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Sanidad e Inocuidad de los Granos

Publicado: 9 de marzo de 2015
Por: Alejandra Patricia Ricca (Instituto de Tecnología de Alimentos, INTA Castelar); Maria Jose Martinez (INTA Manfredi); Daniel Presello (INTA Pergamino); y Ricardo Bartosik (INTA Balcarce). Argentina
Resumen

Los granos, como insumos del proceso de producción de alimentos, se consideran inocuos si no causan daño a los animales y las personas que los consumen. Las dos causas de contaminación que típicamente resultan con pérdidas de inocuidad de los granos están referidas a la presencia de micotoxinas y de residuos de plaguicidas.

El consumo de granos contaminados puede derivar en daño a la salud de los animales y las personas o causar pérdidas económicas en la producción de carnes, leche y huevos. A su vez, existen fuertes regulaciones respecto de los límites máximos permitidos, los cuales no son uniformes entre los diferentes países, resultando en serios problemas en la comercialización con pérdidas para países productores de alimentos.

El mundo demanda granos cada vez más sanos e inocuos, por lo que las regulaciones de los países compradores impactan en la forma en que los países productores implementan su cadena logística y de comercialización, debiendo adaptarse para satisfacer las crecientes demandas impuestas por los consumidores globales.

Las micotoxinas son metabolitos secundarios producidos por ciertos tipos de hongos. La proliferación de micotoxinas ocurre cuando el ambiente favorece el desarrollo fúngico e incrementan su importancia bajo ciertas circunstancias, como las condiciones de stress. La contaminación comienza a nivel de campo (precosecha) y puede continuar durante el almacenamiento (poscosecha) cuando no se utilizan buenas prácticas. Una vez que un lote de granos está contaminado con micotoxinas no es posible eliminarlas de manera práctica, lo cual limita las posibilidades de uso final de la mercadería y genera serios inconvenientes para su comercialización.

La contaminación con residuos de pplaguicidas es una problemática muy diferente. En el caso de la poscosecha de granos la principal causa de contaminación química es el uso de insecticidas. En este caso los diferentes países establecen Límites Máximos de Residuos (LMR) para cada principio activo y grano, dependiendo básicamente en la peligrosidad del principio activo. La contaminación (presencia de residuos por encima del LMR) puede ocurrir por el uso de productos indebidos (ej. uso en la poscosecha de insecticidas aprobados para su uso en cultivos extensivos), por sobredosificación de insecticidas permitidos en la poscosecha, por duplicación de dosis en la poscosecha o por no respetar los tiempos de carencia. Al igual que en el caso de las micotoxinas, una vez que un lote de granos se contaminó con residuos de plaguicidas se generan serias limitaciones en las posibilidades de uso final del producto e inconvenientes en su comercialización.

En almacenamiento de granos la prevención de contaminación con micotoxinas y plaguicidas se basa en la implementación de las Buenas Prácticas (BP). Para el caso de las micotoxinas, las BP comienzan con la selección de variedades resistentes al ataque de hongos, prácticas agronómicas adecuadas (ej. rotación de cultivos, fertilización balanceada, evitar las condiciones de estrés, etc.), ajuste del equipo de cosecha para eliminar granos severamente dañados de baja densidad, y manejo adecuado en la poscosecha (especialmente secado a humedad de almacenamiento segura). En el caso de los plaguicidas las BP se basan en la sanidad de las instalaciones de almacenamiento y el uso de la aireación y/o refrigeración artificial como medidas preventivas al desarrollo de insectos, y a la implementación de un programa de manejo integrado de plagas. Para ello es necesario la capacitación y concientización de responsables de aplicación para que solamente utilicen productos permitidos y en las dosis aconsejadas. A su vez, para evitar aplicaciones repetidas es fundamental contar con un registro de aplicaciones que se pueda transmitir al resto de la cadena (trazabilidad).

Es importante destacar que durante el procesamiento de los granos en alimentos, los residuos de plaguicidas y micotoxinas se concentran en algunos productos, mayormente en los residuos de molienda seca, húmeda o fermentación que se usan para alimentos balanceados, incrementando su problemática en la cadena de agregado de valor de los granos.

El uso del silo bolsa en el sistema de poscosecha puede mejorar las condiciones de sanidad e inocuidad de los granos. El grano almacenado en silo bolsa tiene menos chances de ser atacado por insectos que en el almacenamiento convencional. A su vez, en caso de requerir tratamiento de control, se puede realizar fumigaciones con fosfina o tratamiento de atmósferas modificadas de manera muy eficiente. Otro aspecto importante del uso del silo bolsa en la logística de poscosecha es la posibilidad de segregar partidas por calidad e implementar programas de trazabilidad.

