Brote de Aftosa en Argentina

Coincido con el señor presidente de la Sociedad Rural Argentina Luciano Miguens, en cuanto a las responsabilidades. Me parece que hay que repartirlas con los entes de control primero; segundo con quienes efectúan los trabajos de vacunación -que en la mayoría de los casos son desastrosos- (mala conservación de la vacuna, “vacunación a puerta abierta” que terminan con la dosis de vacuna chorreada sobre el lomo del animal), y que nadie se atreve a denunciar porque por lo general se trata de un profesional conocido de la zona; y tercero, algunos productores chicos que directamente no declaran sus animales, menos los vacunan. En las provincias del norte existen “los puesteros”, productores que ocupan tierras fiscales o ajenas, y ni saben la cantidad de animales que tienen, sueltos en miles de hectáreas con monte, imposibles de controlar sin alambrados. A esos lugares nunca llega el SENASA ni ente que se le parezca, y no porque lo ignoren. Si se corrigieran estos aspectos, ya tendríamos el 80% resuelto de nuevos problemas.

Creo que aquí se sigue demostrando, auque con leve mejoría en el tratamiento de este flagelo, que las leyes siguen siendo permisivas, si bien es cierto que aquí hay un cúmulo de personas responsables (laboratorios, cadena de conservación, técnicos afectados al control, productores), los argentinos seguimos siendo inrresponsables ante nuestras obligaciones, y esto sucede porque este gobierno y todos los demás gobiernos anteriores le siguen prestando irrelevante seriedad a las cosas que importan al país, y lamentablemente hasta que no tomen con criterio y coloquen una ley penal sanitaria con carácter severo y ejemplar, aquí nadie es culpable porque las leyes hacen agua por todos lados. Seguiremos perdiendo tiempo si el veterinario tiene la culpa, el Senasa, la cadena de frío, el productor, etc. Podremos sentar o no al culpable al banquillo de los acusado, y después que esto pasa por la consciencia de ser responsable cada uno en el puesto que le toque, amén de sentir en la piel el temor de una ley que lo castigue para siempre. Allí recién el ser humano toma conciencia por rigor que tiene que ser responsable. Lo único que pido como argentino es que demostremos al mundo que nos tomamos las cosas en serio, y esto implica una investigación profunda para llegar a una medida ejemplar. Si tiene que ir a la cárcel el veterinario por no controlar, que vaya a la cárcel; si el responsable es el laboratorio o el de la cadena de frío no cumplió, deben ir también presos; y si el productor no controló como debía, también. Pero todas estas personas o el responsable deberá reparar el daño económico, y de no poder hacerlo, que se pudra como el peor de los delicuentes en la cárcel, amén de sancionarlo de por vida. Solamente pido que lo hagamos una sola vez, y les aseguro que la Argentina va ser un país libre de aftosa para siempre. Pero hagámoslo; si no, recuerden que dentro de algún tiempo seremos noticia nuevamente. Total, el mote en el mundo de irresponsables lo tenemos y de país no confiable. Atte. Ing Coppa Roberto

Otra vez la misma historia, otra vez una secuencia de probables responsables de un hecho calamitoso para la surgiente ganaderia, otra vez comenzaran las interminables investigaciones y seguramente los magros resultados de las mismas, en donde cada uno de los actores con ingerencias en la cadena del control de aftosa, se culparan mutuamente. En definitiva todo quedará en la nebulosa de la duda, todo quedara en el lamento de lo no deseable, pero el daño producido, durará un largo tiempo. Siendo perspicaz también es posible la hipótesis de una estrategia gubernamental, para lograr la disminución del precio de la carne, ante el cierre de las exportaciones. Pero esto sería una locura el pensarlo, aún en estos momentos en los cuales se lucha de manera denodada para frenar la escalada de precios de la carne, para frenar una probable escalada inflacionaria. Fuese quien sea o sean los responsables, el daño hecho está; seguramente no será la última vez que suceda. Lamentablemente esto es así, por la falta de compromiso real, de capacitación y de educación de toda la cadena de control de aftosa.

Considero que este brote tiene una característica muy especial: el propietario del campo tiene un hato de 3100 animales sanos, y por otro lado 70 enfermos, lo cual indica que es muy probable que ese ganado enfermo tenga un origen distinto al del resto. Me inclino por la tesis del contrabando desde Paraguay. Obviamente habrá que demostrarla. Los antecedentes políticos y morales de la familia Romero Feris Brisco dejan mucho que desear, y esta realidad tiene una alta probabilidad de ser una derivación de hábitos no muy santos. Considero que estamos pagando las consecuencias de seguir sustentando la cultura del engaño, de la mentira permanente y de la inverecundia, que es una constante en la dirigencia política y empresaria de la Argentina. Es hora de cambiar hacia principios y valores que lleven a las generaciones venideras a superar hábitos que nos condujeron al submundo, situación que, de continuar, nada bueno podemos esperar.

