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La problemática de las Aflatoxinas

Publicado: 12 de mayo de 2015
Por: Marcos Snyder, Ingeniero Agrónomo. Consultor y Disertante en temas vinculados a la producción lechera. Argentina
La problemática de las Aflatoxinas - Image 1
Un tema candente. La Industria elaboradora ha comenzado a informar al productor de leche de los análisis de aflatoxinas que viene registrando. Seguramente en poco tiempo influirá sobre el precio de la materia prima.
Hay una gran diversidad de hongos que crecen tanto en el campo como en los sitios de almacenaje de granos, subproductos y alimentos. Las micotoxinas son un variado conjunto de más de 300 grupos químicos, generados por estos hongos y son dañinos para la salud de animales y humanos.
La disponibilidad de información sobre éste tema es limitada pues hay poca investigación desarrollada con vacas lecheras y los experimentos suelen hacerse con el agregado de una sola micotoxina a una dieta “limpia” cuando en el campo es esperable la interacción de cientos de micotoxinas. Los efectos negativos son menos severos que en monogástricos, pues el rúmen actúa como un filtro degradando las toxinas fúngicas. Las más importantes son las toxinas producidas por mohos de los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium. Las aflatoxinas son producidas por el moho Aspergillus y los rumiantes soportan ingerir en su dieta diaria entre 300 y 400 partes por billón (ppb). Con sobrepasar esos límites de tolerancia comenzará son la sintomatología. Alimentos como el afrechillo de trigo y la semilla de algodón son muy proclives a presentar análisis superiores de micotoxinas.
La presencia de toxinas fúngicas en leche está mayormente asociado a la Aflatoxina B1 (AFB1) en la dieta de las vacas, que luego de pasar por el rúmen se manifesta en leche con su metabolito Aflatoxina M1 (AFM1).  La tasa de transferencia de lo ingerido por la vaca a la leche es baja, con un rango entre 0.3 to 2.2%. Los límites del Código Alimentario a la presencia de AFM1 en leche es de 0,5 microgramos/litro fluída y 5 microgramos/litro de leche en polvo.
Las señales esperables de un rodeo lechero que consume micotoxinas en un nivel superior a lo normal son las siguientes:
  • Reducción en la palatabilidad y consumo de alimentos
  • Merma en la producción de leche
  • Depresión en el % de grasa de la leche (Por ejemplo de 3,70 bajar a 3,30% GB)
  • Depresión inmunitaria, aumentando significativamente los recuentos de células somáticas y menores respuestas a tratamientos veterinarios.
  • Menores ganancias de peso en la recría
  • Pérdida de estado corporal
  • Desórdenes estrogénicos (abortos, prolapsos)
  • Aumento de desórdenes metabólicos, variabilidad en la consistencia de las heces.
Lamentablemente estos síntomas no son exclusivos de micotoxinas por lo que se recomienda dejar para lo último la sospecha de micotoxinas cuando surgen éstos problemas.
Entre las estrategias para minimizar el impacto de las toxinas fúngicas sobre el rodeo lechero podemos mencionar:
  • Remover las partes con moho/hongos visible en los granos, subproductos o ensilados.
  • Reducir el suministro del alimento sospechado y evitar darlo en los rodeos de preparto y lactancia temprana, grupos en los cuales se produce el mayor impacto.
  • Considere agregar a las dietas un adsorbente biológico en la mezcla de concentrados, que a precios actuales representan 0,10 US$/Vaca/Dia. Varios trabajos citan los glucomananos esterificados de la levadura Saccharomyces cerevisiae como altamente efectiva para AFB1. Probablemente haya situaciones que requieran de una mezcla de adsorbentes y secuestrantes debido a la especificidad frente a diferentes toxinas.
Si un tambo presenta altos análisis de AFM1 en su leche e inmediatamente remueve el alimento contaminado en la dieta de las vacas, puede llevar 3-4 días para que el análisis se normalice.
Trabajo extraido de DairyLando por gentileza del autor
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Marcos Snyder
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Darwuin Arrieta Mendoza
Universidad de Chile
19 de junio de 2016

Saludos cordiales, creo que es un articulo muy agropertinente para la actualidad de producción de leche, particularmente en regiones del trópico.

Simplemente quiero comentar que no se puede dejar de considerar el riesgo de la presencia de otros contaminantes o xeobióticos, que al igual que otras micotoxinas pueden contribuir a un sinergismo toxicológico, especialmente cuando se trata de aflatoxinas.

Es el caso por ejemplo de la posible presencia de agroquímicos utilizados en el control de plagas de cultivos como los organofosforados, cuyos residuos pueden estar en las materias primas vegetales utilizadas en la elaboración de alimentos balanceados, ensilajes o raciones para vacas lecheras con ingredientes vejetales obtenidos de la agroindustria.