La inocuidad de los granos es una condición necesaria para proteger la salud de la población y acceder a los mercados. Se dispone de tecnologías para la implementación de buenas prácticas de cultivo y poscosecha, que deberían ser aplicadas en sistemas que mejoren la trazabilidad a fin de reducir la contaminación con micotoxinas y plaguicidas a los niveles considerados como seguros.

Palabras claves: Sanidad, Inocuidad, Micotoxinas, Plaguicidas, Granos, Silo bolsa, Argentina

1. INTRODUCCIÓN
Los granos, como insumos del proceso de producción de alimentos, se consideran inocuos si no causan daño a los animales y las personas que los consumen. Los dos mayores contaminantes del grano de cereales y oleaginosas son los residuos de plaguicidas aplicados en condiciones inadecuadas y las micotoxinas producidas por infecciones fúngicas.
El consumo de granos contaminados puede derivar en daño a la salud de los animales y las personas o causar pérdidas económicas en la producción de carnes, leche y huevos. A su vez, existen fuertes regulaciones respecto de los límites máximos permitidos, resultando en serios problemas en la comercialización con pérdidas para países productores de alimentos.
El mundo demanda granos cada vez más sanos e inocuos, por lo que las regulaciones de los países compradores impactan en la forma en que los países productores implementan su cadena logística y de comercialización, debiendo adaptarse para satisfacer las crecientes demandas impuestas por los consumidores globales.
 
1.1. Límite máximo de residuos
El límite máximo de residuos (LMR) es la concentración máxima de residuos de plaguicida (expresada en ug/g, mg/kg o partes por millón (ppm)), permitida legalmente en la superficie o la parte interna de productos destinados a la alimentación para consumo humano y de piensos. Los LMR tienen por objetivo lograr que los alimentos sean toxicológicamente aceptables.

Los LMR establecidos por el Codex Alimentarius, que se aplican principalmente a los productos que circulan en el comercio internacional, se obtienen basándose en estimaciones hechas por la JMPR (Reunión Conjunta FAO/OMS (Food and Agriculture Organization, Organización Mundial de la Salud) sobre residuos de plaguicidas), después de la evaluación toxicológica del plaguicida y de su residuo; y del examen de datos obtenidos en ensayos supervisados aplicando la dosis más elevada recomendada, autorizada o registrada en el país. Por lo tanto la determinación de los LMR se basa en conceptos toxicológico y agronómico.

En el primer caso, lo que se pretende es que la ingestión diaria del residuo considerada, no provoque efectos nocivos durante toda una vida, según los conocimientos actuales. Para ellos se calcula el Nivel sin efecto (NEL) y la ingesta diaria admisible (IDA). Las buenas prácticas agrícolas (BPA) comprenden los usos inocuos de plaguicidas autorizados en cada país en las condiciones necesarias actualmente para realizar el control eficaz de las plagas y enfermedades. Los usos inocuos autorizados se determinan a nivel nacional y prevén usos registrados y recomendados en cada país y tienen en cuenta las consideraciones de salud pública y profesional y la seguridad del medio ambiente.
 
1.2. Marcos regulatorios y legislación vigente de LMR
La problemática de residuos de plaguicidas es un tema en constante estudio y discusión por organismos internacionales por lo que se realizan continuas modificaciones a los LMR permitidos y a las autorizaciones o prohibiciones de las sustancias utilizadas (FAO 1990, 2009, 2013a; JMPR 2010, 2012; Codex Alimentarius, 2013; Convenio de Estocolmo 2013 etc). Como las BPA varían entre los países, esto conduce a la fijación de LMR diferentes para cada país (Tabla 1).

Las diferencias son muy notables y no siempre están justificadas lo cual puede constituir un serio riesgo al comercio internacional actuando como barreras para-arancelarias ya que la presencia de niveles de residuos que exceden a los LMR es motivo de rechazo de la mercadería. La legislación Argentina fija los LMR en la ley Nº 18284 (Código alimentario argentino) cuya última modificación data del año 2007. A su vez, las provincias pueden tener legislaciones específicas.

