El lote fue sembrado en partes iguales con variedades de los Grupos II y III, y se esperan rindes de 3.000 kilos por ha. La cosecha se realizará el 21 de abril, en la localidad de Arroyito, en una experiencia inédita en la región.
El proyecto comandado por la empresa Relmó comenzó hace unos 5 años, a partir de la observación y el análisis de las condiciones agroecológicas de la zona norte de la Patagonia.
En este estudio, también jugó fuerte el hecho de que “en 12 años se terminará el petróleo en Neuquén, y la agricultura es una opción” productiva, según anticipó a Infocampo, Julio Ferrarotti, director de Investigación y Desarrollo de Relmó SA.
Las 18 ha fueron implantadas el 20 de noviembre pasado en un espacio cedido por la firma Agropatagonia SRL. La empresa explota unas 800 ha, dedicadas al cultivo de papa, ajo y cebolla, en la localidad de Arroyito, a 30 km de El Chocón, en Cerro Colorado.
“A nivel de ensayo, hemos logrado rendimientos superiores a los 4.500 kilos, pero estimamos que en estas 18 ha obtendremos unos 3.000 kilos”, aventuró Ferrarotti.
No obstante, el empresario reconoció que a partir de lo capitalizado en esta primera experiencia a campo, “esperamos el año próximo rindes un 20% por encima de lo que sacaremos en esta cosecha”.
La cosechadora Class, de hecho, trillará los anhelos hechos realidad de la gente de Relmó y de un grupo de empresas que apostaron a esta iniciativa el próximo 21 de abril.
Detalles. La implantación (9 ha con Azul 35 -Grupo III- y otro tanto con Ayelén 22 -Grupo II) se realizó con el objetivo de tener unas 400.000 plantas/ha cosecha, a 35 cm entre surcos.
El riego por pivot fue aplicado especialmente durante el período crítico del cultivo (enero y febrero), evitando el estrés en el período de llenado de grano. Además, “aplicamos la mayor tecnología disponible en el mercado: inoculante y curasemilla de Rizobacter, se pulverizó y sembró con máquinas de Pla, y se cosechará con una Claas”, adelantó Ferrarotti.
Además, y atendiendo la realidad de que en la región la principal amenaza es el viento, se decidió implantar un cultivo de cobertura: “Medio lote con avena y la otra mitad con cebada. Antes de la siembra realizamos una pasada con glifosato y obtuvimos la resistencia para los vientos”, explicó el empresario, antes de sentenciar que la cebada se comportó mejor.
Finalmente, Ferrarotti recordó que por ser una región desértica no se presentaron problemas con las malezas, aunque sí con la oruga defoliadora, debido a la cercanía con planteos ganaderos. “Ocurrió un solo ataque de isoca y con una aplicación de insecticida se controló, cuando la planta estaba en un estadío R3.”
En Viedma, rindes de 4.500 kg
En la experiencia encarada por Relmó, Ferrarotti destacó la participación del productor Juan Carlos Ridao, un agricultor oriundo del sudeste bonaerense y “un verdadero pionero de la agricultura en la Patagonia”.
Ridao, titular de Agropatagonia, es el único productor en todo Neuquén que trabaja con riego por pivot y será un socio más que estratégico en la primera cosecha de soja que se realizará en toda la provincia. Si bien existen experiencias con la oleaginosa en Río Negro, incluso ensayos realizados por la gente de Relmó en Viedma (con rindes de 4.500 kg), el potencial del cultivo en toda la Patagonia “es altísimo, tenemos muchas más horas de luz, y aspiramos a obtener rindes más altos que en la pampa húmeda”. En 4 o 5 años, desde Relmó garantizan que estará disponible un paquete muy adaptado para la región
