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Internacional - Hay que evitar la aparición de hongos y micotoxinas en la alimentación animal

Publicado: 7 de julio de 2004
Fuente: AgroDiario
Las condiciones ambientales de este otoño-invierno, caracterizadas por temperaturas y humedad relativamente elevadas para la época, acompañadas en muchos casos por inadecuadas condiciones de procesamiento y almacenamiento de silajes, henos y subproductos, predisponen a la contaminación de estos alimentos con hongos y micotoxinas. Los hongos generalmente provocan en los animales rechazo del alimento lo que conduce a una disminución de la productividad por la merma del consumo voluntario y de la eficiencia de conversión alimenticia. Además, son responsables de las patologías denominadas “micosis”. Las micotoxinas producidas por algunos hongos pueden generar en los animales alteraciones en la absorción y el metabolismo de los nutrientes, cambios en las funciones endócrinas y neuroendócrinas y hasta la supresión del sistema inmunológico. Hongos del almacenamiento y hongos del campo Los hongos productores de micotoxinas se pueden clasificar en hongos del “almacenamiento” (Aspergillus y Penicillum) y del “campo” (básicamente del género Fusarium). Los hongos del “almacenamiento” son relativamente más controlables con buenas prácticas de acondicionamiento y de conservación. Las aflatoxinas producidas por Aspergillus son las más peligrosas por su potencia, tipo de daño, lo irreversible del mismo en muchos casos y porque se pueden acumular en productos animales como leche, carne, huevos, y continuar contaminando la cadena alimenticia. Los hongos del “campo” dependen de las condiciones climáticas existentes durante las fases del ciclo del cultivo y por lo tanto, resultan muy poco controlables. Las micotoxinas producidas por estos hongos resultan perniciosas para la producción pero generalmente tienen baja tasa de metabolización y de aparición en producto animal. Entre las más frecuentes y más tóxicas se encuentran la zearalenona y los tricotecenos (vomitoxina o DON, DAS y toxina T2). Si en un alimento están presentes dos o más micotoxinas se produce un efecto sinérgico y se potencia la peligrosidad. Además, cuando posee más de 100.000 unidades formadoras de colonias/g se constatan pérdidas de calidad química, independientemente de si estos hongos son o no productores de micotoxinas. ¿Qué hacer ante la sospecha? Se recomienda solicitar los análisis pertinentes a los fines de tomar recaudos y las medidas de manejo adecuadas, tanto preventivas como palitivas. Existen medidas para prevenir la contaminación: utilizar productos antifúngicos, asegurar buenas condiciones de procesamiento de los granos y forrajes, almacenar adecuadamente los alimentos. Cuando la contaminación existe, se puede realizar una dilución mezclando alimentos de diferentes partidas, por ej. alimentos con baja contaminación con ingredientes no contaminados. Esta práctica puede ayudar a disminuir el riesgo. Sin embargo, la utilización de las sustancias denominadas “secuestrantes o adsorbentes de toxinas” parece ser la opción más válida y atractiva, no sólo de índole paliativo sino también preventivo del problema para el ganado bovino de carne y leche. Estos productos, que se utilizan normalmente en las raciones de cerdos y aves, están disponibles en el mercado y existen actualmente fórmulas muy eficaces para una amplia gama de micotoxinas.
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AgroDiario
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