Por ejemplo en Córdoba la ley de productos químicos y biológicos de uso agropecuario (Ley Nº 9164) del año 2004, contempla la contaminación de alimentos con agroquímicos y establece que la presencia de estos contaminantes debe reducirse mediante la utilización de las BPA en la aplicación de plaguicidas, respectando el uso de los productos permitidos, las dosis recomendadas y los períodos de carencia, con el fin de alcanzar el máximo nivel de protección de la salud haciendo un uso racional de estos productos.
Tabla 1: Límites máximos de residuos de plaguicidas (LMR microgramos/g) para la legislación Argentina; los Estados Unidos de América; La Unión Europea y el Codex Alimentarius. Referencias: *uso en poscosecha; - no existe LMR en la legislación.
Fuente: SENASA, USDA, Codex Alimentarius FAO).
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1.3. Micotoxinas: definición
Las micotoxinas son metabolitos producidos por algunas especies fúngicas (Fusarium sp., Aspergillus sp., Penicillium sp.) que en pequeñas concentraciones afectan la salud de organismos vertebrados. Cuando estas toxinas son ingeridas o inhaladas en determinadas concentraciones por animales o humanos producen cuadros clínico-patológicos asociados reacciones alérgicas, inmunosupresión, cuadros nerviosos y hemorrágicos, disminución de la eficiencia productiva y reproductiva, deficiencias metabólicas y bioquímicas, enfermedades autoinmunes, alteraciones genéticas, teratogénesis, carcinogénesis y hasta la muerte. La FAO estima una pérdida anual de un billón de toneladas de alimentos y productos debidas a estos contaminantes. Las pérdidas económicas afectan a la mayor parte de los pasos en la cadena de valor y están asociadas a reducción del rendimiento por efecto de los hongos, efectos en la salud animal y costo en salud de la población.
Los mercados han establecido límites máximos de tolerancia para micotoxinas y plaguicidas existiendo desbalances en los marcos regulatorios entre países productores e importadores que acrecienta el problema debido a la tendencia a la exportación de las partidas menos contaminadas a los mercados más exigentes quedando el resto para consumo local.
 
2. PROBLEMÁTICA DE CONTAMINANTES EN LA POSCOSECHA
2.1. Micotoxinas en la poscosecha
Dos parámetros importantes de desarrollo determinan la habilidad de los hongos para colonizar y crecer en los alimentos: estos son la temperatura y la actividad acuosa (aw), siendo esta última la de mayor relevancia (Ochandio, 2014). Las semillas con alto contenido de aceite poseen menor cantidad de humedad que las que tienen altas proporciones de proteínas o almidón. Es bien sabido que la disponibilidad de agua, definida como aw, juega un papel importante en el deterioro de las semillas almacenadas (Bhattacharya y Raha, 2002).
El contenido de humedad a partir de la cual los hongos comienzan a estar activos es variable según las especies. Las especies que atacan al cultivo en pie generalmente necesitan más humedad que las especies que atacan al grano durante el almacenamiento. La tabla 1 muestra las principales especies de hongos que atacan al grano y la humedad relativa mínima que necesitan para germinar y comenzar su desarrollo. Como se puede apreciar, el mínimo contenido de humedad compatible con el desarrollo de hongos es 71-72% de HR, por lo que en general, para establecer la humedad de almacenamiento segura, se toma un límite máximo de HR de 65%, indicando que si en el granel la HR del espacio intergranario (o aw) es de 65% o menos, entonces los hongos no están activos y no causan deterioro. Por otra parte, en la tabla 2 se indica el contenido de humedad de equilibrio de los principales granos para una HR de 65%.
Tabla 2. Condiciones de humedad relativa (HR) para germinar y temperatura mínima, máxima y óptima para el desarrollo de especies de hongos más importantes del almacenamiento (Fuente: Tuite, 1986)
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Tabla 3. Contenido de humedad de equilibrio de los diferentes granos (para isoterma de 20°C y 65% HR) y humedad de recibo de acuerdo a las normas de comercialización de Argentina.
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El almacenamiento de grano seco (humedad de almacenamiento segura) es la mejor manera de prevenir el desarrollo de hongo y micotoxinas durante el almacenamiento. Es importante notar que en algunos cultivos (cereales) la humedad de recibo (de acuerdo a las normas de comercialización) coincide con la humedad de almacenamiento segura (trigo, maíz, arroz, sorgo, cebada entre otros), mientras que en las oleaginosas la humedad de almacenamiento segura está por debajo de la humedad de comercialización. En este sentido, un monitoreo frecuente de la humedad durante el embolsado del grano es fundamental para evaluar el riesgo de desarrollo de hongos y micotoxinas.
En algunas situaciones el almacenamiento de granos se realiza por debajo de la humedad segura, sin embargo debido a roturas en las estructuras de almacenamiento puede ingresar agua desde el exterior a través de filtraciones luego de una lluvia. El humedecimiento localizado de una porción de la masa de granos almacenada puede resultar en el desarrollo de hongos y, por lo tanto, micotoxinas. De allí la importancia de prevenir y reparar cualquier tipo de roturas y filtraciones de humedad, recomendación especialmente importante para el almacenamiento en silo bolsa, dada la fragilidad de la cubierta plástica.
 
