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Vaca en transición, un contrato de 45 días

Publicado: 5 de octubre de 2015
Por: Dr. MSc. Javier Sabbía Carriquiry
Introducción
El concepto de “vaca en transición” es bastante nuevo para nuestros sistemas de producción, pero dada la mayor tecnificación e intensificación de los tambos es muy importante visualizar las potenciales perdidas que podemos tener por no atender adecuadamente este período.
Una lactancia ideal supone 305 días de producción de leche más 60 días de período seco. Secar las vacas menos de 30 días no permitirá una adecuada regeneración del tejido mamario lo que se traduce en un 10% menos producción de leche cuando se compara con un secado de 70 días (Gulay, 2005). Mientras que un secado mayor a 70 días puede determinar problemas al parto que resultan costosos para el productor.
El período de transición para las vacas lecheras comprende desde las últimas 2-3 semanas preparto hasta las 2-3 semanas postparto. Durante este período ocurren cambios fisiológicos, metabólicos y nutricionales muy profundos que determinarán el éxito productivo y reproductivo de la vaca en la siguiente lactancia. A pesar que en los últimos años el período de transición ha sido muy estudiado, la mayoría de las enfermedades metabólicas (hígado graso, cetosis, hipocalcemia, desplazamiento de abomaso, etc.) e infecciosas (como mastitis y metritis) se producen durante las primeras semanas de lactancia. Es de esperar por lo tanto que una transición mal manejada determine grandes pérdidas en producción. Según Wallace et al. (1996) se pierden 5 a 10 litros de leche en el pico de producción por lo tanto tenemos un potencial de perder hasta 2.000 litros en una lactancia. Valor similar al reportado en 2009 por el programa CLAVES en un extensivo análisis de las enfermedades del periparto en Argentina.
Además hay que considerar las pérdidas extras que se producen por mala performance reproductiva cuando hay problemas de salud durante la transición (Ferguson, 2001). También destacar que vacas con mayor producción individual tienen un mayor desafío metabólico, por lo tanto mayor predisposición para sufrir enfermedades metabólicas e infecciones (Jones et al., 1994).
Relación entre patologías
Según Curtis (1985) y una alta correlación entre distintas patologías, a modo que una enfermedad desencadena otra. En este análisis retrospectivo de factores de riesgo asociado con problemas metabólicos se estableció que una vaca que sufrió una hipocalcemia clínica es 7.2 veces más susceptible a un parto distócico, 4.0 veces más susceptible a tener retención de placenta, 5.4 veces más a sufrir una mastitis clínica y 23.6 veces más posibilidades de sufrir cetosis clínica. A su vez la cetosis aumenta en 12 veces la posibilidad de tener desplazamiento de abomaso.
Esta correlación determina que hasta el 80% de las patologías que sufren las vacas lecheras se producen en las primeras semanas de lactancia. Por lo tanto es claro que previniendo una enfermedad disminuimos radicalmente la probabilidad de tener otras enfermedades subsecuentes.
Manejo y confort
Previo a establecer algunos parámetros y recomendaciones relacionados a la formulación de dietas es sumamente importante destacar que es muy difícil que un plan nutricional funcione sin las adecuadas condiciones de manejo y confort. En nuestros sistemas productivos se adolece de insuficientes estructuras para atender las necesidades de un correcto preparto. Es frecuente encontrar los animales en piquetes pequeños, cubiertos de bosta, sumergidos en el barro o en condiciones extremas de estrés calórico, comederos en mal estado y bebederos sucios. Lo mencionado anteriormente aumenta el nivel de estrés de los animales provocando un mayor descenso de la inmunidad y por lo tanto aumentando la predisposición de enfermedades metabólicas e infecciosas.
La inconsistencia en el manejo del comedero y dietas en el período de transición son las causas más frecuentes de problemas de acidosis, cetosis, hipocalcemia y torsión de abomaso. Es muy importante chequear los suministros diarios comida, lectura de comedero, ajustar tamaño de partículas, realizar periódicamente score de bostas y mediciones de pH urinario (para dietas aniónicas) para hacer los ajustes necesarios a tiempo.
