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Nutrición fosfatada del cultivo de alfalfa en Entre Ríos. I ¿Cuál es el umbral de Fósforo Bray?

Publicado: 15 de mayo de 2017
Por: Juan M. Pautasso1; Pedro Barbagelata2. 1. AER INTA Diamante; 2. EEA INTA Paraná
Introducción
Los forrajes verdes presentan un menor costo de la materia seca producida, comparados con otros alimentos comúnmente utilizados para los rodeos de carne y leche de esta región (Centeno et al., 2016); esto es correcto cuando se trata de pasturas con buenos niveles de productividad.
En nuestra provincia la baja disponibilidad de fósforo (P) es una de las limitantes principales para poder maximizar la producción de los cultivos (Quintero, 2000; García et al., 2002). Si bien la fertilización fosfatada en pasturas es la tecnología conceptualmente más reconocida, su correcta aplicación ha sido casi irrelevante (Agnusdei, 2012).
La respuesta al agregado de P depende de la disponibilidad de este nutriente en el suelo, medida en nuestro país a través del P Bray. Con este índice de disponibilidad de P se han desarrollado métodos de diagnóstico de fertilidad fosfatada en pasturas que señalan un nivel umbral o rango crítico de P Bray del suelo por debajo del cual existe una alta probabilidad de respuesta a la fertilización, en tanto por encima del mismo la probabilidad de respuesta es baja.
El muestreo de suelos es el primero de una serie de pasos dentro del proceso que lleva a la recomendación de fertilización. La utilidad del valor obtenido en el laboratorio dependerá de cuán representativa sea la muestra del lote a implantar y, además, que el procedimiento involucrado sea similar al realizado en el estudio que definió el umbral o nivel crítico, como la profundidad de muestreo, momento del año, entre otros puntos críticos (Carretero et al., 2016)
Quintero et al. (1995) definieron para Entre Ríos un modelo continuo para recomendar la fertilización fosfatada en pasturas. Los autores establecieron clases de fertilidad muy baja (MB), baja (B), media (M), alta (A) y muy alta (MA). Para dicho modelo, los límites de clases propuestos son 4.9, 10.2, 14.9 y 23.1 ppm de P Bray que corresponden a los niveles de rendimiento relativo del 50%, 70%, 80% y 90% del máximo. Estos autores usaron muestreos de suelos a una profundidad de 0-10 cm.
En el resto de la Pampa Húmeda se estima un umbral para alfalfa de alrededor de 25 ppm de P Bray, tomando una profundidad de muestreo de 0-20 cm (Díaz Zorita y Gambaudo, 2007; Rubio et al., 2013).
El objetivo del presente trabajo fue validar para Entre Ríos el umbral de P disponible para el cultivo de alfalfa a partir de la información de ensayos de fertilización fosfatada realizados sobre suelos Molisoles.
 
Materiales y métodos
La información presentada fue obtenida en ensayos en pasturas de alfalfa diseñados en bloques completos al azar con tres repeticiones. Todos los ensayos se realizaron sobre suelos pertenecientes al Orden Molisol. Más detalles de cada ensayo se muestran en la Tabla 1.
 
Nutrición fosfatada del cultivo de alfalfa en Entre Ríos. I ¿Cuál es el umbral de Fósforo Bray? - Image 1
 
Las dosis agregadas fueron 0 y 60 kg P por hectárea como superfosfato triple de calcio (SFT), excepto en los ensayos 2 y 3 que fueron de 0 y 20 kg de P por hectárea.
El análisis de suelos se realizó antes de la aplicación del fertilizante, previo al momento de la siembra. La profundidad de muestreo fue de 0-20 cm.
Para medir la producción de materia seca (MS) por tratamiento y por corte, antes del aprovechamiento que realizó el productor, se cortó una superficie de 0.25 m2 por parcela. Luego de pesar las muestras se secaron en estufa a 60°C durante 48 horas.
Para el cálculo del umbral, el rendimiento relativo (RR, %) fue el cociente porcentual entre el rendimiento del tratamiento sin fertilizar y el rendimiento máximo observado. Se usó la metodología propuesta por Dyson y Conyers (2013) modificada por Correndo et al. (2016), que considera variables tanto el RR como el valor del P Bray.
Para poder comparar, con igual método, la información obtenida en el presente trabajo con las recomendaciones existentes en la provincia, se obtuvieron los puntos de la gráfica de Quintero et al. (1995). Para establecer si las dos series de datos (los propios y los de Quintero et al., 1995) pueden combinarse y representarse como una sola población o dos poblaciones diferentes, se probó un test de F (Mead et al., 1993).
 