2.2. Micotoxinas en silo bolsas
Los silo bolsa califican como un sistema de almacenamiento hermético siempre que se tomen los recaudos necesarios para lograr estanqueidad: sellado de los extremos (ej. termosellado) y prevención y reparación de roturas (Cardoso et al., 2012). El almacenamiento hermético consiste en almacenar el producto en una estructura sellada para generar una atmósfera modificada reduciendo la concentración de O2 y aumentando la concentración de CO2 (Navarro y Donahaye, 2005). Esta particular condición gaseosa tiene beneficios en la conservación del producto, que van desde el control de plagas (insectos y ácaros) y la reducción de la actividad microbiana hasta la disminución de la actividad metabólica de la propia semilla. Como resultado general se observa una mejor calidad final del producto almacenado en un sistema hermético comparado con el producto almacenado en un sistema convencional.
Los hongos que predominan en el granel son aerobios estrictos y pueden proliferar y multiplicarse con una composición de aire normal o cercano a la misma (20,9% O2 y 0,03% CO2) (Pitt y Hocking, 1997). Si la concentración de O2 decrece y aumenta la de CO2 en la atmósfera, la tasa de crecimiento, grado de esporulación, tasa respiratoria así como la habilidad de atacar los tejidos de los granos se reducirá hasta suprimirse. Sin embargo hay una diferente tolerancia de los hongos a las atmósferas con alto CO2 y bajo O2 (Navarro y Donahaye, 2005).
Las atmósferas modificadas también reducen los riesgos de desarrollo de micotoxinas. Landers et al. (1986) concluyeron que altas concentraciones de CO2 en lugar de bajas de O2 eran la causa 
primaria de inhibición de aflatoxina bajo condiciones óptimas de crecimiento del hongo (humedad y temperatura). Los autores establecen que probablemente la formación de micotoxina podría controlarse enriqueciendo la atmósfera con CO2 o reduciendo la de O2. Dichas concentraciones inhibitorias no son letales para los hongos y después de que las colonias vuelven a condiciones atmosféricas normales, pueden producir micotoxinas nuevamente. Esto implica que es fundamental mantener la hermeticidad de la estructura (silo bolsa, silo, celda, etc) durante todo el período de almacenamiento.

Una vez que un lote de granos está contaminado con micotoxinas no es posible eliminarlas, lo cual limita las posibilidades de uso final de la mercadería y genera serios inconvenientes para su comercialización. Desde el punto de vista práctico, una vez que un lote de granos se contaminó con micotoxinas solo hay dos posibles soluciones: diluir la concentración hasta límites tolerables mezclándolo con lotes sin contaminación (práctica riesgosa), o destinar el grano para la generación de bioenergía.
 
2.3. Residuos de pesticidas en la poscosecha
Las plagas de los granos almacenados son recurrentemente citadas como causantes de pérdidas de calidad y cantidad de granos almacenados. A las pérdidas debidas a los insectos hay que agregar otros aspectos que tiene implicancias comerciales y sociales, como lo son los tratamientos de poscosecha para la protección de los granos contra las plagas, que han sido reportadas como fuente de contaminación de cereales (Balinova et al., 2006 y 2007). En el caso de la poscosecha de granos, la principal causa de contaminación química es el uso incorrecto de insecticidas.
La resolución Nº 1075/94 de la ex SAGPyA, establece en las Normas de Calidad y Comercialización de granos, que la mercadería debe estar libre de insectos y ácaros vivos. Cuando un agente de la cadena de comercialización de granos detecta insectos vivos, el lote es rechazado y fumigado, y el dueño de la mercadería infestada debe hacerse cargo de todos los gastos ocasionados, además de los problemas logísticos. Esta exigencia provoca que, a fin de zanjar el problema, se hagan tratamientos reiterados de una misma mercadería, a través de la cadena de comercialización, con insecticidas curativos y/o preventivos con residualidad. Esto genera una problemática adicional relacionada a la presencia de residuos de plaguicidas excesivos en los granos. La contaminación puede ocurrir por el uso de productos indebidos (ej. uso en la poscosecha de insecticidas aprobados para su uso en cultivos extensivos), por sobredosificación de insecticidas permitidos en la poscosecha, por duplicación de dosis en la poscosecha o por no respetar los tiempos de carencia. Al igual que en el caso de las micotoxinas, una vez que un lote de granos se contaminó con residuos de pesticidas se generan serias limitaciones en las posibilidades de uso final del producto e inconvenientes en su comercialización.
 
