El área destinada al trigo en la campaña 2006/07 en la Argentina superaría las 5,16 millones de hectáreas sembradas en el ciclo pasado, pero estaría por debajo de las 6 millones de ha estimadas inicialmente, debido a una fuerte sequía y a una serie de medidas oficiales, según evalúan los analistas.
El clima seco que afecta especialmente al sudoeste de la principal provincia productora, Buenos Aires, y a La Pampa, el aumento de los impuestos a la exportaciones de trigo y la limitación de las ventas del cereal son las principales causas de la caída de los volúmenes de producción.
En momentos en que se sembró alrededor de la mitad del área prevista, los analistas estiman que la superficie de trigo en la Argentina, uno de los cinco mayores exportadores mundiales del cereal, podría instalarse entre las 5,25 y las 5,6 millones de ha, es decir, entre el 12,5% y 6,7% inferiores a los cálculos iniciales.
Por otro lado, los especialistas estimaron que la producción mundial de maíz deberá aumentar unos 100 millones de toneladas en los próximos cuatro años para atender el creciente ritmo de la demanda impulsada por el uso del grano para la producción de biocombustibles, según estimaciones de la Asociación Argentina de Consorcios de Regionales de Experimentación Agropecuaria (Aacrea).
En el caso de la soja, el aumento de la producción debería rondar los 27 millones de toneladas para satisfacer los requerimientos energéticos, sin afectar las reservas mundiales de la oleaginosa.
La proyección, de particular interés para la producción agrícola argentina, señala que el uso de los granos como fuente de energía ante la suba del precio del petróleo impulsará la suba de las cotizaciones mundiales de las forrajeras.