Consumo de materia seca y balance energético negativo (BEN)
La depresión en el consumo de materia seca es uno de los mayores problemas de la transición. Una semana antes del parto el consumo se reduce un 30%, atribuido a una mayor concentración sanguínea de estrógenos y glucocorticoides (Grummer, 1995). Por otra parte los requerimientos de energía, aminoácidos y ácidos grasos de la glándula mamaria crecen exponencialmente para la producción de calostro y posteriormente leche (Bell, 1995). Esta diferencia entre lo consumido y lo requerido determina un balance energético negativo (BEN) que se prolonga durante las primeras semanas de lactancia. Es sumamente importante chequear la condición corporal de las vacas durante toda la lactancia y período seco para que lleguen al parto en una condición adecuada (Figura 1).
Figura 1. Evolución del score corporal durante la lactancia (INTA Rafaela)
Vaca en transición, un contrato de 45 días - Image 1
Vacas que llegan gordas o flacas al parto son más proclives a enfermedades metabólicas, resienten el pico de producción y tienen problemas reproductivos. Se sugiere manejar una condición corporal entre 3.0 a 3.5 para vacas y 3.25 a 3.75 para vaquillonas durante en el preparto. Esta condición corporal permite movilizar reservas para sustentar la producción de leche durante el BEN (inicio el de la lactancia y pico de producción) pero con menores riesgos de sufrir cetosis clínica o subclínica o torsión de abomaso.
La estrategia de alimentación preparto sugiere la incorporación de fardo de paja o heno de gramíneas y la inclusión de aproximadamente 4 a 5 kg de balanceado preparto con alto contenido de almidón y proteína, evitando el consumo excesivo de ensilaje de maíz. Estas recomendaciones apuntan a adaptar los micoorganismos y las papilas ruminales a las dietas postparto. Una inadecuada adaptación resultará en una mayor predisposición a la acidosis y desplazamiento de abomaso. La incorporación de levaduras vivas ayudan a mejorar la adaptación.
Durante la transición post parto es importante mantener adecuados niveles de FDN (>32% MS) y FDN efectiva, restringiendo el aporte de carbohidratos no estructurales (<38% MS). También se sugiere que la MS de la TMR sea cercana al 45% durante el preparto y menor al 50% durante el postparto a fin de estimular un mayor consumo.
Balance del calcio
El balance (también llamada homeostasis) del calcio es uno de los puntos más críticos que debe afrontar una vaca en transición. Los mecanismos de regulación del calcio tienen una respuesta relativamente lenta y dependen de la interacción entre hormonas (calcitonina y parathormona) y la vitamina D. Las necesidades de calcio para la producción de calostro son 3 veces la de la leche y supone una cantidad 8 a 10 veces superior a la circulante en la sangre en animales de 600 kg. Por lo tanto si el calcio sanguíneo no es reemplazado rápidamente las vacas desarrollarán hipocalcemia subclínica o clínica. Un estudio reciente (USDA, 2009) reportó que la gran mayoría de los tambos en Estados Unidos (83.5%) tiene problemas de hipocalcemia clínica en casi 5% del rodeo. Las vacas que sufran esta enfermedad producirán 14% menos de leche en la lactancia y su vida productiva será reducida en 3.4 años en comparación a vacas sanas. Adicionalmente, las vacas que se recuperan de hipocalcemia tienen mayor predisposición a otras enfermedades como mastitis, retención de placenta, desplazamiento de abomaso y reincidencia en la próxima lactancia (Curtis, 1985). Debemos recordar que, como en muchas enfermedades, la hipocalcemia subclínica es la de mayor incidencia (hasta 66% en vacas multíparas) y repercusión económica en el tambo. Una de las formas más eficientes de prevenir la hipocalcemia es modificar el balance catión-anión de las dietas buscando una leve acidificación de la sangre. Las dietas aniónicas favorecen la movilización del calcio de los huesos y aumentan la absorción a nivel intestinal (Charbonneau, 2006). Es deseable un balance aniónico negativo de aproximadamente -5 a -15 meq/100 g en base seca en base a la ecuación [(Na + K) - (Cl + 0.6 S)] según Charbonneau (2006). Por lo cual es necesario evitar los alimentos altos en cationes (sodio y potasio) como las pasturas verdes y especialmente las leguminosas. Muchas veces es requerida la adición de sales altas en aniones (cloro y azufre) para llegar a los valores antes mencionados y es aconsejable chequear que el pH de la orina sea cercano a 7. En dietas aniónicas el nivel de fósforo debe mantenerse entre 0.35-0.4% y el nivel de calcio entre 1-1.2% (Beede, 1992).
