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Reducir la brecha entre Ciencia y Agricultor: Javier Castellanos Ramos

Publicado: 17 de julio de 2015
Fuente: Intagri
Javier Zaragoza Castellanos Ramos
Su Historia:
Mi segundo nombre es “Zaragoza” en honor a mi abuelo Zaragoza Ramos, quien fue agricultor desde 1915 hasta 1942, año en que falleció. Él producía maíz a principios del siglo pasado, era un excelente agricultor; yo creo que el mejor agricultor que había en mi pueblo, que es Agualeguas, Nuevo León.
Él producía un solo cultivo por año, en la “época de temprano”, pues como no fertilizaban en aquellos años, las mejores condiciones de temperatura de esa estación era capaz de rendir más que el de verano. Él tenía la costumbre de almacenar grano y nunca lo vendía al momento de la cosecha, sino que lo comercializaba durante todo el año, era un productor muy integral para ser una época de principios de siglo. Hace casi 100 años que mi abuelo mostraba esas capacidades, fue un agricultor ejemplar en el pueblo, muy admirado y muy apreciado por los productores y pobladores de Agualeguas, Nuevo León.

De igual manera, mi padre fue agricultor, él sembraba trigo, allá por los 50s y 60s. En 1962 apostó a la agricultura todo lo que tenía y sembró 100 hectáreas de trigo con un socio. Quizá alguien sepa lo que fue 1962 para el noreste del país, y creo que en todo el norte de México, ocurrió la helada negra más severa que había ocurrido en muchísimos años. Se secaron incluso los árboles de cítricos hasta el tronco. Entonces perdió la totalidad de la cosecha de trigo, y perdimos todo lo que teníamos, pues como el socio había negociado el seguro; no recibieron ni un centavo del mismo. Por ello tuvo que vender toda la maquinaria, todas las vacas que tenía, y prácticamente quedamos en la calle; después de pagar todas las deudas, se fue a Estados Unidos a trabajar de mojado. Allá trabajó como albañil un par de años y mientras, mi madre nos sostuvo acá. Allí fue cuando comprendí que la agricultura no era un negocio para cardiacos. La agricultura requiere de mucha templanza para soportar todos los siniestros que trae con frecuencia y no queda más que apechugar y tener fe en el siguiente ciclo.
Pasión por la agricultura:
Para mí la agricultura fue siempre una actividad muy atractiva, quizás porque la traigo en la sangre desde mi abuelo y mi padre. Me llamaba mucho la atención lo que era la producción. En 1965 me voy a estudiar la preparatoria y me olvidé un poquito del campo y empecé a estudiar un bachillerato en el tema de administración. Cuando termino el bachillerato y me toca elegir la carrera, regreso a mi vocación, mi llamado interno, la agronomía. En ese momento me dedico a prepararme de nuevo para tomar los exámenes de admisión, pues para estudiar la carrera de Ingeniero agrónomo se requería el bachillerato en ingeniería y tuve que estudiar mucho durante todo el verano. Afortunadamente lo aprobé y en 1969 ya estaba estudiando mi carrera de Ingeniero agrónomo, en donde elegí la especialidad de Fitotecnia.
Desde que empecé el primer semestre me di cuenta de que esa era mi vocación, me emocionaba cada materia y estaba atento como nunca de lo que estaba aprendiendo, las salidas al campo experimental me llenaban de emoción. Yo termino mi carrera el 3 de agosto de 1973, tenía 20 años cuando presenté mi examen profesional. 
Recuerdo que mi tesis fue sobre genética del maíz, habiendo realizado dos años de trabajo de campo y al poco tiempo de graduado, cumplí los 21. Al concluir mi carrera me fui al INEGI, en aquel tiempo se llamaba CETENAL. Trabajé durante dos años en temas de cartografía aérea haciendo cartas de uso potencial del suelo en donde me incliné desde ese momento por el tema suelos. Este trabajo lo realicé en la Cd. de México de 1973 a 1975.
La investigación:
En 1975 consideraba que ya había terminado mi ciclo en el INEGI. Estaba buscando una plaza en FIRA, después de pasar una serie de exámenes bastante largos, aprobé y me llamaron para que ocupara una plaza en Calera, Zacatecas. Por las mismas fechas me di cuenta de que estaban buscando investigadores en el INIA, y el Dr. Jesús Moncada de la Fuente, me llamó por teléfono preguntándome si me interesaba trabajar en el Campo Agrícola Experimental de la Laguna, en Torreón Coahuila. Aprobé para ambas plazas, el salario de investigador era notablemente menor, pero a mí me gustaba mucho, me atraía mucho el tema y decidí ser investigador del INIA.
 
