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Argentina - Maizar 2007: Alimentación Humana, Animal y Usos Industriales: El maíz es insustituible

Publicado: 10 de mayo de 2007
Fuente: Maizar / Savia Comunicacion
Roberto Doménech. Alberto Morelli e Ignacio Iriarte reflejaron el impacto que los nuevos precios del maíz tienen en la alimentación.

Roberto Doménech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, abrió ayer a la tarde el seminario Maíz: Lo importante, que la Asociación Maíz Argentino (MAIZAR) llevó a cabo en el Hotel Four Seasons de Buenos Aires.

Como integrante del módulo, Alimentación Humana, Animal y Usos Industriales, el referente avícola comentó que el sector productor de pollos de la Argentina hizo a partir de 2003 un programa de desarrollo estimando un índice de crecimiento del 10 % por año. El objetivo era cubrir la capacidad disponible. Al año siguiente, ya lo habían logrado.

Al referirse al crecimiento de la actividad, Doménech comentó que actualmente, en la Argentina se producen 1,340 millones de toneladas, de las cuales 1,100 van al consumo y las 200 mil restantes a exportación, principalmente a la Unión Europea. En el país se consumen 29 kilos de carne de pollo por hab/año. En dos años, el sector pasó de 20 a 40 millones de cabeza faenadas.

Durante los primeros tres meses del año, la relación maíz/pollo promedio se redujo de 10.32 (2006) a 7.35 (2007). Si bien el precio mayorista del pollo registró un aumento del 12 %, el precio del maíz aumentó 57 % entre enero-marzo 2007 comparado con el trimestre del 2006. Desde el primer acuerdo de precios con el Gobierno, realizado en marzo de 2005, los precios del sector se mantienen dentro del mismo rango.

Para Doménech, el precio del maíz y la soja han marcado una tendencia que va a cambiar decididamente los costos de la producción de carne. “Nosotros tratamos de verlo de la forma más responsable. Todo lo que es bueno para el país, es bueno para todos. Consideramos que la suba de los precios del maíz en el mercado mundial es un hecho positivo para la Argentina y que además tenemos las condiciones para desarrollar producciones intensivas de carne y transformarlas en competitivas”, dijo.

Al referirse al nuevo escenario comercial, el titular de CEPA sostuvo que la competencia más que por el maíz es por la energía. Según el empresario, en el sector avícola, no hay muchas opciones de reemplazo de este producto. “Hay que aceptar precios altos de la energía en la ración y a partir de ahí se debe trabajar en la optimización. Por ahí, en lugar de hacer récord de peso en pocos días se puede extender en el tiempo. Pero no se puede trabajar sin energía”, argumentó.

Para Doménech, hay un nuevo escenario. El precio del maíz ya está en un nuevo nivel. Las carnes están subiendo a nivel mundial, siguiendo el aumento de los costos. El consumo de carne sigue sostenido. “Prevemos transferencias de consumos motivadas por los valores. Es posible que caiga el consumo de pollo o de carnes en general”, comentó.

Los pollos son los más eficientes convertidores de granos en carne. Según los datos presentados por el titular de CEPA, para hacer 1 kg de pollo se necesitan 2,6 gr de alimento balanceado, compuesto por un 60 % de maíz. En el futuro, vamos a utilizar 1,75 gr de alimento por cada kilo de pollo vivo. El negocio mejora su eficiencia.

El 90 % de los pollos se produce entre Buenos Aires y Entre Ríos. “Creemos que el crecimiento del sector se va a dar en los lugares más alejados de los puertos, en Chaco, Santiago del Estero, lugares donde el maíz también va a ir a parar a la producción de etanol”, dijo.

Para Doménech, de ahora en adelante, el precio lo va a determinar el petróleo. Para bien o para mal. Todo va a depender de los niveles de corte que vayan teniendo cada uno de los países.

“Sin lugar a dudas, vemos que las fluctuaciones que pueda tener la oferta van a hacer más sensible al mercado de maíz. Vamos a tener que producir pollos con mayor eficiencia y tener presente que a mayor demanda, tenemos que producir más de lo que sea que el mercado reclame. La mayor ganancia siempre va a estar de la mano de mayor producción. Tendremos que aumentar la participación en el mercado mundial y transformar las materias primas que produce el país para enviarlas al mundo, siendo muy cuidadosos de lo que producimos”, reflexionó el empresario avícola.

“Debemos aceptar, aprender y adaptarnos”, concluyó Doménech e instó “a producir maíz y a comer pollo”.


Morelli: “La molienda seca no tiene buenas noticias para dar”

Como moderador del panel participó Alberto Morelli, de la Cámara de Industriales de Molienda Seca. El orador dijo que la molienda seca estaba en un consumo de 600 a 700 mil toneladas anuales, pero debido a una serie de cambios como las reglas de juego y la instauración de las retenciones, el sector quedó con derechos del 20 % y hoy es casi inviable la exportación de productos derivados de la molienda seca a distintos mercados del mundo.

