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Interrelación entre el Escenario Inmunosupresor en Pollos de Engorde

Publicado: 21 de abril de 2017
Por: Oswaldo Seclèn Effio, Gerente de Operaciones Inversiones Seclén srl. Perú
La industria avícola es una de las actividades agropecuarias de mayor impulso durante los últimos 20 años, fundamentalmente en la producción de pollos de carne. Motivando un acrecentamiento en la densidad poblacional de las aves y ha comprometido el manejo sanitario debido a una serie de agentes infecciosos, químicos y ambientales, que afectan al sistema inmune del ave, aunque en la actualidad se está apostando más en bioseguridad. El sistema inmunitario es de vital para la supervivencia. Cuando nacen los pollitos, la única inmunidad con que cuentan es la inmunidad innata; y aproximadamente a las tres semanas disminuye su importancia porcentual para desplegar una respuesta inmunitaria. Al disminuir la respuesta inmunitaria innata, y se desarrolla la respuesta inmunitaria adquirida.
La inmunosupresión produce una susceptibilidad a infecciones secundarias que producen en el ave una mala conversión alimenticia y acrecentamiento de la mortalidad, así como un aumento de los costos sanitarios, debido a una mayor morbilidad y fallo de respuesta de los anticuerpos a las vacunaciones contra Bronquitis Infecciosa, Enfermedad de Newcastle, Gumboro y Marek. En la actualidad, la explotación avícola, por razones de manejo, costo y fenómeno climático (lluvias), tiende a la reutilización de la cama en las campañas actuales de crianza de pollos de carne; práctica que, al parecer, estaría afectando el estado sanitario y productivo de las aves.
La histopatología se puede integrar con la producción, al inspeccionar múltiples aves de diferentes edades o al confrontar aves normales con aves afectadas. Evaluando el progreso y la conclusión de las lesiones, determinar su gravedad, y conocer el lapso de tiempo en que la enfermedad ocasiona estrés para las aves. Respecto del sistema inmunitario, los estudios histopatológicos pueden contener solo órganos del sistema inmunitario, fundamentalmente bolsa de Fabricio y timo, pero también bazo, médula ósea y tonsilas cecales.
Al inspeccionar una patología del sistema inmunitario en relación a problemas en curso del sistema digestivo o respiratorio, o de piel o hueso, es posible observar las interacciones de las enfermedades a medida que se desarrollan en relación a la lesión del sistema inmunitario. La enfermedad de la infección de la bolsa de Fabricio es la enfermedad viral inmunosupresora dominante en la producción de pollos de engorde. En los pollos de engorde que no están vacunados, en regiones epidemiológicas, la infección por el virus de la enfermedad de la infección de la bolsa de Fabricio puede ocurrir en el ave joven y causar inmunosupresión permanente. Estos factores se tornan importantes para minimizar la inmunosupresión clínica y el efecto general de la enfermedad de la infección de la bolsa de Fabricio. El virus de la anemia infecciosa aviar es un coagente inmunosupresor común con la enfermedad de la infección de la bolsa de Fabricio.
La anemia infecciosa aviar involucra la transmisión vertical del virus desde una gallina seronegativa. El pollito nace sin inmunidad materna y sufre daño severo en los elementos productores de la sangre en la médula ósea y en los linfocitos de los tejidos linfoides, principalmente en el timo. Esto causa anemia, leucopenia, trombocitopenia y el síndrome clínico del ala azul. La mayoría de las operaciones de pollos de engorde, existe cierto grado de inmunidad materna para el virus de la anemia aviar, y la forma clásica de la anemia infecciosa aviar. El desarrollo de la forma clínica depende de varios factores como edad, nivel de desafío en el campo, ruta de infección y la presencia de anticuerpos maternales. Otro factor importante es la presencia de otros agentes virales que propicien una infección mixta, especialmente virus inmunodepresores como el virus de la enfermedad de Marek, o el virus de Gumboro.
El problema común observado en la actualidad son las enfermedades respiratorias aviares ocurre después de que reduce la inmunidad materna. En esta situación, los pollos de engorde toleran infecciones secundarias con el virus de la anemia aviar, que puede ocasionar una grave disminución de linfocitos del timo en una subpoblación. En esta situación, la médula ósea se preserva sustancialmente, a diferencia de lo que ocurre en la infección neonatal de un pollito inmunológicamente negativo. La presentación simultánea de la enfermedad de la infección de la bolsa de Fabricio y anemia infecciosa aviar puede causar patrones de lesión relacionados con inmunodeficiencia combinada de linfocitos B y T. El virus de la anemia aviar se transmite horizontalmente por contacto directo o fómites contaminados (ruta fecal/oral) y verticalmente a través de los huevos embrionados. La mayoría de las reproductoras de granjas se infectan y desarrollan anticuerpos. También tiene efectos adversos sobre la respuesta de proliferación de los linfocitos del bazo y sobre la producción del factor de crecimiento de las células T y el interferón por parte de los esplenocitos.
Esta situación se expresa clínicamente de manera variable presentándose hepatitis por cuerpos de inclusión, dermatitis gangrenosa, coccidiosis y enfermedad respiratoria. Otras enfermedades virales que se asocian con el desarrollo de disminución de linfocitos de la bolsa y del timo incluyen la enteritis viral, artritis viral (tenosinovitis por reovirus), enfermedad de Newcastle y enfermedad de Marek.
Estas observaciones se basan en lesiones observadas en estudios histopatológicos de programas de producción de pollos de engorde, pero también están respaldadas por los estudios experimentales de cada enfermedad. Los estudios experimentales de micotoxicosis han mostrado que las micotoxinas que se encuentran comúnmente también pueden causar inmunosupresión. El comprender la edad de aparición y la gravedad de la inmunosupresión puede aportar conocimientos para la aplicación de estrategias de mitigación para mejorar la salud del sistema inmunitario
Muchas micotoxinas como la aflatoxina y la ocratoxina, han demostrado ser inmunosupresoras. Esto produce una mayor susceptibilidad a las enfermedades, problemas prolongados de salud en la parvada y posible falla de los programas de vacunación. La inmunosupresión inducida por las micotoxinas produce un efecto en cascada, que comienza por la reducción de la síntesis de proteína, disminución del nivel de albúmina y globulina séricas, reducción de los niveles de anticuerpos circulantes, el deterioro del sistema retículo-endotelial, reducción de la inmunidad mediada por células y el desarrollo anormal del timo y la bolsa de Fabricio. Las micotoxinas en reproductoras reciben mayor atención de la industria avícola en comparación con los pollos de engorde y las ponedoras. Esto es comprensible, considerando que pequeñas caídas en la fertilidad y la incubabilidad en las reproductoras pueden significar importantes pérdidas en las utilidades de la granja. El amplio rango de micotoxinas que pueden contaminar los alimentos balanceados y sus diferentes composiciones químicas, hacen que sea una tarea difícil la protección contra la toxicidad provocada por éstas. Hay varios métodos para controlar o combatir los problemas de micotoxinas. La estrategia más sencilla se basa en la prevención de la formación de micotoxinas en los alimentos, por medio de programas especiales de manejo, entre los que se incluyen el almacenamiento a niveles bajos de humedad y la prevención de daños en los granos durante el procesamiento.
 
Bibliografía:
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Autores:
Oswaldo Seclèn Effio
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