Esta actividad en la decada del 80, se desarrolló con períodos económicos cíclicos, sin grandes cambios en los sistemas de producción, hasta 1991, cuando se produce un cambio estructural en los precios relativos, producto de la implementación de la convertibilidad.
El precio promedio de esta década, en pesos actuales era de $ 2,22/kg.(años 80/89), mientras que luego de establecida la convertibilidad, dicho precio experimentó una caída muy importante ya que fue de $ 1,10/kg.,promedio del período 1992/98.
La gran devaluación del dólar que trajo aparejada la convertibilidad, hizo que el precio en dólares del cerdo se incrementara en forma considerable de U$S 0,60 a U$S 1,10/Kg.-
Este cambio de precios relativos fue muy desfavorable para la producción porcina, por un lado, el ingreso real del productor cayó a menos de la mitad del valor que tenía en la década anterior, y por otra parte, el aumento del precio en dólares. Cuando el cerdo superó el dólar el kg.( de la mano de la apertura económica) fue un precio altamente ventajoso para los competidores externos, que ofrecieron a la industria un producto de calidad, que además recibían importantes subsídios en sus costos de producción.
El productor nacional no disponía, hasta ese momento, con herramientas necesarias para competir con ese producto. Ej: Estaban cerradas las entrada de genética( líneas híbridas) necesarias para la producción de esta calidad de carne.
Lo mencionado, está reflejado en el cuadro 1, donde la producción cae en un 30% y las importaciones comienzan a crecer, en forma considerable, llegando en 1998 a representar el 67,26% de la producción nacional ( equivalente res).
Las importaciones producto de la convertibilidad, además del perjuicio que le ocasionó al productor, afectó en forma muy considerable, la fuente de trabajo, en el sector de la industria de chacinado, que hizo que entre 1992/1996 se redujeran de 23000 a 13000 empleados, según el siguiente cuadro:
Fuente : Claves, Abril 1997
La producción nacional para no desaparecer, debió adaptarse a este nuevo escenario, sin ningún tipo de estímulo, incentivo, etc., realizó inversiones en tecnologías, que le posibilitara una productividad eficiente.
Esto se refleja, en el cuadro siguiente donde la Tasa Nacional de Extracción, que en 1994 era del 62,3 % en 1998 es del 92,79%. En termino de cerdos producidos por madre/año, significa haber pasado de 6,5 a 13.
Evolución de la Tasa de Extracción
Con respecto a la calidad de la res, se evolucionó sustancialmente, al producirse una res de mayor peso y contenido de tejido magro, como lo muestra el cuadro:
Evolución de la Calidad de Res
Ante este gran esfuerzo de la producción, las importaciones crecieron según muestra el cuadro siguiente :
Evolución de las Importaciones y Exportaciones
* Porcentaje sobre equivalente a res
El productor argentino debe continuar debatiendose, ante todas las imposibilidades que se reflejan, en el gráfico de la situación actual (Octubre de 1999).
A los subsidios que recibían los productores de cerdos brasileros (reclamos efectuados en 1997), en Enero de 1999, se agrega la devaluación realizada por el gobierno de Brasil, lo cuál, nuevamente los precios relativos, favorecen las importaciones y como consecuencia una gran caída del precio del kg. de cerdo y una brecha por el tipo de cambio, (como muestran los cuadros) que ninguna producción con la máxima eficiencia, puede contrarestar.
La producción nacional, está en condiciones de lograr el autoabastecimiento actual y además aumentar la producción, pero, para esto necesita no tener que competir contra mecanismos de subsidios y protecciones.
Para la confirmación de lo expuesto, se adjunta cuadro demostrativo de los resultados logrados por un grupo de productores:
Reconversión
Si la producción porcina lograra el marco de condiciones de competibilidad, en el corto plazo, (por sus características intensivas), se conseguirían las inversiones necesarias y de esta manera se pondría en marcha un sector, que le ahorraría un desembolso anual al país de $150.000.000, agregaría valor a dos commodities como son maíz y soja, del orden de $ 100.000.000, inversiones en instalaciones $ 60.000.000 anuales, a estas debemos agregarles las necesarias para la faena y desposte de esta producción y permitiría aumentar los lugares de trabajo, en el orden de los que se perdieron, desde la convertibilidad.