2.4. Insectos, control de plagas y residuos en silo bolsas

Hay pocos estudios sobre cuantificación de infestación por insectos en granos almacenados en silo bolsas. Massigoge et al. (2010) informó que fueron observados insectos en 10 silo bolsas con cebada de un total de 56 bolsas monitoreadas. La industria de molienda de trigo, que usa silo bolsas para almacenar trigo seco, manifiesta que la presencia de insectos es más frecuente durante el verano y en silo bolsas que fueron llenados con granos que previamente estuvieron almacenados en silos convencionales (no provenientes directamente del campo).
Bartosik (2012) lista las razones que condicionan el desarrollo de insectos en silo bolsas: 1) la mayoría de los silo bolsas son llenados con granos que provienen directamente del campo. La presencia de insectos en los granos en el campo es bastante escasa, dependiendo de las condiciones ambientales en el momento de la cosecha (temperatura, HR), la proximidad a las estructuras de almacenaje (plantas de silo), etc, pero la mayoría de las veces los granos que provienen del campo están libres de insectos. Además, durante las operaciones de cosecha los granos pasan a través de la cosechadora, luego a un camión o vagón y luego a la máquina embolsadora, reduciendo el riesgo de infestación comparado con los granos almacenados en los acopios donde hay mayores movimientos involucrados y, por lo tanto, mayores posibilidades de infestación. 2) El silo bolsa, como estructura de almacenamiento, viene libre de insectos, en comparación con los silos convencionales que pueden estar infestados antes de la cosecha. 3) Una vez que los granos son almacenados en silo bolsas, la cobertura de plástico actúa como una barrera física, previniendo la entrada de insectos. 4) La temperatura del grano dentro del silo bolsa sigue el patrón de la temperatura promedio del ambiente a lo largo del año. En consecuencia, en climas fríos, durante el otoño y el invierno, la temperatura del grano desciende por debajo del rango para actividad de los insectos (15-17°C), reduciendo sustancialmente su desarrollo. 5) Cuando el grano es almacenado con humedad por encima del límite para actividad de hongos (tabla 2), la concentración de O2 disminuye rápidamente por debajo de 2% y la concentración de CO2 puede aumentar por encima de 20%, creando un ambiente letal para los insectos.
Basado en estas consideraciones, la situación más crítica que podría facilitar el desarrollo de insectos (y daño) en silo bolsas es cuando se almacena grano previamente infestado, el grano es almacenado durante el verano (temperatura del grano entre 25 y 30°C), y el grano está muy seco como para crear una atmósfera letal para los insectos.
Dada estas condiciones de almacenamiento, la presencia de insectos en silo bolsa (tomando los recaudos adecuados) es ocasional, lo cual reduce las necesidades de control químico y en consecuencia el riesgo de contaminación de los granos con residuos de insecticidas. Por otra parte, en caso de requerir un tratamiento de control, dado su alto nivel de hermeticidad el silo bolsa ofrece la alternativa del uso de fumigantes (fosfina, CO2 o N2), permitiendo un tratamiento efectivo y libre de residuos (Cardoso et al., 2009; Ridley et al., 2011; Carpaneto et al., 2014).
 