Me voy a Torreón, me integro en el programa de suelos y en 1975 inicio mis primeros experimentos en el cultivo de algodonero donde estudiamos la respuesta a nitrógeno, fósforo y potasio. Yo establecía alrededor de unos 30, 40 experimentos cada año, de tal manera que en un periodo de dos años ya tenía establecidos como unos 70 experimentos en algodonero. Posteriormente trabajé en ballico, maíz, y alfalfa. Hacia fines de 1977, en el mes de diciembre tenía la opción de irme a Iowa o a California a estudiar mi maestría. Primero tomé el avión a Iowa para conocer el programa, después me trasladé a California donde el programa era mucho más atractivo para mí, por lo que elegí la Universidad de California en Riverside. Allí hice mi maestría en Química de Suelos, trabajando con el Dr. Parker Pratt, destacado científico norteamericano, que en ese tiempo era jefe del Departamento de Suelos. Concluí mi maestría en 1980, trabajando sobre la disponibilidad de nitrógeno en desechos animales y ese fue mi primer trabajo sobre el tema. Publicamos dos artículos científicos internacionales y de allí me seguí en el mismo tema por otros 10 años, cerrando ese ciclo de investigación en 1987. En 1987 me fui a estudiar el doctorado en Biotecnología de Plantas, con énfasis en Biología del suelo en el CINVESTAV, campus Irapuato donde me gradué en 1992. 
A partir de ahí tuve una participación muy intensa en la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo, Sociedad Científica a la cual pertenezco actualmente. Allá por 1987 nos tocó organizar el Congreso Nacional de la Ciencia del Suelo en la Cd. de Zacatecas, al que asistieron más de 1000 participantes, y que por cierto fue uno de los más lúcidos de su historia. En ese tiempo el secretario general era el Dr. Andrés Aguilar Santelises, quien fue un reconocido profesor y gran amigo.
Ingresé al Sistema Nacional de Investigadores en 1987 y me he mantenido hasta la fecha en dicha institución, donde actualmente soy nivel 3. En 2003 me fui un año sabático a la Universidad de Florida, donde trabajé con el tema de Fertirrigación en fresa. A mi regreso, el Dr. Jesús Moncada de la Fuente, a quien considero el mejor director que ha tenido INIFAP, me nombró líder nacional de nutrición vegetal de dicho Instituto.
Yo me jubilo del INIFAP, antes INIA, en 2007, pero sigo participando en la enseñanza, impartiendo cursos y dirigiendo proyectos de investigación de posgrado en el Instituto Tecnológico de Roque en Celaya, Guanajuato donde colaboro actualmente.  A la fecha hemos generado más de 80 artículos científicos, la mayoría de ellos internacionales, 5 libros, y tres variedades de frijol que se siembran masivamente en el centro de México.

La fundación de Intagri:

A partir de 2003, me empecé a cuestionar mucho si lo que hacíamos como investigadores llegaba a su destinatario final que era el agricultor. Me di cuenta de que no era suficiente generar investigación, que era vital transferirla al usuario y de allí surgió nuestro lema de INTAGRI: Reducir la brecha entre la ciencia y el agricultor
 
Me percaté que el agricultor y los técnicos estaban ávidos de aprender cuestiones pragmáticas para resolver problemas de producción. Es decir había una enorme necesidad de capacitación técnica, pero enfocada a resolver los problemas del campo y fue entonces cuando fundamos INTAGRI. 