Yo creo que el mayor problema del flagelo de la aftosa, es la falta de una política de estado respecto de la producción ganadera. Es imposible programar un negocio cuando no se sabe a adónde nos dirigimos. Con esto no quiero hacer responsable solamente al gobierno de turno, pero en este caso, más que oportuno para terminar con la discusión de los precios de la carne al mercado interno, no me queda otra alternativa que sospechar de la actitud directa o indirecta del gobierno de Kirchner, ya se ha demostrado que no tiene ninguna clase de políticas de estado en ningún aspecto, y por otro lado ha demostrado que es capaz de cualquier cosa, manipular, mentir, difamar, etc, etc... Y por el momento se nota una pasividad pasmosa en la población que no se anima a decir lo que interiormente siente, o está sobornado por la caja que obcenamente le permite al Presidente comprar voluntades. Es muy difícil pensar en el país a mediano o largo plazo, cuando el único interés de los responsables es ganar las próximas elecciones. Habría que explicarles a los que permanentemente hablan del potencial argentino para producir alimentos, y la paradoja de la cantidad de habitantes que pasan hambre, que son este tipo de irresponsabilidades e ineptitudes gubernamentales, las mayores causas de esta realidad.

Martin Para mí es un boicot del gobierno para de esta forma controlar la suba en el precio de la carne del mercado interno.

Creo que es un acontecimiento que refuerza el pedido que hemos hecho las provincias del norte, sobre la descentralización del Senasa, mayor presupuesto al organismo, lo que llevaría a una mayor seriedad en sanidad ganadera en nuestro país. Es hora que el señor presidente del ente sanitario, comprenda que la aftosa no se maneja desde el obelisco, sino desde regiones donde se defiende al país, y que compartimos el flagelo diario de tener en nuestras fronteras con Bolivia, Paraguay y Brasil, países con permanentes casos de aftosa. Por otra parte, el trabajo que se hace tras frontera con los entes similares al Senasa, como ser el Sanasac (boliviano), carece de la información suficiente como para encarar los planes de vacunación serios.

Coincido con el Sr. José Delgado, debemos poner más atención en el tratamiento que le dan los vacunadores a la vacuna, porque según los correntinos, ellos vacunaron ese rodeo. Si fuese así, no será un problema de la vacuna?

Creo que sabemos muy poco sobre lo sucedido, pero al igual que el brote de 2001, otra vez es gente vinculada de alguna manera al gobierno. Creo que la industria frigorífica debe asumir un rol más activo en coordinar con los ganaderos, para que se pueda trabajar seriamente de una buena vez por todas.

Es un brote aftósico-político, para controlar la inflación.

En el brote de 2001 se circunscribió la zona, se revacunó y se controló sin perder mercados ni crear conflictos, por qué ahora no? Porque esto le viene como anillo al dedo al gobierno. Quién es el culpable? No lo sabremos nunca porque esto es la Argentina, lamentablemente. Vamos a tomar conciencia y ser responsables? Por un tiempo todos vamos a rasgarnos la vestiduras, pero como siempre, con el paso del tiempo nos vamos a olvidar, nos relajamos y nuevamente caeremos, porque somos así. La única forma de que esto no se repita es que todos trabajemos unidos y participemos para tener una dirigencia capaz, ya sea gobierno o entidades representativas del sector. El daño ya se hizo; ahora miremos al futuro, y no lloremos por la leche derramada.

Particularmente me parece poco creíble que justo en este momento cuando hay un problema con el precio de la carne, hayamos tenido un brote de aftosa. Me parece también que es una jugada del gobierno, la cual creí que la darían hace un tiempo atrás cuando cambiaron el peso de los animales a sacrificar. Para mí no son creibles ni la SRA, SENASA, etc.

Digámoslo claro y de una vez, tanto a nivel gobierno como a nivel productores, y luego a nivel frigoríficos, se trabaja con una irresponsabilidad alarmante. Esto no es novedad ya que es histórico, pues hasta que no cambiemos de mentalidad, sólo habrá medidas paliativas, pero nuestro problema es la irresposabilidad generalizada en todos los niveles involucrados con la producción, control y manufactura de carne bovina.

