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Huellas y compactación en la cosecha

Publicado: 28 de abril de 2006
Fuente: AAPRESID
Cuando se rotura para solucionar el problema se termina dañando a los suelos Para evitar estos inconvenientes hay que cosechar los lotes ?problemas? antes de que las lluvias otoñales compliquen la situación. Otra alternativa es utilizar máquinas livianas con cubiertas de alta flotación, duales u orugas. Muchas veces, por las condiciones climáticas de humedad, durante la cosecha se realiza tránsito sobre terrenos de baja sustentación, por lo cual se producen huellas y, en mayor o menor medida, compactación. Surge así la idea de realizar alguna labor con el objetivo de "emparejar el terreno" y de "descompactar" sin saber si es peor el remedio que la enfermedad, ya que al realizar esa labor se producen una serie de consecuencias negativas que superan ampliamente los beneficios que obtenemos de ella. Lo ideal es dejar que los sistemas radiculares de los cultivos hagan su "trabajo" de revertir esa situación, de manera que los conductos generados por ellas, bioporos, devuelvan al suelo su condición natural. Por esto es importante la rotación de cultivos, ya que las diferentes estructuras de raíz (pivotante para la soja y girasol, en cabellera para maíz, trigo y sorgo) realizan su acción reestableciendo la porosidad del horizonte compactado. Cuando roturamos perdemos la cobertura que tanto nos costó lograr y mantener. Esto nos trae aparejado pérdida de agua almacenada, por evaporación durante la labor, y pérdida de agua "por llover", ya que declina la capacidad de captar y almacenar agua del sistema. Otro impacto negativo es la pérdida de materia orgánica, que atenta a la dinámica del sistema, ya que la base de la siembra directa es acumular rastrojos en superficie para fijar carbono atmosférico en forma de materia orgánica. Ésta es la que nos provee de nutrientes por ciclado de los mismos y, aunque la parte "quemada" de la misma la utilice el cultivo posterior, volver a recuperarla nos va a llevar mucho más tiempo del que nos llevó gastarla. Tan importante como la anterior es la pérdida de estructura del suelo, que pierde capacidad de infiltración y es más vulnerable a la erosión. Para evitar dichos problemas debemos tener especial cuidado durante la cosecha. Tratar de realizarla en condiciones de adecuada humedad de suelo, adelantarla en caso de lotes que se prevé tendrán problemas. Lo más recomendable en casos de necesidad de cosechar, a pesar de la condición adversa, es hacerlo con máquinas livianas, con cubiertas de alta flotación, duales u orugas, además de realizar la descarga de la tolva de la cosechadora en las cabeceras. Planificar la siembra de estos lotes "problema" de manera de cosecharlos temprano, antes de que las lluvias otoñales compliquen la situación. También está disponible la posibilidad de aplicación de desecantes para anticipar el secado del cultivo y, por lo tanto, la cosecha. Por último, no olvidarse de que no labrar el suelo es una de las premisas básicas de la siembra directa, y la rotación de cultivos en sucesión adecuada y ordenada es la mejor manera de llevar al suelo a una condición de equilibrio similar a la de un ambiente natural.
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AAPRESID
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