3. BUENAS PRÁCTICAS AGRICOLAS
La contaminación con micotoxinas y plaguicidas puede ocurrir en cualquier etapa de la cadena de producción si se usa un manejo inadecuado, pero comienza a nivel de campo por lo que es necesario realizar el cultivo bajo estrategias de buenas prácticas agrícolas para que los granos se cosechen con el menor nivel de micotoxinas y plaguicidas posibles.
Algunas de las medidas recomendadas son las siguientes:
  • Respetar esquemas de rotación de cultivo.
  • Usar cultivares que expresen resistencia genética a hongos toxicogénicos.
  • Realizar siembras en fechas adecuadas.
  • No sembrar densidades excesivas.
  • Usar prácticas de manejo recomendadas y evitar condiciones de estrés.
  • Minimizar el daño por insectos.
  • Realizar cosechas tempranas.
  • Ajustar la cosechadora para eliminar granos dañados y evitar la rotura de los mismos.
  • Almacenar el grano seco
  • Mantener el grano frío mediante aireación/refrigeración
  • Mantener los silo bolsas herméticamente cerrados
  • Elegir los plaguicidas de menor toxicidad.
  • Utilizar los plaguicidas respetando los momentos y dosis de aplicación.
  • Realizar aplicaciones de plaguicidas en base a sistemas de alerta, cuando estén disponibles.
  • Respetar los períodos de carencia indicado para cada plaguicida.
  • Llevar registro de todas las actividades
La contaminación comienza a nivel de campo (precosecha) y puede continuar durante el almacenamiento (poscosecha) cuando no se implementan las buenas prácticas.
 
4. CONCLUSIONES
El uso del silo bolsa en el sistema de poscosecha puede mejorar las condiciones de sanidad e inocuidad de los granos. Por una parte, si el grano se almacena seco y se mantienen las condiciones de hermeticidad, se crean condiciones desfavorables para el desarrollo de hongos y, por lo tanto, de micotoxinas. Por otra parte, el grano almacenado en silo bolsa tiene menos chances de ser atacado por insectos que en el almacenamiento convencional, reduciendo la necesidad de aplicaciones de insecticidas preventivos y los riesgos de contaminación química. A su vez, en caso de requerir tratamiento de control, se puede realizar fumigaciones con fosfina o tratamiento de atmósferas modificadas de manera muy eficiente, sin riesgos de generar residuos peligrosos en el grano.
Otro aspecto importante del uso del silo bolsa en la logística de poscosecha es la posibilidad de segregar partidas por calidad e implementar programas de trazabilidad.
La inocuidad de los granos es una condición necesaria para proteger la salud de la población y acceder a los mercados. Se dispone de tecnologías para la implementación de buenas prácticas de cultivo y poscosecha, que deberían ser aplicadas en sistemas que mejoren la trazabilidad a fin de reducir la contaminación con micotoxinas y plaguicidas a los niveles considerados como seguros.
 
5. REFERENCIAS
  1. Abadía, M.B.; Bartosik, R. 2013. Manual de buenas prácticas en la poscosecha de granos. Hacia el agregado de valor en origen de la producción primaria. Editado por: Bernadette Abadía y Ricardo Bartosik. Autores: Abadía, M.B.;
  2. Bartosik, R.; Cardoso, L.; de la Torre, D.; Giorda, J.; Hoyos, M.; Rúveda, C. Ediciones INTA, Buenos Aires, Argentina. ISBN N° 978-987-679-264-6. Pp 194.
  3. Balinova, A.; Mladenova, R.; Obretenchev, D. 2006. Effect of grain storage and processing on chlorpyrifos-methyl and pirimiphos-methyl residues in post-harvest-treated wheat with regard to baby food safety requirements. Food Additives and Contaminants 23 (4): 391 – 397.
  4. Balinova, A.; Mladenova, R.; Shtereva, D. 2007. Study on the effect of grain storage and processing on deltamethrin residues in post-harvest treated wheat with regard to baby-food safety requirements. Food Additives and Contaminants 24 (8): 896 – 901.
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  8. Cardoso, L., Bartosik, R, Campabadal, C., de la Torre, D. 2012. Air-tightness level in hermetic plastic bags (silo-bags) for different storage conditions. In: Navarro, S.; Banks, H.J.; Jayas, D.S.; Bell, C.H.; Noyes, R.T.; Ferizli, A.G.; Emekci, M.; Isikber, A.A., Alagusundaram, K. [Eds.]. Proceedings del 9th International Conference Controlled Atmospheres and Fumigation of Stored Products, 15 al 19 de Octubre de 2012, Antalya, Turquía. Pp: 583-589.
  9. Carpaneto, B.; Cardoso, L.; Bartosik. R. 2014. Aplicación de Fumigantes en Granos de Girasol Almacenados en Bolsas Plásticas Herméticas. Enviado para su publicación en el Primer Congreso Internacional de Almacenamiento de Granos en Silo Bolsa. Hotel Presidente Perón, 13 al 16 de Octubre de 2014. Mar del Plata, Argentina.
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Fernando Quesada
12 de septiembre de 2019
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