Proteína metabolizable
Generalmente los puntos antes mencionados son considerados en el manejo de la vaca en transición pero a veces se descuida el balance de proteína metabolizable cuando formulamos dietas preparto. Las recomendaciones tradicionales estiman los requerimientos en proteína cruda, aproximadamente 14% para vaquillonas y 12% para vacas multíparas. De todas maneras debemos recordar que los animales no se alimentan de porcentajes y que es mucho más adecuado expresar los requerimientos en kilos de proteína metabolizable. La proteína metabolizable es proteína disponible a nivel intestinal proveniente de la suma de la proteína de “by-pass”, la proteína microbiana y la proteína endógena. Los requerimientos expresados en proteína metabolizable se estiman en 1100 y 1300 g/día para vacas y vaquillonas respectivamente (Van Saun et al., 1993). Lograr balancear la proteína metabolizable en el período de transición va a repercutir en la producción de leche y proteína láctea, aumentando el pico de producción y por ende la curva total de lactancia (Schwab et al., 1992). También hay que considerar el efecto sobre el desarrollo de la glándula mamaria y feto, producción de inmunoglobulinas y función reproductiva. Recordemos que la vaca tiene limitadas reservas de proteína en los tejidos periféricos y que el consumo está deprimido durante esta etapa, por lo cual debemos proveer proteína de alta calidad en la dieta en la transición. Se considera proteína de alta calidad aquella que atiende los requerimientos de proteína digestible en rumen y provee un balance de aminoácidos esenciales al intestino. Contar con ingredientes que en poco volumen concentren mucha proteína metabolizable puede determinar el éxito del período de transición y por lo tanto de toda la lactancia.
Inmunodepresión
La depresión del sistema inmune es uno de los problemas que debemos afrontar durante el período de transición y es importante minimizar los efectos deletéreos que pueda tener sobre la salud de las vacas. La disminución de las defensas de la vaca se produce normalmente a partir de las 2 a 3 semanas preparto, alcanzando el nivel mínimo 1 a 2 semanas postparto debido a que la actividad de neutrófilos y linfocitos disminuye hasta un 50% en los días cercanos al parto (Figura 2; Kehrli et al., 1989).
Las causas que aumentan la inmunodepresión han sido enumeradas en los párrafos anteriores: estrés (especialmente en vaquillonas sin lote específico), aumento de hormonas del parto (estrógenos, corticoides), calostrogénesis, balance negativo de nutrientes. El resultado de la inmunosupresión es la incidencia de patologías en el periparto. Entre el 60 y el 80% de las patologías infecciosas del vacuno lechero tienen lugar durante el preparto o las primeras semanas postparto (mastitis, metritis, retención de placenta). Las estrategias de prevención son disminuir las cusas de estrés, estimular el consumo de materia seca, disminuir la incidencia de hipocalcemia, cetosis y disturbios nutricionales, ajustar las formulaciones con la inclusión de vitamina E, vitamina A, selenio, cobre y zinc. Las vitaminas y minerales traza participan a distintos niveles del metabolismo como antioxidantes celulares, cofactores enzimáticos estimulando al sistema inmune y disminuyendo el daño celular. La inclusión de minerales traza debe ser en forma orgánica para aumentar la absorción intestinal, disminuir la interacción negativa con otros minerales y aumentar la biodisponibilidad en los tejidos.
Figura 2. Depresión del sistema inmune en el periparto (Goff and Horst, 1997)
Vaca en transición, un contrato de 45 días - Image 2
Resumiendo
El manejo de la vaca en transición causará gran impacto en la producción de leche, la futura habilidad reproductiva y en el resultado general del tambo. Los principales puntos a tener en cuenta son:
  • Estado corporal al momento del parto 3.0 a 3.5 vacas y 3.25 a 3.75 vaquillonas.
