Argentina. Los girasoleros analizaron los avances de la intersiembra

Asagir invierte en innovación... Se trata de una tecnología de manejo, aún en etapa experimental, que podría impactar fuerte en la agricultura nacional. El girasol es un excelente integrante del equipo o la soja el mejor aliado del girasol, aseguran desde la Asociación Argentina del Girasol. La agricultura argentina comienza a protagonizar cambios trascendentes en sus sistemas de manejo. La intersiembra es el más emblemático. Se trata de una tecnología en plena etapa experimental. Un sistema de trabajo que, aunque beneficioso en algunos aspectos, requiere aún de múltiples investigaciones que lo hagan recomendable. “Hoy sembrar cultivos intercalados es algo que sólo se puede hacer bajo el asesoramiento de especialistas calificados en el tema”, sugieren desde la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), entidad que viene financiando desde el año pasado investigaciones sobre esta tecnología. La Asociación organizó hace pocos días una jornada sobre cultivos intercalados en el sudeste bonaerense. Fue en la Unidad Integrada Balcarce, adonde se acercaron miembros del Consejo Directivo de la Asagir y más de 50 socios, entre productores, representantes de la provisión de insumos, de la industria procesadora, profesionales asesores e investigadores. El Dr. Pablo Calviño, uno de los profesionales que lidera este sistema de manejo, presentó los estudios sobre cultivos intercalados que se realizan en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Allí se experimenta en la intersiembra de girasol –soja y maíz– soja. PRECISIONES. Según lo comentado por Calviño, ya sea girasol o maíz, la siembra se hace en surcos espaciados a 1,56 cm dando lugar, en el espacio resultante, a la siembra de dos surcos de soja. El trabajo experimental incluye estudios sobre características de los cultivares aptos para esa disposición, fechas de siembra, densidad, efecto del clima, orientación de los surcos, control de malezas y plagas e interacción con el ambiente. El grupo de trabajo liderado por Calviño incluye a dos estudiantes de posgrado, Aníbal Cerrudo y Luis Coll. Cerrudo estudia los ideotipos de girasol y soja para este sistema de producción y Coll las diferentes estructuras de cultivo con dos tipos de girasol: ambos aspectos considerados los más importantes en el sistema intersiembra girasol y soja. Asagir participa en la financiación de estos estudios. A CAMPO. El grupo convocado por la Asociación de Girasol para ver los avances en esta tecnología de punta se acercó durante la jornada a un lote ubicado en la localidad de Mechongué, al oeste del partido de General Alvarado, en la provincia de Buenos Aires, donde pudieron evaluar la intersiembra en escala de producción. “La magnitud de la intercepción de la luz del primer cultivo (girasol o maíz) condiciona el crecimiento del segundo cultivo (soja) razón por la que se evalúa el uso y efecto de reguladores de crecimiento junto a tipos de planta y se especula con una nueva genética apropiada para este sistema”, dijo Calviño. Frente a la tendencia al monocultivo, la diversificación y una mayor producción por unidad de superficie hacen prever un incremento del Margen Bruto del sistema. El aprovechamiento diferido del agua disponible por parte de los cultivos (que podría alcanzar el 75 % contra el 50 % habitual), dado el desplazamiento de los períodos críticos de un cultivo respecto del otro es una de las más fuertes especulaciones para el éxito del sistema de intersiembra. El punto crítico de la soja ocurre en momentos muy diferentes comparados con trigo, maíz o girasol. Si el primer cultivo llega a madurez fisiológica antes que el segundo llegue a su punto crítico, la intersiembra de girasol y soja permitirá aumentar la captura del agua disponible, de la radiación y la eficiencia de uso de los gastos indirectos. Además, ambos cultivos podrían obtener rendimientos muy cercanos a los del cultivo puro.