Nuevamente se repite la historia de nuestra querida Argentina. Parece que no se aprende de los errores. Seguimos... o siguen los mismos. Como siempre, el hilo se corta por lo más delgado y terminan perjudicando a los productores, y tal vez se beneficien otros. Este país necesita personas altamente capacitadas, y brindar un servicio de sanidad para los productores. Pero si los políticos no saben ni entienden el problema, o no quieren entender, por eso así estamos. No tenemos sanidad. No tenemos plan ganadero. Hace 30 años que no aumentamos el stock ganadero, en el país de mayor consumo, menos si no tenemos sanidad.

Que este tipo de situación suceda en un país que quiere ser grande, que detrás de todo esto hay muchísima gente que trabaja y se esfuerza , y todo es tirado prácticamente por la irresponsabilidad de un productor o ente de control, las medidas deben ser severas. Hoy en día, un restaurante que no cumple con las medidas sanitarias es clausurado inmediatamente; una fábrica que no cumple con las medidas de seguridad, es multada automáticamente. Por tal motivo, el productor es el responsable absoluto, él debe encargarse de que esto no suceda. Las empresas invierten muchísimo dinero en calidad, asesores particulares, seguridad, etc. Lo mismo debe suceder para el campo, y más para aquellos que están sobre la frontera. Un inspector puede controlar, auditar, pero no estar continuamente sobre el campo.

Lamentablemente, esto es nuevamente una mala noticia para el país. Creo que se debe profundizar en la cadena de responsabilidades, y sancionar a quien corresponda, sea organismo, empresa, productor, etc. Pero no puedo dejar la suspicacia de lado, y admitir "¡qué bien le viene esto al gobierno de turno!" que aún no se ha dado cuenta, ni creo que tenga capacidad para hacerlo, está ejerciendo funciones delegadas por los ciudadanos de este país, que a ellos deben responder, y no a sus intereses personales. Pero ni los ciudadanos ni los políticos de este país aprendemos de nuestros errores, y así pasa lo que pasa.

Yo creo que esto de los brotes de aftosa tiene algo oscuro atrás; no puede ser que cada vez que se está por controlar aparece un brote nuevo. Si utilizamos la memoria, nos tenemos que dar cuenta que esto es sistemático, cada dos o tres años lo mismo. O es un gran negocio que los laboratorios que producen las vacunas no quieren perder, o alguien que tiene que parar la exportación de carne argentina. El gobierno pierde demasiado dinero de las retenciones como para que se ponga a sembrar aftosa; no hay que olvidar con qué se sostienen la mayoría de los planes sociales asistencialistas que da el gobierno. Es muy difícil de detener esto si no toman conciencia todos los actores.

Coincido con el Sr. Fioravanti, cada vez que la aftosa está por ser controlada y declarados como país libre de vacunación, aparece un rebrote. Es un negocio de millones de dosis anuales que los laboratorios y funcionarios de turno no se pueden dar el lujo de perder.

Estimados: La Aftosa nunca se fue y también llega por las fronteras culpa de ganaderos inescrupulosos; ademas la vacuna es relativa, ya que la cepa que tenemos en nuestro país puede diferir de la paraguaya o brasilera o boliviana. No hay un plan ganadero nacional, no se vacunan los ungulados de criadero, menos los silvestres; los controles de SENASA no alcanzan el impenetrable ni los bañados y deltas de nuestro país, ni tampoco las zonas montañosas, y como si fuera poco, sería bueno pedir una estadística de las cantidades de cogotes que tiran los frigoríficos por efecto de los excipientes de la mentada vacuna oleosa (aceite mineral) que es un invento argentino, ya que México y otros países la combatieron con la vacuna convencional. Tampoco puede estar en manos de un solo fabricante la vacuna. Como corolario, la aftosa es una cuestión que también tiene brotes en Alemania, Japón, etc, y nos tienen de narices por una enfermedad no transmisible al hombre, que trajeron los ingleses que a su vez fabricaron la vaca loca. Un abrazo.

La aftosa era de esperarse, con un gobierno que nos lleva de un lugar a otro con sus decisiones. Un día hablan de convertir maíz en carne, de implementar tecnología de punta para el desarrollo ganadero, de un plan a nivel nacional, y al otro día nos clavan por la espalda incrementando retenciones, modificando el peso de faena, mirando hacia otro lado ante los pedidos de los productores y demás medidas ridículas. Actúan de la misma forma que los usurpadores lo hacen al entran a un campo ajeno, impidiendo el libre uso del dueño. Con esto no acuso al gobierno únicamente, porque lo más triste es ver que la irresponsabilidad está a la orden del día a lo largo de toda la cadena productiva, desde un mínimo control hasta el paso de hacienda de países limítrofes. Y mientras no se trabaje de forma unida y consolidada, no es de extrañar que estas cosas sucedan. Nicolas H. Antelo Mayo Propiedades, Inmobiliaria