Resultados y Discusión
En la figura 1 se muestra la relación entre el P Bray del suelo y el rendimiento relativo de alfalfa obtenido en el presente trabajo y por Quintero et al. (1995). Siete puntos no son visibles en la Figura 1 a, correspondientes a los ensayos con P Bray muy alto, esto se graficó así para permitir visualizar ambos set de datos con idéntica escala.
 
Nutrición fosfatada del cultivo de alfalfa en Entre Ríos. I ¿Cuál es el umbral de Fósforo Bray? - Image 2
 
Los modelos obtenidos entre RR y P Bray  son estadísticamente diferentes entre los datos de Quintero et al. (1995) y los medidos en nuestros ensayos (p < 0.01).
La diferencia encontrada entre estos dos set de datos seguramente se debe a las distintas profundidades de muestreo de suelos utilizadas en ambos estudios. En el trabajo de Quintero et al. (1995) el muestreo se realizó de 0 a 10 cm, teniendo en cuenta la reconocida estratificación del P en suelos, es lógico obtener niveles críticos mayores en muestreos de suelo más superficiales.
Por otro lado, una posible explicación del menor umbral de P Bray obtenido en nuestro estudio respecto a lo informado para el resto de la Pampa Húmeda es que los Molisoles de Entre Ríos poseen un mayor porcentaje de arcilla en los horizontes superficiales. Melgar et al. (2011) informaron que la respuesta al agregado de P (y por lo tanto el cálculo del umbral) está condicionada por el contenido de arcilla de los suelos.
 
Nutrición fosfatada del cultivo de alfalfa en Entre Ríos. I ¿Cuál es el umbral de Fósforo Bray? - Image 3
 
Conclusión
El umbral o nivel crítico de P Bray obtenido en Molisoles de Entre Ríos es de 18.1 ppm para obtener un 90% del rendimiento máximo de pastura de alfalfa. Para poder comparar el nivel de P Bray de mi lote con el valor umbral, el muestreo de suelos debe efectuarse 0-20 cm de profundidad.
Este valor es inferior al informado para la región. Diferente procedimiento involucrado en el muestreo que definió el umbral o nivel crítico para la provincia en estudios anteriores, por un lado, y características inherentes a los suelos de la provincia (contenido y tipo de arcilla) pueden explicar este resultado.
Es necesario continuar con estos ensayos para incorporar mayor cantidad de datos, explorando rangos intermedios de P Bray para lograr un mejor ajuste de los modelos de fertilización fosfatada para alfalfa en Entre Ríos.
 
Ejemplo de cálculo de dosis para ajustar el nivel de P al umbral (18.1 ppm):
Dato del análisis de suelos (0-20 cm): 12.1 ppm P Bray.
Dosis de P a aplicar (kg/ha)= (Nivel crítico P Bray – P Bray análisis de suelos) * Dosis equivalente
Dosis equivalente (DE): kilos de P a agregar para aumentar una ppm del P Bray.
Para diferentes suelos de la Argentina se han definido valores de DE entre 2 y 6 kg de P agregado para aumentar una ppm de P Bray del suelo (Quintero, 2002; Rubio et al., 2008). Para el ejemplo tomaremos un valor de DE: 4.
Dosis de P a aplicar (kg/ha)= (18.1 – 12.1) * 4
Dosis de P a aplicar (kg/ha)= 24 kg de P por hectárea
Multiplicando este valor por 5 se obtiene la dosis en kg de superfosfato triple, fosfato monoamónico o fosfato diamónico (ya que estos fertilizantes tienen alrededor de 20% de P).

Para lograr el 90% del rendimiento máximo en un lote con 12.1 ppm de P Bray debo agregar 24 kilos de P por hectárea, lo que equivale a 120 kg de FDA, FMA o SFT por hectárea.
Hay que tener en cuenta que esta fertilización no cubre la extracción del cultivo si se realiza henificación, que es de alrededor de 20 kg por ha por año con producciones de 8 toneladas de MS por año.
Situación muy distinta se verifica cuando se realiza pastoreo, donde las extracciones son bajas (alrededor de 4 kg de P por ha), ya que hay un reciclado importante de nutrientes.  