La interacción de estos plaguicidas con aflatoxinas, pueden contribuir a aumentar los efectos negativos de las aflatoxicosis en vacas lecheras. Estas y otras interacciones toxicocinéticas son factores de riesgo que suelen pasar desapercibidas a la hora de tomar decisiones de estrategias preventivas o de control para el problema de las micotoxicosis en ganado lechero. Por lo que deberían considerarse en el control de calidad del proceso productivo del la producción de leche.

mis respetos al autor por un buen articulo

Moisés Quito Vidal
Universidad Peruana Unión
15 de abril de 2016
El ensilado y los alimentos para el ganado lechero casi siempre tiene el riesgo de contener sea el moho Aspergillus o sus metabolitos tóxicos, estos últimos han demostrado la capacidad de difundirse y quedar en la leche, por lo que el análisis de la leche fresca detecta la aflatoxina M. En el caso de los ensilados, sería conveniente realizar pruebas de sistemas de ensilados con control del desarrollo de mohos especialmente del género Aspergillus utilizando compuestos químicos pertinentes y parámetros físicos y químicos durante el ensilado (temperatura, pH y atmósfera), que tengan la virtud de inhibir el desarrollo-crecimiento de los mohos o la germinación de sus esporas; obtenido un ensilado en estas condiciones de operación del proceso, representará un alimento para ganado lechero libre de riesgos de presencia de metabolitos tóxicos como la aflatoxina. En todo caso, estaríamos frente a la alternativa de aplicar HACCP al proceso de producción de alimentos ensilados para ganado lechero y obtención de materia prima Leche Fresca Segura. Es una opinión a manera de idea para servir de alguna manera en la apropiada obtención de piensos para ganado lechero. Gracias.
Belkys Xiomara Diaz Basto
Freskaleche SAS
13 de abril de 2016
Buen día, me encuentro desarrollando un proyecto sobre la cuentificacion de la AFM1 en la leche cruda como materia prima. El fenómeno del niño ha sido fundamental para que los ganaderos de la región opten por otras opciones de alimentacion parte del ensilado y se ha evidenciado la presencia del hongo Aspergillus spp, en los mismos. Falta mucha investigación pero por ahora lo que puedo decir , es que no es tan buena práctica eliminar el hongo y que se de alimentación con el resto, ya que es muy probable que los metabolitos hayan quedado donde allí.
Rosario Rodríguez Guillén
3 de septiembre de 2019
un trabajo muy interesante, ya que vemos que no hemos podido erradicar el problema de aflatoxinas, siempre es interesante estar pendientes de la situación actual.
Maickol Rafael Sanchez Leger
19 de junio de 2016
Buen trabajo
Julio Lozano Ibañez
29 de abril de 2016
Buenas noches. Un cordial saludo, y una pequeña aportación que quiero hacer al tema de aflatoxinas, como al tema del ensilaje en general. He experimentado que producir vegetales fermentados, conlleva riesgos de contaminación externos e internos, refiriéndonos a la masa en proceso. Externos, cuando el proyecto de fermentación se realiza sobre tierra apisonada, tratando de hacer cerros de masa vegetal, desde las descargas de transportes con volquete, que los tractores apilan, para apisonar el vegetal posteriormente, y en esta construcción del cerro de vegetal, es poco evitable, la aportación de tierra del plano de maniobra, que incorporará al apilado, la contaminación correspondiente, de clostridios butíricos y putríficos, además de pseudomonas, y otros contaminantes, que inevitablemente, pasarán a formar parte del entorno del sistema de ordeño, desde el excremento,. en el que pueden participar como contaminantes. En mi opinión, la realización de zanjas encementadas, para la descarga de los camiones de volteo, y el apisonado posterior, con los tractores, debiera de reemplazar a esa práctica citada mas arriba, nada infrecuente, e higiénicamente poco recomendable. Los riesgos internos, parten sobre todo, de la procuración defectuosa de un ambiente anaerobio, que por el solo apisonado, no es fácil lograr, y que debe de asegurarse, mediante la producción de CO2, en la masa a fermentar, añadiendo al tanque de aspersión a la masa picada, de cultivos vivos, y activos de bacterias lácticas ricos en bacterias fermentadoras del citrato, como Betacocus crémoris, y Lactococus láctis Var. Diacetilactis, de preferencia desarrolladas en sueros de quesería, añadidos con poco citrato de sodio, para estimular la acción preferente de los gérmenes citados, y estimular la producción de gas carbónico, que desplazara al oxígeno del aire, para impedir las fermentaciones aerobias, por hongos del moho, y el crecimiento de pseudomonas, que son ambos, aerobios estrictos. De ese modo evitamos mohos con aflatoxinas, y problemas de producción de enzimas termorresistentes , que pueden provocar leches pasteurizadas y ultrapasteurizadas con sabores amargos, y quesos anómalos, con pérdidas de rendimiento, y sabores inapropiados,por la lisis de las proteasas que sobreviven a la pasteurización, y que pudieron originarse a temperaturas arriba de 4°C, durante el tiempo de almacenaje previo a la industrialización, sobre todo en tanques excesivamente aireados en su agitación, y en sistemas de ordeño que aportan mucho aire a la leche.
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