“La molienda seca no tiene buenas noticias para dar”, dijo Morelli. La Argentina, debido a los cambios en los ingresos de la población, ha llevado a un menor consumo de un producto clave para el sector como la polenta.

“Estamos en un 60 % de capacidad instalada, hay fábricas que cerraron y cada día se complica más”, agregó.


Iriarte: seguimos produciendo carne porque los ganaderos no leen los diarios

A su turno, Ignacio Iriarte, director de Informe Ganadero, hizo un recorrido por lo acontecido en el sector ganadero en los últimos años y su relación con el consumo del maíz. Comentó por ejemplo que a principios de la década del 90, alguien empezó a descubrir que había un mercado interesante para la ternera gorda. “En esa época matábamos muchas más terneras”, dijo. Ahí empezaron los primeros feedlots. Por otra parte, “en algún momento se destetaron precozmente 2 sobre 15 millones de terneros existentes. Hoy la técnica se aplica a 1 millón aproximadamente”, recordó Iriarte.

El especialista ofreció un detalle pormenorizado de los principales destinos que tiene el maíz para la producción ganadera.

Enumeró el destete precoz y los corrales de inicio, adonde se destinan no menos de 300 mil cabezas. También se refirió al silaje de maíz, que ocupa entre 250 a 300 mil hectáreas. Los feedlots profesionales son otro gran destino. “Las conversiones nos dejan sorprendidos”, dijo.

Iriarte destacó también la hotelería. Dijo que hay 40 establecimientos y está la capacidad llena, ocupados por matarifes y frigoríficos. Otro destino es el Finish lot, un tipo de encierre corto para terminación, antes de introducir el producto al mercado. También el maíz de pastoreo es otro destino. La suplementación, “la gran fuente de demanda de maíz” y el Dry Lot, una novedad de los últimos dos años, en las zonas de seca extrema los productores encierran las vacas para alimentarlas y de esa forma compran, a un precio alto, por cierto, gran parte de la preñez del próximo servicio.

A la hora de lo números, Iriarte dijo que se consumen 4 millones de toneladas de maíz para la alimentación animal. “El maíz para la ganadería es insustituible. De él depende el 50 % de la producción de carne”.

Para el orador, se dio un fenómeno que tiene que ver con el impacto en el uso del maíz, el aumento de la carga animal, el aumento de la producción por hectárea, la disminución de la estacionalidad de la oferta ganadera –“se acabaron las subas de agosto, hay más producción de carne cuando antes faltaba”, dijo-, el aumento del rendimiento de la res en gancho, el reemplazo de verdeos, el aumento de la preñez y del número de vientres y la valorización del ternero. “El maíz hizo una revalorización del precio de la invernada. La suba del precio del maíz es una mala noticia para los criadores. Cuanto más caro es el maíz, menos negocio es engordar”, dijo.

Otra particularidad de la ganadería actual es el aumento de la eficiencia del productor ganadero en pos del crecimiento de la agricultura.

“Pero todo eso fue así hasta octubre”, dijo Iriarte. A partir de ahí cayó entre el 1 y 2 % el rendimiento en gancho, solo el 50 % se termina en grano (antes era el 80 %), se resigna terminación, llegan los animales con menor peso.

“Hoy conviven el encarecimiento de los costos de producción con la caída de la ganadería pastoril por el factor climático, en particular las inundaciones. Se cortó el próximo ciclo ganadero. Cuesta un 50 % más engordar una ternera dentro del feedlot”, dijo.

“La ganadería no va a ser la misma con un maíz un 70 % más caro. El stock ganadero está estancado. Disminuyó del área de invernada. La reserva natural más grande de pastos es la Cuenca del Salado y se está agriculturizando. El crecimiento de la ganadería está en las zonas del Norte. A medida que sube el precio del maíz baja el precio relativo del gordo y desaparecen los inversores”, enumeró Iriarte.

“Pero se seguirá usando maíz”, agregó el especialista. Según Iriarte, los ganaderos siguen apostando porque en algunas zonas del país, no leen los diarios. El ganado terminado a grano se paga más y hay datos de emprendimientos agrícolas que se fondean a largo plazo con la ganadería. “Algunos dicen esto así no va a mantenerse y va a tener que cambiar”, sostuvo.

Para el director de Informe Ganadero, la oferta de carne no va a disminuir, en todo caso se va a estancar. “Esta es una crisis de incertidumbre. No hay vueltas al modelo pastoril puro. Es indispensable el uso del maíz para mantener la rentabilidad. La diferencia entre un animal pastoril y uno no pastoril es, en precio, el valor del maíz”, dijo.
Fuente
Maizar / Savia Comunicacion
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