Para cumplir con nuestra misión nos basamos en los PRINCIPIOS CENTRALES de Intagri que son:

1.    Transferir tecnología de vanguardia para expandir el potencial humano en el campo.
2.    Mejorar la tierra, explorando oportunamente sus propiedades.
3.    Desarrollar la confianza del productor para hacer de su tierra una fuente de riqueza. 
4.    Mantener un nivel de conocimiento, compromiso y motivación del personal, para cumplir con los requisitos de nuestra misión. 
 
Todos los días nos aseguramos de que estos principios centrales se cumplan a cabalidad y para nosotros, los seres humanos son el eje de nuestros principios centrales.
La trasferencia del conocimiento:
El Extensionismo es un tema que a mí me apasiona y la transferencia tecnológica era algo que yo sentía que faltaba mucho en este país y que prácticamente habían acabado con ella los gobiernos anteriores, y entonces había que reinstalarla, o por lo menos apuntalar un poco el tema de transferencia tecnológica, entonces iniciamos INTAGRI en el año 2003. Yo estaba justamente en Florida en un año sabático y desde allá empezamos a coordinar la organización del primer Curso Internacional de Horticultura Protegida, que organizamos en la Cd. de Culiacán Sinaloa, con una asistencia de 250 personas. Fue un éxito rotundo y nos dimos cuenta de la gran necesidad que había de capacitación en el campo, con un enfoque pragmático, es decir muy aplicado y resultaba mucho más importante que un enfoque académico.
A partir de allí, INTAGRI ha venido creciendo cada año, actualmente impartimos más de setenta cursos en el año, entre cursos presenciales, cursos en línea, congresos internacionales, diplomados, maestrías, etc. Esta organización se ha consolidado como una organización al servicio de los agricultores y agrónomos en el ámbito de la capacitación.
INTAGRI significa Instituto para la innovación tecnológica en la agricultura, nuestra meta es innovar, transferir y capacitar. Afortunadamente, los técnicos y agricultores han visto con muy buenos ojos este proyecto, y lo han acogido bastante bien. Tenemos muchísimos amigos en todo México, desde 2012 llegamos vía internet a todo Latinoamérica y en 2015 dimos el primer curso presencial en Perú. Tenemos mucha presencia en Latinoamérica gracias a la maestría en hortofruticultura que imparte la Universidad de Almería y que distribuye Intagri. Yo dejé la Dirección General de INTAGRI hace unos tres años y desde entonces la dirige el Ing. Jesús Arévalo Zarco, quien le ha dado un dinamismo muy importante a la empresa, la ha hecho crecer y la ha diversificado. 
Hemos hecho grandes amigos como el Dr. Francisco Camacho, de la Universidad de Almería, que ha jugado un papel muy importante en el programa de Master, que imparte dicha Universidad en todo Latinoamérica. Tenemos muchos otros amigos que valoran y aprecian a INTAGRI, y que nos han ayudado a crecer y consolidarnos. Agradecemos mucho la confianza que han depositado los clientes en nosotros.
Hemos tenido un crecimiento sin precedentes en esta organización y estamos muy contentos y muy satisfechos de poder participar muy activamente en lo que es la trasferencia tecnológica. La consideramos una misión muy noble para América Latina.
El futuro:
Para finales de julio 2015 tendremos nuestro evento más grande de la historia de Intagri, el Congreso de Nutricion Vegetal, con más de 700 asistentes. En esta etapa de mi vida me siento con mucha energía, con muchas ganas de consolidar todavía más nuestra organización, y nuestro sueño es que esta organización dure más de 100 años. Vemos nuestro proyecto con mucho entusiasmo y con un futuro por delante muy alentador, que nos debe permitir permanecer creciendo durante varias generaciones, de lo contrario de poco serviría el esfuerzo que hemos realizado. ¡Me queda claro que a este mundo venimos a trascender y eso intentamos hacer! 



 

Fuente
Intagri
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