  • Dietas preparto con componente fibroso y de ración palatable alta en almidón.
  • Inclusión de aditivos como levaduras, monensina, vitaminas y minerales orgánicos.
  • Manejo de dietas aniónicas en el preparto (-15 a -5 meq/100g MS), cuidando la concentración de calcio y fósforo.
  • Atender los requerimientos de proteína metabolizable (1100 a 1300 g/día) utilizando ingredientes con proteína de alto valor biológico.
  • En la transición postparto cuidar el balance de carbohidratos estructurales y no estructurales y trabajar con adecuados niveles de proteína. Capacitar al personal para el diagnóstico temprano de patologías y establecer protocolos de trabajo.
Referencias
Beede, D.K.1992. The DCAD concept: transition rations for dry pregnant cows. Feedstuffs, 64(53):12.
Bell, A. W. 1995. Regulation of organic nutrient metabolism during transition from late pregnancy to early lactation. J. Anim. Sci.73:2804–2819.
Charbonneau, E. ; D. Pellerin; G. R. Oetzel. 2006. Impact of Lowering Dietary Cation-Anion Difference in Nonlactating Dairy Cows: A Meta-Analysis. J. Dairy Sci. 89:537–548.
Curtis, C.R.; H.N. Erb; C.J. Sniffen. 1985. Pathanalysis of dry period nutrition, postpartum metabolic and reproductive disorders, and mastitis in holstein cows. J. Dairy Sci. 68: 2347-2360.
Ferguson, J. D. 2001. Nutrition and reproduction in dairy herds. In: Proc. 2001
Intermountain Nutr. Conf., Salt Lake City, UT, pages 65-82.
Goff, J.P. and R. L. Horst. 1997. Physiological changes at parturition and their relationship to metabolic disorders. J. Dairy. Sci. 80:1260–1268.
Grummer, R.R. 1995. Impact of changes in organic nutrient metabolism on feeding the transition dairy cow. J. Anim. Sci. 73:2820-2833.
Gulay M.S., M. J. Hayen, H. H. Head, C. J. Wilcox, and K. C. Bachman. 2005. Milk Production from holstein half udders after concurrent thirty- and seventy-day dry periods. J. Dairy Sci. 88:3953–3962.
Jones, W.B., L.B. Hansen, and H. Chester-Jones. 1994. Response of health care to selection for milk yield of dairy cattle. J. Dairy Sci. 77:3137-3152.
Kehrli, M. E., Jr., and J. P. Goff 1989. Periparturient hypocalcemia in cows: effects on peripheral blood neutrophil and lymphocyte function. J. Dairy Sci. 72:1188–1196.
Schwab, C.G., C.K. Bozak, N.L. Whitehouse, and M.M.A. Mesbah. 1992. Amino acid limitation and flow to duodenum at four stages of lactation. 1. Sequence of lysine and methionine limitation. J. Dairy Sci. 75 : 3486-3502.
Van Saun, R.J., S.C. Idleman, and C.J. Sniffen. 1993. Effect of undegradable protein amount fed prepartum on postpartum production in first lactation Holstein cows. J. Dairy Sci. 76:236-244.
Wallace, R. L., G. C. McCoy, T. R. Overton, and J. H. Clark. 1996. Effect of adverse health events on dry matter consumption, milk production, and body weight loss of dairy cows during early lactation. J. Dairy Sci. 79(Suppl 1):205 (Abstr).
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Autores:
Javier Sabbía
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Gonzalo Carmona Solano
8 de marzo de 2021

Excelente video y artículo. Gracias por compartirlo

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Cristian Ulises Castillo
11 de febrero de 2021

Interesante charla, comprender la importancia de mantener una buena condición corporal durante el periodo de transición. me quede con un incógnita.
¿cual es el rango normal de glucosa en mg/dL de una vaca productora de leche?

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Jose Moreno
7 de noviembre de 2015
Muy buen tema
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