidad farinográfica es escasa, no obstante la presente campaña pone en evidencia que está poco relacionada con la disponibilidad de nitrógeno del cultivo y la concentración de proteína en el grano. Más bien parece estar relacionada con el cultivar y las condiciones ambientales durante período de llenado del grano.
 

¿Qué podemos esperar para la próxima campaña?

Con la apertura de la exportación es de esperar mayor demanda de trigo, principalmente por parte de Brasil. Los molinos brasileros suelen estar interesados en importar trigo con calidad superior a la de su producción local. Así, los niveles de calidad que demandan superan el nivel de calidad promedio del trigo producido actualmente en Argentina. En definitiva, es de esperar que la exportación no solo compita en el mercado interno por cantidad, sino también por calidad.

Los problemas graves de proteína se evitarían por medio de la fertilización incentivada por la bonificación que establece el estándar de comercialización de trigo de Argentina (Norma XX). Sin embargo, no es factible que los problemas de bajo W se solucionen por esa vía. El W promedio de la producción de trigo argentino viene cayendo desde hace por lo menos 10 años y esta caída no fue acompañada por la caída en la proteína (la caída conjunta de W y proteína de esta campaña no es lo habitual), por lo tanto, tal caída debe atribuirse a la elección cultivares de menor W y mayor rendimiento. Dado que no existe ningún estímulo que aliente a los productores para elegir cultivares de mayor W, ni de otras variables de calidad que no sean peso hectolítrico y proteína, no es de esperar que la situación para esas variables mejore excepto por condiciones fortuitas.
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Autores:
Pablo Eduardo Abbate
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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