20 de marzo de 2007
Estimado Gustavo, muchas gracias.
Existe una modalidad de herrado que procura herrar al caballo y no al pie, y otra que procura herrar el pie de cada caballo.
No tengo los suficientes conocimientos, todavía, como para afirmarte cuál es la modalidad correcta. Aunque sé que muchos especialistas se vuelcan por herrar al caballo en su conjunto, considerando su conformación y procurando no tener en cuenta la forma del casco.
Personalmente, de acuerdo a mis conocimientos actuales, intento herrar la mayoría de los caballos de acuerdo a la información que me ofrecen sus cascos, ya que los mismos son la consecuencia de la conformación del caballo. En cada herradura, intento, además, ayudar al caballo a que lleve su defecto, en caso de que lo tenga, de la forma más cómoda posible, mejorando sus equilibrios, salidas de paso u compensando posibles desviaciones que insidan negativamente en el resto del miembro.
Quizá sea, mi técnica de trabajo, una combinación de las dos modalidades. No comparto el intentar cambiar el tamaño del casco, porque ese es uno solo y está dado por el caballo. Si se pretende cambiar el tamaño se alteran los equilibrios. Respecto de la forma, es discutido. Me vuelco a respetar la forma de cada pie y de cada caballo, intentando ayudarlo en caso de que posea algún defecto, o sí sé que, generando una ayuda, mejoro sus movimientos o equilibrios estándo en estación.
Al colocar ramplones se debe utilizar una herradura rigada en zona de claveras, pero con cuerpo en zona de talones, con el fin de otorgar sustento al agarre de las vidias o tacos a rosca. Una herradura totalmente acanalada no permite un buen agarre de los tacos, sean a rosa o a presión.
Respecto de qué tipo de herraje y herradura deben llevar los caballos en libertad o en desuso. El tipo de herraje debe ser el mismo que se utiliza para el mejor caballo de carreras, o de salto o de polo, etc. En otras palabras, debe ser correcto, respondiendo al desvasado. Lo que sí puede variar es el tipo de herradura. Una herradura de trabajo rigada, una acanalada, o una hípica ancha, son correctas. Las que se deben evitar son las herraduras específicas, como son las de vareo de caballos de carrera, las de carrera propiamente dichas, las de polo con tacos, las de vareo de polo, etc. Estas suelen ser muy delgadas y permiten la posiblidad de que se les modifique la forma si el caballo es muy pesado o por consecuencia de algún golpe en uno de sus lados.
Considero que la herradura debe tener suficiente cuerpo como para que no se gaste de forma prematura y que no se doble.
Si bien evito las herraduras más gruesas que 8 mm, no me preocupo demasiado por el peso. Coloco herraduras de aluminio sólo en caballos de deporte. Existen fórmulas matemáticas que concluyen en una suma gigante de peso extra que el caballo debe llevar, pero no creo que sea determinante en caballos pasivos.
Soy de los que evitan los suplementos elevadores de talones. Los utilizo sólo en casos transitorios donde debo mejorar inmediatamente el equilibrio del pie, pero con miras a dejar de utilizarlo lo antes posible.
Existen herradores que ante otros desconocimientos, tienden a recurrir a los suplementos, considerándolos casi mágicos y un medio para transportarse o un nivel superior de profesionalismo. Desde mi punto de vista, el asunto es más sencillo si se interpreta correctamente la lectura del casco y de todo el caballo en su conjunto, uno se da cuenta que, en la mayoría de las veces, antes de colocar un suplemento se debería cambiar el caballo. El suplemento debe ser un medio de corrección del equilibrio del pie, no una prolongación de nuestros desconocimientos.
Una gran cantidad de veces he eliminado los suplementos en un caballo con sólo desvasarlo y herrarlo correctamente. Por esa razón recomiendo utilizarlos sólo en casos donde se está muy seguro de cuál es el objetivo perseguido.
Dicho de paso, en este momento estoy de viaje a su país, para impartir los cursos sobre el Balance F en Sierra Norte.
Le envío un cordial saludo.
Daniel Anz