Agradecimientos: a Silvestre Cabaña y Javier Kühn por la colaboración en los cortes de las pasturas. A los productores Ricardo Farall, Néstor Lell, Ángel Olivero y Germán Bierig por su predisposición a apoyar las actividades del INTA en sus establecimientos.  
 
Bibliografía
Agnusdei, M. 2012. Rol de la ecofisiología en el diseño de manejos especializados de pasturas. En Pasturas 2012: hacia una ganadería competitiva y sustentable. Jornada técnica. Síntesis de material de conferencias. Mar del Plata 23 de marzo 2012. Páginas 13-28.
Carretero, C.; P. Marasas; E. Souza y A. Rocha. 2016. Conceptos de utilidad para lograr un correcto muestreo de suelos. Archivo Agronómico N° 15. IPNI. Disponible http://lacs.ipni.net/ipniweb/region/lacs.nsf/0/7712B35AB30A440303257F880046ABB5/$FILE/AA%2015.pdf (verificación diciembre de 2016).
Centeno A.; I. Esnaola; G. Almada; P. Engler; L. Gastaldi Y M. Suero. 2016. “La alimentación en el tambo y el impacto económico del nuevo escenario”. Disponible http://inta.gob.ar/sites/default/files/inta_boletin_lecheria_sustentable_nro1_1.pdf [Verificación: diciembre 2016].
Correndo, A., F. Gutiérrez-Boem, F. Salvagiotti, y F. García. 2016. Método alternativo para estimar niveles críticos de nutrientes. XXV Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. 23 junio al 1 de julio de 2016, Río Cuarto, Córdoba. Argentina. Cd-ROM.
Dyson, CB; & MK Conyers. 2013. Methodology for online biometric analysis of soil test-crop response datasets. Crop & Pasture Science 64, 435-441.
Díaz Zorita, M. y S. Gambaudo. 2007. Capítulo 11: Fertilización y encalado en alfalfa. En El Cultivo de la Alfalfa en Argentina. Basigalup (Editor). INTA Manfredi. ISBN 978-987-521-242-8. Pág. 227-246. Disponible http://inta.gob.ar/sites/default/files/inta-el_cultivo_de_la_alfalfa_en_la_argentina.pdf  [Verificación: diciembre 2016]
García F.; F. Micucci; G. Rubio; M. Ruffo e I. Deverede. 2002. Fertilización de forrajeras en la región pampeana. Edición INPOFOS. ISBN 987-20486-0-6. 72 páginas.
Mead, R, RN Curnow & AM Hasted. 1993. Statistical methods in agriculture and experimental biology. Chapman and Hall, London, 415p.
Melgar, R.; G. Vitti y V. De Melo Benites. 2011. Fertilizando para altos rendimientos. Soja en Latinoamérica. IIP Boletín No 20. Instituto Internacional de la Potasa. ISBN 978-3-9523243-7-0. DOI 10.3235/978-3-9523243-7-0. 180 páginas.
Quintero C.; N. Boschetti; y R. Benavidez. 1995. Fertilización fosfatada de pasturas en implantación en suelos de Entre Ríos. Ciencia del Suelo 13:60-65. Disponible http://www.suelos.org.ar/publicaciones/vol_13n2/Quintero.pdf [Verificación: diciembre 2016]
Quintero C. 2000. Estado de fertilidad de los suelos de Entre Ríos. Principales Limitaciones. En: Revista Facultad de Agronomía. UBA, 20: 15-19.
Quintero C. 2002. Dosificación del Fósforo según Tipos de Suelos. INPOFOS Simposio de Fósforo: “Enfoque sistémico de la Fertilización Fosfórica”. Informaciones agronómicas del Cono Sur N° 16. Disponible http://www.ipni.net/publication/ia-lacs.nsf/0/C6F5001B54460C798525799C0058C6CC/$FILE/nota2.pdf [Verificación: diciembre 2016].
Rubio G., F. Micucci y F. García. 2013. Capítulo 14: Ciclado de nutrientes y fertilización de pasturas. En Fertilización de cultivos y pasturas. Diagnóstico y recomendación en la Región Pampeana. Editorial Facultad de Agonomía. UBA. ISBN 978-987-27793-7-5. Páginas 263-292.
Rubio, G; MJ Cabello; FH Gutiérrez Boem & E Munaro. 2008. Estimating available soil P increases after P additions in Mollisols. Soil Science Soc. Amer. J. 72: 1721-1727.  

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Autores:
Juan Manuel Pautasso
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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